The Economist alerta sobre protestas contra el FMI en todo el
mundo
Rebelion
14/09/2024
Fuentes: La
izquierda diario
La publicación británica especializada en economía alertó en un reciente
artículo sobre la agudización de protestas contra los planes del FMI en todo el
mundo, las comparó con las de la década de 1980 y señaló que algunas de ellas
han llegado a tirar gobiernos. Argentina comparte similitudes con muchos de los
casos.
La influyente
revista británica The Economist publicó este jueves un artículo bajo el
título «El FMI tiene un problema de protestas», en el que alerta sobre el
creciente rechazo que las políticas del organismo están generando alrededor del
mundo, las compara con las de la década de 1980 y advierte que algunas de ellas
están acabando con la caída de los gobiernos que las aplican. ¿Argentina en la
mira?
El artículo
señala que «los últimos meses han sido tumultuosos para las políticas del Fondo
Monetario Internacional. En junio, miles de personas salieron a las calles en
Kenia después de que el presidente William Ruto anunciara los recortes de gasto
necesarios para convencer al FMI de que desembolsara el último tramo del
rescate de 3.000 millones de dólares del país. Dos meses después, Sheikh
Hasina, primera ministra de Bangladesh, que también tiene un programa con el
FMI, fue destituida» en medio de una ola de movilizaciones en su contra. Allí,
«la popularidad de Sheikh Hasina se había desplomado desde mayo, cuando, a
petición del Fondo, flexibilizó la paridad móvil del taka, la moneda de
Bangladesh, que luego comenzó a depreciarse. La inflación anual saltó del 9,7%
en junio al 11,7% en julio, a medida que aumentaba el costo de los alimentos,
el combustible y otros productos básicos importados».
Economist también reseña las protestas en Pakistán, donde
el Gobierno llegó a prohibir las reuniones en Islamabad, la capital, en un
intento de evitar las movilizaciones, y recuerda que el año pasado se
produjeron violentas revueltas en Ghana y Sri Lanka, cuando los gobiernos de
esos países estaban en camino a reestructurar la deuda contraída con el FMI. Lo
mismo que está haciendo actualmente el Gobierno argentino de Milei.
Las protestas
de este año también se extendieron a Nigeria, donde la juventud protagonizó
movilizaciones multitudinarias. El presidente Bola Tinubu ganó las elecciones
prometiendo un cambio con una «política de shock» que supuestamente iba a
terminar con la crisis económica que arrastra el país. Sin embargo, el plan
exigido por el FMI para llevar adelante esa «terapia de shock» fue la
liberalización del mercado de cambios y la eliminación de los subsidios al
petróleo y la energía. Esto no hizo más que disparar el costo de vida, que ha
aumentado desde que el presidente Bola Tinubu llegó al poder en mayo de 2023, y
acelerar la inflación que alcanzó un máximo histórico del 33,95 por ciento en
junio. Mientras los salarios permanecen congelados, el aumento de los precios
de productos básicos como el arroz, el maíz y el ñame, los ha vuelto imposibles
de adquirir para la mayoría. El presidente insiste en que los cambios son
necesarios para mantener el país a flote y ha pedido «tiempo» para que las
reformas «surtan efecto y mejoren la economía». Cualquier semejanza con las
promesas de Milei en Argentina no son pura coincidencia.
La publicación
británica recuerda que «Hubo una época en que esas protestas eran habituales.
Durante los años 1980, el fondo era una institución siempre dispuesta a
insistir en medidas severas. [A pedido del FMI] en 1984 los gobiernos de Medio
Oriente eliminaron los subsidios al pan y otros productos básicos, que habían
agotado las reservas. Los precios de los alimentos se dispararon y la violencia
estalló en todas partes, desde Egipto hasta Túnez. En 1988, hubo
manifestaciones en todo el mundo mientras el fondo celebraba su reunión anual
en Berlín Occidental. Los burócratas del organismo nunca vacilaron: la reforma
estructural era más importante que la popularidad».
En la última
década el organismo ha buscado mejorar su imagen con fórmulas que incluyen
palabras como «equidad» o «crecimiento» para revestir con un nuevo manto las
clásicas políticas de ajuste: «reducir el tamaño del Estado, dejar de imprimir
dinero y privatizar las empresas más importantes». Más allá de que el FMI
busque nuevas formas de presentarse «Las reformas económica son tan dolorosa
ahora como lo fueron hace cuatro décadas».
En este
marco, The Economist termina señalando el dilema que implica
para el FMI mantener los planes a costa de la caída de gobiernos o flexibilizarlos
y enviar dinero a presidentes cuya aprobación se empieza a caer por la misma
aplicación de los planes.
En Argentina la
fórmula de prestar dinero a un Gobierno en crisis ya se probó bajo el mandato
de Macri con un préstamo récord de 45.000 millones de dólares que fue utilizado
para la fuga de capitales por parte de los amigos del poder y que hipotecó el
futuro de los argentinos por varias décadas. Esta deuda odiosa e ilegal fue
validada bajo el Gobierno de Alberto Fernández por el peronismo y la oposición
en el Congreso que aceptó las negociaciones para una reestructuración y pago
completo dejando impunes a los responsables de haberlo pedido y luego fugado.
El Gobierno de
Milei fue un paso más allá al aclarar que su plan de «shock» sería más fuerte
que el exigido por el FMI y tras la consigna «No hay plata» avanzó en un ataque
brutal a los trabajadores, los jubilados, la salud y educación pública y los
sectores más empobrecidos de la sociedad.
Sin embargo,
mientras repite que «No hay plata», el Gobierno de Milei ya pagó más de 13.000
millones de dólares en concepto de deuda. Todo lo que sacó de los bolsillos de
los sectores agraviados de la sociedad fue a parar a las arcas del FMI.
Las condiciones
que vive hoy Argentina son muy similares a las de los países donde estallaron
protestas: alta inflación, aumento de precios de los productos básicos,
energía, combustibles y servicios, y el consecuente aumento del costo de vida.
Todo esto provoca, al igual que en Nigeria, Kenia o Bangladesh aumento de la
pobreza, la desocupación y de la informalidad, afectando principalmente a los
más jóvenes, que fueron los que motorizaron los estallidos en esos países.
El silencio
sobre el carácter odioso y fraudulento de la deuda por parte de todas las
principales fuerzas políticas, desde el oficialismo hasta el peronismo, que
tienen acuerdo en pagar al FMI sin importar las consecuencias, ocultan la
enorme mentira del Gobierno de Milei al decir que «No hay plata», evitando
denunciar la fuga masiva de reservas destinadas al pago de la deuda.
Las condiciones
que estos planes de ajuste extremos ya han producido grandes manifestaciones en
el país. Los trabajadores, los jóvenes, los estudiantes y los jubilados han
venido demostrando una extraordinaria predisposición a salir a las calles cada
vez que son convocados. Sin embargo, la CGT y la oposición llaman a acciones
simbólicas o directamente se niegan a convocar movilizaciones para derrotar el
ajuste y el plan del Gobierno, bajo la excusa de que «no hay efervescencia» en
la gente.
La publicación
británica The Economist parece ser más seria en su diagnóstico
que la burocracia sindical y los dirigentes peronistas en Argentina. Los planes
de ajuste extremos han vuelto a traer manifestaciones alrededor del mundo, y en
algunos casos estas protestas no se contentan con migajas sino que van por
todo, tirando en su camino los planes y a los gobiernos que lo aplican.
¿Seguirá
Argentina en la lista?
Fuente: https://www.izquierdadiario.es/The-Economist-alerta-sobre-protestas-contra-el-FMI-en-todo-el-mundo
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