El pin parental: Una polémica que no existe en la
escuela
- Tres directores de centros educativos explican en qué consisten las actividades complementarias que tanto debate han provocado estas semanas
- En los colegios las proponen los coordinadores de ciclos y en los institutos, los departamentos didácticos
- La autorización familiar añadiría más carga burocrática a los docentes
A vueltas con
el pin parental
Daniel Rosell
Diario de
Sevilla
26 Enero 2020
26 Enero 2020
Una polémica
sin base. Mucha polvareda informativa se ha levantado estas semanas a raíz de
que el nuevo Gobierno central anunciara su intención de derogar el pin parental establecido en Murcia para ciertas
clases que se desarrollan en los colegios de esta comunidad. Una autorización
familiar que también aparece en los acuerdos presupuestarios del Ejecutivo
andaluz con Vox para aprobar las cuentas autonómicas. El debate -más político
que educativo- ha convertido de nuevo la escuela en un espacio de confrontación
ideológica por un asunto que, hasta ahora, no había provocado casi ningún
problema entre los equipos directivos de los centros, los docentes y los
padres.
El consejero de
Educación y Deporte, Javier Imbroda, ha contabilizado los casos de
familias disconformes con estas actividades curriculares que se desarrollan en
horario lectivo: sólo dos quejas en el año que lleva al frente de dicho
departamento. Dos protestas en una comunidad educativa formada por dos millones
de alumnos. Una gota en un océano. De ahí que el propio Imbroda reconozca lo
"innecesaria" que resulta esta autorización paternal, pese a estar
recogida en el pacto presupuestario.
Los primeros
extrañados por la polémica han sido los directores de los colegios e institutos
públicos, a los que, por ahora, no les ha llegado ninguna instrucción de la
Junta que les obligue a pedir dicho permiso. Una extrañeza que también es fruto
de comprobar la "normalidad" con la que se aceptan las actividades
complementarias que se organizan, diseñan y se ponen en funcionamiento
todos los cursos con el respaldo de los distintos agentes que conforman la
comunidad educativa de los centros de enseñanza.
Taller sobre
igualdad en un colegio público. / D. S.
"Es una
polémica artificial y llena de disparates". Así se expresa José Báez,
director del IES Velázquez, en pleno Casco Antiguo de Sevilla.
Una de las características de este instituto es la multitud de actividades
complementarias y extraescolares que desarrolla durante el curso, muchas de
ellas relacionadas con instituciones del entorno. "En este centro, por el
volumen de alumnos que acoge, contamos con un departamento propio que las
coordina", explica Báez, quien detalla que la mayoría de estas actividades
las proponen los distintos departamentos didácticos, al estar
relacionadas con las asignaturas que imparten.
"No todas,
pese a su carácter curricular, son obligatorias", incide el director del
Velázquez, que agrega que "algunas que se desarrollan fuera de las
instalaciones requieren del permiso de los padres, como siempre ha
ocurrido". Una de las últimas salidas organizadas por este centro fue al
embalse del Gergal, en Guillena. El objetivo de esta excursión era dar a
conocer el ciclo del agua urbano, a lo que se añadía "un valor
transversal": el ahorro en el consumo del agua. El centro se encargó de
los desplazamientos y la explicación la ofrecieron los técnicos de Emasesa,
algo habitual en este tipo de actividades.
Actividades ineludibles
También hay
actividades que se desarrollan para conmemorar jornadas muy señaladas en el
calendario, como el Día de la Mujer o el de la Memoria Histórica.
En estos casos el material que se usa y el contenido que se desarrolla los
facilitan las administraciones públicas, la Junta y el Ayuntamiento hispalense.
"No suelen tener mayor trascendencia porque los alumnos y los padres ya
asumen con total normalidad su celebración", apunta Báez.
De igual forma,
también se organizan talleres relacionados con "la inteligencia
emocional", que abarcan temáticas tan diversas como el cambio climático,
la prevención de problemas nutricionales o de adicción a las drogas
(impartido por agentes de la Policía Nacional) y los relacionados con el
patrimonio, como el que se desarrolló el curso pasado en la cercana Plaza
de San Leandro y que consistió en mejorar el aspecto de sus jardines, labor en
la que contaron con el asesoramiento de técnicos municipales.
Después de este
desglose José Báez se pregunta "¿dónde está el adoctrinamiento?".
"Cuesta pensar que alguien vaya a adoctrinar en estas actividades, pues
las de género o sexo son meramente puntuales", refiere este director quien
en sus cinco años al frente del Velázquez no ha tenido problema
"ideológico" con ninguna familia a cuenta de estos actos.
Clase sobre
hábitos alimenticios saludables en un aula de Primaria. / D. S.
En el CEIP Jadines del Valle, un colegio basado en la educación
emocional, tampoco se ha registrado ninguna queja de las familias por las actividades
complementarias que desarrolla. Todo lo contrario. Los padres son muy
participativos en este ámbito y proponen muchos contenidos a los responsables
de organizarlas, los equipos técnicos de cada ciclo. Así lo afirma su
directora, Matilde López, quien concreta que el plan de centro y
las finalidades que en él se persiguen les lleva a impartir muchos talleres
sobre violencia de género, igualdad o bullyng.
"Ante todo, queremos que los niños que aquí vengan sean tolerantes. Ése es
nuestro principal cometido", añade. Un propósito que se hace bastante
necesario dentro de una escuela donde conviven menores de 19 nacionalidades y
26 niños de Educación Especial. "Trabajar la empatía resulta
imprescindible", destaca López.
Los
coordinadores de cada ciclo son los principales encargados de proponer las
actividades complementarias. Por su "filosofía", este colegio cuenta,
además, con un coordinador de igualdad y otro de paz, que cambian cada
dos años de responsables. Las temáticas planteadas pasan a principio de curso
por el consejo escolar, donde se encuentran representados los padres.
Entre estas actividades hay algunas fijas e "ineludibles", como las
relacionadas con las del Día de la Violencia de Género y de la Mujer.
Una vez que cuentan con el visto bueno del consejo se envían a los equipos
técnicos, que otorgan la aprobación y se encargan de proporcionarle a los
coordinadores las pautas para desarrollarlas. Finalmente, se trasladan al claustro
de maestros, donde reciben la aprobación definitiva.
Acordes al plan de centro
"Cuando
los padres eligen este colegio para escolarizar a sus hijos saben muy bien
dónde los traen. Esto es un centro tolerante, apolítico y laico, que fomenta el
respeto a la diversidad, a las distintas ideologías y religiones",
defiende la directora del Jardines del Valle. Estos principios han provocado
que sea una de las escuelas más demandas por las nuevas familias que se han
instalado en el Casco Antiguo y que cada primavera presente un déficit de
plazas ante el elevado número de solicitudes. "Por tal motivo, nunca hemos
tenido problemas con ellas, pues todo lo que se imparte en esas horas se ajusta
a nuestras finalidades y al plan de centro", agrega Báez.
Azucena Sanz, directora del CEIP Altos Colegios Macarena,
considera que toda la polémica que ha generado el pin parental es una forma de "usar los
colegios como arma arrojadiza entre partidos políticos". Como en la
mayoría de los centros, aquí las actividades complementarias también se
organizan a principios de curso, aunque luego se van añadiendo otras. "Las
decide el claustro de maestros, que supervisa que vayan acordes al plan
del centro. Luego se explican al consejo escolar", especifica
Sanz, quien aclara que estas tareas "son evaluables, pues están dentro del
currículo y lo complementan".
Una actividad complementaria desarrollada en una de las sedes de Lipasam. / José Ángel García
"Su
organización requiere bastante trabajo, pues conlleva reajustes horarios para
impartirlas" afirma la directora de los Altos Colegios, quien abunda en
que para estas actividades siempre se trae a expertos. "Hemos tenido
charlas de la Policía Nacional para hablar de ciberacoso y bullyng. En vísperas
del Día de la Constitución nos visitó Javier Pérez Royo para hablarnos
de su libro relacionado con la Carta Magna", recuerda esta directora, que
ahora se propone que también impartan dichas clases mujeres deportistas y
científicas.
"No
pedimos permiso a los padres para hacer estas actividades, pues están dentro
del currículo y, por tanto, es competencia docente", destaca Sanz, quien
advierte que de ser obligatoria esta autorización, "complicaría
enormemente" el funcionamiento de colegios como éste, donde cada semana se
organiza una. La directora de los Altos Colegios también alerta del supuesto
caso en que una familia se niegue a que su hijo asista a una de estas clases:
"¿Con quién lo dejamos? ¿Lo excluimos?", se pregunta esta profesional
de la enseñanza, quien lamenta que "llevamos muchos años trabajando por la
inclusión de todos los niños para que ahora los discriminemos".
La libertad de enseñanza
Sobre un
posible adoctrinamiento en estas enseñanzas, Sanz hace uso de sus 32
años de experiencia como docente. "He trabajado de directora en colegios
de zonas tan distintas como las Tres Mil, Sevilla Este y el Casco Antiguo, y
puede asegurar que demasiados problemas tenemos ya los maestros como para
intentar también aleccionar a los alumnos en cuestiones ideológicas".
Dicho lo cual, defiende "la libertad de enseñanza por encima de las
políticas de izquierdas y derechas".
Pese a la
polémica desatada los últimos días, Sanz puntualiza que "la administración
educativa aún no se ha dirigido a los directores para darle instrucciones sobre
los permisos familiares". Por tanto, desde la Junta, como se podía
apreciar en las declaraciones más recientes de Imbroda, aún no se ha iniciado
ningún procedimiento al respecto.
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