PSOE: Socialdemocracia imposible
TERCERAINFORMACIÓN
06/09/2019
Ha resultado llamativo el paralelismo que se ha dado
entre el trato otorgado por el gobierno al Open Arms y el aplicado a Unidas
Podemos respecto a las negociaciones para la investidura. Existen tres
coincidencias evidentes. Primera: en ambos casos, desde el poder se ha practicado
una política de ninguneo, con ausencia de comunicación y negociación efectiva.
Segunda: el PSOE lanza a sus interlocutores, a última hora, una oferta que a
éstos les resulta imposible aceptar por extemporánea, en un intento de hacerles
responsables de la falta de acuerdo. Tercera: recurso gubernamental a la
mentira para desacreditar a la otra parte.
Este trato infligido, tanto a una
fuerza de izquierda a la que se considera ‘socio preferente’ como a una
organización humanitaria respecto de la que Ábalos y Calvo se deshacían en
elogios, es el síntoma de una reubicación formal del PSOE dentro del espacio
político al que fue conducido, hace ya décadas, por lo que se dio en llamar el
felipismo. Efectivamente, desde 2014 hasta la moción de censura que desbancó a
Rajoy, y con el paréntesis del acuerdo con Rivera, Sánchez se instaló en un
discurso socialdemócrata que alcanza su cénit en las primarias que le auparon a
la secretaría general del partido, así como en la campaña para los
comicios celebrados en abril. Es decir, mientras duran las contiendas
electorales (tanto internas como externas), se recurre a un relato progresista,
concomitante con el de la izquierda, para abandonarlo inmediatamente tras el
acceso al gobierno. En el caso del período que va desde la llegada de Sánchez a
La Moncloa hasta las últimas elecciones, se produce una situación mixta, en la
que el PSOE está tanto en campaña como gestionando. De ahí que adoptara, bajo
la presión de Unidas Podemos, medidas avanzadas(salario mínimo), a la par que
eludía la plasmación de otras que hubieran perfilado un cambio más
tangible(reforma laboral, limitación del precio de alquileres, regulación
eléctrica,…).
A partir del escenario que abren
los últimos resultados electorales, Iván Redondo se plantea la celebración de
una segunda vuelta (repetición electoral)que tendría dos objetivos: debilitar a
la izquierda hasta reducirla a la mínima expresión y afianzar tanto al PSOE
como al PP, es decir, el bipartidismo. Ello con la intención de implementar las
políticas de ajuste y devaluación interna que impone la troika y ofrecer una
salida a la crisis social, institucional y territorial del Régimen del 78 desde
el ‘centro’, frente a la solución estridente y extremista, y por tanto
inestable y desestabilizadora, del trifachito
Esto explica que no va a haber
ninguna clase de acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos. Y no por cuestiones
personales y de incompatibilidad entre Iglesias y Sánchez, como algunos
‘expertos’ sostienen. Tampoco por el asunto del gobierno de coalición(rechazado
ahora por el PSOE tras ofrecerlo en Julio). La razón es la incompatibilidad de
ambos proyectos políticos, fundamentalmente en el área socioconómica.
Porque independientemente de que el
PSOE ofrezca un acuerdo programático a UP que pudiera asumir esta organización,
el papel, sobre todo cuando se escribe sobre él con fines publicitarios, todo
lo soporta. El programa real del PSOE es el que contienen los dos documentos
que envió a Europa el pasado mes de mayo, tras las elecciones: el Programa
Nacional de Reformas 2019 y la Actualización del Programa de Estabilidad
2019-2022. En ambos textos, se obvia la derogación de los aspectos troncales de
la reforma laboral, se ignora la supresión del factor de sostenibilidad e
índice de revalorización de las pensiones, se establece un ajuste del déficit
estructural de 15.000 millones en dos años, se fija el compromiso de destinar
todos los ingresos fiscales extraordinarios a la reducción de la deuda. Y como
colofón, que el gasto público sobre el PIB, en 2022, no supere el 40,7% del
PIB(con sólo el 4% para educación): 8 puntos por debajo de la eurozona.
No se puede hablar, pues, de que la
izquierda no se entiende: el PSOE ha enterrado, al menos hasta la próxima
campaña electoral, la socialdemocracia.
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