Más de 100 000 cuentas falsas han sido creadas para apoyar el Golpe de
Estado en Bolivia.
DIARIO OCTUBRE / noviembre 18, 2019
Más de 100 000 cuentas falsas se crearon en Twiter en
una sola semana para acompañar el Golpe de Estado en Bolivia, de acuerdo con
una investigación divulgada por Julián Macías Tovar, responsable de
redes sociales de Unidas Podemos, en España.
Cuando está en pleno desarrollo la violación masiva de
la libertad de expresión, tras la censura a los medios bolivianos y la
persecución de comunicadores nacionales y extranjeros, el estudio aporta
evidencias contundentes sobre el despliegue de tácticas militares a gran escala
para inundar de propaganda las redes digitales, que obedecen a una operación
estratégica previa al Golpe de Estado y que se encuentra en acción.
Aunque el uso de robots para amplificar mensajes viola
las políticas de Twitter y ya otros investigadores han denunciado estas
operaciones, como el investigador Luciano Galup, en
el diario argentino Página 12, los sistemas anti-spam de la
plataforma aún no se han dado por enterado.
Se trata de un volumen descomunal de cuentas
emergentes, con puntos de origen similares, que no tienen un comportamiento
orgánico. Las cuentas orgánicas en Twitter refieren a personas reales que se
expresan de manera natural en la red, mientras estas cuentas falsas son
generadas desde laboratorios y de manera programada con sistemas de
inteligencia artificial.
De acuerdo con Julian Macías, la cuenta de Luis Fernando Camacho pasó en los
últimos 15 días de 3000 a 130 000 seguidores, de los cuales más de 50 000
son perfiles recién creados en noviembre de 2019, de acuerdo con la
investigación.
La autoproclamada presidenta Jeanine
Añez pasó en las dos últimas semanas de 8 000 seguidores a casi 150.
000 seguidores, de los cuales más de 40.000 son cuentas falsas
recién creadas.
Estas cuentas tienen entre cero y un seguidor, y
divulgaron noticias falsas (fake news) con apoyo logístico internacional.
De acuerdo con Macías, al sumar el número de cuentas recién creadas que seguían
a Camacho y Añez, aparece una comunidad de 68 000 perfiles creados este mes.
La mayoría de estas cuentas falsas fueron creadas
antes del 10 de noviembre, día en que los militares exigieron la renuncia del
presidente Evo Morales y se desencadenó el golpe de Estado con el inicio de una
violenta represión en Bolivia, que ha cobrado la vida de más de 20 personas y
otras 700 han resultado heridas.
El número seguramente aumentará al seguir analizando
cuentas que hayan participado en los HT (hashtag o etiquetas) de ataque a Evo y
en los RTs (retuits) a tuits virales que apoyaban el Golpe de Estado, asegura
Macías.
Otro dato curioso que advierte el investigador: una
cuenta estadounidense que simula ser el perfil de Robert de Niro, con un
vídeo de un manifestante herido, «podría ser una producción simulada, ya que no
se ve el origen, lo más curioso es el agradecimiento al Sr. de Niro por atacar
a Evo Morales».
Cien mil cuentas en Twitter no se pueden crear de la
noche al día sin la intervención de agencias de los Estados Unidos y al
complicidad de la plataforma de redes sociales. Cualquier acción coordinada que genere un tráfico masivo y abrupto desata
las alarmas en las operadoras de telecomunicaciones, que pueden interpretar que
se trata de un ciberataque.
Con hashtags como #EvoAsesino, #EvoDictador
#EvoEsFraude o #NoHayGolpedeEstadoenBolivia, los mensajes de estas cuentas
intoxicaron la conversación social con mensajes de «Evo Morales es un corrupto»
y acusaciones de haberse «robado» las elecciones de octubre. También celebraron
la asunción a la presidencia de Jeanine Añez y declararon que el régimen de
facto ha llevado, finalmente, «la democracia y libertad» al pueblo boliviano.
Tal operación de propaganda no solo ha ocurrido en
Twitter. También hubo coordinación de las etiquetas de ataque en perfiles de
Facebook y Youtube, mientras algunos contenidos de diarios derechistas se
viralizaron durante estos días con apoyo automatizado.
En la historia de Twitter, fundado el 21 de marzo de
2006, es la primera vez que se produce un despliegue de tal volumen de
perfiles falsos creados en tan poco tiempo, de acuerdo con investigadores
consultados. Twitter tiene mecanismos para detectar estas cuentas que realizan
actividades sospechosas. De hecho, hay múltiples herramientas de medición, como
Audience -utilizada por Julián Macías-, que permiten advertir cómo
es que escalan.
¿Por qué Twitter no ha reaccionado en este caso y
sigue procesando el contenido creado automáticamente, como si fueran “tuits
orgánicos”, al igual que cualquier mensaje de un político o de un periodista
renombrado?
Cuando estos mecanismos se desatan, no son sólo los
usuarios falsos los que propagan las noticias falsas. A estas campañas se van
sumando internautas comunes, que no solo no saben que los otros son falsos,
sino que no pueden prever los efectos de esta intoxicación masiva en las redes.
La creación abrupta de más de 100 000 cuentas no se
puede hacer sin la participación de agencias del Gobierno de Estados y sin la
complicidad de las plataformas de redes sociales, en particular de
Twitter. La plataforma del pulgar azul se especializa en
suspender cuentas de un particular signo político, como ocurrió con el bloqueo de miles de perfiles
chavistas recientemente, con el cierre temporal de la Cancillería de
Venezuela hace seis días y con más de 200 cuentas cubanas.
En Cuba, todavía el perfil @Cubadebate, el sitio más
popular de la Isla en Twitter con más de 300 000 seguidores, no ha sido
restituido desde que fuera bloqueado el 11 de septiembre pasado, dos horas
antes de una importante alocución del presidente Miguel Díaz-Canel al pueblo de
Cuba, para anunciar medidas económicas excepcionales. Tampoco han devuelto
otros perfiles institucionales y personales reales, entre ellos el de quien
escribe esta nota, @elizalderosa, creada en 2009 y con más de 15 000
seguidores.
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