PODER POLÍTICO Y DEMAGOGIA
Eco Republicano
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Omisiones: Se presenta información
incompleta, excluyendo posibles problemas, objeciones, dificultades, lo que
resulta en la presentación de una realidad falseada, sin incurrir directamente
en la mentira. Se serpentea enlazando los hechos que apoyan la versión propia y
evitando los hechos incómodos. Es como una nube de puntos, se pueden unir
formando figuras muy diferentes según las preferencias de cada uno. Las
explicaciones que no se dan a veces son peores que las que se dan. Hacerse el
sueco, hacer como que no se saben ciertas cosas. Insinuar sin decir
abiertamente. Poner sordina a los temas que no interesan. Dejar de nombrar,
omitir, relato omisorio (como el que impuso Stalin sobre Trotski). Discurso
elíptico. No hay mayor mentira que ocultar la verdad.
Quitar para luego devolver: una
maniobra que aprovecha la mala memoria del electorado. Falsedades difundidas
para crear un clima favorable a un acuerdo, por ejemplo, para que se acepte un
acuerdo oneroso, difundir el rumor de una amenaza mucho más grave.
Desinformación: Isaac Asimov critica
el anti-intelectualismo como una falsa concepción “democrática” y lo resume en
una frase “mi ignorancia es tan válida como tu conocimiento”. Amenazas
para asustar niños, sin base real, improbables. Montañas pariendo ratones.
Tormentas en un vaso de agua. Hacer, de la necesidad, virtud. Llamarse coautor
de algo cuando en realidad se han obedecido órdenes al dictado de terceros,
alardear de cumplir lo que simplemente es un deber. Vender como iniciativa
propia lo que es una imposición de terceros o viene impuesto por unas
circunstancias ineludibles. Biombos y cortinas de humo.
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Propaganda (literalmente, “Lo que debe ser
propagado”): Idea fuerza, tópico repetido sin descanso.La
propaganda inventa una narrativa con el único requisito de que tenga
plausibilidad, cuando en parte esa plausibilidad está generada en parte por la
propaganda anterior. Al final todo encaja, como en el lecho de Procusto. Es
común referirse al lecho de Procusto como sinónimo de inflexibilidad. De esta
manera, cuando alguien pretende que todo lo demás se ajuste a lo que él dice,
se afirma que tal persona pretende que los demás se acuesten en el lecho de
Procusto. Dentro de la Mitología Griega, uno de los máximos héroes, y el
principal de lo que podríamos llamar el “ciclo ateniense” (es decir, de héroes
relacionados con la polis de Atenas) es Teseo. Una de las batallas que libró
Teseo, fue contra el malvado Procusto. Procusto era un sádico criminal que
convencía a los viajeros de acompañarle a su casa, en donde podrían descansar y
reparar fuerzas. Una vez allí los tendía en un lecho de hierro, en donde los
inmovilizaba. Si el viajero era demasiado alto, le agarraba los pies y le
cortaba lo que sobrara a hachazo limpio. Si el viajero era demasiado bajo, le
descoyuntaba las articulaciones para alargarlo y dar la medida del lecho. Para
su desgracia, uno de estos viajeros resultó ser el joven Teseo, entonces en
ruta hacia Atenas. Procusto lo llevó hasta su lecho, pero Teseo le castigó con
su propia ley, tomando a Procusto, echándolo en el lecho, y cortándole todo lo
que sobraba…Después de lo cual, le dio muerte.
Concesiones simbólicas, gestos vacíos: “Para ti la
perra gorda“. El simbolismo tiene importancia, lo simbólico y lo
aparente, la vanidad, tienen mucho valor y son muy apreciados en ciertas
culturas como la mediterránea. Salvar el honor por medio de triunfos
simbólicos, que se celebran como si fuesen triunfos materiales (“hemos
suprimido la troika, ahora ya podemos pagar más“). Las medidas políticas
que no cuestan nada son, generalmente, una tomadura de pelo, mera apariencia.
Meras concesiones simbólicas, que no son reales. Hacer por hacer, cuando hay
que dar la impresión de que se hace algo, aunque no se sepa muy bien qué, se
finge interés (“we care”, “nos preocupamos”) aunque sean palos de ciego.
Las leyes y derechos que no se pueden cumplir (por ejemplo, el derecho a una
vivienda en la constitución Española) no son leyes ni derechos.
Redefinición del lenguaje: Mediante
la eliminación progresiva o eliminación de las palabras que menoscaban su
posición, intentar modificar o hacer desaparecer la forma de pensar que se
opone a sus argumentos. Numerosos ejemplos de esto pueden verse en la
literatura (la novela 1984 de George Orwell; El Cuento de la
Criada de Margaret Atwood), pero también en la realidad y
particularmente en la política. Según Lakoff, usar mal las metáforas es signo
de poca inteligencia y de mala fe. Las malas metáforas y los intentos
fraudulentos de llevarlas al extremo son peligrosos. Mandar no es servir al
pueblo: es mandar a otros que le sirvan (justamente lo contrario de servir).
Buscar nombres y eufemismos para designar con otro nombre a las cosas y que
parezca que han cambiado o que son de otra manera es también fraudulento. Otro
ejemplo es el uso de expresiones que ya llevan implícito un juicio de valor.
Por ejemplo, “gasto público” en vez de“inversión pública“. Otro
ejemplo es cuando el concepto patria se usa mal, de forma demagógica: dice
Samuel Johnson "El patriotismo es el último refugio de los
canallas”. Ser “respetuoso” es muchas veces un eufemismo
para no estar de acuerdo y hacer lo que uno quiere. Los partidos comunistas
modernos, en teoría marxistas, ya no usan términos como obreros, proletarios,
clase trabajadora…etc. Hablar de “gente” para no decir otras expresiones como
“pueblo”, “clase obrera”…etc. que tienen connotaciones. Hablan de obreros
intelectuales (catedráticos, abogados…), talleres de artistas, y clases medias.
Todo para halagar.
Tácticas de despiste: Consiste
en desviar la discusión desde un punto delicado para el demagogo hacia algún
tema que domine o donde presente alguna ventaja con respecto a su oponente o
contrincante. No se responde directamente a las preguntas ni a los desafíos. A
veces, se oculta el conflicto, que permanece larvado. A veces es necesario que
haya conflicto, exteriorizarlo y que se manifieste. Evitarlo es malo. Dar un
espectáculo teatral para distraer a los gobernados de los verdaderos problemas.
Hay gobiernos que convocan ellos mismos manifestaciones para usarlas a modo de
respaldo y exhibirlas fuera. Muchas manifestaciones “espontáneas” son,
en realidad “teledirigidas” (en inglés este fenómeno se conoce
comoastroturfing) y están hechas para impresionar con la fuerza interior
(escenificar un apoyo unánime: “tenemos a nuestro alrededor un pueblo
unido“). Algunas movilizaciones ciudadanas conceden la iniciativa a quienes
no deberían tenerla (por ejemplo, las manifestaciones antiterroristas en
realidad conceden la iniciativa a los grupos terroristas.
Estadística fuera de contexto: Consiste
en utilizar datos numéricos para apoyar una hipótesis o afirmación, pero que
estando fuera de contexto no reflejan la realidad. Aquí también se cuenta el
uso tendencioso de estadísticas, también conocido como demagogia numérica. Por
ejemplo, ¿crear empleo o repartir el tiempo de trabajo? Las falacias
estadísticas son habituales y cada vez más usadas. Ernesto Laclau afirma en “la
razón populista” que “la extrapolación de datos económicos y políticos, ajena a
cualquier análisis tecnocrático, permite sobrevolar la realidad y exigir una
transformación tan radical en sus pretensiones como indeterminada. Importa la
“claridad formal” del discurso, asentado en “la mayoría social” por encima del
contenido, aunque el contenido sea nefasto.”
Demonización: Esta aproximación consiste
en asociar una idea o grupo de personas con valores negativos, hasta que esa
idea o grupo de personas sean vistos negativamente. Crear histeria entre los
ignorantes hacia algo o hacia alguien y sentarse a esperar los ataques. Crear
chivos expiatorios, víctimas propiciatorias y enemigos únicos. Buscar culpables
fuera, el enemigo exterior. Acusaciones tendenciosas, insinuaciones y
asociaciones fraudulentas (de colectivos con ideologías e intenciones). La
táctica del enemigo único y la identificación (Goebbels).
Falso dilema: También conocida como
falsa dicotomía, hace referencia a una situación donde dos puntos de vista
alternativos son presentados como las únicas opciones posibles. Como ejemplo
tenemos el típico: “Estás conmigo o estás contra mí“. Supone una
definición simplista de la realidad y de esa forma se consigue evitar la toma
en consideración de las demás posibilidades.
Halago: Halagar el oído y la
vanidad de las poblaciones. Hacer como el flautista de Hamelín y decir a la
gente lo que la gente quiere oír. Desde que John F. Kennedy dijo “ich
bin ein berliner” (“Soy berlinés” o “Soy ciudadano de Berlín” en
Berlín occidental desde el balcón del edificio del ‘Rathaus Schöneberg‘ con
motivo del decimoquinto aniversario del bloqueo de Berlín impuesto por la Unión
Soviética (con el consecuente levantamiento del muro de Berlín) en un intento
de solidarizarse con la población, esta frase se ha convertido en todo un
tópico. Decir “yo soy…” o “todos somos…” es
ya un lugar común insoportable. “Estoy a la disposición de la
justicia”, “Tengo plena confianza en la justicia“, “Deseo aportar
transparencia” … se han convertido también en lugares comunes, frases
protocolarias que no quieren decir nada y se dicen para rellenar el hueco, para
no permanecer callado en momentos en los que hacerlo les perjudica (pues “quien
calla, otorga“). Los actos de contrición pública pueden ser reparadores,
pero sólo si van acompañados de hechos que demuestran ese arrepentimiento y
tienden a corregir el daño causado. Además, sólo tiene obligación de rendir
cuentas quien es responsable del resultado.
Deslizar “paquetes ideológicos” con segundos
significados: En marketing, se llama venta cruzada (del inglés cross-selling)
a la táctica mediante la cual un vendedor intenta vender productos
complementarios a los que consume o pretende consumir un cliente. Su objetivo
es aumentar los ingresos de una compañía. Así, a una persona que va a comprar
un teléfono móvil recibe la recomendación de comprar también una funda, un
cargador para el coche o un soporte para utilizarlo como GPS. Se le ofrecen
productos relacionados con el producto en el que está interesado que encarecen
la venta. En política, esta táctica se resumen en “todo o nada” o “si eres
partidario de tal ideología tienes que aceptar xxx”. Agenda oculta, tener el
pie en dos zapatos.
El llamado método Ollendorf,
consistente en hablar todo el rato (para no dejar hablar al otro), hacer
insinuaciones, faltar al respeto e insultar. Dominadores con la palabra, aspiran
a tener todo el espacio, impiden que el otro hable, y cuando habla, hacen
ruidos, gestos, provocaciones…etc. que impiden a los demás hablar. Típico de
fascismo. Cantinflas que engañan al pueblo con su verborrea. Trileros. Buen
dialéctico se considera a quien no tiene pelos en la lengua y contesta siempre
a su interlocutor, aunque sea con el insulto y la descalificación. Esta
conducta conecta con los instintos básicos de la audiencia que escucha. La
verborrea sirve para “enrollarse”, para ocultar la verdad y no responder a las
preguntas. Es también la táctica de la tinta de calamar, “irse por los
cerros de Úbeda”. Hablar sin pensar en las consecuencias de lo que se dice.
A veces, este tipo de demagogia se complementa con acciones destinadas a meter
miedo físico, chulería, de temer al orador. Apagar un fuego con gasolina.
Elevar la voz, tapar con el ruido de la propia voz a quienes hacen preguntas,
recriminan y acusan. Amenazar veladamente con lo que ocurrirá si se alcanza el
poder. Son pedantes e ignorantes, con una temeridad desmesurada, oradores
demagogos, que no han pensado en su vida. La ignorancia es atrevida. Los necios
responden a las acusaciones atacando, criticando a la prensa y advirtiendo. Su
defensa es con un ataque “ad personam” dirigido a quien acusa.
Curiosamente, los que más insultan, amedrentan y amenazan son los que tienen la
piel más fina, esto se conoce inglés como “crystal jaws”(“mandíbulas de
cristal”). La poca consistencia de los argumentos se asemeja al viento y al
aire, al “flatus vocis“, la simple vibración del aire al pronunciar
palabras. La voz latina flatus vocis indica, en la tradición filosófica
medieval, la acción de emitir palabras carentes de sentido y defenderlas como
si lo tuviesen. La inconsistencia es una característica de este discurso. Se
critica en unos lo mismo que se alaba en otros. Los que son pillados y no
tienen una mínima autocensura o autocrítica, cada vez que se enfrentan con algo
o con alguien, quedan en evidencia. Es famosa la frase de Groucho Marx: “si
no le gustan mis principios, tengo otros“. En “La pasión de
hablar”Antonio García-Trevijano cita a un empresario que lanzó al
estrellato a un humorista español cuyo gancho era hablar in parar.Según dicho
empresario, el humorista es una imitación grotesca (necesaria para “matar
simbólicamente” al modo freudiano) de cierto político español muy conocido en
la época, que hablaba continuamente sin decir nada. En “Pasiones de
servidumbre”, llama babilismo (del francés babil) a la manía de hablar sin
decir nada, al arte de muchos contertulios de radio y televisión. Orwell los
llama hablapatos o patohablas (duckspeakers).
A veces,
tenemos lo contrario de los charlatanes. Son los líderes-oráculo y sus
intérpretes. El “político oráculo” es el político que habla
poco, permanece en silencio o habla de formas extrañas y hay que interpretar
sus gestos y sus silencios. Hay asesores que recomiendan a los políticos no
hablar para no equivocarse ni definirse. “Jarrones chinos” que no se pueden
tocar porque se rompen. El prestigio (falso) del silencio funciona en algunos
contextos.
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