(Tal y Cual, saludándose como dos solemnes embusteros antes del tiki taka del acuerdo habemus y pelillos a la mar)Que gallardía, arrojo y derroche intelectual en el manejo del insulto de Sus Señorías los panlamentarios revolcándose en el insulto. Y es lógico, en el templo de la mentira no se puede ser más que embustero.
Maese Rajoy que es Su Señoría panlamentaria estaba más agusto que un marrano en un charco corneando a su también panlamentaria Señoría el Presidente del gobienno español, José Luis Zapatero, y este se revolvía como un miura contra aquel coceándole los hocicos y devolviéndole uno por uno todos los insultos recibidos.
Yo me esperaba que a la salida del Panlamento Rajoy y Zapatero se engancharan a hostias después de todo lo que se dijeron, porque en mi pueblo si delante de la chica con las que ibas paseando alguien te llamaba embustero, como hicieron Rajoy-Zapatero, Zapatero-Rajoy, el tenderete ya estaba montado y las hostias, patadas, mordiscos y la baba que se te caía en el fragor del debate parlamentario que organizabas en mitad de la calle iban de un lado a otro que era un primor, porque claro, no podáis dejar pasar que delante de tu chica que un hijoputa y cabrón te sacara los colores llamándote embustero.
Y se liaba, ya lo creo que se liaba. Te decía embustero, y tú le respondías: y tu un hijoputa y un cabrón, y claro, al pescuezo que te ibas.
Así que ya les digo, como Rajoy le dijo embustero a Zapatero que era un inútil y un embustero tantas veces como le pasó por los cojones delante de su mujer, yo me dije, tate, ya la tenemos, estos a poca vergüenza torera que tengan a la salida del panlamento se me te comen el uno al otro.
Pero no fue el caso, porque embusteros los dos si que son, pero vergüenza no tienen ni el uno ni el otro, y no es que yo quiera que se rompan la cara, que eso a mi me da igual, como si se la quieren machacar con dos piedras, sino que a mi no me roben más, que para eso ya tengo a Telefónica, Orange, el Ayuntamiento de Zaragoza, ENDESA, etc.
*
Maese Rajoy que es Su Señoría panlamentaria estaba más agusto que un marrano en un charco corneando a su también panlamentaria Señoría el Presidente del gobienno español, José Luis Zapatero, y este se revolvía como un miura contra aquel coceándole los hocicos y devolviéndole uno por uno todos los insultos recibidos.
Yo me esperaba que a la salida del Panlamento Rajoy y Zapatero se engancharan a hostias después de todo lo que se dijeron, porque en mi pueblo si delante de la chica con las que ibas paseando alguien te llamaba embustero, como hicieron Rajoy-Zapatero, Zapatero-Rajoy, el tenderete ya estaba montado y las hostias, patadas, mordiscos y la baba que se te caía en el fragor del debate parlamentario que organizabas en mitad de la calle iban de un lado a otro que era un primor, porque claro, no podáis dejar pasar que delante de tu chica que un hijoputa y cabrón te sacara los colores llamándote embustero.
Y se liaba, ya lo creo que se liaba. Te decía embustero, y tú le respondías: y tu un hijoputa y un cabrón, y claro, al pescuezo que te ibas.
Así que ya les digo, como Rajoy le dijo embustero a Zapatero que era un inútil y un embustero tantas veces como le pasó por los cojones delante de su mujer, yo me dije, tate, ya la tenemos, estos a poca vergüenza torera que tengan a la salida del panlamento se me te comen el uno al otro.
Pero no fue el caso, porque embusteros los dos si que son, pero vergüenza no tienen ni el uno ni el otro, y no es que yo quiera que se rompan la cara, que eso a mi me da igual, como si se la quieren machacar con dos piedras, sino que a mi no me roben más, que para eso ya tengo a Telefónica, Orange, el Ayuntamiento de Zaragoza, ENDESA, etc.
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