Pedro Santisteve: “Nuestra prioridad
ahora mismo es la paralización de los desahucios en Zaragoza”
Javier
Grimal
09.07.2015
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Entrevista al alcalde de Zaragoza, elegido el 13 de junio con los votos de
Zaragoza En Común, PSOE y CHA
Abogado
penalista, activista social, profesor universitario. Hasta aquí la definición
que Wikipedia ofrece sobre este zaragozano de 57 años recién cumplidos, que el
pasado 13 de junio era proclamado alcalde de la capital aragonesa. Pero cuando
Pedro Santisteve nos recibe en su despacho consistorial, da la impresión de que
llegamos al humilde lugar de trabajo de un ciudadano de a pie. El tuteo surge
de forma espontánea, casi como una necesidad protocolaria. Y entonces cobra
significado el lema electoral de Zaragoza En Común, “nunca unas elecciones las
ganó tanta gente”; y es que, efectivamente, Santisteve es sólo uno de los miles
de zaragozanos y zaragozanas que ganaron un Ayuntamiento porque perdieron su
reticencia a participar en unas elecciones. Texto
y foto: Javier Grimal
¿Ha llegado
el 15M al gobierno de las instituciones?
El 15M tiene mucho que ver con estos
movimientos municipalistas. Está claro que la gente que participó en esa
revolución democrática siguió trabajando en los movimientos sociales, y fruto
de esa experiencia acumulada en esos cuatro años, probablemente, surgió el
trabajo previo a estas candidaturas municipalistas. Ahora se habla de
regeneracionismo político, de empoderamiento de la ciudadanía, frente a los
cotos cerrados en los que la clase política había convertido los espacios
institucionales. Es una ocupación del espacio público por parte de la
ciudadanía, frente a la profesionalización de la política.
Siempre has
sido una persona comprometida socialmente, pero ¿qué te lleva a dar ese paso
hacia unas primarias que podían acabar –como han acabado– en el gobierno
municipal?
No fue una idea preconcebida mía, sino que
los acontecimientos me fueron llevando en este sentido. En esos preparativos de
las candidaturas, mi función podía ser de puente entre las personas que
militaban en organizaciones políticas, y mucha gente independiente.
¿Estamos
viviendo una segunda transición en España?
Yo creo que sí. El régimen de la
Transición, en el sentido de la patrimonialización de las instituciones por el
bipartidismo en beneficio de sus propias redes clientelares, está tocando a su
fin. Por ello, todo aquello que quedó pendiente en la Transición vuelve a
aparecer en el tablero político. Se habla del final del régimen de la segunda
Restauración Borbónica.
Y para ese
cambio político, ¿son necesarias candidaturas de unidad popular de la izquierda
a las próximas Elecciones Generales?
Lo que ha ocurrido en el ámbito municipal
es diferente de lo que ha ocurrido en el ámbito autonómico. En el ámbito
municipalista ha habido un protagonismo de la gente, de los ciudadanos; ha
habido un paso atrás de los partidos políticos, y eso marca una diferencia
notable con posibles acuerdos de gobierno o entre cúpulas de partidos en el
entorno autonómico.
¿Qué puede ocurrir de cara a las
Generales? Pues es un tema abierto a todas las posibilidades, como la que planteaba aquí el lunes Alberto Garzón,
pero creo que a mí, como alcalde de la ciudad, no me corresponde pronunciarme
sobre este tema. Cuando me toque dar mi opinión, la daré como uno más, pero hay
otros actores a los que hay que dar protagonismo.
En todo caso,
la experiencia de Zaragoza En Común ¿podría ser positiva como referencia?
Yo creo que es ejemplar. Probablemente,
los planteamientos más atrevidos en materia de primarias, y de menos
protagonismo de los partidos y a favor de la gente, se ha producido aquí en
Zaragoza. Ha habido un esfuerzo añadido de la gente que ha trabajado en este
proceso de mediación y de aplicación de metodologías participativas, que ha
posibilitado este consenso, incluso tratando situaciones delicadas de tensión
interna. Eso es un gran logro.
De tu
antecesor en el cargo, ¿cuál sería la actuación que mejor valoras y la que
peor?
Pues, si quieres que te sea sincero, yo no
he seguido la política municipal de cerca, porque hasta ahora la política
institucional nunca se había manifestado para mí en términos atractivos, con
posibilidades de opinar; con lo cual, como no lo he sentido como algo mío… pues
te puedo decir que no le he seguido la pista.
Yo a Juan Alberto Belloch lo conocí cuando
fue presidente de la Audiencia Provincial del Bilbao, lo volví a ver en un acto
que le presenté en el Colegio de Abogados cuando dejó de ser ministro bicéfalo,
y salvo eso… pues no te podría decir.
Y a nivel
político ¿cómo ha sido el relevo?
El relevo ha sido inexistente. No ha
habido tal relevo, y me parece muy preocupante, no en cuanto a cómo nos podamos
sentir nosotros (que como somos nuevos, nos habría venido muy bien), sino
porque la administración municipal se merece un relevo adecuado. Esto es muy
clarificador de cómo se ha funcionado en este país, y lo que escenifica es un
final de época. Ha sido como un abandono de la institución, se ha salido
corriendo, y si te he visto, no me acuerdo.
Afortunadamente, nos estamos encontrando
con una buena acogida por parte de los funcionarios.
¿Eso quiere
decir que has percibido una ruptura entre las gentes de la primera Transición y
las gentes de la segunda?
Sí, esta situación creo que marca un final
de ciclo. Que no haya existido esa transmisión es quizá porque te ven tan
diferente y con tan pocos puntos en común, que les generas una situación de
intranquilidad o de despecho por verse desplazados del mandato político.
Aunque no se
hayan cumplido los primeros cien días de gobierno, ¿cuáles van a ser las
primeras medidas de choque que vais a poner en marcha?
Estamos trabajando en el tema de la
emergencia social con la paralización
de los desahucios; estamos coordinando las
instituciones judiciales, con colectivos sociales, con el IASS y con entidades financieras para
adelantarnos a los lanzamientos y buscar alternativas habitacionales. Esa es
nuestra prioridad ahora mismo en Zaragoza.
Otro elemento clave para nosotros en este
primer Pleno va a ser la rebaja del sueldo de los cargos públicos de este
Ayuntamiento, y en ese sentido hemos hablado desde el primer momento con todos
los grupos municipales, con el fin de ir reduciendo gastos para dedicar el
dinero a esa emergencia social.
La
indignación frente al neoliberalismo ha sido tan grande como la expectativa que
generan en mucha gente candidaturas como Zaragoza En Común ¿Teméis que vuestros
votantes esperen demasiado de vosotros en demasiado poco tiempo?
Pues igual sí, porque lo primero que hay
que comprender es que los Ayuntamientos no pintamos nada. El esquema de la
distribución de poder en este país nos deja casi sin margen de maniobra para
las políticas de redistribución de la riqueza. Además, estamos intervenidos,
pagamos diez veces más en intereses de la deuda que en servicios sociales,… y
con esa espada de Damocles la gente no puede esperar milagros.
Dentro de nuestro escaso margen, haremos
lo que podamos frente a situaciones indignas como los desahucios, pero desde un
Ayuntamiento no puedes cambiar demasiadas cosas. Estamos condicionados por la
política estatal, por la Ley de Haciendas Locales, por la Ley de
Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (que nos vacía de
contenido a favor de los gobiernos autonómicos),…
Por eso, lo primero que reivindicamos es
la autonomía del poder local, que tiene que ser clara en cualquier esquema de
Estado.
Y en los
meses que quedan hasta las Generales, y habiendo alcanzado el poder
candidaturas como Ahora Madrid, Barcelona En Comú, o Zaragoza En Común ¿puede
haber una nueva vuelta de tuerca presupuestaria en contra de los Ayuntamientos
por parte del Gobierno central?
A mí me molesta la falta de visión de
Estado de quienes piensan que en una democracia el poder se puede ejercer de
modo absoluto, sin contar con los demás. Eso ha generado muy malas prácticas, y
los que han salido perdiendo son el pluralismo, la participación ciudadana y
las ganas de intervenir en política. Esta situación no se puede sostener. La
historia les pasará factura si dejan pasar esta ola de regeneracionismo
político que planteamos las candidaturas municipalistas.
¿Cómo valoras
el referéndum griego?
Pues probablemente no les quedaba otra
opción. Ha habido un marcaje tan férreo por parte de la Troika, que no podían
hacer otra cosa que intentar cambiar el marco planteando una cuestión muy
clara: “¿ustedes están por
respetar la soberanía del pueblo de un Estado asociado a la UE, o también van a
pasar por encima de eso?”
Lo triste es que haya tenido que llegar el
Gobierno griego a la convocatoria de un referéndum; eso es un fracaso, no del
Ejecutivo de Tsipras, sino de los que tienen el poder para negociar.
¿Hay un
déficit democrático en Bruselas?
Claro. En la Unión Europea hay mucho que
hablar de cómo nos han absorbido una serie de competencias, pero sin un proceso
de democratización paralelo: hay unos Ejecutivos con mucho lobby detrás, pero
el Parlamento Europeo sigue pintando muy poco. A ver qué lecciones de
democracia van a darnos ellos.
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