El Manifiesto de ReCommons, una iniciativa para hacer avanzar la izquierda
popular en Europa
Rebelión
CADTM
30.04.2019
Mientras que a
la campaña para las elecciones europeas de fines de mayo de 2019 le cuesta
arrancar y suscita muy poco interés, la iniciativa de ReCommons con el
«Manifiesto por un nuevo internacionalismo de los pueblos en Europa» [ 1 ]
Europa tiene un comienzo prometedor. El texto fue redactado por dieciséis
personas de seis países (Bélgica, Bosnia, Estado español, Francia, Grecia y
Gran Bretaña), que militan en organizaciones y movimientos diferentes
(sindicatos, partidos políticos, movimientos de activistas) y con experiencias
diversas y complementarias en economía, ciencias políticas, filosofía, antropología,
derecho, ecología, sindicalismo, feminismo, solidaridad Norte/Sur, etc. Además
estas personas representan, por edad, a tres generaciones. El Manifiesto es
apoyado por más de 160 firmantes provenientes de 21 países europeos. Entre esos
firmantes, la mayoría son mujeres. Y se continúa la recogida de firmas.
Los puntos más
destacables de la iniciativa ReCommonsEurope
RecommonsEurope
emana de la voluntad de colaboración entre dos redes
europeas, el CADTM [ 2 ]
Las dos redes, CADTM y EReNSEP, estuvieron directamente implicadas en la
experiencia griega de 2015 y de allí se extrajeron una serie de lecciones
convergentes. Por otro lado, desde hace más de quince años, ELA y el CADTM
están comprometidos sistemáticamente en diferentes iniciativas
internacionalistas, desde el Foro Social Mundial lanzado en 2001 al
Altersummit, pasando por la experiencia del Foro Social Europeo. Por lo tanto,
las y los militantes de ELA, del CADTM y de EReNSEP están directamente
implicados en los combates que se desarrollan en sus respectivos países.
Además, estas personas participaron activamente en las discusiones y reuniones
del Plan B desde 2015 hasta ahora.
El texto del
manifiesto fue elaborado durante las tres reuniones mantenidas en 2018, y
redactado de manera colectiva en 2019. Este manifiesto se puede considerar una
continuación del llamamiento denominado ‘Los retos de la izquierda en la zona
euro’ [ 3 ]
, un texto colectivo presentado por más de 70 firmantes en febrero de 2017.
El objetivo de ReCommonsEurope
es a la vez modesto y ambicioso: demostrar que es posible y necesario poner
en marcha un conjunto de medidas radicales en Europa.
El Manifiesto
proviene de esta constatación: una gran parte de las organizaciones políticas
de izquierda y de los movimientos sociales tiene miedo de proponer medidas
realmente anticapitalistas, antipatriarcales, antirracistas y ecosocialistas.
Algunas organizaciones practican cínicamente el «socioliberalismo», lo que las
coloca directamente fuera del campo de la izquierda.
A diferencia de
una izquierda que tiene miedo hasta de su sombra o que se compromete totalmente
con el orden establecido, ReCommonsEurope propone medidas radicales
ecosocialistas, feministas, antirracistas, claramente a favor del
internacionalismo de los pueblos y con el objetivo de impulsar una revolución
social y política.
La experiencia
griega de 2015 es, a menudo, utilizada como espantajo. Sería la demostración de
la imposibilidad de poner en práctica un programa radical. Pero los miembros de
ReCommonsEurope extraen una enseñanza totalmente diferente de la experiencia
griega, y felizmente no están solos, que es esta: el gobierno del primer
ministro Alexis Tsipras renunció desde el comienzo a aplicar, de manera real,
los compromisos radicales acordados con el pueblo griego, y eso condujo al
desastre que todos y todas conocemos.
Para ReCommonsEurope
se debe reafirmar la necesidad de aplicar un programa radical y tener, en la
práctica, una estrategia compuesta de movilización, desobediencia y
autoorganización popular.
Las redactoras
y los redactores del Manifiesto tienen puntos de vista diferentes sobre algunas
cuestiones que se deberían zanjar: ¿Es necesario abandonar la zona euro? ¿Es
posible y útil crear una moneda complementaria? ¿Hay que expropiar por completo
los bancos y las aseguradoras para hacer de ellos un servicio público o bien se
debe crear un polo bancario público que le haga competencia a los bancos
privados capitalistas? ReCommonsEurope se considera un lugar de confrontación
de puntos de vista, un lugar de debates sobre las medidas que se deben tomar.
El Manifiesto no es un documento a aceptar o a rechazar, es una invitación a la
discusión.
Las y los
militantes que se encuentran en torno a ReCommonsEurope son
perfectamente conscientes de que no es suficiente con promocionar un programa,
aunque este sea excelente. Está claro que son las luchas las que serán
determinantes para conseguir el cambio profundo de las relaciones de fuerza, y
permitir la puesta en marcha de una serie coherente de medidas económicas,
políticas, sociales, culturales, etc. Para que esos combates desemboquen en
cambios profundos, aquellas y aquellos que se reúnen en el marco de ReCommonsEurope
están convencidas y convencidos que es fundamental comprometerse con el
conjunto de medidas que debe realizar un gobierno popular.
La crisis
climática, las violentas políticas de austeridad y el peligro representado por
la extrema derecha racista y xenófoba hacen que sea aún más urgente definir una
estrategia que asocie la autoorganización popular, los movimientos sociales y
las organizaciones políticas, para poner la política al servicio de la mayoría.
Desde hace diez
años, numerosas movilizaciones populares cuestionan el orden existente. El
Manifiesto se enmarca en el seno de esos movimientos y prioriza la lucha contra
la explotación y contra todas las formas de opresión.
Como lo señala
la introducción del Manifiesto, los movimientos de lucha de los diez últimos
años son indisociables de las urgencias sociales, ecológicas, democráticas,
feministas y solidarias. Urgencia social porque las condiciones de vida y de
trabajo de las clases trabajadoras en Europa se han deteriorado constantemente
durante los últimos treinta años, y especialmente desde la crisis que afectó al
continente a partir de 2008-2009. Urgencia ecológica porque el consumo
exponencial de combustibles fósiles, y en forma general, la destrucción de los
ecosistemas, consustancial al sistema capitalista, condujo al cambio climático
planetario hasta el punto de no retorno, amenazando la propia existencia de la
humanidad. Urgencia democrática porque, ante los desafíos planteados a las
clases dominantes en los últimos treinta años, estas no dudaron en adoptar
métodos de dominación cada vez menos cuidadosos con las apariencias
democráticas y cada vez más coercitivos. Urgencia feminista porque la opresión
patriarcal en sus diferentes formas está provocando cada vez más reacciones
masivas de rechazo, proclamadas con contundencia por millones de mujeres y
hombres. Urgencia solidaria, finalmente, porque el cierre de fronteras y la
construcción de muros en respuesta a millones de migrantes en todo el mundo,
huyendo de la guerra, de la miseria, de los desastres ambientales o de los
regímenes autoritarios, solo constituyen una negación de humanidad. Cada una de
estas urgencias conduce, como reacción, a movilizaciones de desobediencia,
autoorganización y construcción de alternativas, que constituyen otros tantos
focos posibles de alternativas democráticas en Europa.
La Unión
Europea es hoy no solo una de las vanguardias del neoliberalismo y del
imperialismo, sino también un conjunto irreformable de instituciones al servicio
del gran capital. Por lo tanto, una izquierda que aspire a la transformación
social ya no puede ser creíble y realista sin poner en el centro de su
estrategia la ruptura con los tratados e instituciones de la Unión Europea.
Al hacer estas
propuestas para desobedecer y romper con las instituciones europeas, no se
pretende buscar una solución nacionalista a la crisis y a la protesta social.
Al igual que en el pasado, es necesario adoptar una estrategia
internacionalista y abogar por una federación europea de pueblos que se oponga
a la prosecución de la actual integración, totalmente dominada por los
intereses del gran capital. También deberíamos desarrollar constantemente
campañas y acciones coordinadas a nivel continental (y más allá) en las áreas
de la deuda , la ecología, el derecho a la
vivienda, la recepción de migrantes y de refugiados, la salud pública, la
educación pública y otros servicios públicos, el derecho al trabajo, la lucha
para cerrar las centrales nucleares, la drástica reducción del uso de
combustibles fósiles, la lucha contra el dumping fiscal y los paraísos
fiscales, la lucha por la socialización de los bancos, los seguros y el sector
energético, la reapropiación de los bienes
comunes , la acción contra
la evolución cada vez más autoritaria de los gobiernos y a favor de la
democracia en todos los sectores de la vida social, la lucha por la defensa y
extensión de los derechos de las mujeres y las personas LGBTI, la promoción de
los bienes públicos y el inicio de procesos constituyentes.
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