martes, 6 de octubre de 2020

EcoAvemaría; ecoRuegapornosotros, destructores, ahora, en la hora y hasta la hora que dure el modo de producción capitalista. Amén y tal y tal. Pero que le podemos dar cuantas vueltas queramos; llamarlo como nos venga en ganas y ponernos panza arriba o encima de una farola haciendo el pino si a uno le apetece, que la cosa de la destrucción casi irreversible del medio natural ni es cuestión de palabras ni se debe a la actuación del hombre en abstracto ni se arregla con palabras ni pintándolo todo de verde. El origen del problema está en la propia raíz del sistema (Aunque algunos para explicarlo acudan al cuento de la ovejita Lucera en el lance que tuvo con el Gallo de Morón cualquier día en cualquier sitio a cualquier hora, que nadie nos obliga a concretar nada) se deriva de la forma de producir, de la forma de distribuir lo producido y de la forma de consumir eso producido, que se denomina, porque estamos aquí y no en Venus, modo de producción capitalista. Este no solamente explota económica, política e ideológicamente al trabajador asalariado que es el componente más numeroso de la sociedad moderna con el exclusivo fin acrecentar sus capitales, también destruye el medio ambiente en la medida que ello le sirva para que el crecimiento de los capitales no se detenga, que es el único fin del capitalismo. Si tiene que matar mata, si tiene que hacer dos guerras mundiales en vez de una la hace; si le tiene que meter fuego a medio Brasil se lo mete; si tiene que preparar una tercer guerra mundial la prepara; si tiene que destruir Irak, Libia, Líbano o cualquier otro país para apropiarse de sus recursos los destruye; si tiene que dar un golpe de estado lo da, como si son diecinueve; si tiene que falsear la historia compra a sus compinches para que la falseen; si tiene que tirar una bomba atómica tira dos para que el daño y terror causados sea mayor; si tiene que explotar ideológicamente el miedo causado a su favor por el coronavirus para ganar más dinero lo explota. Su único Dios, entero, verdadero, contante y sonante es el dinero. Punto. Y luego de lo dicho, sin cantearnos un pelo ni andar moviendo Roma con Santiago a ver que encontramos para meter caña al primero que se menee, pues que nos aparece nuevamente el trabajador como sujeto sufriente, no causante, de la situación. Posdata: la cuestión medio ambiental como no la arreglemos los trabajadores como consecuencia del cambio de relaciones de producción capitalistas por relaciones de producción socialistas no lo arregla ni Dios. Y no por nada, sino porque Dios me dijo a mí el otro día tomando un café que Él en las cosas del reinado de Felipe VI no se metía. Y, ahora a ver si también se me van poner a dudar de la palabra de Dios.

 

Casi un 40 % de la plantas del planeta están en riesgo de extinción

 

Imagen ilustrativa | PxHere

 

Diario octubre / 01.10.2020

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Un nuevo informe del Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido) revela que dos quintas partes de las plantas del mundo están bajo la amenaza de extinción, entre estas especies se incluyen 723 que los humanos utilizan como medicina.

En total 140.000 tipos de plantas, un 39,4 % del total, están en peligro, lo que supone un importante aumento frente a la estimación del 21% de especies amenazadas que se realizó en 2016, dice la organización.

El informe anual sobre el Estado Actual de Plantas y Hongos reúne la experiencia de 210 científicos de 42 países que registraron las especies en peligro de extinción.

La mayor amenaza para las plantas es la deforestación de hábitats naturales, como la selva tropical, para expandir la agricultura, afirman los expertos.

Asimismo, los científicos aseguran que están perdiendo «la carrera contrarreloj» para encontrar y salvar nuevas especies antes de que desaparezcan, indica el informe.

El mejor curso de acción ahora es «acelerar» las evaluaciones de riesgos, lo que podría hacerse con inteligencia artificial, para que puedan protegerse las áreas clave y conservarse las especies.

El cambio climático, con el aumento de las temperaturas y catástrofes ambientales como la sequía, amenaza gravemente a nuevas especies que podrían tener gran importancia para la humanidad. «Muchas de ellas podrían contener pistas importantes para resolver muchos de los desafíos urgentes de la medicina y quizás incluso algunas de las pandemias emergentes o actuales», subrayó el profesor Alexandre Antonelli, director de ciencia del Real Jardín Botánico de Kew.

De las 5.411 plantas medicinales que han sido evaluadas por su estado de conservación, 723 están en peligro. De los hongos, solo 6 especies se han evaluado como medicinales, una de las cuales está al borde de la extinción.

La seguridad alimentaria también se ve amenazada según el informe, porque solo 15 plantas proporcionan el 90 % de la ingesta energética alimentaria de la humanidad, y 4.000 millones de personas dependen enteramente de tres cultivos: arroz, maíz y trigo. «Miles de especies de plantas subutilizadas y desatendidas son el sustento de millones de personas en la Tierra», indica el coautor, el Dr. Stefano Padulosi, de Bioversity International citado por Daily Mail.

El informe descubre que hay 7.039 plantas comestibles que tienen potencial como alimentos que podrían ayudar a lidiar con millones de personas desnutridas en todo el mundo y son «lo suficientemente robustas para un clima cambiante».

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