UN FIN DE SEMANA TRISTE PARA
LA VERDAD
23.03.2014
Jamás la
muerte de un antiguo líder político había resultado tan oportuna.
El
fallecimiento de Adolfo Suarez es agua caída del cielo para el actual
establishment político español, incluída la familia real.
No hace
falta ser muy perspicaz para imaginar lo que viene a continuación: la muerte
del ex-presidente inundará todos los medios de comunicación y las cascadas de
hipócritas elogios que se vertirán sobre su figura, se utilizarán
convenientemente para conseguir 2 grandes objetivos:
el primero,
defender todos aquellas estructuras que se encuentran en crisis en la actualidad,
y el segundo, minimizar mediáticamente esos incómodos sucesos
acaecidos este fin de semana en las calles de Madrid.
Y es que la
maniobra está muy clara.
·Elogiando
el papel de Adolfo Suarez durante la transición, se elogiará a la propia
transición en sí y se reforzará el papel del actual duopolio mafioso-político
del estado formado por PP y PSOE, así como el papel de todo el establishment
político adyacente de todo pelaje y condición y la vigencia de la intocable
constitución.
. Elogiando
el papel de Adolfo Suarez durante el 23-F, se elogiará indirectamente a la
figura del Rey, ese “gran salvador de la democracia española”, justo
cuando más lo necesita y se desviará así la atención de aquellos que
legítimamente dudan del auténtico papel que desempeñó “su majestad” durante el
intento golpista.
·Y de forma
adyacente servirá para ocultar, aun más si cabe, el rotundo éxito de las
Marchas de la Dignidad del 22-m, vergonzosamente ninguneadas por los serviles
medios de comunicación al servicio del poder.
Y es que por
lo visto, esta movilizacion masiva del 22-m ha provocado auténtico pavor entre
las filas del establishment político español, pues ha resultado ser un
movimiento auténtico, de base, sin ningún apoyo por parte de los podridos y
vendidos sindicatos UGT y CCOO e imposible de mangonear por parte de la mafia
socialista.
Y si alguien
duda de lo incómodas que han resultado estas manifestaciones, ahí tenemos el
silenciamiento mediático alrededor de las marchas y la conveniente desviación
de la atención pública hacia esos sospechosos disturbios organizados por no
se sabe quién, en lugar de centrarse en el éxito organizativo y en las justas
reclamaciones de millones de ciudadanos.
Si a eso
añadimos la presencia del clásico partido Madrid-Barça y la descomunal atención
mediática que lo acompaña, tenemos el fin de semana perfecto para el triunfo
de la mentira y la manipulación en España, perpetrada por esos medios de
comunicación tan ansiosos por servir a sus amos y señores.
Ciertamente,
ha sido un fin de semana triste para la Verdad…
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