04 junio 2014
Quien leyera el relato mediático oficial de lo que ha pasado en España tras la abdicación de los últimos 39 años de reinado creería que el próximo 18 de junio se producirá un “turnismo” más entre Juan Carlos y Felipe como los que han tenido lugar entre PP y PSOE. Pero los “buenos oficios” del jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, se han limitado a “preservar” la imagen de los monarcas en los medios oficiales suprimiendo encuestas de opinión
(todas adversas) e impartiendo “doctrina” de obligado cumplimiento que
pasaba por ocultar al máximo el seísmo popular que se produjo el lunes
en toda España. Lo cual demuestra que la “casta” no ha entendido nada:
ya mucho antes del 25-S, y tras el 25-S aún más, quedó acreditado que
cuando 10 millones de ciudadanos dan la espalda a un régimen opaco y corrupto de bipartidismo monárquico, la sociedad civil española quiere tomar las riendas de su destino. Y es difícil engañarla de nuevo.
Más de 100 ciudades y casi 1 millón de personas recibieron en un ambiente festivo en favor de la república el inútil movimiento de despachos y teléfonos que pretende cambiar de rey sin refrendo popular. Ellos transformaron lo que debía ser una ceremonia de los súbditos saludando al nuevo monarca en una reivindicación cívica reclamando un referendum, algo habitual para asunto tan transcendental en cualquier país avanzado. Frente a la sociedad civil, solo Abc, La Razón, Elconfidencialdigital y el “camuflaje” de “El País” (muy similar al que practica la cúpula del PSOE), los cuatro medios que hoy se dicen monárquicos en España.
Pocos recuerdan ya que en España el Abc se tornó republicano en un solo día cuando cayó la monarquía de Alfonso XIII. Y que el pueblo español ha sido históricamente tan voluble en un sentido como en otro, según recuerda en otro original y jocoso artículo el columnista Soto Ibars (El Confidencial). Algo de eso se vió cuando el director de El Confidencialdigital, José Apezarena, se echó atrás sobre su monarquismo en Cuatro TV al comprobar que el ciclón civil arreciaba y confesó que él no era monárquico sino “experto en la Monarquía”. Y no le falta razón: la sorpresa mediática de la “resaca” de la abdicación ha sido comprobar como los columnistas conservadores independientes, que son la mayoría, no se han “tragado” la falacia.
No creen que un pacto entre las cúpulas de PP-PSOE-UPyD como el que se
ha muñido en secreto –con UGT y CC.OO invitadas para aplaudir y así
justificar sus multimillonarias subvenciones– pueda sustituir a la
voluntad ciudadana. Y pronostican que estos movimientos de salón no solo
se llevarán por delante a estos 3 partidos y a los 2 sindicatos sino al propio Felipe VI. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Ocultan las cifras y las pocas que existen las
proporcionan las Delegaciones del Gobierno del PP. Pero tras asistir a
la Puerta del Sol de Madrid y procesar lo que ocurrió en las 100 ciudades que se echaron a la calle para saludar a Felipe VI con un “¡viva la república!” –ninguna lo hizo en sentido contrario– solo los medios de comunicación del régimen se han parapetado en la defensa numantina de una Casa Real desprestigiada y, desde hace ya mucho tiempo, sin valor moral alguno para sus ciudadanos. Los participantes en las manifestaciones espontáneas alcanzaron el millón de personas según algunos partidos que se sumaron a ellas –y solo medio millón, según los delegados del PP–. Pero más allá de los números es tan palmario y evidente el estado de opinión en España que solo los cortesanos y los aduladores se resisten a aceptarlo, seguramente porque obtienen o esperan algún beneficio económico por ello.
Mientras tanto, los indicadores y alertas se suceden. En el ámbito liberal y conservador, el 58% de los lectores de “ElConfidencial.com” creen que la abdicación no salvará la monarquía, porcentaje que en los medios demócratas asciende a niveles estratosféricos: el 95% de los de “Público” y “Eldiario.es” reclama un referendum y el 96% de los de “Infolibre” demandan que Juan Carlos “informe antes de irse sobre qué patrimonio personal acumula tras 39 años como rey porque sería un ejercicio de transparencia propio de una sociedad democrática”.
La práctica unanimidad entre los lectores progresistas no es ninguna sorpresa pero sí que sean numerosos ciudadanos liberales y conservadores
de referencia los que se sumen a ella. Y es que desde la “casta” no
quieren admitir que, en la época de internet, la información es libre y
fluye sin las censuras que imprimen a sus medios de comunicación: “El rey ‘Casanova’ se despide en ‘Bild’ con fotos de Corinna, Sara Montiel y Paloma San Basilio” y “La NBC rescata el “irritante” dato del que sólo se habla en el exterior: los 2.000 millones de patrimonio del Rey”, desvelan en el liberal “Vozpopuli”.
Por contra, El País y El Mundo se cerraron en banda. Mientras el primero suprimió las encuestas a los lectores, el segundo preguntaba: “¿Cree usted que el príncipe Felipe será un buen rey?”. “No puedes realizar votaciones sobre esta encuesta porque ha sido cerrada”, respondía un mensaje automático del diario al intentar votar. Eso sí, el resultado era favorable al monarca 75/25. Un sondeo para engañabobos.
“El Confidencialdigital”, con buenas fuentes monárquicas por ser su director, Jose Apezarena, biógrafo del todavía príncipe, anticipaba el cese de los dos principales censores: “Con la entronización de Felipe VI, el actual equipo de la Casa del Rey, encabezado por el jefe de la Casa, Rafael Spottorno, cesará en sus funciones. Entre las salidas, también abandonarán el director de comunicación, Javier Ayuso”. Y revelaba que Spottorno intentó “preservar la imagen de don Juan Carlos
en los periódicos, televisiones y radios. No quería que se
distorsionaran sus palabras y que se publicaran análisis que dejaran en
mal lugar al rey”. Habló con todos los directores de medios y con
algunos hasta dos veces, pero su tijera solo alcanzó a 3 medios escritos (El País, El Mundo y Abc). Pobre balance.
Y es que en ese ámbito liberal conservador independiente, que es mas
mayoritario en los medios de lo que se piensa, parecen reclamarse valores republicanos
que puedan ser asumidos por todo el espectro ideológico y que la
“casta” o no ve o se oculta a sí misma cuando la mayor parte de la
ciudadanía los exige: división real, efectiva y tangible de poderes con elecciones diferentes en origen (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y con supervisión y control independiente de unos sobre otros; elección uninominal y por distritos pequeños para que los electores conozcan y fiscalicen a sus representantes (nada de partidos ni listas, abiertas o cerradas elaboradas por ellos) y separación absoluta y tajante de partidos, sindicatos y patronales de las subvenciones públicas
que los convierten en parte del Estado y no de la sociedad civil. Estas
propuestas sólo podrían ser oídas durante un proceso de libertad
constituyente, algo que el poder de la casta retrasa hasta el infinito o niega.
El régimen monárquico de los actuales partidos que lo sustentan no podrá jamás ofrecer esto a la ciudadanía porque sabe que
su corrupción nace de la ignorancia general sobre estos principios
democráticos, abecedario de las democracias más consolidadas. Y los republicanos, anteponiendo las lógicas y desesperadas reivindicaciones sociales a las democráticas (reglas de juego limpias y transparentes para hacer valer la voz de los ciudadanos y la ley sagrada de 1 persona= 1 voto), al desconocerlas, corren el riesgo de ver frustradas sus expectativas como ocurrió con las fracasadas I y II República. De ahí que cuando se habla de III República se piense más en la de países como Estados Unidos, Francia, Alemania o Italia.
A pesar de las fallidas experiencias históricas -casi tantas como las
monárquicas que también fallaron y precedieron a las dictaduras el XIX
y XX– la avalancha republicana en España es ahora contundente y
creciente. La periodista María De Sancha Rojo suma a
las 20.000 personas que dice el PP que había en la Puerta del Sol –y que
cuando se marchaban, eran sustituidas por otras hasta llenar varias
veces el recinto entre las 20.00 y las 22.00 horas– hay que sumar otras
5.000, (según la Guardia Urbana) que se congregaron en Barcelona (Plaza de Catalunya). En Valencia fueron más de 3.000 personas en la plaza del Ayuntamiento; en Alicante, Zaragoza o Granada se sumaron más 2.000 manifestantes. Y en Salamanca, Valladolid y Burgos superaron el millar de personas, así como en varias ciudades del Principado de Asturias
(ocho). Así en todas las autonomías y en prácticamente todas las
capitales de provincia y ciudades más importantes o más pobladas hasta llegar a 100.
El “Mapa de la abdicación en las redes sociales” es
también demoledor: Internet Academi ha analizado cómo evolucionó la
noticia de la abdicación del rey en las redes sociales. Hashtags como #ElReyAbdica, #APorLaTerceraRepublica, #ProcesoConstituyente o #ReferedumYA lideraron las tendencias en Twitter durante las primeras 24 horas,
continuados por #ElReyAbdica y #IIIRepublica, además de los términos
“España” y “Felipe VI” entre los 10 temas del momento en España en esta
red social.
Y las primeras “consecuencias” políticas: los alcaldes de Cervera, Balaguer (Lleida), Montblanc (Tarragona) y Girona han mostrado su rechazo a que la Infanta Leonor herede los títulos nobiliarios de su padre cuando Felipe se convierta en rey, pues Zarzuela ha explicado que pasará a tener el tratamiento de Princesa de Asturias con solo 8 años. La Casa Real, sin embargo, lo ve normal: si Isabel II reinó en dos períodos con 3 y 13 años en el siglo XIX, la “casta” española conserva aún el mismo olor a naftalina. De ahí que el poeta satírico “Fray Josepho”, desde “Libertad Digital”, le haya escrito a la “Jefatura de Estado hereditaria” las siguientes estrofas:
Que un familiar herede de otro el mando
resulta intolerable y abusivo.
Es antidemocrático, ofensivo,
dictatorial, despótico y nefando.
Hasta cuándo, señores, hasta cuándo
seguiremos así… No lo concibo.
resulta intolerable y abusivo.
Es antidemocrático, ofensivo,
dictatorial, despótico y nefando.
Hasta cuándo, señores, hasta cuándo
seguiremos así… No lo concibo.
Heredar el poder no es de recibo.
Es algo medieval. Se están pasando.
Privilegiar la estirpe y el linaje,
con la que está cayendo, es un ultraje,
propio de feudalismos antañones.
Es algo medieval. Se están pasando.
Privilegiar la estirpe y el linaje,
con la que está cayendo, es un ultraje,
propio de feudalismos antañones.
Son prácticas pretéritas e injustas,
costumbres obsoletas y vetustas
que impiden progresar a las naciones.
costumbres obsoletas y vetustas
que impiden progresar a las naciones.
(Solo hay tres excepciones
que escapan, por supuesto, a tal doctrina:
Corea del Norte, Cuba y Argentina).
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