Los estudiantes impulsan la Constituyente por la Paz
sobreponiéndose al terror paraestatal
El IV Congreso de la FEU que incomodó al Estado
Por Alexander
Escobar / Colombia
Rebelión
08/10/2014
Fuentes: http://remapvalle.blogspot.com.es/
El
involucramiento del movimiento estudiantil en los diálogos de paz a través del
Mandato Estudiantil es una propuesta directa hacia el logro de la paz con justicia
social, y un triunfo del IV Congreso de la FEU que derrotó a la guerra sucia
del Estado colombiano.
Nunca antes estuvo tan planificado un esquema de
terror contra un congreso de estudiantes en Colombia. Seguimientos, amenazas
con arma de fuego y mensajes de texto vía WhatsApp son algunas de las
evidencias de un trabajo de inteligencia coordinado y financiado para intimidar
la lucha estudiantil colombiana.
No fueron
simples amenazas improvisadas o encomendadas a cualquier delincuente para
atemorizar e impedir la llegada de los tres mil jóvenes que asistieron al IV
Congreso Nacional de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) que se
realizó en Cali del 2 al 5 de octubre. No, lo que ocurrió fue la asignación de
un grupo paramilitar en el suroccidente colombiano para cumplir una tarea
definida y planificada con anticipación, y que actuó en complicidad con el
silencio del Gobierno colombiano que no se pronunció frente a la gravedad de
los hechos.
Las amenazas
ocurrieron en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca. En total siete
dirigentes estudiantiles, sociales y defensores de derechos humanos fueron amenazados desde el 21 de septiembre.
Llamadas telefónicas, mensajes enviados desde teléfonos inteligentes,
seguimiento e interceptación con arma de fuego,
fueron las formas de acecho e intimidación paramilitar que hasta el
dos de octubre debieron soportar los estudiantes del suroccidente
que integraron el comité organizador del IV Congreso de la FEU.
El silencio del
Gobierno fue el común denominador. Ante las amenazas jamás se pronunció, dejó
que avanzaran y llegaran a un estado crítico; amenazas que extrañamente cesaron
solo cuando la imagen internacional del Gobierno se vio afectada por el pronunciamiento de
la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos que le llamó a proteger a los estudiantes.
Gobierno,
medios y paramilitarismo
Ocultamiento,
tergiversación, desviación de la atención como tarea de los medios de
comunicación, y asesinatos, amenazas e intimidación realizadas por los grupos
paramilitares, van de la mano de la complicidad de los organismos de seguridad
y el silencio institucional del Gobierno que completa el triángulo de la guerra
sucia que actúa de manera coordinada contra las lucha sociales en Colombia.
El IV Congreso
de la FEU fue víctima de esta guerra. Empezando por el papel de los medios que
ocultaron y omitieron información de un acontecimiento de carácter nacional que
reunió a miles de estudiantes de colegios y universidades de
toda Colombia. Medios como El País (prensa escrita) y Telepacífico
(televisión), con su sede en la ciudad de Cali, no emitieron nota alguna
durante los cuatro días que duró el congreso en esta ciudad. Aunque a lo mejor
estamos siendo injustos, El País, ahora que lo mencionamos, sí realizó un
pequeño informe. El 4 de octubre, día de la marcha que congregó a cerca de
6.000 personas en la capital del Valle, en un acto premeditado, y que acostumbra
a usar como política editorial, publicó el siguiente titular: Marcha de universitarios generó
congestión vehicular al sur de Cali .
La falta de
ética periodística en la elaboración de este tipo de titulares contiene una
intencionalidad clara: desviar la atención de los problemas de fondo y generar
un sentimiento negativo en la población contra los tres mil estudiantes que
durante cuatro días discutieron sobre educación, planes curriculares, paz con
justicia social y otros temas censurados por las corporaciones mediáticas como prisioneros políticos ,
montajes judiciales, y su oposición a la reforma a la Ley 30 que derrotaron en
el 2011, pero que ahora el Gobierno revive bajo el nombre de Acuerdo por lo superior 2034.
De igual manera se comportaron las grandes cadenas nacionales al no realizar
comentario alguno sobre el congreso ni dar el despliegue necesario a las
amenazas de los grupos paramilitares que desde el 21 de septiembre recibieron
los estudiantes. Solo medios independientes como PaZífico Noticias informaron
sobre las amenazas y realizaron notas sobre lo sucedido antes
, durante y después del evento, así
como los medios alternativos que también estuvieron atentos al desarrollo del
congreso.
El Gobierno por
su parte cumplió a cabalidad la tarea de guardar silencio ante la gravedad de
las amenazas. Esperar otro comportamiento sería extraño y desfasado de la
realidad. Es lógico, de haberlo hecho hubiese visibilizado y dado protagonismo
a quien toma como su enemigo-a su enemigo de clase puntualizaran algunos-. Por
tanto se limitó a cumplir su rol al evitar cualquier referencia o pronunciamiento
para mantener oculto al movimiento estudiantil en su lucha contra el Acuerdo
por lo superior 2034, así como a sus ideas y propuestas para mejorar la
educación y la calidad de vida de los colombianos.
El triunfo de
las propuestas que incomodan
Al pensar en
estudiantes quizá la sociedad relacione sus actividades meramente con la
problemática educativa, o dicho de otro modo, que el movimiento estudiantil se
observe solo desde la óptica de una lucha sectorizada; y para ser más claros,
en el momento actual, que la atención se centre en el papel protagónico que
tendrá su lucha contra el Acuerdo por lo superior 2034. Aunque ello es
real, y el hecho ya representa un problema para los intereses del modelo
económico neoliberal, el posicionamiento de la lucha estudiantil tiene unos
alcances mayores que preocupan a quienes financiaron, organizaron y desplegaron
todo un dispositivo de amenazas contra los estudiantes en el marco de este IV
Congreso.
Las luchas en
2011 del movimiento estudiantil dieron nacimiento a la MANE (Mesa Amplia
Nacional Estudiantil) y sentaron un precedente por el grado de favorabilidad
que su imagen dejó en la sociedad. En términos de la guerra mediática que
afronta las luchas sociales en Colombia el hecho es significativo, en tanto que
los medios han programado a la sociedad para que realidad y verdad se basen en
la imagen, es decir, en la forma y no en el contenido [1] .
Sin embargo en
las luchas sociales de nada sirve la favorabilidad de la imagen si ésta no está
acompañada del trabajo organizativo que supere los momentos coyunturales. A
este hecho puntual es que el Gobierno teme. Y la realización del IV Congreso de
la FEU aumentó esos temores porque presentó unos objetivos y dinámicas de
trabajo que nuevamente posicionarán en la opinión pública las propuestas del
movimiento estudiantil durante el desarrollo de su lucha contra Acuerdo por
lo superior 2034.
Pero este no es
el mayor temor de quienes gobiernan para satisfacer las injusticias del modelo
económico, político y social del país. Su miedo más profundo está representado
en el involucramiento de los estudiantes con problemáticas que traspasan lo
sectorial. Su preocupación radica en que posterior al triunfo que se obtendrá
contra la política educativa del Gobierno, paralela y seguidamente la imagen
favorable de esa victoria se verá reflejada en la ganancia de espacios de
decisión en la opinión pública frente al tema de la paz con justicia social y
la propuesta de realizar una nueva Asamblea Nacional Constituyente.
El IV Congreso
de la FEU tenía trazado este objetivo. La propuesta de impulsar el Mandato
Estudiantil por la Asamblea Nacional Constituyente y la paz con justicia social
fue una de las decisiones de los tres mil estudiantes que durante cuatro días
discutieron en Cali. Una decisión incómoda para el Estado que pretende hacer de
los diálogos de paz con las Farc un simple desarme sin cambios a profundidad en
lo económico, político, social y cultural.
El
involucramiento del movimiento estudiantil en los diálogos de paz a través del
Mandato Estudiantil es una propuesta directa hacia el logro de la paz con
justicia social, y un triunfo del IV Congreso de la FEU que derrotó a la guerra
sucia del Estado colombiano. También aparece como una medida concreta frente a
la necesidad de una nueva Asamblea Nacional Constituyente que realice cambios
estructurales en el país que están por fuera de la discusión en los diálogos de
La Habana.
El llamado a la
Asamblea Nacional Constituyente desde el movimiento estudiantil es la suma de
más voces que invitan a pensarse el país, y donde el pueblo tomará medidas para
que su participación sea directa y sin repetir los errores que
dieron vida a la Constitución del 91. El proceso de Constituyentes por la Paz
con Justicia Social que se adelanta en todo el territorio nacional es una
muestra de cómo distintos sectores de la sociedad se involucran en la
construcción de una nueva Colombia que defenderán en las calles, aulas y
cualquier espacio del pensamiento donde haya que derrotar el mundo virtual que
impone la dictadura mediática.
Se aproxima el
momento en que el pueblo apagará los televisores, despertará a su realidad y
luchará hasta el final para transformarla.
NOTAS:
[1] El tipo de
sociedad formada por los medios se caracteriza por poseer una memoria tipo
desechable donde no importan los argumentos y las razones sobre una
problemática predeterminada. Durante décadas estructuraron una audiencia
que otorga estatutos de verdad a la apariencia de un mundo moldeado al antojo
del poder de quienes dominan el tiempo al aire en televisión, radio y prensa
escrita para tergiversar, mentir y confundir.
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