Gritos y abucheos en la Ópera: el Teatro Real solo respeta la distancia en las zonas más caras
El paraíso o gallinero, la zona más económica, estaba completo. La obra
se ha cancelado ante las protestas.
La marea
20
septiembre 2020
Problemas en el paraíso. Así se
podría titular lo acontecido en la Ópera de Madrid, en el Teatro Real, si no
fuera por la gravedad del asunto. Mientras el público del patio de butacas y
tribuna –las zonas más caras– se disponía a disfrutar del Baile de
máscaras de Verdi con la correcta distancia de seguridad, el público
de la zona del gallinero, llamada paraíso –la más económica y lejana al
escenario–, veía cómo todas las butacas de su alrededor comenzaban a llenarse
de espectadores y espectadoras, lo que hacía imposible mantener la
distancia de seguridad.
¿Qué ha pasado después? Tres
intentos en menos de una hora no han sido suficientes para continuar con la
obra, que se ha acabado cancelando ante las protestas y abucheos de las decenas
de asistentes ubicados en el paraíso. La Policía Municipal se ha desplazado
incluso al teatro.
Según Elena Pérez, una de las
asistentes en el gallinero, la megafonía del teatro no han dado ningún tipo de
explicación a lo que estaba sucediendo. Los acomodadores aseguraban igualmente
que no tenían ningún tipo de información al respecto. “Según entraba la gente a
la zona del gallinero ya se estaba dando cuenta de lo que pasaba. Una vez
completo el aforo, donde no había ni un espacio libre, hemos visto
que abajo, en las tribunas y el patio de butacas sí tenían bandas de seguridad,
así que han empezado los gritos”.
Gritos de “fuera, fuera” y
“seguridad, seguridad” han llenado una Ópera no acostumbrada a comenzar sus
funciones ni con un minuto de retraso. Palmadas, golpes con los pies al suelo y
los flashes de los móviles han hecho que la función no
pudiera pasar de los primeros acordes. Ni siquiera se ha levantado el
telón. Durante el primer retraso, la megafonía ha avisado al público de que se
estaban “gestionando ciertos problemas en el paraíso”, explica Pérez.
Media hora después de la hora
programada para el comienzo, desde el Teatro Real han avisado de que
devolverían el coste de la entrada a quien así lo solicitase, pero lo que muchos
asistentes querían era que se cancelase. “La gente no entendía por qué el
teatro había vendido las entradas de unas zonas respetando la distancia y las
de otra sin hacerlo. Qué casualidad que en las zonas más caras sí se
cumplía”, agrega Pérez.
Segundo intento. “Han salido
los actores, han actuado diez minutos sin que se les pudiera escuchar
absolutamente nada por el ruido de las protestas y se han vuelto a
retirar”, sigue narrando. En ese momento ha llegado la Policía Municipal,
algo que requerían algunos de los asistentes en la zona del paraíso. “Algunos
agentes han subido a ver qué ocurría, pero no han hablado en ningún momento con
nosotros. También han mantenido una conversación con los gestores del teatro
mientras desde megafonía intentaban acallar las protestas para dar lugar al
tercer intento”.
Tal y como han confirmado
fuentes internas del Ayuntamiento de Madrid a La Marea, la Policía Municipal de
la capital ha certificado que “el aforo es el adecuado a las
restricciones vigentes”, y explican el incidente diciendo que el problema
parte de que “muchos abonados al Teatro Real querían ocupar sus sitios
habituales y, dadas las circunstancias, no era posible”. Una versión
como mínimo incompleta al no explicar por qué, más allá del aforo
permitido, la distancia se respetaba en unas partes del auditorio y en otras
no.
Y ni por esas. Los gritos se
han vuelto a hacer notar una hora después de la hora programada para el inicio
de la obra, ya en el tercer, definitivo e infructuoso intento. Tras la
cancelación oficial del evento, numerosos asistentes afectados por la situación
han acudido a la ventanilla de información para pedir hojas de
reclamaciones.
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