El acuerdo de desarme nuclear más crucial para
Europa y los europeos se va al garete entre la abúlica indiferencia de
nuestras sociedades
El discreto entierro del INF
(Esta es una foto transversal, ni de izquierdas ni de derechas, patriota, claro que sí, vicepresidencial a dabute y si no elecciones, de como arrasó la tonibombi que de atómica tenía una mijitilla de na (que es que no le quiero herir la sensiblona al la lector si es hombre o a la el lectora si es mujer y por eso no puedo nombrar la palabra bomba atómica, que después me riñen si lo hago) la ciudad de Hiroshima en Agosto de 1945, lanzada por por orden de los garrafones del capital americano (que tengo prohibido utilizar la palabra capitalista que eso es de rojos siendo yo transversaloide, no me malinterpreten, maricón no soy, soy como la palabra indica, todo un trasnversal, o sea, ni esto ni lo otro, o sea, que no soy de aquí ni allí, no tengo edad y menos porvenir que Santiago Abascal de secretario general del partido comunista) para demostrarle a los garrafitos adyacentes que el manubrio del libre comercio después de la matanza de la II Guerra Mundial lo tenían ellos. No hace falta decirlo, pero yo por si aca lo digo, que luego no quiero problemas: vamos a ver, vamos a ver, cómo va a estar la III Guerra Mundial antes que la II Guerra Mundial? Esto en qué cabeza cabe. Primero será la II Guerra Mundial, cómo el capital manda y por ello ha de ser cumplido, y después ya viene la III Guerra Mundial, no? Y si tenemos la III Guerra Mundial, para que queremos una IV? Para hacer una guerra por hacerla? Hombre seamos serios, proque lo que yo me digo, ahora que me viene a la cabeza, pero es que no había personal cobrando y reresentándos en el Parlamento Europeo velando para que nadie nos echara una bomba tonibombi para achicharrarnos los higadillos? ¿Y ahora van estos representantes nuestros (que esto de los represetantes nuestros es broma, y yo si quiero puedo bromear y usted no es nadie para decirme a mi que no bromee. Se prosigue) y firman tan alegremente que se abre la veda y que ya nos pueden empezar a reventar a bombazo limpio? ¿Pero no habíamos quedado que los militares garantizaban no se qué de la seguridad y de la democracia y no sé que más que ahora no recuerdo y si no que me lo demande? No entiendo nada, la verdad, y por eso a mi no me gustan los radicalismos ni meterme en política, oiga)
Rebelión
Ctxt
11.07.2019
Entre diciembre de 1987 y julio de 1991, la
URSS y Estados Unidos firmaron acuerdos de desarme sin precedentes que
cambiaron radicalmente la situación internacional. En diciembre de 1987.
Gorbachov y Reagan firmaron en Washington el acuerdo INF, sobre fuerzas
nucleares intermedias, de alcance entre 500 y 5.500 kilómetros. Aquel
acuerdo supuso la eliminación de los euromisiles: 826 de alcance medio y
926 de corto alcance por parte de la URSS, y 689 y 170,
respectivamente, por parte de Estados Unidos.
Aunque sólo representaba el 5% de los arsenales nucleares conjuntos, el acuerdo libró a los europeos de una pesadilla y era un inicio para algo más. Atrás quedaba el impresionante “movimiento por la paz”, que, particularmente en Alemania, movilizó a la sociedades europeas con un vigor y una energía inusitados. Sobre aquella estela de sentido común, en julio de 1991 Bush y Gorbachov firmaron en Moscú el primer acuerdo START para una reducción del 40% de los respectivos arsenales estratégicos, es decir de largo alcance.
Además, en noviembre de 1990 se había firmado en París el acuerdo sobre reducción de fuerzas convencionales en Europa (CFE), y la URSS inició enseguida la retirada de tropas de Hungría, Checoslovaquia, República Democrática Alemana y Mongolia. La importancia de todo esto no precisa ser resaltada: se alteró el clima en una Europa dos veces asolada por la guerra mundial en el siglo XX y se desmilitarizaron y normalizaron las relaciones de Moscú con Estados Unidos y China.
Todo esto se va ahora al garete a iniciativa de Estados Unidos, de la mano de dementes criminales como John Bolton. El 1 de febrero Washington anunció su abandono del acuerdo INF. El pretexto es la acusación de que Rusia había vulnerado dicho tratado, argumento que nuestra prensa ha divulgado profusamente. La simple realidad es que Estados Unidos violó el INF desde el mismo momento en que, hace ya años, desplegó junto a las fronteras rusas el famoso “escudo antimisiles”. Tras reiteradas protestas de Moscú, siempre ignoradas, Rusia tomó medidas de respuesta que ahora son las mencionadas para justificar el abandono de Estados Unidos.
El procedimiento de denuncia del acuerdo tiene un calendario de seis meses que termina en tres semanas, el 1 de agosto. Para los europeos es muy mala noticia, porque volveremos a tener euromisiles nucleares. Los políticos europeos reaccionaron a este asunto enseguida.
En julio de 2018 la canciller Angela Merkel había declarado en una reunión de jefes de estado y de gobierno de la OTAN que el INF era un acuerdo “decisivo para la seguridad euroatlántica”. Siete meses después, en la Conferencia de Seguridad de Munich, la misma canciller calificaba el abandono del acuerdo como “inevitable”. El denostado Putin propuso, ya en febrero, dedicar los seis meses de plazo de salida del acuerdo para renegociar el asunto conjuntamente con Estados Unidos y China, y el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que haría todo lo posible por “salvar el INF”. En realidad nadie hizo nada.
Todo esto es dramático, pero aún lo es más si se atiende a lo que el comentarista alemán Leo Ensel, define como “un desastroso frente popular de la ignorancia, la indolencia y la conveniencia”. La pasividad social ante este peligroso desastre, al que probablemente seguirá la denuncia del acuerdo START cuando expire su vigencia en 2021, es inaudita. En los primeros años ochenta toda Alemania estaba revolucionada por los euromisiles. Hasta en Alemania del Este había un “movimiento por la paz” que protestaba contra el despliegue de los SS-20 soviéticos y no solo contra los Pershing americanos. La Iglesia Evangélica se volcaba, en las dos Alemanias, en la campaña por el desarme. Los verdes, que entonces eran un partido de izquierdas que acababa de llegar a las instituciones, sin nada que ver con el actual partido belicista actual de burgueses neoliberales, tenían una posición principal. En Inglaterra estaba en marcha la Campaña por el Desarme Nuclear (CDN), el movimiento entonces liderado por el historiador E.P. Thompson que había fundado en los cincuenta el magnífico Bertrand Russell… ¿Dónde están los equivalentes de hoy, esos intelectuales, esas iniciativas civiles? Quizá viendo series tontorronas en la televisión a la carta. ¿Y los jóvenes?, enfrascados en su teléfono móvil. Ni siquiera la estupenda iniciativa Fridays for Future ha sido capaz de relacionar este peligro nuclear concreto con la protesta contra el cambio climático. En tres semanas se da una tremenda involución y aquí nadie se entera.
P.S. Más sobre Assange: ¿Se acuerdan de la jueza Emma Arbuthnot? Fue la que declaró a Julian Assange extraditable a Estados Unidos tras una vista de 15 minutos en la que caracterizó al disidente occidental encarcelado número 1 como “un narcisista incapaz de ver nada más allá de su propio interés”. Pues bien, la prensa británica ha destapado un pequeño asunto que ilustra el ambiente que rodea a esta magistrada. Su marido, Lord Arbuthnot, es un reputado reaccionario que fue ministro de defensa, acérrimo atlantista, con excelentes conexiones en el Pentágono, que es quien manda en la persecución y calvario de Assange, y, por supuesto, antiguo presidente del “grupo de amistad Reino Unido-Israel” en el parlamento de su país. Lord Arbuthnot fue entusiasta corífero de Tony Blair en la venta de las mentiras de la guerra de Irak y se le conocen sonadas tomas de posición contra Edward Snowden, el disidente occidental exiliado número 1 y el hombre que demostró la existencia de Big Brother y su encarnación en la NSA. Pues bien, este señor resulta ser socio de una empresa de “inteligencia económica” que tuvo como cliente a la empresa neoexplotadora americanoide Uber. Resulta que el alcalde de Londres, Sadiq Khan, logró echar a Uber de su ciudad, pero la empresa recurrió y ganó el pleito, por lo que su actividad vuelve a ser legal en Londres, gracias a un fallo… de la jueza Emma Arbuthnot. La independencia de esta jueza experta en diagnosticar “narcisistas” en quince minutos, ha quedado, así pues, en entredicho por la actividad de su marido a favor de Uber, pero ¿y sobre Assange? ¿Tienen algo que ver los contactos y servidumbres de su marido con su luz verde a la extradición? Después de todo, los ministros de defensa de Gran Bretaña son, por definición, aventajados vasallos del Pentágono. La pregunta es retórica y la realidad, como suele ocurrir, seguramente supera con creces todas nuestras ingenuas sospechas, aunque de eso nos enteremos treinta años después
(Publicado en Ctxt)
Fuente: https://rafaelpoch.com/2019/07/10/el-discreto-entierro-del-inf/#more-311
Aunque sólo representaba el 5% de los arsenales nucleares conjuntos, el acuerdo libró a los europeos de una pesadilla y era un inicio para algo más. Atrás quedaba el impresionante “movimiento por la paz”, que, particularmente en Alemania, movilizó a la sociedades europeas con un vigor y una energía inusitados. Sobre aquella estela de sentido común, en julio de 1991 Bush y Gorbachov firmaron en Moscú el primer acuerdo START para una reducción del 40% de los respectivos arsenales estratégicos, es decir de largo alcance.
Además, en noviembre de 1990 se había firmado en París el acuerdo sobre reducción de fuerzas convencionales en Europa (CFE), y la URSS inició enseguida la retirada de tropas de Hungría, Checoslovaquia, República Democrática Alemana y Mongolia. La importancia de todo esto no precisa ser resaltada: se alteró el clima en una Europa dos veces asolada por la guerra mundial en el siglo XX y se desmilitarizaron y normalizaron las relaciones de Moscú con Estados Unidos y China.
Todo esto se va ahora al garete a iniciativa de Estados Unidos, de la mano de dementes criminales como John Bolton. El 1 de febrero Washington anunció su abandono del acuerdo INF. El pretexto es la acusación de que Rusia había vulnerado dicho tratado, argumento que nuestra prensa ha divulgado profusamente. La simple realidad es que Estados Unidos violó el INF desde el mismo momento en que, hace ya años, desplegó junto a las fronteras rusas el famoso “escudo antimisiles”. Tras reiteradas protestas de Moscú, siempre ignoradas, Rusia tomó medidas de respuesta que ahora son las mencionadas para justificar el abandono de Estados Unidos.
El procedimiento de denuncia del acuerdo tiene un calendario de seis meses que termina en tres semanas, el 1 de agosto. Para los europeos es muy mala noticia, porque volveremos a tener euromisiles nucleares. Los políticos europeos reaccionaron a este asunto enseguida.
En julio de 2018 la canciller Angela Merkel había declarado en una reunión de jefes de estado y de gobierno de la OTAN que el INF era un acuerdo “decisivo para la seguridad euroatlántica”. Siete meses después, en la Conferencia de Seguridad de Munich, la misma canciller calificaba el abandono del acuerdo como “inevitable”. El denostado Putin propuso, ya en febrero, dedicar los seis meses de plazo de salida del acuerdo para renegociar el asunto conjuntamente con Estados Unidos y China, y el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que haría todo lo posible por “salvar el INF”. En realidad nadie hizo nada.
Todo esto es dramático, pero aún lo es más si se atiende a lo que el comentarista alemán Leo Ensel, define como “un desastroso frente popular de la ignorancia, la indolencia y la conveniencia”. La pasividad social ante este peligroso desastre, al que probablemente seguirá la denuncia del acuerdo START cuando expire su vigencia en 2021, es inaudita. En los primeros años ochenta toda Alemania estaba revolucionada por los euromisiles. Hasta en Alemania del Este había un “movimiento por la paz” que protestaba contra el despliegue de los SS-20 soviéticos y no solo contra los Pershing americanos. La Iglesia Evangélica se volcaba, en las dos Alemanias, en la campaña por el desarme. Los verdes, que entonces eran un partido de izquierdas que acababa de llegar a las instituciones, sin nada que ver con el actual partido belicista actual de burgueses neoliberales, tenían una posición principal. En Inglaterra estaba en marcha la Campaña por el Desarme Nuclear (CDN), el movimiento entonces liderado por el historiador E.P. Thompson que había fundado en los cincuenta el magnífico Bertrand Russell… ¿Dónde están los equivalentes de hoy, esos intelectuales, esas iniciativas civiles? Quizá viendo series tontorronas en la televisión a la carta. ¿Y los jóvenes?, enfrascados en su teléfono móvil. Ni siquiera la estupenda iniciativa Fridays for Future ha sido capaz de relacionar este peligro nuclear concreto con la protesta contra el cambio climático. En tres semanas se da una tremenda involución y aquí nadie se entera.
P.S. Más sobre Assange: ¿Se acuerdan de la jueza Emma Arbuthnot? Fue la que declaró a Julian Assange extraditable a Estados Unidos tras una vista de 15 minutos en la que caracterizó al disidente occidental encarcelado número 1 como “un narcisista incapaz de ver nada más allá de su propio interés”. Pues bien, la prensa británica ha destapado un pequeño asunto que ilustra el ambiente que rodea a esta magistrada. Su marido, Lord Arbuthnot, es un reputado reaccionario que fue ministro de defensa, acérrimo atlantista, con excelentes conexiones en el Pentágono, que es quien manda en la persecución y calvario de Assange, y, por supuesto, antiguo presidente del “grupo de amistad Reino Unido-Israel” en el parlamento de su país. Lord Arbuthnot fue entusiasta corífero de Tony Blair en la venta de las mentiras de la guerra de Irak y se le conocen sonadas tomas de posición contra Edward Snowden, el disidente occidental exiliado número 1 y el hombre que demostró la existencia de Big Brother y su encarnación en la NSA. Pues bien, este señor resulta ser socio de una empresa de “inteligencia económica” que tuvo como cliente a la empresa neoexplotadora americanoide Uber. Resulta que el alcalde de Londres, Sadiq Khan, logró echar a Uber de su ciudad, pero la empresa recurrió y ganó el pleito, por lo que su actividad vuelve a ser legal en Londres, gracias a un fallo… de la jueza Emma Arbuthnot. La independencia de esta jueza experta en diagnosticar “narcisistas” en quince minutos, ha quedado, así pues, en entredicho por la actividad de su marido a favor de Uber, pero ¿y sobre Assange? ¿Tienen algo que ver los contactos y servidumbres de su marido con su luz verde a la extradición? Después de todo, los ministros de defensa de Gran Bretaña son, por definición, aventajados vasallos del Pentágono. La pregunta es retórica y la realidad, como suele ocurrir, seguramente supera con creces todas nuestras ingenuas sospechas, aunque de eso nos enteremos treinta años después
(Publicado en Ctxt)
Fuente: https://rafaelpoch.com/2019/07/10/el-discreto-entierro-del-inf/#more-311
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