La tecnología militar rusa impide la estrategia de la OTAN de alcanzar la
supremacía aérea
DIARIO OCTUBRE / enero 1, 2025
Ministerio de Defensa de Rusia
Rusia ha puesto en servicio la primera batería del nuevo sistema de defensa antiaérea S-500 Prometheus. El jefe del Estado Mayor del ejército ruso, el general Valery Guerasimov lo anunció el 18 de diciembre durante una presentación ante los agregados militares extranjeros.
En junio de
este año ya estacionaron componentes individuales del nuevo sistema en Crimea,
cerca del puente de Kerch.
Tanto el
sistema S-500 como el S-400 evolucionaron a partir del antiguo sistema S-300,
por lo que encaja en el sistema de defensa antiaérea escalonado de Rusia. En
lugar de reemplazar sistemas más antiguos como el S-300 o el S-400, crea un
nuevo nivel entre los sistemas tácticos y el sistema de defensa antimisiles
estratégico A-235 Nudol en desarrollo, diseñado para defenderse de ojivas
nucleares.
Esta
estratificación tiene como objetivo garantizar que no haya lagunas en la
defensa contra amenazas, ya procedan de la atmósfera o del espacio.
El S-500
complementa al S-400 Triumf con prestaciones únicas en el mundo. Está diseñado
para la defensa contra aviones, misiles balísticos y satélites. Es capaz de
atacar objetivos a una distancia de hasta 600 kilómetros, un alcance que ningún
sistema de la OTAN ha logrado hasta la fecha.
El equivalente
más cercano al sistema ruso en términos de prestaciones, el sistema
estadounidense THAAD, tiene un alcance máximo de unos 200 kilómetros. Otra
comparación: la última versión del sistema Patriot de fabricación
estadounidense tiene una autonomía de 160 kilómetros.
El complejo
consta de cuatro radares de batería que pueden rastrear objetivos balísticos
hasta una distancia de 2.000 kilómetros y debería ser capaz de interceptar armas
hipersónicas, aunque los países de la OTAN aún no ha conseguido de fabricarlas.
Esta característica es particularmente preocupante a medida que Estados Unidos
se centra cada vez más en desarrollar sus propias armas hipersónicas.
Dos tipos de
misiles
El S-500 lo ha
fabricado por la empresa
pública de armamento Almaz-Antey, que también produce el S-400 y
el S-300. A diferencia de ellos, que están equipados con cuatro misiles por
lanzadera, el S-500 utiliza una configuración más fina, con dos misiles
especialmente optimizados para su uso en altitudes extremas.
Hasta el
momento, tiene dos tipos de misiles. El 40N6M está destinado a la defensa aérea
y el 77N6/77N6-N1 está destinado a la defensa contra misiles balísticos y
satélites con ojivas cinéticas.
El nuevo
sistema está diseñado para poder atacar hasta diez objetivos simultáneamente y
tener un tiempo de reacción de tres o cuatro segundos. Probablemente consta de
cuatro a seis lanzadores, acompañados de los sistemas de radar y vehículos de
mando mencionados.
La
configuración exacta aún no se conoce. El número exacto de baterías por
regimiento también variará según las necesidades estratégicas. No obstante,
Rusia configura la defensa antiaérea en regimientos que, en este caso,
probablemente constarán de dos a cuatro baterías con un total de ocho a
veinticuatro lanzadores.
El S-500 puede
atacar mucho más allá de las fronteras de Rusia
Gracias a su
largo alcance, el S-500 puede atacar mucho más allá de las fronteras de Rusia y
apuntar a objetivos de las fuerzas aéreas de la OTAN, como aviones cisterna y
aviones AWACS, mucho antes de que se acerquen.
En la Guerra de
Ucrania, las tropas ucranianas cuentan con aviones estadounidenses AWACS y sus
sistemas de radar aerotransportados, que les confieren considerables
capacidades de reconocimiento. Los aviones de la OTAN no necesitan entrar en el
espacio aéreo ucraniano para operar, ni tampoco exponerse al fuego ruso.
Aunque Estados
Unidos transmite los datos de los objetivos para el ejército ucraniano, Rusia
aún no ha intentado derribar con los AWACS, ya que aumentaría el riesgo de una
guerra directa contra Estados Unidos y sus secuaces.
Si se produjera
un enfrentamiento directo con la OTAN, los aviones AWACS serían un blanco fácil
para el nuevo S-500 por su enorme alcance. En su última configuración, un AWACS
tiene un alcance máximo de 520 kilómetros.
Pero no se
trata sólo de los aviones, sino también de los sistemas de reconocimiento por
satélite de la OTAN. El sistema puede atacar satélites en órbita baja,
añadiendo así una nueva dimensión a su alcance operativo. Eso convierte al
S-500 no sólo en un sistema de defensa antimisiles extremadamente potente, sino
también en una poderosa herramienta para negar a los adversarios el acceso a
importantes dispositivos espaciales, como satélites de comunicaciones,
reconocimiento y meteorológicos.
En este
sentido, el S-500 mejora la capacidad del ejército ruso para perturbar las
operaciones de la OTAN y los demás países occidentales que dependen de los
satélites estadounidenses.
Tras el rastro
de los F-35
El sistema
S-500 es interoperable y complementa los sistemas de defensa aérea existentes
del ejército ruso. No ha sido diseñado principalmente para combatir aviones de
combate convencionales; dependiendo de la distancia, esa tarea la realizan
sistemas como el S-400, el S-300 o el nuevo S-350.
Sin embargo, el
conjunto de radares del S-500 se puede conectar a los sistemas del S-400 para
rastrear aviones furtivos F-35 a
largas distancias. Si la red de radar rusa es realmente capaz de detectar
aviones furtivos F-35 y F-22 estadounidenses, destruiría una de las ventajas
militares más importantes de la OTAN.
Los
imperialistas desarrollan sus concepciones estratégicas en torno a la
superioridad aérea. De ahí que, durante décadas, Estados Unidos haya invertido
la mayor parte de su presupuesto militar en el desarrollo del F-22 Raptor y,
especialmente, del avión furtivo F-35 Lightning II. Si las
prestaciones avanzadas de sigilo de estos aviones se vieran comprometidas, esa
gigantesca inversión militar quedaría en gran medida invalidada.
Con los misiles
S-500 y S-400, Rusia logra que los ataques de la OTAN contra su territorio sean
extremadamente costosos, incluso con los aviones furtivos F-35. El
nuevo misil Oreshnik también
podría limitar significativamente la capacidad de la OTAN para utilizar
eficazmente sus aviones.
Con el nuevo
misil Oreshnik de
alcance medio, probablemente el ejército ruso podría destruir objetivos en el
radio de acción del nuevo misil como, por ejemplo, aeródromos militares.
El Oreshnik tiene
36 submuniciones guiadas individualmente y un peso de combate de aproximadamente
100 kilos.
Si el ejército
ruso es efectivamente capaz de inutilizar tanto los aviones como los
aeropuertos, por lejanos que estén emplazados, entonces el nervio de la
doctrina bélica de la OTAN –lograr la supremacía aérea– ha quedado en
entredicho.
—https://www.telepolis.de/features/RuSlands-S-500-Die-Herausforderung-fuer-die-Nato-10221787.html
Fuente: mpr21.info
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