CLAVES
DE ORIENTE PRÓXIMO. “EL USO DEL ISLAM EN LA GUERRA FRÍA ES CLAVE PARA ENTENDER
LA SITUACIÓN ACTUAL”
Sociología
Crítica
10.06.2015
Entrevista a George Corm, economista
libanés, sobre la situación actual en Oriente Próximo
“Todos los acontecimientos que estamos viviendo se derivan de los resultados de la guerra fría y de la instrumentalización del islam en la guerra”
Anne
Lucie Chaigne-Oudin / Les clés du Moyen Orient / Traducción
para Rebelión de Loles Oliván.
Georges Corm, economista libanés, es un eminente especialista en Oriente Próximo y el Mediterráneo. Además de su condición de consultor económico y financiero internacional, es profesor desde 2001 en la Universidad Saint Joseph de Beirut, en la especialidad de Ciencia Política.
Algunas
de sus obras más recientes traducidas al castellano son Nuevo gobierno del
mundo: ideologías, estructura y contrapoderes (2012), Europa y el mito de
Occidente (2010), Historia de Oriente Medio: de la antigüedad hasta nuestros
días (2009), La cuestión religiosa en el siglo XXI (2007), El Líbano
contemporáneo: Historia y sociedad (2006), La fractura imaginada: las falsas
raíces del enfrentamiento entre Oriente y Occidente (2004). Acaba de publicar
en francés Pensée et politique dans le monde arabe. Contextes historiques et
problématiques, XIXe-XXIe siècle [Pensamiento político en el mundo árabe,
Contextos históricos y problemas, siglos XIX al XXI] (2015).
–
¿Cómo explicar el avance del Estado islámico desde junio de 2014?
–
Son varios los factores que explican esta extraordinaria y rápida toma de poder
de 40 mil km2 de Iraq por parte de una organización terrorista. Es un fenómeno
que conviene analizar. Probablemente el factor principal tenga que ver con que
a los militares que estaban en la ciudad de Mosul y en otras ciudades les
pagaron a cambio de no combatir y de abandonar sus armas in situ. Así ocurrió
durante la intervención estadounidense en Iraq: los estadounidenses sobornaron
a los generales de la Guardia Presidencial que tenían a su cargo la defensa de
Bagdad. No se disparó ni un tiro. Después se supo que los generales fueron
trasladados a Estados Unidos. Creo que ha ocurrido lo mismo en el caso del
Estado Islámico (EI). También se dice que algunos de los militares del antiguo
régimen de Sadam Husein despedidos por el procónsul estadounidense, Paul
Bremer, se habrían unido a ISIS para vengarse.
Además,
el autodenominado Estado Islámico, sobre el que todo el mundo tiende a olvidar
que no es más que una organización terrorista, ya venía desempeñando un papel
en Iraq desde hacía tiempo. Recordemos que el régimen de Sadam Husein no tenía
ninguna relación con el terrorismo; al contrario, al-Qaeda consideraba al
iraquí como un régimen “impío” al que había que destruir. Fue la invasión
estadounidense de Iraq bajo el pretexto de que su gobierno tenía vínculos con
el terrorismo y de que tenía armas de destrucción masiva, lo que hizo prosperar
a un terrorismo que no existía previamente en el país. Inicialmente, la
organización del EI, que es una rama de al-Qaeda, combatió contra el Ejército
de Estados Unidos. Muy tempranamente volvió su sesgo terrorista también contra
los chiíes. En la actualidad encontramos en Iraq exactamente la misma
estructura que se formó con los talibanes, creada por la acción conjunta de la
inteligencia paquistaní, estadounidense y saudí. Hoy en día, es la misma
estructura la que se reproduce en Iraq alimentada logísticamente por Turquía,
miembro de la OTAN, y por Qatar y Arabia Saudí.
Estos
factores han permitido al EI conquistar el interior de Iraq e imponer asimismo
la determinación de derrocar al régimen sirio, que se ha convertido en la
“bestia negra” de muchos gobiernos occidentales (con Francia a la cabeza),
árabes, y de Turquía. En Siria no solo se ha dado asistencia al EI sino también
a la otra organización terrorista que actúa en el país, al-Nusra.
La
violencia de la organización al-Nusra ha causado estragos en Siria y en la
frontera libanesa. Recordemos que unos 30 soldados del ejército libanés fueron
secuestrados en territorio libanés y que 4 ó 5 fueron decapitados. Al-Nusra
exige la liberación de todos los presos islamistas detenidos por la justicia
libanesa bajo acusación de delitos de terrorismo en Líbano. Sabemos que
al-Nusra recibe asistencia logística del ejército israelí que interviene con
atentados en el interior de Siria para ayudar a los combatientes de al-Nusra.
También sabemos que los heridos de esta organización reciben tratamiento médico
en hospitales israelíes.
–
¿Qué opina que se utilice el concepto de suníes contra chiíes para explicar los
conflictos de la región hoy en día?
–
Buena parte de la destructiva desestabilización que opera hoy en día en
proporciones desmesuradas se lleva a cabo bajo el falso signo de un
enfrentamiento entre suníes y chiíes. La única clave explicativa que se nos
ofrece es este enfrentamiento. En la época del Sha de Irán, que tenía fuertes
pretensiones de hegemonía regional, el país también era chií y sin embargo
nadie hablaba de una lucha entre los árabes suníes contra los árabes chiíes y
contra los persas, también chiíes. En aquel momento el sha de Irán estaba bajo
la influencia de las políticas estadounidenses. Es importante recordar
igualmente que la confiscación de la gran revolución popular iraní por parte
del clero fue un gran malentendido geopolítico pues después de todo, al iman
Jomeini se le sacó de su exilio en Iraq y se le trasladó a París. Pendientes de
él, todos los medios de comunicación del mundo occidental confiaban que fuera
él quien tomara el poder y no los comunistas o los liberales. Estados Unidos
sabía con certeza que el sha estaba gravemente enfermo y estaban obsesionados
con la posibilidad de que los comunistas se hicieran con el poder. Era la época
de la Guerra Fría.
Creo
que hoy en día todos los acontecimientos que estamos viviendo se derivan de los
resultados de la guerra fría y de la instrumentalización del islam en la
guerra. Porque una vez que la URSS se desintegró se halló un nuevo enemigo:
al-Qaeda. Después, una vez que se ha dado muerte a Bin Laden, el nuevo enemigo
es el EI contra el que se ha formado una gran coalición para hacerle frente.
–
¿Cómo analiza el posicionamiento de Estados Unidos en la región?
–
Partamos del EI. Es importante señalar que el concepto del califato y la
invocación visionaria de su restablecimiento por parte de al-Baghdadi va muy en
serio. Las imágenes que reiteran los medios de comunicación alimentan la
profecía autocumplida de la guerra de civilizaciones que es en sí misma una
vieja herencia del avance europeo más allá de Europa en nombre del
cristianismo. Se trata del retorno a la vieja tesis que dividía el mundo entre
arios y semitas. Esta noción de la guerra de civilizaciones y la utilización de
los debates sobre la teología islámica desvían el análisis sobre la verdadera
geopolítica del despliegue imperial estadounidense en todo el mundo. Se
necesita un enemigo que justifique tal despliegue. Así, después del 11 de
septiembre, el ejército de Estados Unidos ha logrado desplegarse en forma de S,
es decir, rodeando a la vez a Rusia y a China, mediante la inclusión de los
países de Europa Central y Oriental en la OTAN, lo que se suma al intenso
despliegue militar en la Península Arábiga desde 1990. Las mayores bases
militares estadounidenses se ubican allí.
Hoy
en día los estrategas estadounidenses consideran que la gran batalla
geopolítica hay que dirigirla contra la creación de un bloque euroasiático
–existe mucha documentación al respecto– cuyos motores principales son Rusia y
China –que además han comenzado a estrechar lazos muy importantes entre sí– así
como otros países emergentes, incluido Irán. Esto se percibe como una seria amenaza
a la hegemonía estadounidense en el mundo. Y explica asimismo que para Estados
Unidos es esencial controlar Oriente Próximo. Desde mi punto de vista, es por
esto por lo que no podemos considerar que se esté produciendo una retirada
estadounidense de la región. Estados Unidos es una sociedad muy vibrante, su
presupuesto militar es mucho mayor que el de China y Rusia; sigue contando con
una gran vitalidad científica y tecnológica, es el lugar de las grandes
universidades cuyo prestigio atrae a cientos de miles estudiantes de todo el
mundo, y cuenta, junto con Europa, con medios internacionales muy poderosos.
Nos referimos al “poder blando”, que es tan importante, si no más, que el
“poder duro” (el poder militar).
Desde
1990, la invasión de Kuwait por parte del régimen de Sadam Husein permitió
crear las condiciones para constituir alianzas y movilizarlas a escala
internacional, para hacer resurgir el terrorismo como ventaja e instalarse
allí. Del mismo modo, el EI se está utilizando hoy en día con esa finalidad
como demuestra la formación de una gran coalición en contra de esta
organización.
–
El EI ¿tiene objetivos en Jordania, en Siria y en Líbano?
–
Jordania está protegida. El país está sostenido por Estados Unidos, el Estado
de Israel y Arabia Saudí. La monarquía no tiene visos de que vaya a colapsar, y
lo que es más importante, los jordanos, independientemente de las críticas que
puedan oponer a la monarquía, prefieren aferrarse a ella porque es la
institución que sostiene el país.
Uno
de los principales objetivos hoy en día es Siria. Está sometida a una
destrucción sistemática que afecta a muchas áreas incluido su patrimonio
arqueológico (aunque en las zonas donde el Estado sigue funcionando, la vida
sigue siendo casi normal, los salarios se pagan). Pongamos algunos ejemplos. El
pueblo de Maalula fue tomado por los islamistas de al-Nusra y liberado por el
ejército sirio. Al-Nusra mantuvo secuestradas a doce monjas hasta que Qatar
pagó por su liberación. Dos obispos han sido secuestrados y todavía están desaparecidos
desde hace tres años.
En
cuanto a Líbano, es muy fácil ocultarse en los fríos macizos montañosos de la
cadena del Ante-Líbano que atraviesa la frontera con Siria, donde se encuentra
al-Nusra y la organización del EI. Estas organizaciones tienen algunos
partidarios entre los refugiados sirios en Líbano, pues se trata de poblaciones
muy depauperadas que no tienen nada más. Sirva de ejemplo la ciudad libanesa de
Arsal, con una población de entre 30 mil y 40 mil habitantes, en la que se han
producido muchas infiltraciones. También sabemos que el Movimiento Futuro de
Líbano ha mantenido estrechos vínculos con estas organizaciones. Previamente
estaba instalada allí la organización Fatah al-Islam que ya en 2007 forzó la
intervención del ejército libanés durante varios días en el campamento de Nar
al-Bared para desalojar a sus miembros en una batalla que se cobró la vida de
250 de los mejores militares libaneses. Igualmente, en Sidón, un sheij creó la
confusión durante meses causando mucha tensión. El ejército tuvo que intervenir
con el resultado de agresiones frecuentes, y de golpe, el sheij desapareció.
Asimismo existe la prisión central de la aldea de Rumie, cerca de Beirut, que
está llena de islamistas encarcelados bajo sospecha de pertenecer a organizaciones
terroristas, algunos de los cuales todavía no han sido juzgados. A pesar de los
limitados recursos de que dispone, cuando el ejército libanés cuenta con
cobertura política es muy capaz de afrontar retos.
En
cuanto a Hizbolá, muchos critican su presencia en Siria. Sin embargo, frente a
los grandes recursos con los que cuentan estos grupos, Hizbolá ayuda al régimen
sirio porque en el fondo lo que está en juego es el desmantelamiento del eje
Irán/Siria/Hizbolá, que estorba tanto a israelíes como a saudíes en el entrono
de la crispación ideológico-religiosa de suníes contra chiíes. Hay que recordar
asimismo que las armas pasan a la oposición siria a través de los puertos
libaneses y que muchos combatientes islamistas libaneses de la ciudad de
Trípoli y de otras partes fueron a combatir contra el régimen sirio mucho antes
de que Hizbolá enviase a sus fuerzas. No hay que olvidar que estamos en una
zona donde la pobreza es extrema (con desempleo generalizado, un salario medio
de alrededor de 500 dólares al mes) y que este contexto facilita el
reclutamiento de individuos en estas organizaciones terroristas cubiertas con
un ilusorio barniz religioso.
–
¿Puede recordar el reto constitucional al que hace frente Líbano?
–
En Líbano no hay presidente de la República desde hace casi un año debido a la
incapacidad del Parlamento libanés de alcanzar una mayoría constitucional en
favor de un candidato. Pero la parálisis constitucional comenzó hace mucho
tiempo, con la primera negativa a aprobar una ley electoral equitativa (que
introdujera principalmente la representación proporcional exigida hace tiempo
por la sociedad civil), y después, en 2013, por el rechazo a convocar
elecciones bajo el falso pretexto de la situación de seguridad, lo que ha
llevado al Parlamento a prolongar su mandato de manera inconcebible sin que
exista realmente una situación de fuerza mayor. Por otro lado, en los últimos
tiempos se han fortalecido las lógicas comunitarias entre sectores chiíes
representados por los grandes partidos políticos fuertes cuyos líderes se
encuentran en los órganos constitucionales, e igualmente, entre los suníes, con
la familia Hariri pero también entre los drusos a través del importante papel
que desempeña el señor Yumblat. Además, en el sector cristiano, el general Michel
Aoun, dirigente carismático que cuenta con el mayor bloque de diputados
cristianos, se prodiga como el candidato mejor situado para ser presidente de
la República (cargo reservado a la comunidad maronita). Por ello, considera que
en la lógica comunitaria que prevalece para las comunidades musulmanas, él debe
volver a la Presidencia de la República por ser el dirigente cristiano que
cuenta con la base de apoyo más amplia entre las comunidades cristianas. A
pesar de esta situación, el país y las administraciones públicas siguen
funcionando. Lo cierto es que la sociedad libanesa se acostumbró a la
autogestión durante los 15 años de violencia asesina que golpeó el país entre
1975 y 1990. Asimismo, se trata de una sociedad que nunca ha reconocido el
funcionamiento sectario y a menudo corrupto de su Estado. En consecuencia,
aspira a un verdadero gobierno democrático y no corrupto. Pero ante la
frustración, la gente se organiza como puede en el sector público o en el
privado para seguir garantizando el funcionamiento de las instituciones
administrativas y de la economía.
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