PANORAMA
POLÍTICO
Renuncia de Jovenel Moïse no resuelve la crisis en
Haití
|
Guarionex Rosa | ANALISTA POLÍTICO
Listín Diario
16.02.2019
La renuncia del presidente haitiano,
Jovenel MoÔse, no solucionará la grave situación que vive su país, dejaría la
vacancia del Ejecutivo en manos del Congreso que está muy dividido y podría dar
paso a una revolución con la toma del poder por políticos radicales.
A eso último teme los Estados Unidos,
desde cuya embajada en Puerto Príncipe se ha visto cómo se ha elevado el tono
de los discursos de quienes protestan en las calles, con un renovado
antinorteamericanismo y llamamientos contra la burguesía.
Si fueran solamente los llamamientos de
las turbas no sería nada, pero los manifestantes han dado clara señal de que existe
un serio problema de lucha de clases, al atacar negocios de todo tipo, hoteles
y hasta la Televisión de Haití, normalmente neutral. A la poblada le llaman
“país cerrado”.
Estados Unidos no sabría qué hacer en
las presentes circunstancias. El miércoles recibió en el despacho del asesor de
Seguridad, en Washington, D. C., John Bolton, al canciller haitiano, Boccit
Edmond, enviado con urgencia por el asediado Presidente.
Bolton, reconocido por sus posturas
fuertes es reconocido por el título de su principal libro: “Rendirse no es una
Opción”, cuyo mensaje esencial pudo transmitir al presidente MoÔse, ya que el
viernes tras recibir al Canciller, reafirmó que no dejaría la Presidencia.
Sin
apoyo popular
Sin apoyo popular, MoÔse fue elegido en segunda vuelta en los comicios del
2016, tras la primera vuelta en 2015 en la cual ninguno de los candidatos
obtuvo una mayoría sobre el 50%. Su elección en los dos comicios se
reputó fraudulenta, aunque la apoyó Estados Unidos.
Si MoÔse dejara el puesto apremiado por
las circunstancias que vive Haití, que no son nuevas en su historia, caería
también su primer ministro, Jean HenryCéant y su gabinete, lo que daría paso
provisional al presidente de la Asamblea Nacional, Carl Murat Cantave.
Cantave ha estado urgiendo al presidente
MoÔse a convocar a todos los sectores para resolver la crisis, pero muchos
observadores creen que está a la espera de que la situación se deteriore
todavía más para que el poder caiga en sus manos. Ha dicho: “Hay que preparar
la salida del Presidente”.
Los reclamos originales de las
multitudes que recorren todas las ciudades grandes de Haití, se refieren a un
supuesto saqueo de los 2 mil millones de dólares recibidos por el país como
parte de la asistencia de Petrocaribe, el programa venezolano de subsidio
petrolero.
El índice del supuesto robo va dirigido
a MoÔse, pero también en general a la clase política haitiana, que como la
burguesía del país, vive una vida completamente distinta a la población de la
base y a los trabajadores que ganan salarios miserables.
La
historia se repite
Los graves disturbios de los últimos 10 días dicen que la historia turbulenta
del país se repite una y otra vez desde la independencia en 1804, a lo que
siguió la matanza de los ocupantes franceses, una catástrofe ordenada por el
libertador Jean Jacques Dessalines.
La historia recoge solamente períodos
cortos de relativa tranquilidad. En el siglo pasado algunos fueron de dictadura
no tan sangrienta como las de los primeros gobernantes. Otros muy férreos como
la era Duvalier, padre e hijo, desde 1957 al 1986, tienen sitio aparte.
Todo el siglo antepasado encontró a
Haití en lucha intestina entre sus políticos ambiciosos y en el empeño de someter
a la República Dominicana que se había independizado en febrero de 1844. El
estilo de la democracia representativa llegó tarde al país.
La historia recuerda que Dessalines fue
declarado emperador con los mismos privilegios del emperador Napoleón, de Francia;
Cristóbal, a quien la naciente república encargó defender Cabo Haitiano, fue
proclamado rey, y en 1848 el Senado designó emperador de HaitÏ, a Faustino
Souluque, un verdugo para los dominicanos.
Más de 100 años después, Francois
Duvalier, elegido en 1957, se declaró Presidente vitalicio y a su muerte en
1971 dejó el cargo a su hijo, Jean Claude, expulsado del poder por las turbas
como las que asedian al presidente MoÔse. Huyó del país en 1986.
Las divergencias han producido matanzas
entre adversarios políticos, conspiraciones, asaltos al poder y crueldades
increíbles como la sufrida por el presidente Vibrun Guillaume Sam, quien bajo
el asedio de sus enemigos se asiló en la Legación de Francia, de la cual fue
sacado y linchado en la calle.
El acontecimiento fue la excusa de los
Estados Unidos para invadir Haití, aunque en el fondo se creyó que tenían el
propósito de recuperar las deudas del país con el Norte. La ocupación duró
desde 1915 al 1934 y dio vida a “los cacos”, guerrilleros que se alzaron contra
la misma. Un período de relativa tranquilidad, de dicta blanda, fue la
presidencia de Paul EugËne Magloire, Bon Papá, escogido en las primeras
elecciones presidenciales y legislativas. Durante su mandato, llamado “belle
époque”, se celebró el bicentenario del país (1954), se abrieron carreteras,
escuelas y fue designado el primer obispo haitiano, monseñor Rémy Agustin.
Magloire fue el más sabio de los
gobernantes haitianos del siglo pasado. Ante una conspiración que se veía venir
por haber extendido su período del 1950-1956, entregó el poder al Ejército y se
embarcó hacia la ciudad de Nueva York. Regresó a morir en Puerto Príncipe en
2001.
Haití
vs RD
Haití ha vivido en la miseria desde la independencia pero en años recientes la
situación se ha agravado por catástrofes naturales y epidemias que han costado
la vida a millares de personas y destrucción en sus ciudades. La población de
Haití es de 10 millones de personas.
Los organismos internacionales dicen que
la gente de Haití sobrevive con el equivalente a 2 dólares al día y que tuvo un
crecimiento de su PIB de 1,9% aunque el régimen de MoÔse anticipaba un 2,2%. El
país no ha podido aprobar 1,650 millones de dólares de su presupuesto para
2019.
Hay una contradicción enorme entre Haití
y la República Dominicana, que para este año tiene fijado un crecimiento de su
PIB sobre el 5%, una economía estable y disciplinada con un Banco Central
prudente. La moneda de Haití, el gourde, ha estado devaluándose.
Haití vive de la República Dominicana
mediante las compras por la frontera de productos esenciales, así como de
cemento y varilla, indispensables para la construcción. Una preocupación por el
permanente contrabando ha hecho que la frontera común haya sido cerrada de vez
en cuando.
Como segundo socio comercial de la RD
que despacha millares de inmigrantes que han sustituido a los dominicanos
en las construcciones, las remesas que salen desde puestos de envíos en todo el
país benefician que la balanza de pagos sea menos deficitaria.
La democracia robusta de que gozan los
dominicanos y la percepción de que el presidente Medina es un gobernante
apreciado por la mayoría de la población de acuerdo a las encuestas, la
alternancia en el poder y su pujante industria turística hacen una diferencia.
*++
No hay comentarios:
Publicar un comentario