24 septiembre 2014
Gallardón fue actor en “Holmes. Madrid suite 1890″ representando a su tío
abuelo el músico Isaac Albéniz
Gallardón tenía “el apoyo
de ese cutre capitalismo especulador y el mediático de unos grupos
de comunicación en estado de quiebra”; “Rajoy se carga el PP.
Ya está conseguido: el PP es un erial; “Ayer, Mariano Rajoy
Brey se cargó el Partido Popular en el momento
histórico más febril de los últimos treinta años: en plena crisis
de Estado. Es un irresponsable”; “Gallardón es la
última víctima de esta estrategia de silencio. La semana anterior lo fue Botella.
Y antes Jaime Mayor Oreja, Francisco Camps o Jaume
Matas”; “No está Aznar, no está Aguirre, no está Álvarez
Cascos, no está Rodrigo Rato, no está Manuel
Pizarro, no está Pedro J. Ramírez, no está Rouco Varela y,
entre otros desaparecidos en combate, tampoco está Gallardón.
Ha
sido una buena labor de carnicería política; han despiezado
bien el cadáver y han exhibido sus despojos con la sutil
crueldad de ir haciéndolo poco a poco”… Todas estas frases se están
oyendo en el PP y en sus aledaños mediáticos tras conocerse la precipitada
“huida” del Gobierno del ministro de Justicia, con Felipe VI en
Nueva York y Rajoy en China.
La ley del aborto fue una
excusa: se teme la debacle electoral dentro de 8 meses y el que fuera
alcalde de Madrid, conocido por sus megalomanías con dinero público –enterrar
la M-30 supuso un sobrecoste de 1.200 millones de euros, según un informe
confidencial de la consultora Currie & Brown and Scott Wilson cuyo
original de 64 páginas en inglés (con una guía en español) hoy hacemos público–
había convertido su ministerio “en un tanatorio”, según uno de sus
colaboradores.
Gallardón y Soraya: disimulaban su “mutuo distanciamiento”
¿Por qué ha huido ahora Gallardón?
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que
estaba enemistada con él al igual que Rajoy, ha destacado en
su necrológica que es una persona “con una gran visión política”. Y
esa es la clave. Nada será igual después del 31 de mayo de 2015 y una mayoría
de la cúpula del PP comienza a vislumbrarlo: el “problema” es Rajoy,
que con su inacción conduce España primero y a su partido detrás al precipicio.
Y la sociedad civil exigirá responsabilidades a quienes provocaron este clima
asfixiante de paro, corrupción y hundimiento económico.
Rajoy y Mayor Oreja: otra víctima silenciosa
Tras escuchar diferentes impresiones
dentro del partido, la periodista Yolanda González concluye
que la sensación mayoritaria es que “el presidente del Gobierno y del PP tiende
a dejar que los problemas se dilaten en el tiempo y que sea el
afectado el que acabe por tomar una decisión. Gallardón es la
última víctima de esta estrategia de silencio. La semana anterior lo fue Botella. Y
antes Jaime Mayor Oreja, Francisco Campso Jaume
Matas”.
Más duro se muestra el ex-director de
Abc, José Antonio Zarzalejos: “Rajoy se carga el PP”.
¿Por qué?. La razón es evidente: “Ya están todos los de la lista” podrán
notificarle al presidente del Gobierno los miembros de su oficial mesa camilla.
No está Aznar, no está Aguirre, no está Álvarez
Cascos, no está Rodrigo Rato, no está Manuel Pizarro,
no está Pedro J. Ramírez, no está Rouco Varela y,
entre otros desaparecidos en combate, tampoco está Gallardón. Ha
sido una buena labor de carnicería política; han despiezado bien el
cadáver y han exhibido sus despojos con la sutil
crueldad de ir haciéndolo poco a poco”.
Todos muertos: solo queda él en medio de “un erial”
“Ya está conseguido: el PP es un
erial y el Gobierno un grupo disciplinado de compañeros y amigos del
presidente que son como el ‘equipo A’: destrozan, suman y restan,
pero no tienen ni lejana idea de lo que sea la política, que confunden
lamentablemente con el poder. Sólo añadiré un aspecto colateral de la cuestión:
el director de El Confidencial –Nacho Cardero– le hace un favor aRajoy suponiendo
que él no “mata” a sus adversarios, sino que se suicidan. Yo creo que utiliza
la técnica de Agatha Christie en “Diez negritos”. Es decir,
que es un killer político en serie.
El tipo más peligroso
de la política española después de José Bono. Que ya es decir. Por
eso, Esperanza Aguirre, muy previsoramente, se encomienda a la
divina providencia. Hace bien. Ayer, Mariano Rajoy Brey se cargó el
Partido Popular en el momento histórico más febril de
los últimos treinta años: en plena crisis de Estado. Andan diciendo
por ahí que el presidente es “muy táctico”. En realidad es un
irresponsable”.
Soraya y Juan Carlos: le ocultaron a Gallardón su dimisión
Y concluye: “Hacía mucho tiempo que el
ya exministro de justicia tenía la mosca detrás de la oreja. Sus
despachos habituales no eran con Rajoy, sino con la vicepresidenta –que
se distinguían con un mutuo distanciamiento– y por mucho que
el ministro trataba de que su gestión de plastilina complaciese al presidente y
a Moncloa, nunca estuvo en el núcleo duro del Gobierno.
Ahora se puede
contar: el domingo precedente al lunes 2 de junio de este año, fecha de la abdicación
de Don Juan Carlos, el ministro de Justicia desconocía por completo
el acontecimiento porque la renuncia del Rey se cocinó de
espaldas al notario mayor del Reino. Increíble pero rigurosamente cierto”.
“Montse” Corulla en el banquillo: la amiga de Gallardón nunca rompió su
silencio
Para el analista económico Jesús
Cacho, el problema de Gallardón era que “seguramente es
menos listo de lo que él piensa, o un poco más tonto de lo que su suegro,
Utrera Molina, siempre ha sospechado. Porque este hombre todo obsesión por
el poder, este profesional de la política, quiso siempre llegar tan lejos, tan
rápido, “volé tan alto, tan alto, que le di a la caza alcance”, que sus
piruetas, sus pactos, sus componendas, sus maniobras quedaban
enseguida al descubierto, porque él mismo, ¡ay, sus eternas prisas!, se
encargaba de ponerlas pronto al descubierto, tan rápido pretendía correr que se
daba con los zancajos en el culo, un defecto que se convirtió en su
talón de Aquiles, porque el hombre pretendidamente brillante resultaba en
extremo previsible, sus enemigos sabían al minuto dónde andaba, qué preparaba,
qué le gustaba, aparte, dicho sea de paso, de la compañía de amigos
ricos, las mujeres de penca larga –Paessler, Corulla y un largo etcétera), y el
dinero, mucho el dinero”.
Gallardón y Florentino: secretos favores empresariales
Los cuatro años de cárcel a
los que fue condenada su amiga Montserrat Corulla (sumario del
que logró extraer sus conversaciones con ella, según denunció la cadena Cope, y
que por ello algún día podría reabrirse) por blanquear 44 millones de
euros no le pasan desapercibidos:“Las relaciones empresariales del
personaje conforman, junto con los temas de bragueta, el dark side de un
tipo que ha sido rehén del capitalismo madrileño más castizo, empezando
por Florentino Pérez (ACS) y siguiendo por una larga lista
cuya cita les ahorro.
El riesgo de un Gallardón convertido en
presidente del Gobierno hubiera sido demasiado alto. Con el apoyo de
ese cutre capitalismo especulador y el mediático de unos grupos de comunicación
en estado de quiebra, un tal Gobierno hubiera supuesto seguramente
descender el último peldaño en la escalera de la definitiva degradación
de un sistema ya muy castigado por corrupciones y arbitrariedades de todo tipo.
Bien ido sea, pues, el Gallardón político. Bienvenido sea el
ciudadano Gallardón, a quien cabe desear toda la suerte del mundo
en su descenso a los infiernos de la cotidianeidad”.
También sus rivales “muertos”: con Bono, Pedro Jota y ZP
El periodista Gonzalo Cortizo desvela
además que Gallardón se ofreció en su rueda de prensa a quedarse
unos días más al frente del Ministerio, pero “Rajoy ha preferido
provocar su cese de inmediato. Para ello, el presidente del Gobierno ha tenido
que movilizar al rey en la ciudad de los rascacielos y retrasar unas horas la
salida de su vuelo hacia Pekín”. ¿A qué entonces esta celérica huida? Otro
periodista, Federico Castaño, tiene la respuesta: “como
muestra de la ansiedad con la que gestionaba el cargo, alguno
de sus colaboradores más inmediatos relatan que en los últimos meses no
dejaba que se oyera una mosca en la planta donde ha tenido su despacho,
provocando varios altercados con personal del departamento
que, en ocasiones, llegó a comparar el ambiente del Ministerio con el
de un tanatorio”.
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