Los Kulaks y el clero (1918, Rusia)
Tercerainformación
23/12/2019
En la lucha
contra los kulaks, la clase obrera y el campesinado pobre inmolaron muchos de
sus mejores hijos. Desde julio de 1918, es decir, desde el momento en que se
sublevaron los eseristas de izquierda, hasta diciembre, según datos
incompletos, los kulaks asesinaron cerca de 23.000 funcionarios soviéticos.
Además, desde mediados de junio hasta diciembre sucumbieron nas de 7.300
obreros, participantes en la cruzada por el trigo.
Los Kulaks hicieron cuanto pudieron para obstaculizar
la labor de los comités de campesinos pobres en Rusia. A la política de abastos
del Gobierno Sovietico y a la organización de campesinos pobres, los kulaks
respondían con alzamientos armados en todo el país. El mayor número de
sediciones kulaks tuvo lugar en el segundo semestre de 1918. "La jauría
avida, ahita y feroz de los kulaks - señaló V. I. Lenin - se ha unido por
doquier a los terratenientes y los capitalistas contra los obreros y los pobres
en general. En todas partes, los kulaks se han ensañado con ferocidad salvaje
en la clase obrera. En todas partes se han aliado con los capitalistas
extranjeros contra los obreros de su pais".
A la cabeza de los levantamientos de los kulaks, como
regla, se encontraba la oficialidad contrarrevolucionaria. Mediante el engaño,
el atemorizamiento y el chantaje, los kulaks lograron arrastrar más de una vez
a estos motines a la parte vacilante del campesinado. Los kulaks dirigían su
golpe principal contra los emisarios de la clase obrera, asesinando ferozmente
a los obreros y campesinos pobres activistas. En los últimos días de junio, los
kulaks armados atacaron a un grupo de obreros de Yaransk (provincia de Viatka),
llegado al sub distrito de Serdezh, causándole ocho muertos y 63 heridos
graves. Organizados por los eseristas de izquierdas, los kulaks se amotinaron
el 7 de agosto en el distrito de Peremishl, de la provincia de Kaluga. Sirvió
de pretexto para ello la llegada a la aldea Troitskoe de una comisión para
confiscar las caballerías. Los kulaks asesinaron a los miembros de la comisión,
y después, los cabecillas del motín distribuyeron por las aldeas de los
contornos una orden exigiendo que todos los campesinos se concentraron, inmediatamente,
e la aldea Troitskoe. Desde este punto, la muchedumbre de campesinos, engañados
por los eseristas de izquierda, se dirigió a Peremishl y disolvió el Soviet de
esta localidad.
Los alzamientos de kulaks en las provincias de Tver,
Riazan, Tambov y en otras, facilitaron a los intervencionistas su ofensiva
contra la Republica Sovietica.
La actitud antisovietica del clero fue un arma
importante utilizada por los enemigos del poder soviético en su lucha contra la
revolución socialista. Los popes tomaban parte activa en las acciones
contrarrevolucionaria de los kulaks. Utilizando los prejuicios religiosos y el
espíritu supersticioso de los aldeanos, el clero los enfrentaba con el poder
soviético. Cuando en cierta ocasión se presentó en el monasterio de
Nikolo-Ugreshski el representante del Soviet de Liubertsi, de la provincia de
Moscu, exigiendo que se le entregasen caballos para atender a las necesidades
del Comisariado Militar, el pope responsable del monasterio le rogó que
esperase media hora, aprovechada para enviar recaderos a las aldeas
circundantes diciendo que "los bolcheviques saqueaban el monasterio y
asesinaban a los monjes". Se congregó una gran muchedumbre que intentó
linchar al representante del Soviet, pudiendo impedirlo a duras penas los
campesinos pobres. La comisión extraordinaria del distrito registró el
monasterio encontrando proclamas antisovieticas y los estatutos de una
organización contrarrevolucionaria.
En la lucha contra los kulaks, la clase obrera y el
campesinado pobre inmolaron muchos de sus mejores hijos. Desde julio de 1918,
es decir, desde el momento en que se sublevaron los eseristas de izquierda,
hasta diciembre, según datos incompletos, los kulaks asesinaron cerca de 23.000
funcionarios soviéticos. Además, desde mediados de junio hasta diciembre
sucumbieron nas de 7.300 obreros, participantes en la cruzada por el trigo.
El proletariado se vio obligado a replicar a los
kulaks con medidas implacables. Todo el que se oponía por las armas al poder
soviético era ejecutado en el acto. El fusilamiento de un explotador salvaba la
vida a decenas y centenares de obreros y campesinos trabajadores.
A mediados de 1918, habían sido instituida ya 40
comisiones provinciales y 365 distritales extraordinarias. Ellas fueron la espada
vengadora que abatia a los enemigos de la revolucion socialista. Atendiendo al
llamamiento del Partido Comunista, también el campesino medio se alzó en pos de
los campesinos pobres a la lucha contra los kulaks. No existía en el país
ningún rincón donde los trabajadores no se mantuvieran alerta contra la
burguesía y los kulaks, ni donde los intentos de los explotadores para alzarse
contra la revolucion socialista no fuesen cortados inmediatamente de raíz.
Fuente: Academia de Ciencias de la URSS. Instituto de
Historia.
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