martes, 13 de septiembre de 2016

MARIANO RAJOY, NARANGÉ Y DEMÁS ARTISTAS INVITADOS: ENGAÑADNOS MIAJICA MÁS QUE NOS GUSTA Y ES MU GUENO


PODER POLÍTICO Y DEMAGOGIA

Eco Republicano

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Omisiones: Se presenta información incompleta, excluyendo posibles problemas, objeciones, dificultades, lo que resulta en la presentación de una realidad falseada, sin incurrir directamente en la mentira. Se serpentea enlazando los hechos que apoyan la versión propia y evitando los hechos incómodos. Es como una nube de puntos, se pueden unir formando figuras muy diferentes según las preferencias de cada uno. Las explicaciones que no se dan a veces son peores que las que se dan. Hacerse el sueco, hacer como que no se saben ciertas cosas. Insinuar sin decir abiertamente. Poner sordina a los temas que no interesan. Dejar de nombrar, omitir, relato omisorio (como el que impuso Stalin sobre Trotski). Discurso elíptico. No hay mayor mentira que ocultar la verdad.

Quitar para luego devolver: una maniobra que aprovecha la mala memoria del electorado. Falsedades difundidas para crear un clima favorable a un acuerdo, por ejemplo, para que se acepte un acuerdo oneroso, difundir el rumor de una amenaza mucho más grave.

Desinformación: Isaac Asimov critica el anti-intelectualismo como una falsa concepción “democrática” y lo resume en una frase “mi ignorancia es tan válida como tu conocimiento”. Amenazas para asustar niños, sin base real, improbables. Montañas pariendo ratones. Tormentas en un vaso de agua. Hacer, de la necesidad, virtud. Llamarse coautor de algo cuando en realidad se han obedecido órdenes al dictado de terceros, alardear de cumplir lo que simplemente es un deber. Vender como iniciativa propia lo que es una imposición de terceros o viene impuesto por unas circunstancias ineludibles. Biombos y cortinas de humo.
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Propaganda (literalmente, “Lo que debe ser propagado”): Idea fuerza, tópico repetido sin descanso.La propaganda inventa una narrativa con el único requisito de que tenga plausibilidad, cuando en parte esa plausibilidad está generada en parte por la propaganda anterior. Al final todo encaja, como en el lecho de Procusto. Es común referirse al lecho de Procusto como sinónimo de inflexibilidad. De esta manera, cuando alguien pretende que todo lo demás se ajuste a lo que él dice, se afirma que tal persona pretende que los demás se acuesten en el lecho de Procusto. Dentro de la Mitología Griega, uno de los máximos héroes, y el principal de lo que podríamos llamar el “ciclo ateniense” (es decir, de héroes relacionados con la polis de Atenas) es Teseo. Una de las batallas que libró Teseo, fue contra el malvado Procusto. Procusto era un sádico criminal que convencía a los viajeros de acompañarle a su casa, en donde podrían descansar y reparar fuerzas. Una vez allí los tendía en un lecho de hierro, en donde los inmovilizaba. Si el viajero era demasiado alto, le agarraba los pies y le cortaba lo que sobrara a hachazo limpio. Si el viajero era demasiado bajo, le descoyuntaba las articulaciones para alargarlo y dar la medida del lecho. Para su desgracia, uno de estos viajeros resultó ser el joven Teseo, entonces en ruta hacia Atenas. Procusto lo llevó hasta su lecho, pero Teseo le castigó con su propia ley, tomando a Procusto, echándolo en el lecho, y cortándole todo lo que sobraba…Después de lo cual, le dio muerte.

Concesiones simbólicas, gestos vacíos: “Para ti la perra gorda“. El simbolismo tiene importancia, lo simbólico y lo aparente, la vanidad, tienen mucho valor y son muy apreciados en ciertas culturas como la mediterránea. Salvar el honor por medio de triunfos simbólicos, que se celebran como si fuesen triunfos materiales (“hemos suprimido la troika, ahora ya podemos pagar más“). Las medidas políticas que no cuestan nada son, generalmente, una tomadura de pelo, mera apariencia. Meras concesiones simbólicas, que no son reales. Hacer por hacer, cuando hay que dar la impresión de que se hace algo, aunque no se sepa muy bien qué, se finge interés (“we care”, “nos preocupamos”) aunque sean palos de ciego. Las leyes y derechos que no se pueden cumplir (por ejemplo, el derecho a una vivienda en la constitución Española) no son leyes ni derechos.

Redefinición del lenguaje: Mediante la eliminación progresiva o eliminación de las palabras que menoscaban su posición, intentar modificar o hacer desaparecer la forma de pensar que se opone a sus argumentos. Numerosos ejemplos de esto pueden verse en la literatura (la novela 1984 de George Orwell; El Cuento de la Criada de Margaret Atwood), pero también en la realidad y particularmente en la política. Según Lakoff, usar mal las metáforas es signo de poca inteligencia y de mala fe. Las malas metáforas y los intentos fraudulentos de llevarlas al extremo son peligrosos. Mandar no es servir al pueblo: es mandar a otros que le sirvan (justamente lo contrario de servir). Buscar nombres y eufemismos para designar con otro nombre a las cosas y que parezca que han cambiado o que son de otra manera es también fraudulento. Otro ejemplo es el uso de expresiones que ya llevan implícito un juicio de valor. Por ejemplo, “gasto público” en vez de“inversión pública“. Otro ejemplo es cuando el concepto patria se usa mal, de forma demagógica: dice Samuel Johnson "El patriotismo es el último refugio de los canallas”. Ser “respetuoso” es muchas veces un eufemismo para no estar de acuerdo y hacer lo que uno quiere. Los partidos comunistas modernos, en teoría marxistas, ya no usan términos como obreros, proletarios, clase trabajadora…etc. Hablar de “gente” para no decir otras expresiones como “pueblo”, “clase obrera”…etc. que tienen connotaciones. Hablan de obreros intelectuales (catedráticos, abogados…), talleres de artistas, y clases medias. Todo para halagar.

Tácticas de despiste: Consiste en desviar la discusión desde un punto delicado para el demagogo hacia algún tema que domine o donde presente alguna ventaja con respecto a su oponente o contrincante. No se responde directamente a las preguntas ni a los desafíos. A veces, se oculta el conflicto, que permanece larvado. A veces es necesario que haya conflicto, exteriorizarlo y que se manifieste. Evitarlo es malo. Dar un espectáculo teatral para distraer a los gobernados de los verdaderos problemas. Hay gobiernos que convocan ellos mismos manifestaciones para usarlas a modo de respaldo y exhibirlas fuera. Muchas manifestaciones “espontáneas” son, en realidad “teledirigidas” (en inglés este fenómeno se conoce comoastroturfing) y están hechas para impresionar con la fuerza interior (escenificar un apoyo unánime: “tenemos a nuestro alrededor un pueblo unido“). Algunas movilizaciones ciudadanas conceden la iniciativa a quienes no deberían tenerla (por ejemplo, las manifestaciones antiterroristas en realidad conceden la iniciativa a los grupos terroristas.

Estadística fuera de contexto: Consiste en utilizar datos numéricos para apoyar una hipótesis o afirmación, pero que estando fuera de contexto no reflejan la realidad. Aquí también se cuenta el uso tendencioso de estadísticas, también conocido como demagogia numérica. Por ejemplo, ¿crear empleo o repartir el tiempo de trabajo? Las falacias estadísticas son habituales y cada vez más usadas. Ernesto Laclau afirma en “la razón populista” que “la extrapolación de datos económicos y políticos, ajena a cualquier análisis tecnocrático, permite sobrevolar la realidad y exigir una transformación tan radical en sus pretensiones como indeterminada. Importa la “claridad formal” del discurso, asentado en “la mayoría social” por encima del contenido, aunque el contenido sea nefasto.”

Demonización: Esta aproximación consiste en asociar una idea o grupo de personas con valores negativos, hasta que esa idea o grupo de personas sean vistos negativamente. Crear histeria entre los ignorantes hacia algo o hacia alguien y sentarse a esperar los ataques. Crear chivos expiatorios, víctimas propiciatorias y enemigos únicos. Buscar culpables fuera, el enemigo exterior. Acusaciones tendenciosas, insinuaciones y asociaciones fraudulentas (de colectivos con ideologías e intenciones). La táctica del enemigo único y la identificación (Goebbels).

Falso dilema: También conocida como falsa dicotomía, hace referencia a una situación donde dos puntos de vista alternativos son presentados como las únicas opciones posibles. Como ejemplo tenemos el típico: “Estás conmigo o estás contra mí“. Supone una definición simplista de la realidad y de esa forma se consigue evitar la toma en consideración de las demás posibilidades.

Halago: Halagar el oído y la vanidad de las poblaciones. Hacer como el flautista de Hamelín y decir a la gente lo que la gente quiere oír. Desde que John F. Kennedy dijo “ich bin ein berliner” (“Soy berlinés” o “Soy ciudadano de Berlín” en Berlín occidental desde el balcón del edificio del ‘Rathaus Schöneberg‘ con motivo del decimoquinto aniversario del bloqueo de Berlín impuesto por la Unión Soviética (con el consecuente levantamiento del muro de Berlín) en un intento de solidarizarse con la población, esta frase se ha convertido en todo un tópico. Decir “yo soy…” o “todos somos…” es ya un lugar común insoportable. “Estoy a la disposición de la justicia”, “Tengo plena confianza en la justicia““Deseo aportar transparencia” … se han convertido también en lugares comunes, frases protocolarias que no quieren decir nada y se dicen para rellenar el hueco, para no permanecer callado en momentos en los que hacerlo les perjudica (pues “quien calla, otorga“). Los actos de contrición pública pueden ser reparadores, pero sólo si van acompañados de hechos que demuestran ese arrepentimiento y tienden a corregir el daño causado. Además, sólo tiene obligación de rendir cuentas quien es responsable del resultado.

Deslizar “paquetes ideológicos” con segundos significados: En marketing, se llama venta cruzada (del inglés cross-selling) a la táctica mediante la cual un vendedor intenta vender productos complementarios a los que consume o pretende consumir un cliente. Su objetivo es aumentar los ingresos de una compañía. Así, a una persona que va a comprar un teléfono móvil recibe la recomendación de comprar también una funda, un cargador para el coche o un soporte para utilizarlo como GPS. Se le ofrecen productos relacionados con el producto en el que está interesado que encarecen la venta. En política, esta táctica se resumen en “todo o nada” o “si eres partidario de tal ideología tienes que aceptar xxx”. Agenda oculta, tener el pie en dos zapatos.

El llamado método Ollendorf, consistente en hablar todo el rato (para no dejar hablar al otro), hacer insinuaciones, faltar al respeto e insultar. Dominadores con la palabra, aspiran a tener todo el espacio, impiden que el otro hable, y cuando habla, hacen ruidos, gestos, provocaciones…etc. que impiden a los demás hablar. Típico de fascismo. Cantinflas que engañan al pueblo con su verborrea. Trileros. Buen dialéctico se considera a quien no tiene pelos en la lengua y contesta siempre a su interlocutor, aunque sea con el insulto y la descalificación. Esta conducta conecta con los instintos básicos de la audiencia que escucha. La verborrea sirve para “enrollarse”, para ocultar la verdad y no responder a las preguntas. Es también la táctica de la tinta de calamar, “irse por los cerros de Úbeda”. Hablar sin pensar en las consecuencias de lo que se dice. A veces, este tipo de demagogia se complementa con acciones destinadas a meter miedo físico, chulería, de temer al orador. Apagar un fuego con gasolina. Elevar la voz, tapar con el ruido de la propia voz a quienes hacen preguntas, recriminan y acusan. Amenazar veladamente con lo que ocurrirá si se alcanza el poder. Son pedantes e ignorantes, con una temeridad desmesurada, oradores demagogos, que no han pensado en su vida. La ignorancia es atrevida. Los necios responden a las acusaciones atacando, criticando a la prensa y advirtiendo. Su defensa es con un ataque “ad personam” dirigido a quien acusa. Curiosamente, los que más insultan, amedrentan y amenazan son los que tienen la piel más fina, esto se conoce inglés como “crystal jaws”(“mandíbulas de cristal”). La poca consistencia de los argumentos se asemeja al viento y al aire, al “flatus vocis“, la simple vibración del aire al pronunciar palabras. La voz latina flatus vocis indica, en la tradición filosófica medieval, la acción de emitir palabras carentes de sentido y defenderlas como si lo tuviesen. La inconsistencia es una característica de este discurso. Se critica en unos lo mismo que se alaba en otros. Los que son pillados y no tienen una mínima autocensura o autocrítica, cada vez que se enfrentan con algo o con alguien, quedan en evidencia. Es famosa la frase de Groucho Marx: “si no le gustan mis principios, tengo otros“. En “La pasión de hablar”Antonio García-Trevijano cita a un empresario que lanzó al estrellato a un humorista español cuyo gancho era hablar in parar.Según dicho empresario, el humorista es una imitación grotesca (necesaria para “matar simbólicamente” al modo freudiano) de cierto político español muy conocido en la época, que hablaba continuamente sin decir nada. En “Pasiones de servidumbre”, llama babilismo (del francés babil) a la manía de hablar sin decir nada, al arte de muchos contertulios de radio y televisión. Orwell los llama hablapatos o patohablas (duckspeakers).

A veces, tenemos lo contrario de los charlatanes. Son los líderes-oráculo y sus intérpretes. El “político oráculo” es el político que habla poco, permanece en silencio o habla de formas extrañas y hay que interpretar sus gestos y sus silencios. Hay asesores que recomiendan a los políticos no hablar para no equivocarse ni definirse. “Jarrones chinos” que no se pueden tocar porque se rompen. El prestigio (falso) del silencio funciona en algunos contextos.
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