La ciencia corrompida –
Filántropos y la salud pública mundial
DIARIO OCTUBRE / 17.09.2020
El 27 de febrero 2020 el presidente de EE.UU., Donald Trump, muestra un
mapamundi que presenta el grado de preparación de cada país frente a posibles
epidemias o pandemias afirmando que “Estados Unidos es el país mejor
preparado”. El mapa que enseñó a los periodistas se basaba en el índice de la
Seguridad Sanitaria Global (Global Health Security Index) de la
Universidad Johns Hopkins. Esta universidad es la fuente que citan todos los
medios como referencia científica cuando presentan las estadísticas del Covid-19
y siempre con el adjetivo “prestigiosa” para decir al receptor de la noticia
que el origen de esta información es incuestionable. Quien pusiera en duda por
ejemplo los datos que ofrece la página web de la JHU acerca de la pandemia se
revelaría en seguida como ignorante y atrevido. Pues bien, seamos atrevidos
pero nada ignorantes.
La JHU se considera a si misma la vanguardia mundial en ciencias de la
salud. La universidad privada fue creada en 1876 para formar la élite del país
y es financiada por los magnates más ricos; con nueve facultades y 30
institutos ha conseguido nada menos que 35 Premios Nobel. La Escuela de Salud
Pública de la universidad recibió en 2001 un nombre nuevo: JH Bloomberg
School of Public Health, porque el banquero de Wall Street Michael
Bloomberg es ahora su principal financiador. Como alcalde de la ciudad de Nueva
York se dedicaría más tarde a la privatización del sistema de salud, que en la
pandemia del coronavirus acumula más muertos que ninguna otra ciudad. El
segundo mecenas de la JHU es la fundación Bill&Melinda Gates
Foundation, la fundación empresarial más grande del mundo y por tanto
poderosa a la hora de conceder o no subvenciones millonarias. La fundación de
Gates es también la mayor fuente de ingreso de la Organización Mundial de la
Salud después de la retirada del gobierno de E.E.UU.: Gates anunció que donará
hasta 250 Millones de dólares, una suma mayor que muchos estados donan, como
por ejemplo el estado español que aporta 26 millones.
¿Qué ha hecho la actividad filantrópica para
solventar carencias sociales y especialmente por la ciencia de la salud?
Los mecenas de universidades y organizaciones benéficas han gastado
muchos millones de dólares y euros en campañas de vacunación, en donaciones que
beneficiaron países con sistemas de salud muy deficitarios y sobre todo se
dedican a la financiación de Institutos de investigación. La fundación Gates
dedica mucho dinero a la investigación para descubrir y desarrollar nuevos
medicamentos y tecnologías de la salud, por ejemplo ha destinado unos 580,5
millones de euros para luchar contra la malaria, de ellos dos millones recibió
la Fundación Clínic de la Universidad de Barcelona. La Universidad de Santiago
de Compostela participa en el programa científico ‘Grandes desafíos en la salud
mundial’ con una iniciativa dirigida al desarrollo de una vacuna nasal contra
la Hepatitis B (Revista Offarm 2007). Pero los grandes desafíos de la
salud pública mundial no son la hepatitis ni la malaria, que
son enfermedades muy graves que afectan a muchas personas, sobre todo entre los
colectivos más pobres en Asia, África y América, que no tienen acceso a fuentes
de agua potable, no tienen seguridad alimenticia porque las fábricas de
empresas multinacionales contaminan su agua, la tierra que cultivan y el aire
que respiran.
Los grandes desafíos no determina un colectivo de expertos o un gremio
democrático, lo que son los grandes problemas de la salud depende por una parte
del director o de la directora de la fundación (la vacuna nasal es una
investigación en nanotecnología, por eso le interesa a Gates) y por otra tiene
en cuenta los beneficios de las grandes empresas del sector salud. Los países a
menudo se ven forzados acombatir enfermedades como la poliomelitis porque la
fundación les dona el dinero, cuando por ejemplo en la India la diarrea se
lleva muchas más vidas por delante.
La pregunta entonces es ¿qué han hecho los filántropos para
crear estas carencias sociales que ahora pretenden paliar con el dinero de sus
fundaciones?
Los miles de millones de los que disponen las fundaciones proceden de la
explotación de miles y millones de obreros y obreras en el mundo entero; es
dinero que arrebatan a diario a las masas trabajadoras dejando las personas en
la más humillante miseria para después presentarse como benefactores altruistas
que no piden nada a cambio.
¿Son realmente tan altruistas?
Una persona como Bill Gates, que se ha dedicado toda su vida a la
explotación y la rapiña no se convierte con la “jubilación” en santo. Además,
el sistema capitalista no se lo permitiría. Si la fundación donara mucho dinero
para mejorar la atención primaria estropearía el negocio de las empresas
farmacéuticas, porque así se evitarían muchas enfermedades (ejemplo es la
sanidad en Cuba). Es justo lo contrario: Para avanzar en la privatización de la
sanidad la fundación Gates invierte sus capitales en empresas farmacéuticas
(Pfizer, Novartis). A través de la fundación Gates estas empresas estaban
siempre presente cuando la OMS elaboró en el 2012 el Plan de Acción Mundial
para la Vacunación, a pesar de que muchas de estas empresas se benefician de
este Plan. Junto con ellos los Gates sabían construir una red de organizaciones
que fomentan la gestión privada y global de la salud. El mejor sitio para
dedicarse al “networking” (crear redes de contacto e influencia) es el Foro de
Economía Mundial en Davos. Cada año se reúnen los grandes capitalistas del
mundo entero y sus lacayos políticos en enero en los Alpes suizos en un entorno
bucólico y tranquilo:
·
GAVI – En enero del año 2000 Gates funda la Alianza Global de
Vacunación e Imunización (Global Alliance for
Vaccines and Immunisation) en el Foro de Economía Mundial en Davos;
apoyado por algunos gobiernos del G7. Desde su fundación advierte Gates de
futuras pandemias con millones de muertos, pero niega el hambre y la miseria
igual que las guerras imperialistas de EE.UU. y de la UE.
·
CEPI – En el encuentro del FEM en el año 2016 se
crea La Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias
(Coalition for Epidemic Preparedness Innovations) también en Davos.
·
En el encuentro de enero del 2020 ya se anunció un
programa contra el Covid 19, una semanas antes de la declaración de la OMS de
una emergencia de salud pública mundial. La entidad líder de la iniciativa es
el CEPI.
Lo que hace la fundación Gates en realidad son inversiones que le
permiten crear unos mercados en los que ellos adquieren unas posiciones
dominantes. La fundación dona algunos millones pero acaba por tomar el control
de instituciones que valen varios miles de millones y sectores que son claves
para la privatización de la atención sanitaria. La industria farmacéutica
factura cada año unos 1000 billones de dólares.
¿Hay alternativa a los mercados sanitarios?
El sistema de salud opuesto y realmente prestigioso es el cubano,
incluso los medios no afines se ven obligado reconocer el éxito del sistema
cubano de salud pública. «Cuba es conocida por su capacidad para conseguir
buenos datos sanitarios, a pesar de tener que lidiar con la crisis económica.
Con un sistema sanitario basado en la salud pública y la atención primaria, el
país ha invertido en el personal sanitario. Los esfuerzos en el combate contra
el Covid-19 son excepcionales», afirma John Ashton de la Royal Society of
Medicine del Reino Unido. A pesar de que Cuba gasta solo el 5 % en salud por
persona de lo gasta EE.UU.
Por eso resulta ridículo cuando la universidad Johns Hopkins afirma que
el sistema de salud de EE.UU. es el mejor preparado para enfrentar una epidemia
o una pandemia. En realidad es el sistema más exclusivo y elitista, el más caro
y mortal. La actual crisis ha desenmascarado el índice como “una burda mentira”
(The Lancet, revista científica de medicina).
Como buenos comunistas tenemos que estar atentos a los avances de la
ciencia y la tecnología para entender como son usadas y mal usadas. No se puede
ser un activista político sin referirse a las distintas formas en que la
ciencia y la tecnología tienen un impacto en la sociedad moderna y para poder
desvelar las ideologías que intentan preservar al capitalismo decadente de la
crítica de la ciencia marxista.
Drahger
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