EEUU reconoce su responsabilidad en la crisis de Venezuela
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13.05.2019
El descaro y el robo llevado al rango de política de Estado
La información volaba en las redacciones. ¿Viste lo que encontró GrayZone? El Departamento de Estado reconocía -y se ufanaba de ello- su responsabilidad en la crisis que hoy vive el pueblo venezolano. Nadie podía creerlo. El descaro convertido en relaciones exteriores y el robo llevado al rango de política de Estado.
La
publicación original de este fact sheet -como se denomina en inglés a un
boletín- fue realizada por el State Department en su portal pero
rápidamente retirado, hasta que la periodista Anya Parampil lo ubicó y
lo publicó en el periódico digital Grayzone (puede leer la nota en https://thegrayzone.com/2019/05/06/us-state-department-publishes-then-deletes-sadistic-venezuela-hit-list-boasting-of-economic-ruin/ y puede descargar el documento original en https://thegrayzone.com/wp-content/uploads/2019/05/US-Department-of-State-Venezuela-actions.pdf).
“El
24 de abril, seis días antes de que el autoproclamado “presidente
interino” venezolano, Juan Guaidó, intentara derrocar violentamente al
gobierno electo democráticamente de Venezuela junto con un puñado de
desertores militares, el Departamento de Estado de los Estados Unidos
publicó un boletín que mostraba el papel central de Washington en el
intento de golpe de Estado en curso. Después de darse cuenta de la
naturaleza incriminatoria de su error, el Departamento de Estado actuó
rápidamente para eliminar la página”, escribe Parampil.
Consultado Samuel Moncada, representante permanente de Venezuela ante la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre este informe, respondió
el diplomático que el boletín era “una lista de confesiones”.
“Imagínese
si cualquier otro país dice (que) está orgulloso de decir que estamos
destruyendo la economía de nuestro vecino; estamos orgullosos de haber
destruido el sistema político de nuestro vecino; estamos orgullosos de
que estén sufriendo. Dicen que estamos librando una guerra contra
Venezuela”, enfatizó Moncada.
El embajador
acusó a Estados Unidos de participar en un “acoso” contra Venezuela en
lugar de dar espacio a la diplomacia internacional, publicó Parampil.
“Ellos
dicen que son nuestros logros “clave”, comentó Moncada. “Están diciendo
que están causando problemas en nuestro ejército e induciendo un golpe
militar, que hasta ahora no han logrado, pero están trabajando para
lograrlo”.
“Si cualquier otra persona lo dice”, concluyó el embajador, “y si usted realiza esa confesión en la corte, irá a prisión”.
El
boletín publicado y luego retirado dice que “la política de los Estados
Unidos sobre Venezuela se enfoca en garantizar elecciones libres,
justas y transparentes que traigan prosperidad y democracia al pueblo de
Venezuela. Para cumplir con este objetivo, los Estados Unidos han
emprendido una serie de acciones políticas firmes desde 2017 con el fin
de presionar al antiguo régimen de Maduro (sic) y apoyar a los actores
democráticos”.
Señala también las acciones
adoptadas por el Departamento de Estado que incluirían “más de USD 213
millones en respuesta humanitaria” y “USD 43 millones en asistencia
económica y para el desarrollo”. “El 24 de enero, el Secretario Pompeo
anunció que Estados Unidos está listo para proporcionar $ 20 millones
adicionales en asistencia humanitaria inicial a las personas dentro de
Venezuela”, cierra el documento, que no destina más que unas pocas
líneas a señalar lo que habrían hecho para responder a la crisis
humanitaria.
Es de destacar que los 256
millones de dólares no habrían sido entregados en Venezuela, sino a
gobiernos y entidades fuera del país. La “asistencia humanitaria inicial
a las personas dentro de Venezuela” no supera los 20 millones. Nada en
comparación con la guerra y el expolio al que ha sido sometido el pueblo
venezolano a raíz de la postura injerencista de los Estados Unidos.
El
capítulo más extenso del boletín son sin duda las sanciones, entre las
que se destacan organismos y personas venezolanas. “Tales acciones
aseguran que el régimen de Maduro no puede contar con el sistema
financiero de los Estados Unidos para sus prácticas destructivas”, dice
el documento.
Si eso no es un bloqueo
financiero, es algo muy parecido, porque además se sanciona a entidades y
personas de terceros países que hagan negocios con Venezuela. El
objetivo es sin duda asediar al pueblo y Gobierno de Venezuela para
someterlos por hambre y privaciones.
Mientras tanto, se ofrecen esos milloncitos como “ayuda humanitaria”.
Las
sanciones tienen justificaciones como que se dirigen “a quienes
participan en socavar procesos o instituciones democráticas, actos de
violencia o violaciones de derechos humanos, acciones contra la libertad
de expresión o reunión pacífica, corrupción pública por parte de altos
funcionarios del gobierno” (actuales o antiguos), pero no hacen sino
impedir las normales operaciones económicas y financieras de cualquier
gobierno a lo largo y ancho del planeta entero.
“Sanciones
que niegan la financiación del régimen y protegen al sistema financiero
de los Estados Unidos de la complicidad en la corrupción”, que es un
eufemismo para decir que bloquean los fondos que Venezuela tenga en
cualquier lugar del mundo, incluyendo organismos internacionales de los
que participe Estados Unidos.
“El objetivo
son las personas que operan en cualquier sector de la economía
venezolana en el que el régimen de Maduro saquea la riqueza de Venezuela
para sus propios fines corruptos”. Según lo que ellos mismos sostienen,
todo. O sea que el bloqueo es indiscriminado.
En el boletín, el
Departamento de Estado se apropia de las maniobras que se realizaron en
contra de Venezuela en algunos organismos internacionales,
particularmente la OEA y el Grupo de Lima, que aunque es vox populi y
explícito en sus resoluciones que responden a los intereses de Estados
Unidos, el texto deja claro qué tanto.
Quizás
lo más interesante sea la sección dedicada a lo que el Departamento de
Estado considera “resultados claves” de sus propias acciones.
Entre estos “resultados claves” del accionar de la organización dirigida
por Mike Pompeo están: la autoproclamación de Guaidó, el reconocimiento
de 54 países (de los 198 que tiene la ONU) a la misma, la designación
de representantes de ese “gobierno” en 36 países y tres organismos y la
deserción de “más de 1.000 miembros del Ejército” que huyeron a
Colombia.
También se ufana de que ahora “la
refinería estadounidense Citgo (propiedad de la venezolana PDVSA) está
ahora bajo el control del gobierno interino (sic)”, “aproximadamente 3.2
mil millones (de dólares) de los activos de Venezuela en el extranjero
están congelados” y “en marzo, la producción de petróleo de Venezuela
cayó a 736.000 barriles por día (bpd), menos de la mitad de la
producción en marzo de 2018, y redujo sustancialmente los ingresos para
el régimen de Maduro. Dos de los cuatro mejoradores se reiniciaron,
luego de que los cortes de energía en todo el país dejaran a los
mejoradores inoperables”. “Se estima que 25 petroleros de crudo con 12
millones de barriles permanecen varados frente a las costas de
Venezuela, debido a las dificultades para encontrar compradores”.
“La
presión diplomática resultó en menos mercados para el oro venezolano.
Un banco de los Emiratos Árabes Unidos canceló la compra de oro de
Venezuela y hay indicios de que las exportaciones de oro a Turquía han
disminuido”, concluye sin más el boletín.
Lo que esto no dice es cuánta leche se hubiera podido comprar con esos fondos, o cuánto arroz, o cuánta carne.
Tampoco
dice cuántos antirretrovirales, o tratamientos para el cáncer, o
material quirúrgico para el sistema de salud dejaron de adquirirse.
Por supuesto que el boletín tampoco menciona los repuestos e insumos
para el transporte y la industria que no se pudieron comprar.
No señala el documento cuál ha sido el costo en derechos económicos, sociales y culturales afectados para todas las venezolanas y venezolanos.
No señala el documento cuál ha sido el costo en derechos económicos, sociales y culturales afectados para todas las venezolanas y venezolanos.
Y mucho menos indica quién se está enriqueciendo con todo esto.
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