Manlio
Dinucci
Sociologíacrítica
16.11.2015
En
toda Europa occidental los partidos de izquierda han renunciado a
tratar de salir de la OTAN para restaurar la soberanía de sus países.
Según
ha declarado la ministra italiana de Defensa, Roberta Pinotti,
«bombardear no debe ser un tabú» [1]. Así se liquida en Italia el
tabú de la guerra y, con él, cae también el tabú del nazismo.
En
un reportaje publicado el 4 de noviembre, la agencia de noticias ANSA
señala que cada semana llegan a Kiev –desde la mitad de Europa y
también desde EEUU– decenas de «profesionales de la guerra»
reclutados sobre todo por Pravy Sektor y el batallón Azov, de
tendencia claramente nazi. Los batallones neonazis forman parte de la
Guardia Nacional de Ucrania, entrenada por instructores
estadounidenses y británicos. En ese marco también se entrenan
estos extranjeros, posteriormente enviados al Donbass a combatir
contra los “rusos” de Ucrania. Cuando regresan a sus países, se
les entrega «el pasaporte ucraniano, una especie de salvoconducto
que puede servir en el mundo entero». Más claro… ni el agua.
La
Ucrania de Kiev, que de hecho ya está dentro de la OTAN, la que a su
vez opera bajo las órdenes de EEUU, se ha convertido en «santuario»
del nazismo que renace en pleno corazón de Europa. El régimen de
Kiev no sólo ha ilegalizado el Partido Comunista sino el comunismo
mismo, considerado ahora como un delito. Ha transformado Ucrania en
centro de reclutamiento de neonazis provenientes de países europeos
e incluso no europeos, elementos que son de hecho seleccionados,
entrenados y armados por la OTAN. Después de ponerlos a prueba en
acciones militares reales contra el Donbass, estos individuos son
enviados de regreso a sus países con el «salvoconducto» que
constituye el pasaporte ucraniano. Y, ya en sus propios países, los
que más méritos han acumulado pasan a formar parte del nuevo
Gladio, listos, de ser necesario, para provocar nuevas «plazas
Maidan» –o algo peor– en Europa.
Todo
ello se hace con la complicidad de los gobiernos europeos. A quienes
puedan pensar que estamos dibujando un escenario «complotista», les
aconsejamos que vean la intervención de Ferdinando Imposimato,
Presidente Honorario de la Suprema Corte de Casación [de Italia],
ante la conferencia internacional realizada en Roma, el 26 de
octubre, por el Comité No a la Guerra No a la OTAN. El juez
Imposimato señala:
«En
las investigaciones que he realizado sobre las masacres, desde la
masacre de la Piazza Fontana hasta las de Capaci y Via d’Amelio, se
ha demostrado que el explosivo utilizado venía de las bases de la
OTAN.»
Era
además en las bases de la OTAN,
«donde se reunían miembros del terrorismo negro, oficiales de la OTAN, mafiosos, políticos italianos y francmasones, la víspera de los atentados. Y eso sucede a partir del inicio de los años 1960 sin interrupción.» [2].
Pero
ante tal situación, el tabú de la OTAN sigue dominando a la
izquierda italiana y europea. En Italia, ningún partido de la
oposición parlamentaria tiene en su programa la salida de la OTAN.
En
Grecia, Syriza de hecho borró de su programa el objetivo de «cerrar
todas las bases extranjeras en Grecia y salir de la OTAN», al igual
que el de «abolir los acuerdos de cooperación militar con Israel»,
acuerdos que –al contrario– fueron reforzados con el que
suscribió en julio pasado Panos Kammenos, fundador del partido de
derecha ANEL, a quien el gobierno de Alexis Tsipras confió el
ministerio de Defensa (!).
Lo
mismo sucede en España, donde Podemos, que había incluido en su
programa la realización de un referéndum sobre la salida de España
de la OTAN, modificó ese objetivo al poner en su programa para las
elecciones del 20 de diciembre una «mayor autonomía estratégica de
España y de Europa en el seno de la OTAN». Sergio Pascual,
dirigente y candidato de Podemos en Sevilla, declara ahora que
«respetaremos hasta la última coma de los acuerdos suscritos por
nuestro país». Y el general Julio Rodríguez, candidato de Podemos
para futuro ministro de Defensa, reafirma que «la OTAN es
necesaria».
Como
lo era en 2011, cuando el propio Rodríguez, ex jefe de estado mayor,
colaboraba con los bombardeos contra Libia como jefe de la misión
española en la OTAN.
________________
[1]
«Para la ministra italiana de Defensa, bombardear no es tabú», por
Manlio Dinucci, Tommaso di Francesco, Il Manifesto (Italia), Red
Voltaire, 10 de noviembre de 2015.
[2]
«La guerra secreta en Italia», por Daniele Ganser, Red Voltaire, 2
de marzo de 2010.
Il
Manifesto / Red Voltaire
Texto
completo en: http://www.lahaine.org/otan-el-tabu-de-la
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