Cáritas
alerta de que la pobreza se perpetúa
En el año 2015 atendió a más de 18.000 familias en Sevilla. El número de
intervenciones fue de 135.699 La precariedad o falta de empleo y la vivienda,
grandes lacras.
JUAN PAREJO, SEVILLA
DIARIO DE SEVILLA
25.05.2016
Asenjo, durante
la rueda de prensa para presentar la Memoria de 2015. / José Ángel García
Una realidad alarmante. Cáritas Diocesana de Sevilla
llamó la atención ayer de la situación que aún atraviesan muchas familias en la
provincia pese a que se nota una leve mejoría. La precarización del trabajo,
los recortes en las políticas sociales y los problemas con la vivienda son los
tres componentes principales que engordan la dramática realidad social. Durante
el pasado año, Cáritas Diocesana de Sevilla atendió a más de 18.000
familias, un 6% menos que en 2014, que supusieron un total de 63.187 personas,
aproximadamente. El número de atenciones ascendió a 135.699. Los recursos
empleados entre las Cáritas parroquiales y Cáritas Diocesana ascendieron a más
de 7,1 millones de euros. Un total de 2.744 voluntarios y 77 empleados
prestaron su ayuda durante el año pasado a las personas más desfavorecidas de
la archidiócesis.
El arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, presidente
de Cáritas Diocesana; Mariano Pérez de Ayala, su director; y Auxiliadora
González, la secretaria general de la institución, presentaron ayer los
principales datos de las actuaciones del pasado año, recogidas en su memoria.
Pérez de Ayala hizo un llamamiento para "adoptar medidas que palíen las
desigualdades actuales". La cronificación de la pobreza es una realidad en
la provincia. Según los datos de la Red Europea de lucha contra la exclusión
social, correspondientes a 2014, el 33,7% de la población de Andalucía y el
51,1% de la población infantil se encuentra en riesgo de exclusión social. El
director de Cáritas se refirió también a la "alarmante y constante tasa de
desempleo", que en Sevilla alcanza el 29,1%, descendiendo además los
niveles de protección: "El 40% de las personas en paro no reciben ningún
tipo de ayuda. Además hay que sumar la precariedad laboral, con la
temporalidad, bajos salarios, economía sumergida... que ha provocado un
aumento de los trabajadores pobres".
Los responsables de Cáritas fueron muy duros con las
políticas económicas y sociales basadas en el "austericidio" y en los
recortes. La exclusión social, la vulnerabilidad y la pobreza son desde hace
tiempo fenómenos estructurales. Pérez de Ayala puso el foco, por ejemplo, en el
repunte de los desahucios durante 2015, con 1.411 en total, un 16% más:
"Esta situación se conjuga con la debilidad de las políticas sociales en
un sistema de emergencia a causa de la crisis económica". Además, el
debilitamiento de los políticas sociales se habría traducido entre 2009 y 2015 en un descenso de las partidas
del 12,6%.
La inversión de Cáritas Diocesana en desarrollo de sus
actividades fue de 4,3 millones de euros, un 7,4% más que el año anterior. El
41% de esta cantidad se dedicó a reforzar el trabajo de las Cáritas
parroquiales y el 14% se destinó a acciones para el empleo, mientras que el 26%
se empleó en tareas para la inclusión social. El resto, el 19%, fueron recursos
invertidos en el funcionamiento de la propia organización. Por su parte, los
ingresos ascendieron a 5.055.993 euros, un 4,5% más que en 2014. El 73% de la
financiación vino de las aportaciones de comunidades cristianas, socios y
donantes y un 27% de subvenciones. Pérez de Ayala destacó que todo el trabajo
sería imposible sin los más de 2.700 voluntarios: "Son nuestra mayor riqueza
junto a los técnicos".
Las actuaciones se plantearon en dos bloques. Las
atenciones primarias, que son las que realizan las Cáritas parroquiales; y los
programas especiales dirigidos a colectivos, como inmigrantes (Proyecto
Nazaret) o personas en riesgo de exclusión (Centro Amigo). En 2015 se
atendieron en las Cáritas parroquiales a 18.068 familias (un 6% menos que en
2014), con un total de 63.187 personas. En su mayoría fueron mujeres con edades
comprendidas entre 25 y 55 años. Su situación económica es muy precaria y presentan
dificultades para atender adecuadamente las necesidades básicas de la vida
diaria. En cuanto a su situación laboral, predomina el desempleo de larga
duración, y cuando consiguen empleo, éste tiene un carácter precario y suele
ser un trabajo eventual en la economía sumergida. El total de intervenciones
fue de 135.699, un 4% menos. "La forma de intervención ha cambiado. Ahora
hay más acompañamiento", expuso Auxiliadora González, quien destacó el
creciente trabajo en red, "como un medio para evitar duplicidades, mejorar
la coordinación y el trabajo conjunto, y conseguir un mayor impacto en las
actuaciones".
La inversión por parte de las Cáritas parroquiales fue
de 4.609.387 euros. Del presupuesto total, el 48% se destinó a alimentación y
el 30% a vivienda. Desde 2010 esta cantidad ha aumentado un 142%. En este
periodo han aumentado un 80% las atenciones. Los proyectos puestos en marcha
por las Cáritas parroquiales fueron 89 con un total de 2.043 participantes.
"Se ha visto un salto cualitativo. Las personas necesitan algo más y por
eso se desarrollan estos programas especiales", puntualizó González.
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