China en el radar de Pedro Sánchez
Rebelion / España
29/03/2025
Fuentes: Rebelión
El presidente
del Gobierno español, Pedro Sánchez, viaja a China de nuevo para reunirse con
el presidente Xi Jinping. Se trata de la tercera visita en los últimos tres
años, algo ciertamente inusual y fiel reflejo de la importancia que la Moncloa
concede a la relación con China como expresión de un importante reequilibrio de
la política exterior española basado en el interés estratégico de reforzar las
relaciones económicas y diplomáticas con Beijing.
Relación bilateral
Al cumplirse en
2025 el vigésimo aniversario de la Asociación Estratégica Integral, el
diagnóstico central bien podría definir la relación bilateral como optimista y
constructiva. Sabido es que China es un socio comercial cuya significación no
ha hecho sino crecer tanto en el volumen global como en la trascendencia para
la vitalidad de sectores clave de nuestra economía (desde el aceite de oliva a
la carne de cerdo pasando por muchos otros). Hoy día, la automoción y la
movilidad sostenible, el sector turístico y cultural, la digitalización y la
tecnología en general, constituyen ámbitos en los que la colaboración puede ser
incentivada aun más. En los últimos años, España, con una de las economías más
boyantes de la zona euro, ha captado importantes inversiones de China (Murcia,
Zaragoza, Cáceres, Barcelona) a las que ahora podrían sumarse otros nuevos
acuerdos.
Las transiciones
ecológica y digital, prioridades para la industria española y europea, se
alinean con la orientación general de la economía de China. España puede
aprovechar sus características económicas para explorar la cooperación
comercial e industrial en ese sentido, alentando la cooperación en los sectores
más prometedores.
Esta nueva
visita del presidente español pone de manifiesto que Madrid está preparado y
dispuesto a colaborar con China para profundizar la confianza mutua
estratégica, impulsar los intercambios y una cooperación de alta calidad y
promover el desarrollo sólido y estable de las relaciones bilaterales. Para
viabilizar estas pretensiones, es indispensable ampliar e intensificar la
comunicación y la coordinación, y la implementación de los importantes y
crecientes consensos alcanzados entre ambos líderes.
El marco europeo
España es un
actor destacado en la UE. El presidente Sánchez es un referente de las
políticas socialdemócratas en un contexto de auge de las fuerzas conservadoras
y de extrema derecha. En los últimos tiempos, ha sostenido un perfil singular
en los grandes debates de la UE, incluido el actual a propósito de la inversión
en defensa, afianzándose como un interlocutor referencial que China sabe
apreciar a la hora de calibrar apoyos para una estrategia compartida de
definición de nuevos equilibrios en las áreas clave.
Por tanto, la
visita del líder español podría contribuir a la recuperación y el avance de los
lazos entre China y la Unión Europea, especialmente en un contexto de cambio en
la dinámica transatlántica y los actuales desafíos económicos de Europa. El
pasado febrero, el ministro de Asuntos Exteriores José Manuel Albares,
declaraba a Financial Times que “la UE debería desarrollar su propia política
hacia China y no imitar la postura confrontativa de EEUU”. Europa debe
conservar la capacidad de decisión para determinar por sí misma cuando China
puede ser socio y cuando competidor, añadía, sin dejarse llevar por inercias o,
peor aún, exigencias, que desbaratan el compromiso de larga data con la defensa
de un orden comercial justo y equitativo.
La posición
china de apoyo a la presencia de Europa en las negociaciones sobre el futuro de
Ucrania es apreciada en Madrid. Si el desencuentro de los países de la UE con
Washington, en esta y otras materias, se profundiza, Bruselas debe auspiciar
una nueva perspectiva sobre China que tenga más en cuenta los específicos
intereses europeos. El viaje de Sánchez debe interpretarse en el contexto de
esa recalibración estratégica paulatina y silenciosa pero notable hacia China,
elevando el ritmo a medida que dichas tendencias se afianzan.
En los últimos
años, tras la inflexión que ya supuso la primera Administración Trump, las
relaciones de la UE con China se han visto afectadas por un endurecimiento sustancial
a pesar de no registrarse ningún conflicto de intereses fundamentales ni
contradicciones geopolíticas insalvables. De hecho, en el momento presente,
China es un socio natural clave de la UE en dos temas clave, el comercio y el
medio ambiente. Por el contrario, Washington es hoy, objetivamente, la
principal amenaza para las políticas de la UE en ambos temas decisivos.
Contexto geopolítico internacional
Sánchez no ha
ahorrado críticas a las políticas arancelarias y otras medidas de la nueva
administración de Donald Trump. Este contexto es muy importante para apreciar
el recorrido de esta tercera visita porque contribuirá a afianzar la vitalidad
del elenco de principios (rechazo del proteccionismo y defensa del libre
comercio, del multilateralismo, del derecho internacional, de la estabilidad de
la cadenas industriales y de suministros, compromiso con la lucha contra el
cambio climático y por la sostenibilidad….) que nutren el desencanto de Europa
con EEUU y, por añadidura, fortalecen el interés conjunto en afianzar la
estabilidad en un entorno en extremo volátil, con cambios en las políticas
internas y estrategias externas bajo presión.
Una relación paradigmática
Sánchez no
trata de dirigir a España hacia China para desentenderse de Trump. No quiere poner
en riesgo la relación económica con EEUU. Ahora bien, es evidente que el
mercado chino, en el reposicionamiento geopolítico en curso, desempeñará un
papel cada vez más destacado. Y no es un acercamiento que prescinde de
principios; es la coincidencia en principios elementales lo que avala el
interés mutuo en fortalecer la relación.
Así, la
relación sino-española se erige como un ejemplo paradigmático y para terceros
de cómo a pesar de las diferencias sistémicas, de valores y los compromisos
regionales e internacionales respectivos, existe un fecundo terreno para la
cooperación en beneficio del desarrollo.
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