La vacuna rusa y la ignorancia
Por Pedro Brieger
Rebelión
18/12/2020
Fuentes: CLAE
¿Qué intereses
se esconden detrás de las críticas a la vacuna “rusa”?
“Ahí vienen los
rusos” es una gran película de sátira política de 1966 que mostraba el pánico
generado en un pequeño pueblo de los Estados Unidos cuando encalló un submarino
soviético. Esa película humanizaba a los tripulantes soviéticos, los
mostraba como lo que eran, personas de carne y hueso, y por supuesto -los
prejuicios e ignorancia- de quienes los recibían como si fueran
extraterrestres.
La llamada
“guerra fría” finalizó, el muro de Berlin cayó en 1989, la Unión Soviética se
desintegró en 1991, pero los prejuicios subsisten. Ya no son
soviéticos, pero siguen siendo rusos. Y en nuestro mundo
“occidental” vaya uno a saber qué imaginario se ha construido sobre lo que
existe “allí”, en ese mundo.
Todo viene a
cuento de la llamada “vacuna rusa” que varios países latinoamericanos están
comprando y numerosos medios de comunicación cuestionen su efectividad como si
viniera de un pequeño país perdido en alguna isla del océano índico.
Obviamente la
vacuna Sputnik V del instituto Gamaleya no tiene apellido de laboratorio suizo,
francés o estadounidense, como si éstos fueran los únicos
confiables. No es este el lugar para analizar la efectividad de tal
o cual vacuna o las historias de las terribles pruebas que varios laboratorios
“confiables” hicieron en el llamado “Tercer Mundo”.
Pero sí para
señalar lo anacrónico de contraponerle a una vacuna fabricada en Rusia o China
la autoridad moral y científica de lo que muchos periodistas señalan como “el mundo civilizado”. Sí, en estos
términos.
Vale la pena
recordar que la Unión Soviética tuvo un alto desarrollo tecnológico-nuclear y
que tenía al menos un cuarto de la comunidad científica del mundo antes de su
desintegración, absorbida obviamente por Rusia. De más está decir
que estas aseveraciones sobre las vacunas “rusas” o “chinas” están plagadas de
prejuicios frente a civilizaciones con historias varias veces milenarias.
Por otra parte,
por lógica, si hay un mundo “civilizado” con una ética y moral superior, por
contraposición el otro mundo no sería “civilizado”.
También hay que
decir que la historia de este llamado “mundo civilizado” no se corresponde con
el imaginario creado.
Es una
construcción ideológica fantasiosa que “olvida” los genocidios de las potencias
coloniales en América, África y Asia, o el traslado masivo de personas del
África hacia América para someterlas a condiciones de esclavitud; las dos
grandes guerras mundiales, los campos de concentración con sus cámaras de gas o
las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, sólo para mencionar algunas de
las obras de esto que se llama “mundo civilizado”.
¿Acaso se puede
hablar de “mundo civilizado” en nuestra región con la historia de las
dictaduras militares y sus genocidios, desapariciones, torturas o robo de bebés
para “salvar al mundo occidental y cristiano”, frase tomada del escritor Miguel
de Unamuno?
Es posible que
detrás de las críticas a la vacuna “rusa” haya intereses y presiones
de grandes laboratorios y empresas farmacéuticas para eliminar un competidor de
fuste. Y mucha ignorancia.
*Sociólogo y analista internacional argentino, director del portalnodal.am. Colaborador del
Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
http://estrategia.la/2020/12/17/la-vacuna-rusa-y-la-ignorancia/
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