Sobre qué podemos ir haciendo
ante “Podemos”
(4/6)
Vicente Sarasa
Red Roja
SOCIOLOGÍA
CRITICA
2014/02/13
La cuestión
que más nos atañe, pues, no es cuán deficientemente se habla en “Podemos” de la
línea de demarcación –es decir, de la deuda en relación directa y necesaria con
los recortes- sino si se plantea lo suficiente hasta el punto de posibilitarnos
forzar a que se hable como se requiere y con la proyección anti-Unión Europea
y, en definitiva, antisistema que perseguimos. Siempre, por supuesto, si estos
debates se dan en marcos “de calle” que eventualmente abriera “Podemos” y no en
simple reuniones de “elaboraciones de lista”.
En lo
referente a la realidad más organizacional y hasta personal de
“Podemos”, a algunos –por recorridos militantes tan diferentes- nos faltan
datos para hacer un cuadro lo suficientemente preciso de los intereses cruzados
que esta iniciativa ha desatado. Me limitaré a esbozar unas líneas de reflexión
al respecto.
Antes que
nada hay que encuadrar esta iniciativa en una serie de otras que no terminaron
de fraguar. Al respecto, decía en un escrito de hace meses que no ha salido del
ámbito interno de Red Roja:
«Asistimos a
una proliferación en los últimos tiempos de plataformas y de intentos de
reagrupamientos autosituándose, como mínimo, a la izquierda de un PSOE que no
“levanta cabeza” en el contexto general de la persistencia de
la crisis socio-laboral y de un marco de movilización e indignación contra las
medidas anticrisis. Desde un punto de vista político-organizacional, surgen
en clara disputa con la pretensión de una IU (en
tanto que estructura) de canalizar y liderar la indignación social al tiempo
que coquetea con el PSOE y sindicatos oficialistas en la Cumbre Social y
participa en gobiernos autonómicos responsables de “recortes sociales”. Pero,
en cualquier caso, es una IU que espera una subida electoral ante el
desprestigio del PP y del PSOE. Y es, en este sentido, que se han disparado las
alarmas en diferentes organizaciones de la llamada izquierda radical (IA, EQUO
y hasta en grupos que promocionan el Foro Cívico sin dejar IU).»
Ya en estas
líneas se auguraba: «El origen oportunista organizacional de estas
iniciativas -que encubren mucho deseo de “vanguardismo” vergonzante tapado de
invocaciones a las bases, a la “horizontalidad”, en definitiva, adoptando de
forma seguidista (lo peor) del “quincemismo”- auguran un recorrido muy corto a
estas iniciativas llenas de confusión y donde la gente tiene problemas para
distinguirlas. Efectivamente, la proliferación de propuestas de este tipo que
coinciden en pretender agrupar al 90% de la población (o más) siembran no poca
confusión. Máxime, cuando cada una busca avales de militancia y de reconocidas
figuras que se repiten aquí y allí. Ciertamente, uno encuentra difícilmente
argumentos, que no sean el del oportunismo organizacional “protagonizador”,
cuando cuesta ver, si se va a los contenidos, diferencias claras entre ellas. Y
cuando, además, todas invocan la necesidad de poner el acento en la
“horizontalidad” y en “dar respuesta a las nuevas formas de protesta”.»
Ante el
recorrido efectivamente muy corto que han tenido iniciativas de este tipo,
alguna parte de la estructura de la llamada izquierda radical –pensamos en
Izquierda Anticapitalista sobre todo– ha querido romper ese maleficio de
impotencia… con “Podemos”. Y dejando aparcado por un rato el culto de la tan
empalagosamente proclamada horizontalidad, incluso dentro de sus mismas
organizaciones, han optado por un rápido enganche mediático “por arriba”
promoviendo a una personalidad que concite un buen apoyo en un primer momento a
fin de, como mínimo, crear una situación irreversible de fuerza.
Aprovechemos
esto para dejar claro, desde ya, que en tiempos donde se cruzan intereses a
tantas bandas (como se están dando) es donde las personalidades juegan un papel
importante y terminan por ganar una cierta autonomía de actuación, y ninguna
fuerza ni estructura tienen control total de lo que está sucediendo, ni
siquiera sobre las personalidades que contribuyen a encumbrar. Si no se tiene
en cuenta esto, forzamos esquemáticamente el análisis, no explicamos la
realidad contradictoria que se nos presenta y metemos todo en una única línea
conspirativa.
En el
sentido estrictamente organizacional, “Podemos” pretende a la vez romper el
doble maleficio que supone, por un lado, que las iniciativas lanzadas hasta
ahora no cuajen en “electo-politizar” la indignación y, por otro, que
finalmente estén abocadas a fortalecer a Izquierda Unida. Así, esa izquierda
radical que surgió para competir con IU persigue que, si hay que contar con
esta, al menos que sea desde una situación de mayor fuerza en eventuales
negociaciones. Y cuando uno sale de una organización, está obligado a hacer una
apuesta aún mucho más fuerte que la que dictarían las diferencias de contenido
para volver a estar bajo el mismo techo si se quiere entrar por la misma puerta
grande por la que se salió. Además, esa apuesta ha de tener el poder relativo
suficiente para cambiar necesariamente el formato de la casa misma: ya que se
vuelve, que no parezca que se vuelve al mismo sitio.
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