domingo, 25 de octubre de 2015

PALESTINOS: ¿SON HIJOS DE DIOS IGUAL QUE LA INFANTA ELENA O YO?


Por qué se rebela la población palestina

Rebelión
Investig'Action
24.10.2015

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.


De nuevo hay una enorme agitación en Palestina que tiene como consecuencia decenas de muertos y heridos. ¿Qué motiva a estos palestinos?¿Se puede detener esta limpieza étnica «a cámara lenta»? Marc Vandepitte intenta responder a estas preguntas.

En la ocupada Palestina la situación nunca ha estado en calma, pero en estas últimas semana la agitación es total. Cada día se producen nuevos incidentes y manifestaciones con decenas de personas muertas y una cantidad aún mayor de personas heridas. La agitación se extiende desde Jerusalén al resto de los territorios palestinos y a otras ciudades de Israel.

En el origen de esta situación están las tensiones en torno a la cuestión de la mezquita de al-Aqsa y algunas provocaciones del lado judío. Las causas no son verdaderamente nuevas ni tampoco lo es la revuelta de los palestinos.

La primera Intifada data de diciembre de 1987 y duró seis años. La segunda explotó en 2000 y terminó en 2005. Pero, ¿qué empuja incansablemente a los palestinos a la revuelta?

¿Una tierra sin pueblo?

Desde finales del siglo XIX los sionistas buscaban una “tierra sin pueblo” para un “pueblo sin tierra”. Sin embargo, la “Tierra Prometida”, Palestina, era todo excepto una tierra sin pueblo. Después de la Segunda Guerra Mundial los palestinos representaban aproximadamente el 70 % de la población local. Mala suerte para ellos. Una guerra sangrienta y algunas oleadas terroristas en 1948-1949 iban a dar a los judíos de Europa elLebensraum [espacio vital] que necesitaban.

Cientos de pueblos fueron destruidos y despoblados. Millones de palestinos huidos viven desde entonces en campos de refugiados en Líbano, Siria y Jordania. Actualmente son siete millones de personas.

Las personas que se quedaron fueron expulsadas hacia dos enclaves: Gaza y Cisjordania. De hecho, Gaza es un gran campo de refugiados cerrado herméticamente en el que 1,8 millón de personas viven hacinadas en una superficie de apenas 150 kilómetros cuadrados. Como se ve en el mapa (1), Cisjordania está completamente dividida y los colonos judíos se apropian continuamente del territorio.



¿Qué ocurriría si Bélgica fuera la Tierra Prometida?

Nos resulta difícil de imaginar lo que significaría. Para dar una idea he reflejado en un mapa de Bélgica en qué se habría convertido nuestro país de haber sido elegido como «Tierra Prometida». Las zonas en verde son los territorios en los que subsistirían unos enclaves «belgas». En el resto de Bélgica vivirían 1,4 millón de compatriotas como ciudadanos de segunda categoría. 


Nuestro país no tendría una salida portuaria al mar ni, por supuesto, un aeropuerto y la mayoría de las carreteras estarían bloqueadas. No tendríamos moneda propia ni control sobre nuestra economía ni sobre los ingresos fiscales.

Tampoco tendríamos control sobre la gestión de las aguas y de los recursos energéticos y ni siquiera un registro de la población.

La militarización de la economía

En los últimos veinte años la situación de los palestinos ha empeorado sustancialmente a consecuencia, sobre todo, de las modificaciones de la orientación económica de Israel, pero también de la inmigración desde la Unión Soviética.

En las décadas de 1980 y 1990 la economía israelí conoció unos cambios fundamentales al desplazarse los esfuerzos desde la industria tradicional y la agricultura hacia las tecnologías de punta, las telecomunicaciones, las tecnologías de la web, etc (2). «Tras el estallido de la burbuja internet en 2000 y tras el once de septiembre un año después vino una segunda oleada, de hecho una militarización «high-tech» de la economía. Muchas empresas se especializaron en la seguridad interna. Las empresas israelíes se pusieron a la cabeza a escala mundial y todavía hoy ejercen una posición dominante en este sector. Las fuerzas armadas israelíes han desempeñado un papel de incubadora en este proceso [3].»

La caída de la Unión Soviética, que supuso un verdadero baño de sangre para su población, tuvo como consecuencia en la década de 1990 la emigración de casi un millón de judíos a Israel, más de una quinta parte de la población judía de Israel en aquel momento. Además de ello hubo una importante inmigración proveniente de Asia y África. Esta invasión migratoria trastocó profundamente el mercado laboral.

Hasta entonces la economía israelí había dependido de una mano de obra palestina barata. Decenas de miles de palestinos se trasladaban diariamente desde los territorios ocupados a Israel donde desempeñaban diferentes trabajos poco remuneradores. Con la nueva oleada de recién llegados esto ya no era necesario puesto que los inmigrados soviéticos o asiáticos ocuparon estos puestos de trabajo, tanto más cuanto que entre los cientos de miles de exsoviéticos había científicos de alto nivel que encontraron con toda naturalidad su lugar en la industria puntera israelí.

Del estatuto de trabajador al de cobaya de la industria de seguridad

De pronto Israel dejó de necesitar (o ya no los necesitó tanto) a los trabajadores palestinos, baratos aunque «molestos », y estos fueron degradados a ser únicamente una población excedente y marginada [4], lo que se tradujo en una política de «cierre»: a partir de 1993 Israel cerró regularmente los territorios ocupados e impidió a los palestinos acudir a sus lugares de trabajo. A partir de 2002 este «cierre» se transformó en un verdadero muro de casi diez metros de altura a propósito del cual se elevó en todo el mundo una oleada de protestas que se encontró con la indiferencia del capital israelí en la medida en que, de creer a Naomi Klein [5], este alboroto solo era una publicidad gratuita para la industria de seguridad.

A consecuencia de esta política de cierre la economía de Palestina se desplomó y el paro llegó a unas cifras astronómicas. Actualmente el 40 % de los jóvenes palestinos están sin trabajo y sin perspectivas de trabajo para el futuro. [6]

Si bien los palestinos ya no son útiles como mano de obra barata, en cambio son un magnífico terreno de experimentación para la industria de seguridad. Los últimos descubrimientos en materia de seguridad o las nuevas técnicas de ataque se prueban en la población palestina. Así, las últimas guerras contra Gaza han supuesto unos magníficos «trabajos prácticos» para las nuevas armas y para los drones del complejo industrial-militar, lo que ha servido a estas empresas para conseguir nuevos contratos [7]. Las grandes empresas israelíes se han vuelto cada vez más dependientes de las guerras y conflictos en Palestina y en la región. Mal de muchos...

¿Hacia una solución final?

El proyecto sionista suponía y sigue suponiendo una tierra sin pueblo, es decir, una limpieza étnica completa de Palestina. Había tres factores que impedían todavía la realización de este proyecto: 1) Una dependencia de una mano de obra barata, 2) una fuerte resistencia palestina que hacía que se dispararan las pérdidas en el lado israelí, 3) la opinión pública y unas posibles sanciones extranjeras, en particular, unas sanciones económicas.

El primer factor ha desaparecido. La población palestina ha dejado de ser útil y ahora es molesta además de ser excesiva. En 1948 se había eliminado a una parte importante de la población palestina, es el momento de acabar el trabajo y de limpiar todo el territorio. «Ni siquiera la gran democracia estadounidense habría podido existir sin la destrucción de los indios», nos dice en 2004 Benny Moris, historiador de la Universidad Ben Gurion [8].

A este respecto Lieberman, ministro del Interior hasta mayo de 2015, piensa en unos métodos que hoy utiliza el ISIS: «Quien está con nosotros debe tener derecho a todo, pero no hay alternativa para quien está contra nosotros. Hacha en mano, debemos cortarle la cabeza. Para nosotros no hay otro medio de sobrevivir aquí [9]».

Pero los dos últimos factores impiden todavía la solución final. La resistencia de la población palestina durante la ultima guerra contra Gaza demostró que sería imposible «evacuar» ese territorio sin sufrir una pérdidas importantes en el lado israelí. [10]

Todo permite suponer que esto también vale para Cisjordania. Por lo que se refiere al tercer factor, el tiempo juega en contra de los sionistas. Estamos siendo testigos tanto de una protesta mundial contra las brutales tomas de postura de Israel, como de unas campañas de boicot cada vez extendidas.

Una limpieza étnica “a cámara lenta” financiada por Occidente

En estas condiciones es impensable una limpieza étnica rápida a gran escala, así que se opta por un enfoque progresivo e indirecto. Se opera en dos aspectos. El primero consiste en la llegada continua de colonos. En 1990 eran 200.000 en Cisjordania y Jerusalén. Hoy son 600.000, lo que equivale a una cuarta parte de la población palestina del entorno. [11] Ciudades como Belén están completamente rodeadas por las nuevas colonias y van siendo aisladas poco a poco del resto de los territorios palestinos.

El segundo aspecto consiste en hacer lo más insoportable posible la existencia de los palestinos y en aterrorizar a los habitantes hasta conseguir que se vayan por decisión propia. Una especie de estrategia del hambre combinada con un acoso intensivo y la práctica del terror permanente. La más afectada es Gaza. En siete años esta superpoblada franja de tierra ha sido bombardeada tres veces durante semanas, al tiempo que se destruía deliberadamente hospitales, escuelas, empresas, tierras agrícolas e instalaciones eléctricas. [12]
Según la ONU, hará falta un mínimo de veinte años para reconstruir Gaza [13] y ello en caso de que lo permita Israel. Una vez acabados los bombardeos, la reconstrucción es prácticamente imposible mientras el territorio esté aislado del resto del mundo. Actualmente el 70 % de su población vive en la pobreza y más del 50 % en la precariedad alimentaria. [14] La situación alimentaria en Palestina es peor que en el África sub-sahariana. [15] El objetivo de ello: hacer que Gaza sea prácticamente inhabitable a corto plazo. [16]

También la situación en Cisjordania es mala. Algunos ejemplos: el 83 % de las reservas de agua del subsuelo de Cisjordania va a los colonos judíos (el 17 % de la población) y al propio Israel. [17] La cosecha de aceitunas es muy importante para Cisjordania desde el punto de vista económico. A lo largo de los últimos cincuenta años los colonos judíos han destruido 800.000 olivos. [18] Los habitantes de Cisjordania tienen que esperar horas en los checkpoints para llegar al trabajo o visitar a algún familiar. Hay que saber que estos checkpoints están construidos, entre otras cosas, con el dinero concedido por la Comunidad Europea. La lista es interminable.

El gobierno israelí ataca conscientemente a los menores palestinos para presionar a sus padres y obligarles a partir. En los 15 últimos años las fuerzas israelíes han asesinado a 2.600 niños y otros 22.000 han resultado heridos o mutilados. [19] Solo el año pasado unos 1.300 niños fueron secuestrados, interrogados y torturados. [20] El hecho de permanecer y de vivir en Palestina en semejantes condiciones es en sí un acto de resistencia heroica. Pero no hay que sorprenderse de que regularmente se supere el nivel de resistencia y de que sus habitantes, individual o colectivamente, se rebelen contra esta limpieza étnica «a cámara lenta».

Lo más grave es que la Unión Europea y Estados Unidos siguen legitimando y patrocinando este régimen. Sin su apoyo el proceso sionista se desmoronaría rápidamente. Como en el caso de los regímenes de apartheid, la solución también está en nuestras manos. Es el momento de actuar. 

Bibliografía
Klein N., De Shockdoctrine. De opkomst van rampenkapitalisme , Breda 2009. [Traducción al castellano, La doctrina del shock , Barcelona, Planeta, 2012].
Nitzan J. & Bichler S., The Global Political Economy of Israel, Londres, 2002, http://bnarchives.yorku.ca/8/2/2002....
Robinson, W., ‘The Political Economy of Israeli Apartheid and the Specter of Genocide’, http://www.truth-out.org/news/item/ .... 

Notas
[1] http://972mag.com/space-control-and....
2 Nitzan J. & Bichler S., The Global Political Economy of Israel , http://bnarchives.yorku.ca/8/2/2002..., p. 274v.
3 Klein N., De Shockdoctrine. De opkomst van rampenkapitalisme , Breda 2009, p. 534 en 542.
4 Robinson, W., ‘The Political Economy of Israeli Apartheid and the Specter of Genocide’, http://www.truth-out.org/news/item/....
5 Klein N., id., p. 547.
6 http://www.pcbs.gov.ps/site/512/def....
7 http://www.globalresearch.ca/the-be....
8 Declaración en una entrevista de Haaretz. http://www.haaretz.com/survival-of-... ; citado en Robinson, W., art. cit.
9 ‘Israeli foreign minister says disloyal Arabs should be beheaded’, https://www.washingtonpost.com/news....
10 Vandepitte M., ‘Gaza : malgré leur absolue supériorité militaire, Israël est en train de perdre la guerre, http://www.dewereldmorgen.be/artike....
11 http://www.bloombergview.com/quickt... ; http://www.imemc.org/article/73058 ; http://en.wikipedia.org/wiki/Israel....
12 Vandepitte M., Catastrofe Gaza cartographié, http://www.dewereldmorgen.be/artike....
13 http://mondoweiss.net/2015/02/israe....
14 http://www.juancole.com/2015/10/per... ; http://reliefweb.int/report/occupie....
15 El índice de carencias alimentarias (kilocalorías por persona al día) indica 211, mientras que el África sub-sahariana son 149. http://knoema.com/HDR2014/human-dev....
16 http://unctad.org/en/pages/newsdeta....
17 La foto de la piscina es del New York Time que excusa con ligereza el robo de agua. http://www.nytimes.com/2015/05/30/w.... Cfr. http://timeswarp.org/2015/05/30/ny-....
18 http://mondoweiss.net/2015/04/settl....
19 https://www.4palkids.org/petition-t....
20 http://mondoweiss.net/2015/06/pales....
21 Nitzan J. & Bichler S., The Global Political Economy of Israel, http://bnarchives.yorku.ca/8/2/2002..., p. 274v.
22 Klein N., De Shockdoctrine. De opkomst van rampenkapitalisme , Breda 2009, p. 534 en 542.
23 Robinson, W., ‘The Political Economy of Israeli Apartheid and the Specter of Genocide’, http://www.truth-out.org/news/item/....
Traducido del neerlandés al francés por Anne Bienfait para Investig’Action


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