Las elecciones de Venezuela
siempre son limpias pero el imperio grita «fraude»
Por Sergio
Ortiz
Rebelion
14/08/2024
Fuentes: Rebelión
Victoria de Nicolás Maduro
El domingo 28
de julio se realizaron las presidenciales en Venezuela, donde competían diez
candidatos: Nicolás Maduro, Edmundo González Urrutia, Javier Bertucci,
Benjamín Rausseo, Daniel Ceballos, Claudio Fermín, Antonio Ecarri, Luis Eduardo
Martínez, José Brito y Enrique Márquez. El primero, es el presidente en ejercicio
y los otros 9 opositores. Ya esta enumeración deja en orsai a la derecha y el
imperialismo que califican al gobierno bolivariano de “dictadura”. ¿Una
dictadura donde pueden competir nueve partidos y
coaliciones opositoras?
La jornada
dominical fue tranquila, sin incidentes ni denuncias de irregularidades en
ninguno de los 24 estados. En los últimos 25 años de gestión bolivariana
el sistema electoral viene revalidando su fama de ser uno de los mejores del
mundo. El votante se presenta ante una máquina, valida su identidad con
huella dactilar y presiona la opción deseada para votar, la máquina le extiende
un recibo y en un minuto todo ha terminado. Al finalizar la jornada cada
máquina expide un acta con la cantidad de votantes y cuántos son los correspondientes
a cada candidato. Las actas se transmiten desde cada centro de votación hacia
las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE), que tiene cinco rectores,
encargado de dar esa información oficial al país. Y así lo hizo en la
medianoche del domingo, cinco horas después de cerrado el acto, cuando el
presidente del CNE, Elvis Amoroso, leyó el primer boletín con el 80% de las
actas: Maduro tuvo el 51,2% de los sufragios y el opositor Edmundo González
Urrutia, apoyado por la ultraderechista María Corina Machado, el 44,2%. El
oficialista venía ganando al principal candidato de Washington por 700.000
votos. ¿Por qué el primer informe se refería al 80 por ciento de las actas y no
al 100? La explicación fue que el sistema informático había sufrido ataques
desde el exterior, Macedonia del Norte, que habían ralentizado la
transmisión de los datos desde las 30.000 mesas de votación hacia el CNE.
Maduro y el
Gran Polo Patriótico que lo llevaba como candidato querían presentar el total
de las actas porque sabían que la oposición oligárquica y dependiente del
imperio iban a acusarlos de cometer “fraude”. Tal como ha sido su
constante diciembre de 1998 cuando Hugo Chávez ganó por primera vez su derecho
a ocupar el Palacio de Miraflores. Hoy 2 de agosto el CNE dio a
conocer su segundo boletín: con el 96,87% de las actas, Maduro sacó
6.408.844 votos, 51,95%; Edmundo González, 5.326.104, 43,18%. Ahora la
diferencia entre ambos fue de 1.082.740 votos. Como era previsible, la
data oficial no logró disminuir la violencia verbal y física llevada adelante
desde el mismo domingo por los dirigentes de la Plataforma de Unidad
Democrática, que no sólo insistieron en su falsa denuncia de “fraude”, con
ataques políticos al vencedor y violencia callejera contra personas e instituciones.
Lo más grave es que Machado y los suyos, invocando el inexistente fraude,
pidieron a Estados Unidos y los gobiernos vasallos que salvaran la democracia
venezolana, léase que realizaran cuanto antes una intervención política y
militar contra la patria de Simón Bolívar. Convocaron para el sábado 3 de
agosto a manifestarse ante las embajadas de EE. UU. en todo el mundo, con
carteles pidiendo “S.O.S. Intervención Ya” dirigida al Comando Sur
norteamericano. Su jefa es la generala Laura Richardson, vieja conocida por
ambicionar nuestro litio, hacer falsas denuncias contra la estación satelital
china en Neuquén y querer -junto con Javier Milei – una base de los dos países
(léase de uno solo, el suyo) en Ushuaia.
De tal palo tal astilla
Los comicios
del 28 de julio fueron el número 31 desde aquella primera victoria del chavismo
en 1998. En 29 oportunidades ganaron Chávez y desde 2013 su continuador Maduro,
y en dos ocasiones la oposición: en 2007 en un intento de reforma
constitucional y en 2015 en elecciones legislativas. Cuando al comandante le
tocó perder, aunque fue por 1.5 puntos, reconoció de inmediato el resultado, y
otro tanto Maduro en las legislativas referidas. En cambio la derecha por lo
general no admite sus derrotas sino que acusa al gobierno bolivariano de
manejos fraudulentos y dictatoriales, como casi siempre. Incluso en su
prontuario antidemocrático sobresale el intento de golpe de Estado en abril de
2002, cuando un sector militar secuestró a Chávez y estuvo a punto de
asesinarlo.
Cuando Maduro
ganó las presidenciales de 2013 frente a Henrique Capriles hubo guarimbas
(violentos desórdenes callejeros) por parte de la derecha ese año y en 2014,
con todo el arco derechista, Machado incluida, promoviendo la violencia, con 44
muertos y heridos. Hubo guarimbas en 2017 con Machado y Juan Guaidó, el
presidente autoproclamado. Y en febrero de 2019 con esos mismos personajes, que
aliados a EE UU y el injerencista “Grupo de Lima” de la OEA (Luis Almagro,
Mauricio Macri, Sebastián Piñera e Iván Duque), prepararon una intervención
militar. Lo hicieron desde la frontera de Colombia, con una “misión
humanitaria” y “festival musical” en Cúcuta, de “Ayuda y Libertad”, con los
presidentes de Paraguay, Chile y Colombia, más el payaso de Guaidó. Eran tiempos
de planificación de invasión, con mercenarios colombianos y contratistas
militares estadounidenses, atentados a empresas venezolanas y planes de
asesinar a Maduro. Todo con la cobertura política de la OEA, “esa cosa tan
fea”, como le cantó el cubano Carlos Puebla.
El diario
español El País, del 27 de julio pasado (“La trayectoria de María Corina
Machado”), la ensalza a más no poder, pero dice: “no le ayudó haber estado
presente en el palacio presidencial de Miraflores durante el fallido golpe
cívico-militar de 2002”. Luego recuerda que en 2013, tras la victoria de Maduro
en las presidenciales ese año, “que la oposición denunció como fraudulentas, un
sector de la oposición, llamado La Salida y liderado por Machado junto a
Leopoldo López y Antonio Ledezma, perdió las esperanzas de llegar al poder por
la vía electoral y comenzó a promover movilizaciones masivas para exigir la
dimisión del presidente. Machado, que quedó como la líder indiscutida de La
Salida tras la detención de López, se opuso a los intentos de otros sectores de
la oposición de entablar diálogos con el Ejecutivo. Argumentó que esas
iniciativas sólo servían para darle tiempo al chavismo y desmovilizar las
protestas”. Ya era una guarimbera total.
En 2014 Machado
se hizo nombrar como embajadora alterna de Panamá ante la OEA, para reclamar
sanciones contra su país, Venezuela. Por eso en 2015 la Contraloría la
inhabilitó por 12 meses, que la justicia aumentó a 15 años y por eso no pudo
ser candidata en estos últimos comicios. El diario español, de derecha, citó
este dato horrible de su prontuario: “En 2019, causó revuelo por defender en
una entrevista con la BBC una intervención extranjera en Venezuela. Un régimen
criminal solo saldrá del poder ante la amenaza creíble, inminente y severa del
uso del uso de la fuerza, declaró”. Corrían las horas del plan intervencionista
montado desde Colombia.
Son aprendices
de sus maestros norteamericanos. De tal palo tal astilla. El 3 de noviembre de
2020 hubo elecciones en la metrópoli y competían Trump con Biden. Los
resultados finales no estuvieron hasta el 30 de ese mes porque cada uno de los
50 estados contaba como le parecía y con sus propios tiempos. Después de ese
mes de demora, siguieron las controversias por las demandas judiciales
interpuestas por el magnate perdedor. Este siguió desconociendo el resultado
hasta el 6 de enero de 2021, cuando alentó a sus seguidores a entrar por la
fuerza en el Capitolio, donde hubo 5 muertos. Esa es la plutocracia yanqui
(democracia para los ricos, por los ricos y de los ricos). Ahí se inspiran
Machado y su careta González Urrutia, denunciado de ser agente de la CIA y de
haber cometido delitos de lesa humanidad en El Salvador en los ‘80 cuando era
el segundo en la embajada de Venezuela. ¡Y estos fascistas se visten de vestales
de la democracia y acusan de “fraude” a Venezuela!
Motivos del intervencionismo
Todos los días
hay hechos que comprueban que Maduro busca la verdad y ser transparente en los
resultados del 28 de julio. Hoy 2/8 se presentó ante el Tribunal Supremo
Electoral, donde ayer había radicado un recurso de amparo para que ese órgano
investigara todo lo relacionado con el comicio. De los diez candidatos se
hicieron presentes nueve, sólo uno faltó. Huelga decir que fue el reputado como
agente de la CIA. Además de fascistas y mentirosos son cobardes, no dan la
cara.
Lo de fondo no
son los números de votos y las actas demoradas, que ahora son súper mínimas,
pues el CNE ya contabilizó el 96,87 por ciento de los votos. Lo más
trascendente son los motivos por los que el imperio y sus vasallos quieren
dominar Venezuela. Eso llevó al secretario de Estado Antony Blinken a reconocer
como presidente electo a González Urrutia el jueves. Al día siguiente la
canciller facha mileísta Diana Mondino lo imitó, considerando que es el
presidente electo, aunque luego hubo un comunicado de esa cancillería diciendo
que “Argentina sigue con extrema atención y preocupación los acontecimientos en
Venezuela a fin de pronunciarse en forma definitiva”.
Tanta
precipitación tiene motivos políticos y económicos de la potencia decadente. En
primer lugar siempre ambicionó adueñarse de las reservas petroleras de
Venezuela, que son 300.800 millones de barriles de crudo, las más importantes
del mundo. En segundo le duele profundamente la existencia de la República
Bolivariana y añora la IV República de los corruptos adecos y copeyanos, enterrados
por el chavismo. Esa nación independiente y patriótica, con un gobierno
antiimperialista y asentado en Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas, son un
obstáculo insuperable para Washington y su libre paso por el “patrio trasero”.
De ahí el bloqueo, las 932 sanciones a Venezuela, el robo de la petrolera CITGO
y del oro en el banco de Londres. En tercer lugar, esa Venezuela es socia de
los BRICS y pronto será miembro pleno, profundizando la vinculación con China y
Rusia, vistos como demonios por la Casa Blanca, el Pentágono, Wall Street y la
OTAN. De ahí el odio, la violencia y los intentos de dar otro golpe de Estado
en Caracas.
Por eso se
explica el alineamiento proyanqui del gobierno de Milei y la banquera Mondino,
así como los mendaces comunicados del PRO de Macri y otros alineados con la
embajada yanqui de Marc Stanley, caso del Frente Renovador de Sergio Massa.
Cuesta un poquito más entender el silencio oportunista de Cristina Fernández y
el vergonzoso comunicado de los diputados de Unión por la Patria, que pusieron
a Maduro como el “prime suspect” de esta historia, como si estuviera ocultando
data para justificar un fraude. En una línea parecida se encuentran
trotskistas, caso del PTS: coinciden con la derecha en que hubo “fraude” y
Maduro sería un “dictador”. Lamentable posicionamiento de quienes se dicen de
izquierda y que carecen de línea y valores antiimperialistas, algo que el
Partido de la Liberación (PL) sí tiene. ¿No ven que la inflación anual bajó en
Venezuela al 50 por ciento? ¿No saben que su producto bruto interno crecerá
este año 5,8 por ciento y quizás más pese a las sanciones yanquis? ¿Desconocen
que en 25 años los bolivarianos entregaron 5.100.000 viviendas populares?
¿Ignoran que ahora el 85 o más de los alimentos se producen en el país? Por eso
y mucho más ganó Maduro. ¡No por fraude!
Además se trata
de ser agradecidos y memoriosos. No se debe olvidar que la Venezuela de Chávez
prestó 5.500 millones de dólares a la Argentina de los Kirchner, comprando
bonos entre 2005 y 2008, cuando nadie le prestaba un peso. Volvió a poner plata
para evitar que George Soros se adueñara de la cooperativa lechera Sancor. Dio
una mano encargando dos barcos al Astillero Río Santiago, cuando esa empresa
tambaleaba. Siempre estuvo apoyándonos por Malvinas. Y en noviembre del 2005
vino Chávez a Mar del Plata a enterrar el ALCA de George Bush.
Hay que ser
antiimperialista y también agradecido. Esta polémica ha sacado la careta no
sólo a los fachos sino también a muchos “progresistas” y tibios: no son enemigos
del imperio en política y tampoco son agradecidos en la vida.
Blog del
autor: https://plsergio.wixsite.com/lasemanapolitica/post/elecciones-de-venezuela-siempre-son-limpias-pero-el-imperio-grita-fraude
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