Garazi Navarro y Peio Ormazabal: “EHKS surge para convertir el comunismo en
un referente en la lucha de clases…”
DIARIOOCTUBRE / agosto 15, 2024
“El Movimiento Socialista de Euskal Herria quiere unificar los destacamentos comunistas para reconstituir el futuro Partido Comunista de masas a nivel Europeo”
·
“La juventud tiene que ser la punta
de lanza del proceso socialista, tanto en Euskal Herria como a nivel de Europa”
·
“EHKS está abierto a toda esa gente
que desde hace años ha perdido toda la ilusión de un posible cambio, gente que
militó en el MLNV, etc”
·
Mantienen contactos con grupos de
jóvenes de Països Catalans, Madrid, Extremadura, Andalucía, Castilla-León y
Galiza
·
“Desde que desaparece el comunismo
como alternativa política, se ha dado una ofensiva tanto económica como
política por parte de las oligarquías europeas que se traduce en un
empobrecimiento de la clase trabajadora”
·
“La clase trabajadora es la que paga
la guerra con la vida y con su condición económica de la que, evidentemente, la
burguesía como clase se aprovecha”
·
“En el País Vasco en el panorama
político estamos viendo una homogeneización de diferentes partidos. Los dos
partidos políticos que más fuerza han tenido y tienen ya cada vez se parecen
más”
·
“No tiene sentido que un tema tan
urgente como la salud haya dos sistemas sanitarios funcionando en paralelo, uno
para los que tienen recursos y otro para los demás”
·
“No existe una alternativa política
rupturista hoy en día en Euskal Herria. Ligamos el derecho de autodeterminación
de Euskal Herria a la extensión de un movimiento revolucionario europeo que
posibilite que se desarrolle ese proceso de autodeterminación”
·
“Reivindicamos el carácter político
de los presos. Y sí creemos que la reivindicación de la amnistía tiene
actualidad”
·
“En un momento donde ha bajado la
conflictividad igual no es tan visible, pero la represión sigue y seguirá”
·
“Apoyamos a Palestina. Cómo va a ser
parte de la solución un estado que es capaz de hacer ese genocidio”
Sare
Antifaxista entrevista a Garazi Navarro y Peio Ormazabal, portavoces de Euskal
Herriko Kontseilu Sozialista (EHKS). Se puso en marcha en diciembre de 2023 y
está adquiriendo un peso importante. Como expresan ambos “surge para convertir
el comunismo en un referente en la lucha de clases, sobre todo, para el
proletariado” y añaden que “el Movimiento Socialista de Euskal Herria quiere
unificar los destacamentos comunistas para reconstituir el futuro Partido
Comunista de masas a nivel Europeo”. A su juicio la juventud “tiene que ser la
punta de lanza del proceso socialista” y admiten que EHKS “está abierto a toda
esa gente que desde hace años ha perdido toda la ilusión de un posible cambio,
gente que militó en el MLNV, etc”.
Navarro y
Ormazabal afirman que “no existe una alternativa política rupturista hoy en día
en Euskal Herria” y EHKS liga “el derecho de autodeterminación de Euskal Herria
a la extensión de un movimiento revolucionario europeo que posibilite que se
desarrolle ese proceso de autodeterminación”. Sobre el momento político vasco,
ven “una homogeneización de diferentes partidos” que, incluso, se produce en el
tema de Sanidad. Para ellos, “no tiene sentido que un tema tan urgente como la
salud haya dos sistemas sanitarios funcionando en paralelo, uno para los que
tienen recursos y otro para los demás”.
Por último,
reivindican “el carácter político de los presos. Y sí creemos que la
reivindicación de la amnistía tiene actualidad”, a la vez que “apoyamos a
Palestina. Cómo va a ser parte de la solución un estado que es capaz de hacer
ese genocidio”.
¿Cuánto tiempo
lleva Euskal Herriko Kontseilu Sozialista (EHKS)?
Lo presentamos
el pasado 16 de diciembre en Eibar.
¿Qué objetivos
os marcasteis? ¿Estáis cumpliendo esa hoja de ruta?
Llevábamos
tiempo en el que el Movimiento Socialista de Euskal Herria ya iba cogiendo
cuerpo y necesitábamos un referente, además de las organizaciones que tenemos
GKS, Itaia y demás, pero el Movimiento Socialista necesitaba un referente que
funcionaría como portavoz político para responder a las diferentes situaciones
que estamos viviendo en la coyuntura de hoy en día y también para organizar a
la clase trabajadora en su totalidad y no solo algunas objetividades como los
jóvenes, las mujeres…
Surge con dos
tareas principales. Por un lado, una tarea de hegemonización, de convertir el
comunismo en un referente en la lucha de clases, sobre todo, para el
proletariado; y, por otro lado, la unificación de destacamentos comunistas que
entendemos que existen hoy en día a nivel europeo y que pueden ser como una
especie de base para reconstituir el futuro Partido Comunista de masas.
Entendemos que
en la coyuntura actual falta la alternativa política e histórica de la clase
obrera, lo que ha sido el Comunismo durante el siglo XX y que es nuestra tarea
conseguir un abordaje nuevo para intentar poner una base para constituir un
partido comunista de masas, es decir que sea un referente, no solo para
nosotros, sino para amplios sectores desde la clase obrera. EHKS surge para
eso, ser un referente de ese proceso en Euskal Herria, tanto con el
proletariado para hegemonizar ideas comunistas como otros destacamentos
comunistas que puedan estar dispersos en Europa y abrir un debate racional para
crear una base para articular un futuro Partido Comunista a escala europea. Es
donde entendemos nosotros en la que se puede dar un proceso político
revolucionario hoy en día. ¿Qué valoración hacemos de eso? Ha pasado poco
tiempo, pero es un proceso que tiene que llevar años sí o sí.
¿Ha pasado
medio año, vais en esa ruta habéis cogido camino?
Queda por hacer
todo. Pero la recepción que ha tenido EHKS en Euskal Herria va poco a poco, los
debates que ha generado, las relaciones que estamos manteniendo con otros
grupos políticos entendemos que van en el buen camino, tanto ahí como en la
expansión territorial que está teniendo el Movimiento Socialista este último
curso en diferentes territorios del Estado español y la referencialidad que
está ganando en Europa para una futura expansión.
¿Con qué
partidos políticos u organizaciones habéis estado hablando? Y ¿cuáles son esos
referentes?
En los Paisos
Catalans y en los territorios del Estado español se han creado organizaciones
juveniles, de momento. Tenemos relación con ellos porque estamos siguiendo la
misma estrategia. Ellos están organizados en terreno juvenil.
Sólo en
Catalunya, o ¿más sitios?
En Catalunya
hay una organización que se llama OJS, Organización Juvenil Socialista, y hay
otra organización de los territorios de España, tanto en Madrid, Extremadura,
Andalucía, Castilla-León, que se llama CJS, Coordinadora Juvenil Socialista.
Y a su vez en
Galicia se está dando un proceso similar de debate en torno a las tesis que
plantea el Movimiento Socialista para constituir un espacio político similar.
Poco a poco esto va generando cierta expectativa también y cierta expectación
en otros sitios de Europa, y aunque no tengamos referentes claros, sí que hay
una voluntad por nuestra parte de tener un diálogo sincero con otros espacios
políticos, digamos. Porque no tenemos un referente claro en un espacio político,
sino que podemos tener muchos referentes. Lo que planeamos es que sea una
recomposición de una estrategia actualizada del comunismo y eso implica un
debate con diferentes espacios políticos y generar uno nuevo.
Vosotros
hablabais de construir poder obrero en su dimensión internacional, pero en
Europa el comunismo está apagado, casi desaparecido. Un líder sindical griego
del frente sindical PAME no hace mucho me indicaba en una entrevista que hasta
que no volviera de nuevo el comunismo a brillar en Europa, el proletariado no
tendríamos nada que hacer. ¿Estamos así de jodidos?
Claro. Nosotros
entendemos que, de alguna forma, el Movimiento Comunista europeo a finales del
siglo XX sufrió una derrota importante y en ese sentido como has dicho acaba
desplazado del mapa. Y hoy en día el Comunismo no es una alternativa de
política real a nivel europeo, ni siquiera imaginable para parte de la clase
trabajadora, mucho menos deseable. Digamos, no existe como alternativa real, lo
cual no quiere decir en nuestra opinión que no existan las condiciones para
ello. Es decir, si el comunismo no existe como alternativa real no es porque
hayan desaparecido las contradicciones de la sociedad capitalista o porque, de
alguna forma, haya un desarrollo armonioso del capitalismo que haya hecho
desaparecer la lucha de clases o que la haya atenuado, sino que lo que estamos
viendo en Europa es lo contrario: desde que desaparece el comunismo como
alternativa política, se ha dado una ofensiva tanto económica como política por
parte de las oligarquías europeas que, de alguna forma, se traduce en un
empobrecimiento de la clase trabajadora y, por otro lado, una ausencia de
derechos políticos, como hablamos nosotros. Porque vamos a una disminución de
los derechos más elementales y entendemos que hay una causa.
Están
relacionadas estas problemáticas en ausencia de una fuerza socialmente
relevante que le haga una oposición a toda sociedad capitalista, la propia
burguesía tiene las manos libres, digamos, para llevar a cabo unas políticas
mucho más ofensivas en contra de la clase trabajadora, pero entendemos que las
condiciones para articular un Movimiento Comunista existen. De hecho, existen
de forma agravada, por eso hablamos de la crisis después del 2008, en el que
las condiciones de vida de gran parte de las clases medias sobre las que se ha
asentado la estabilidad europea, se están descomponiendo económicamente y eso
posibilita, o ahí encontramos una fuerza económica para un proceso político de
volver a articular un Partido Comunista de masas.
Eso es
imposible hacerlo mientras no planeemos el comunismo como una opción viable a
nivel social. Por eso le damos mucha importancia a lo que nosotros llamamos
lucha cultural, entendida como la lucha ideológica frente a todos los partidos
de la burguesía que plantean todas sus reivindicaciones dentro del sistema
capitalista o dentro de lo posible en este sistema, plantear una alternativa
total a esto.
Por eso damos
mucha importancia también a la juventud. Es normal que los primeros
destacamentos que se sumen a este proceso sean jóvenes que, por un lado, son
las generaciones que ya son producto de la crisis del 2008/09, que ya han
conocido una sociedad en vías de proletarización, que no han conocido la
sociedad precrisis de la abundancia europea de las clases medias y que además
no han sido educadas políticamente hablando en los partidos reformistas que,
más o menos, han apuntalado desde la izquierda europea.
La oportunidad
política existe, la ruptura económica y, como hemos visto en Euskal Herria y se
está viendo en otros territorios del Estado español, la ruptura generacional
respecto a la acción reformista que venía fuertemente arraigada desde la
desaparición del comunismo.
Entonces, vemos
que la juventud tiene que ser la punta de lanza del proceso socialista, tanto
en Euskal Herria como a nivel de Europa, porque es la generación que está
viviendo esto. Estaríamos ante un momento de desequilibrio del sistema
capitalista, o crisis del sistema capitalista, como podemos ver con las guerras
imperialistas, la crisis ecológica, con el empobrecimiento y, entre otros, el
auge del fascismo. Las condiciones objetivas están ahí, las condiciones
económicas están ahí, pero el reto es convertir esa ruptura económica en
ruptura generacional y política.
En Europa, con
esto de que estamos en crisis, que el capitalismo está en crisis, pero siguen
ganando cada vez más, tienen el control del mercado, ¿dónde está esa crisis?
Los gobiernos apoyan ese modelo neoliberal, que es el capitalismo a la máxima
expresión, ¿dónde está esa crisis capitalista? ¿No les veo en crisis, ellos no,
los que estamos en crisis somos nosotros?
Cuando hablamos
de crisis del sistema capitalista, no estamos hablando de un derrumbe del
sistema capitalista o que automáticamente el sistema capitalista hoy en día se
encuentre en una especie de final, o que haya una tendencia natural a su
desaparición, sino que entendemos como crisis, como lo ha venido entendiendo el
marxismo, que la crisis del sistema capitalista en su propio funcionamiento
tiene contradicciones, que son irresolubles, y eso tendencialmente hace que la
tasa de ganancia vaya decreciendo.
Eso lleva
periódicamente a crisis, que no tienen por qué manifestarse en un
empobrecimiento de toda la sociedad, sino que en este caso en Europa se
manifiestan en una ofensiva contra los salarios y las condiciones de vida de la
clase trabajadora para poder seguir acumulando capital, pero el funcionamiento
correcto del capitalismo está gripado en un momento de crisis, la burguesía
tiende a saquear salarios, por un lado, y los recursos de la periferia
imperialista y de mercados que pueden ser competidores, por el otro.
Cuando hablamos
de crisis en Europa, no estamos hablando de que se manifiesta en un
empobrecimiento de todas las empresas a nivel europeo como lo puede entender el
PSOE de Pedro Sánchez. Porque decía que no hay crisis porque los beneficios del
Ibex 35 han subido, o sea los datos macroeconómicos coincidían con sus
intereses, sino que cuando hablamos de crisis es de un momento de dificultad
del sistema capitalista que se viene extendiendo ya unos años desde el 2008 y
una solución que ha planteado la burguesía a ese momento de crisis, por un
lado, empobrecimiento a la clase trabajadora y el saqueo a los salarios
directos: bajada de salarios, implementación de nuevas modalidades de trabajo,
nuevas reformas laborales y tipos de contrato que, de alguna forma, devalúan el
salario. Por otro lado, se produce la devaluación de los salarios directos, es
decir la devaluación de servicios, la privatización de la salud, el
desmantelamiento de políticas de sanidad, invertir menos dinero en la clase
trabajadora para poder ganar más. Y a nivel internacional, un aumento de las
tensiones bélicas para disputarse ese beneficio decreciente, es decir que en un
mundo en crisis y un momento de competencia, además de un Occidente de alguna
forma en decadencia ante otros competidores mundiales, lo que se hace es
aumentar la tensión interimperialista.
¿El
decrecimiento lo habéis trabajado o barajado?
Entendemos que
el sistema capitalista en su extensión hace un uso irracional de los recursos
existentes, es decir que fomenta una forma de producción y de consumo que no es
respetuosa con el medio ambiente y que socava la posibilidad de reproducción de
generaciones futuras, incluso de la construcción del socialismo. Si hacemos la
revolución, si pretendemos tender hacia una nueva sociedad, vamos a tener que
construirla sobre las bases y sobre los recursos que nos dejan.
¿Sobre las
cenizas?
Es un problema
urgente, en ese sentido. Es insostenible este modelo de producción y consumo en
unos términos ecológicos, por lo tanto va haber que decrecer el consumo, pero
entendemos que debe de hacerse de forma planificada y racional para que el
decrecimiento no signifique, de alguna forma, decrecer del bienestar de la
mayoría social, sino que se aplique a un nuevo modelo de consumo y eso lo
vinculamos al nuevo proceso socialista en la construcción de una nueva
sociedad.
No tanto un
decrecimiento de alguna forma individual de que cada uno opte por empobrecerse,
sino un proceso político general que enmiende al sistema capitalista que lo que
está haciendo es destruir el medio ambiente, por su propia supervivencia y de
forma irracional. No olvidemos que no hay un consumo de recursos excesivo para
garantizar el bienestar de la mayoría, sino un consumo de recursos excesivo
para garantizar el beneficio de las empresas sean energéticas o sean otro tipo
de empresas. De alguna forma, la naturaleza está subordinada a la acumulación
de capital y eso es lo que entendemos que hay que romper. Pero sí, seguir
consumiendo recursos como lo estamos haciendo hoy en día es insostenible,
efectivamente.
Con el tema de
la guerra, la UE, que está sometida a la OTAN y a Estados Unidos, está
destinando mucho dinero a Ucrania, por lo tanto va a haber una detracción de
recursos para el mantenimiento de la sociedad. ¿Cómo lo veis?
En las guerras,
lo que estamos viendo en Ucrania, es que muere la clase trabajadora, el
proletariado ruso y ucraniano es quien está sufriendo la guerra y, de alguna
forma, el reverso de todo el esfuerzo militar son las sanciones económicas que,
al final, acaban repercutiendo en la clase trabajadora.
El dinero que
se destina en armamento acaba quitándose de otro sitio, al final son de
políticas sociales, digamos. Por eso, cuando hablamos de las elecciones
europeas decíamos que guerra y austeridad son dos caras de la misma moneda, que
la partida de dinero que se destina a la guerra se tiene que recortar de otras inversiones
a favor de la clase trabajadora.
Echan bombas,
matan a la gente, pero ya se están repartiendo el negocio de la reconstrucción.
La guerra
siempre ha sido un negocio muy rentable para muchas empresas. Nosotros
insistimos en que es la clase trabajadora la que paga la guerra con la vida y
con su condición económica que, evidentemente, la burguesía como clase se
aprovecha. Hace la guerra según sus intereses por el control de los recursos,
como el gas, en un escenario internacional convulso y ya está repartida la
reconstrucción de Ucrania, todas las inversiones y todas las ganancias, sobre
todo, estadounidense. Incluso podríamos hablar de la guerra como pobreza, pero
también podríamos hablar de lo que implica la guerra hacia dentro:
militarización de la sociedad, reducción de libertades políticas, censura de
medios de comunicación disidentes con la opinión de la OTAN, que estamos viendo
en el Estado español, encarcelamiento de Pablo González. La guerra es un
negocio.
Nuevo Gobierno
vasco, PNV-PSE, ¿qué os parece lo poco que se conoce que lo van a hacer? Con
Osakidetza se han dado un plazo largo para presentar un plan de acción, ¿no sé
si es bueno o malo, qué opináis? Y de las viviendas, lo que le escuché al
consejero que antes fue Delegado del Gobiernos español en la CAPV, que quieren
comprar vivienda libre para ponerlas a disposición de los jóvenes, ¿es la
solución a vuestro entender?
Por una parte,
el nuevo gobierno, como hemos venido señalando estos últimos meses y en las
elecciones, en el País Vasco en el panorama político estamos viendo una
homogeneización de diferentes partidos políticos. Los dos partidos políticos
que más fuerza han tenido y tienen ya cada vez se parecen más. Y en lo
respectivo a las competencias de la CAPV los temas más importantes básicamente
actúan de la misma forma. Uno de los temas es el de Sanidad. Habrá que ver lo
que hacen con Osakidetza, pero sí que vemos que el ataque a los salarios, y ahí
situamos también el salario indirecto que es la Sanidad y que estamos viviendo
los trabajadores de primera mano. No son decisiones que se toman aquí, sino que
es un proceso que responde a una actuación más global que estamos viviendo y
que como hemos dicho antes que son las políticas de austeridad para seguir con
la reproducción del capital a nivel global para que el dinero que se invierte
en lo público sea cada vez menor.
Lo que se pueda
hacer desde aquí ante un proceso que es global, ya se verá, pero es bastante
mínimo y no sé hasta que punto puede incidir en la vida de los trabajadores.
Se han dado
cuenta que han perdido votos por ese tema. En la campaña señalábamos que,
aunque en época electoral se separen las propuestas políticas y, de alguna
forma, se pretenda decir que hay proyectos contradictorios para solucionar el
tema de Osakidetza, por ejemplo, luego a la hora de la verdad, como ha pasado
ahora, se ve que que se opta por un ‘acuerdo de país’ que es como lo han llamado,
y deciden ponerse de acuerdo porque en el fondo entendemos que no están tan en
desacuerdo, sino que forma parte de una base de cómo gestionar las competencias
autonómicas y eso afecta a Osakidetza.
Y uno de los
consensos que hay, en ese sentido, en el correlato, la otra parte del colapso
del sistema sanitario público, es la existencia de un sistema privado que
garantiza que aquellos que tienen recursos económicos suficientes pueden
acceder a una salud de calidad inmediatamente. Es decir, a quienes toman
decisiones el colapso más o menos les es indiferente porque su salud no depende
del colapso público, sino que tienen otras vías para tratar sus enfermedades,
médicos y recursos. Hay un consenso en respetar la salud privada. Entendemos
que en un momento de colapso, por ejemplo, es urgente que los pocos recursos
que hay estén a disposición de todos de forma igual. No tiene sentido que un
tema tan urgente como la salud haya dos sistemas sanitarios funcionando en
paralelo, uno para los que tienen recursos y otro para los demás. Eso no entra
en el debate. Se habla de financiación de lo público, pero hay cosas que no se
tocan como el sistema privado de salud.
Pero se
financia cada vez más desde lo público.
Sí, de hecho,
ocurre eso. El sistema público tampoco lo podemos catalogar como positivo,
porque es más dependiente de las decisiones de grandes farmacéuticas, de un
modelo de salud mucho más dirigido a curar las enfermedades y no prevenirlas.
Entendemos que hay unos debates muy importantes a plantear en lo que respecta
al sistema sanitario, pero al estar otra vez subordinado a la ganancia el
límite del debate se estrecha a financiación: sí o no, y a cuatro cosas.
Entendemos que el problema es mucho más estructural. Hay que ampliar el foco
del debate.
El nuevo consejero
ha propuesto a la plantilla hacer más horas extraordinarias, ¿qué os parece?
Los planes de una sanidad para ricos y otra, para el resto, no es desde ahora,
llevan más de tres décadas o más trabajando en ella. El PNV ha dirigido eso,
pero el PSOE y los demás colaboran por omisión o acción.
Eso no está en
el debate. Al final, se perpetúa un sistema en el que hay una red sanitaria
para pobres y otra para gente que puede o ricos o quienes pueden. La primera
funciona mal, hablan de horas extras, ha habido huelga de matronas atendiendo
tres partos a la vez.
Lo que está
claro es que el desmantelamiento de los servicios públicos, siempre viene
acompañado del reforzamiento de aquellos servicios que garantizan la calidad
solo para algunos. No desaparece el sistema sanitario, sino que algunos se
pasan quince o más días en las listas de espera y, en cambio, en lo privado
tienes un médico en media hora; también hay clases en educación saturadas y, al
mismo tiempo, tienen un sistema educativo paralelo que garantiza una educación
para quienes puedan permitírselo, de mayor calidad. La sociedad tiende a eso a
polarizar el consumo entre los que no tienen y a proteger ciertos privilegios a
las clases medias, por una lado, que están en descomposición, y cada vez menos
gente se puede permitir seguros médicos o les supone un esfuerzo mucho mayor.
Pero, por lo general, estamos en un proceso de empobrecimiento general.
¿Cuánto tenéis
en multas por ley mordaza, etc de Interior?
Varias decenas
de miles de euros. Mucho. Depende. No sé desde cuándo. La actividad militante
que llevamos nosotros, que es independiente de las instituciones, es una
actividad común, pero por pegar carteles, hacer pintadas, acciones de
desobediencia, hacer frente a la policía en desahucios, ocupaciones… todo este
tipo de actividad cotidiana ya supone una especie de gasto constante.
Inasumible para muchas organizaciones y nosotros no somos una organización
pequeña y, por eso, de alguna forma, gestionamos eso. Pero es una represión
constante a todo accionar de los movimientos sociales.
¿Creéis que se
puede estar apoyando en Madrid al PSOE precisamente a quien está negando que
Euskal Herria pueda ser independiente o pueda tener el derecho a la
autodeterminación?
En este momento
no hay un proyecto de ruptura por parte de partidos políticos de Euskal Herria
con el Estado español y eso se ve en que están aceptando sin ninguna pega los
presupuestos, la militarización, etc. En cuanto a la autodeterminación y el
debate sobre la independencia ya ni siquiera está encima de la mesa. No hablan
ni de la independencia ni de autodeterminación.
No hay
contradicción entre la postura política que han tomado la izquierda abertzale y
su acción política.
Contradicción
sí hay porque la izquierda abertzale oficial, no iba a Madrid históricamente,
de vez en cuando, cambiaron sus estatutos y han pasado a socialdemócratas y van
a Madrid y apoyan al Gobierno del PSOE y Sumar, antes de Podemos, sin nada.
Están apoyando a quien no te está permitiendo ejercer ese derecho al Pueblo
Vasco. Y están alargando ese proceso.
Es coherente
con la nueva orientación estratégica de la izquierda abertzale, pero además
electoralmente le está sacando rédito y, en este sentido, hay una
homogeneización a nivel de gestión de la CAPV y que, de alguna forma, es lo que
históricamente ha hecho el PNV: ir a Madrid a negociar ciertos puntos que te
pueden interesar y luego centrarte en la gestión de ayuntamientos y comunidad
autónoma. Pero en ese proceso no hay proceso independentista en marcha ni
consideramos que la izquierda abertzale esté apostando por ello.
No es igual ERC
que están con la independencia, posiblemente por cuestiones electorales frente
a Junts, luego firman todo, pero con EH BIldu pero la independencia,
autodeterminación, derecho a decidir no aparece nítidamente. Fueron rebajando
los peldaños de exigencias, pero están en el subsuelo. Sí que hay un cambio: de
180 grados, íbamos para el Norte y ahora vamos para el Sur.
No existe una
alternativa política rupturista hoy en día en Euskal Herria.
Y vosotros
¿queréis ser una alternativa rupturista?
Apostamos por
el derecho de autodeterminación del proletariado. Creemos que ese proceso debe
ir de la mano del proceso socialista y tiene que haber un momento donde el
proletariado tenga derecho y capacidad para decidir sobre el territorio.
Todavía no estamos en ese estadio.
Nosotros
ligamos el derecho de autodeterminación de Euskal Herria viendo como está la
correlación de fuerzas a nivel internacional a la extensión de un movimiento
revolucionario europeo que posibilite que se desarrolle ese proceso de
autodeterminación, porque ya hemos visto de alguna forma lo que ha pasado en
Catalunya con un proceso unilateral de independencia dentro de la correlación
de fuerzas actual. Y, en ese sentido, ligamos un poco el derecho de
autodeterminación a la extensión del proceso socialista a nivel europeo, que el
derecho de autodeterminación va incorporado en las tesis del movimiento
socialista. La expansión de un nuevo proceso va a poder posibilitar la
autodeterminación de Euskal Herria en un futuro.
¿Qué lejos lo
vemos?
Sí, pero otras
alternativas no vemos que están encima de la mesa. Si estuviesen, igual sería
diferente, pero no vemos que haya una apuesta.
¿Hacer vosotros
la apuesta?
Nuestra apuesta
es sincera y transparente desde el inicio del Movimiento Socialista que liga la
expansión a nivel internacional y al proceso de autodeterminación de Euskal
Herria, porque entendemos que la voluntad nacional existe.
¿Marcáis
vuestro inicio desde más o menos el 2008 hacia adelante y lo de atrás como
Alternativa KAS, HASI, ASK, Boltxe todo eso lo dais por superado, como
amortizado? ¿Qué lectura hacéis de ese período de tiempo por aquello de los que
fueron, somos y los que somos, serán?
Hay un elemento
interesante porque en Euskal Herria coincide el ciclo de crisis con el ciclo de
integración de todo lo que representa el movimiento de liberación nacional en
un ciclo más institucional y demás. Coincide un poco. Cómo lo han percibido las
nuevas generaciones es muy importante desde nuestro punto de vista, hay
generaciones más empobrecidas y sin herramientas de lucha y sin entender eso,
no se puede entender el surgimiento de EHKS y demás. Que de alguna forma son
generaciones que se encuentran huérfanas políticamente en un momento de crisis
general y lo que hacemos es una revisión crítica de lucha anterior.
Y creo que es
doble nuestra postura. Por un lado, reconocemos el potencial organizativo y
político que ha dejado en Euskal Herria, sin la existencia de todas estas
organizaciones y ciclo de lucha del movimiento de liberación nacional vasco
sería imposible el surgimiento del Movimiento Socialista, de tradiciones
militantes, de compromiso, de sacrificio, de subordinar la individualidad a un
bien colectivo, tradiciones de lucha, de presencia en la calle, que aún se
mantienen, y ausencia del fascismo organizado en las calles. Son elementos a
valorar positivamente al igual que nosotros entendemos que es importante una
revisión critica y en profundidad de las tesis estratégicas que se manejaron en
ese ciclo. No podemos entender sólo el no haber triunfado el MLNV como una
especie de gemido giro de última hora o traición, sino que en sus mismas bases
hay cosas que aprender y, de alguna forma, sacamos una lección importante que
es la necesidad de la independencia política del proletariado. La necesidad de
que la clase trabajadora cuente con una independencia política, organizativa e
ideológica. Una organización propia con interclasismo.
¿Esta
organización propia va a tener ideología, la clase obrera comunista,
socialista?
Ideología que
no dependa de los brotes de opinión la influencia de la pequeña burguesía o
demás, creemos que es lo ha acabado pasando.
¿Creéis que EH
Bildu es burguesía?
Creo que no se
puede decir si un partido político es burguesía. Lo importante es ver su
actividad política a qué capa de la sociedad favorece.
¿A quién
favorece?
Creemos que la
política de la socialdemocracia en general sitúa su política en la clase media,
que en este momento está además en descomposición.
Es mirar los
resultados electorales. Cuanto más alta es la renta, más participación hay.
Entendemos que la mayoría de los partidos políticos dirigen su mensaje y sus
políticas a esa capa de la sociedad, que es la que vota.
¿A una pequeña
burguesía, podríamos decir?
Pequeña
burguesía, la clase media. Hablamos en términos políticos de clase media en el
sentido de pequeña burguesía, capas de la clase trabajadora que cobran sueldos
altos.
¿Dónde situáis
la clase media?
No damos
cifras, la clasificamos en términos políticos, es decir una forma de vida, una
forma de entender la política, una apuesta por entender el estado de bienestar
determinado y renuncia a un proyecto revolucionario, buscar el pacto con la burguesía
a costa de sacrificar a los más necesitados, es decir de pactar hacia arriba tu
supervivencia a costa de los de abajo. En eso se mide la clase media
políticamente, pero en términos económicos podéis consultarlo porque nuestro
instituto de investigación que hace un informe sobre la caracterización
económica de la sociedad de Euskal Herria. En términos estadísticos se puede
hacer, si cobras más de esto, pero en términos de la realidad, nuestro
instituto de investigación tiene un informe caracterizando más o menos. Se
refleja claramente una clase media en descomposición.
¿Dónde está la
barrera, ¿un parado es clase media?
No sé, me
interesa definirlos en términos políticos que económicos. Cuando hablamos de
clase media, estamos hablando de una clase política con una forma de pensar.
Durante varias
décadas aquí, por la situación del capitalismo europeo y por la posición
imperialista de Europa respecto a la periferia ha sido posible garantizar unas
condiciones materiales a lo que llamamos clase media que puede funcionar,
pueden ser ciertos sectores de la industria que se cobra salarios altos que
permiten una forma de vida digamos alta, sin permitirte vivir sin trabajar,
como puede hacer la burguesía, pero de alguna forma te lleva a unas posiciones
políticas de querer defender un interés privado frente al interés universal.
Entiendo tener mi casa de veraneo, mi sueldo tal y no el interés de… Puedo
tener seguro médico, no vivir independizado del trabajo, pero sí vivir con
ciertas pautas de consumo, ciertas costumbres superiores de la clase
trabajadora. Todo eso está relacionado con el salario evidentemente, pero es
muy difícil establecer un baremo. A nosotros nos interesan las consecuencias
políticas, por eso nos interesa la clase trabajadora hoy en día y creemos la
clase trabajadora sociológicamente hablando es muy diferente a la que evocaba
en un pasado reciente de trabajador con mono azul.
La clase
trabajadora es gran parte de la juventud en el sentido de proletariado; la
gente que cobra, que no puede optar a esa clase media, los migrantes, las
mujeres trabajadoras con sus puestos de trabajo no valorados, la juventud que
trabaja en ETT y subcontratas y los parados son clase trabajadora. No
vinculamos la clase trabajadora al hecho de tener un trabajo, sino a la condición,
a la posición respecto a la producción y al consumo de lo que es en la
sociedad. Es importante actualizar lo que es el imaginario de la clase
trabajadora. No imaginamos la clase trabajadora como se imaginaba a mediados
del siglo XX, sino que la clase trabajadora ha cambiado muchísimo y hay que
actualizar.
Se me ha pasado
una pregunta, antes cuando hablábamos de dejar las armas, hace dice o trece
años, se dijo que se podía conseguir cualquier cosa. ¿Creéis que la amnistía es
necesaria en este momento?
Sí.
Reivindicamos el carácter político de los presos. Y en este sentido la amnistía
es una reivindicación actual y la situamos en la dirección del Estado
socialista, porque es una única garantía para abrir un escenario donde no haya
presos políticos revolucionarios y sí creemos que la reivindicación de la
amnistía tiene actualidad.
Está Pablo
Hasèl en prisión, los 6 de Zaragoza, a lo mejor entran los de Gijón de la CNT,
la gente que queda todavía del PCE(r) y demás…
La represión
sigue y seguirá. En un momento donde ha bajado la conflictividad igual no es
tan visible, pero la represión sigue y seguirá.
¿Gente de 40
años para arriba, que ha pasado por el MLNV, tiene sitio en EHKS?
Justamente el
Consejo Socialista también se ha creado para ser una organización
intergeneracional, no sectorial. Que se dé esta ruptura política en
generaciones jóvenes es comprensible. Es gente que venía sin mochilas, que se
ha encontrado en una situación de crisis y huérfana, y se pone a estudiar, a
leer, a criticar, a buscar referentes que no tenía…Eso ha sido una parte de
nuestro proceso y ha sido necesario. Esa ruptura, traumática en muchos casos,
es necesaria para abrir un espacio político. Ahora bien, una vez consolidado el
espacio político entendemos que mucha gente, y en ausencia de alternativa
política revolucionaria, hay mucha gente en Euskal Herria como en Europa que se
encuentra huérfana y que, en alguna medida, no tiene ni por qué compartir
nuestras tesis políticas. Es mucho más y complejo. Implica que el Movimiento Socialista
tiene que amoldarse a otros perfiles y a otra gente de otras trayectorias
militantes, al igual que esa gente en alguna medida, también. Es un proceso
mutuo, no sólo para participar en Kontseilu, sino que consideramos prioritario
que el Kontseilu tiene que trabajar con otros espacios: ecologistas o como
hacemos con la plataforma de Palestina y demás, y otros agente que siempre
asumiendo unos mínimos políticos, de no subordinación a la dinámica
institucional, de unas reivindicaciones claras, el trabajo común es necesario y
positivo. Kontseilu es una organización intergeneracional abierta a todas las
edades.
Y abierta a
toda esa gente que desde hace años ha perdido toda la ilusión de un posible
cambio. El consejo tiene que estar abierto a toda esa gente que ha perdido la
ilusión para que vuelvan a creer y apostar por un cambio, por una ruptura con
el Estado capitalista.
Con diferentes
grados de participación desde simpatizantes, de gente que vaya a militar. Y eso
es muy importante, y somos conscientes que no podemos trasladar una dinámica de
militancia juvenil a todas las generaciones. Una cosa es militar en GKS con la
energía que tienes a los 20 años, pero una persona a los 40 años y ciertas
complejidades que tiene la vida igual no puede estar 24/7. Tenemos que aprender
a trabajar de otra forma, claro.
En algún
momento se habló de que igual os presentabais a las elecciones vascas, ¿lo
seguís madurando? ¿Lo tenéis claro, ya no?
Creemos que la
fuerza política del proletariado se tiene que articular fuera de las
instituciones burguesas, porque entendemos que no son un espacio neutral donde
puedas intervenir y tu aportación haga un gran cambio. No son un espacio
neutral para el cambio de la sociedad en general, pero es verdad que el algún
momento es posible que una participación en esas instituciones pueda valer para
la agitación política. Entendemos así.
Una posible
participación e intervención en esas instituciones para nosotros sería para la
agitación política para señalar el carácter capitalista de esas instituciones.
Pero no tenemos el foco puesto ahí. O sea, damos esa respuesta porque tampoco
queremos proyectar una especie de rechazo casi irracional a las elecciones. Sin
tener en la calle un apoyo masivo, una organización fuerte que pueda verse
fortalecida por las elecciones, y no al revés, acabar en un ciclo de elecciones
destruida o asimilada, no es lo que nos planteamos. EHKS ha nacido como
plataforma de lucha en la calle y, sobre todo, para activar y profundizar en la
lucha de clases en Euskal Herria.
¿Os imagináis
una Marinaleda en Euskal Herria bajo los parámetros de EHKS?
¿Imaginar?
Nunca se ha
puesto la teoría en práctica. En algún pueblo pequeño se podría hacer. Hace
falta tener voluntad.
Es verdad que
muchas veces se habla de instituciones en general y que lo municipal, lo
autonómico, es diferente. Lo municipal es más cercano al pueblo, pero tampoco
estamos pensando en esa clave, pero el trabajo que se pueda hacer en las instituciones
siempre tendría que estar subordinado a la dinámica de fuera de las mismas.
Y no al revés
que es lo que acaba pasando y no consideramos que tengamos una barita mágica
para que a nosotros no nos pase. Tenemos la experiencia de las generaciones
anteriores. Sabemos que pasa.
Os ha cerrado
los centros de reparto de comida y de intervención social, primero en Rekalde,
y después en Deustu en Bilbao, ¿vais a seguir con la política de ocupar
edificios que estén abandonados para atender a la gente más necesitada en
Bilbao u otros lugares?
Para nosotros
los centros socialistas pueden cumplir una función muy importante para la clase
trabajadora, que en este momento está en una situación de empobrecimiento muy
fuerte. Son espacios para la autoorganización de la clase trabajadora, para sus
necesidades. En esos centros también tenemos un banco de alimentos como había
en Rekalde y Deustu, sí.
Son espacios
que posibilitan que todo el trabajo político que se hace del Movimiento
Socialista coja un cuerpo y que haya un lugar de referencia para esa gente para
la organización. Sí que creemos que deberíamos seguir con esos centros. Pero
siempre tenemos ahí las multas, la represión, los desalojos…
Eso genera un
desgaste, porque al final vienen dos furgonetas y te cierran el local.
Ante eso te
dejan dos disyuntivas: o te pliegas para no asumir la represión o asumes el
coste y te organizas mejor. El margen de maniobra se incrementa según se
incrementan las fuerzas. En un momento en el que la ocupación está socialmente
deslegitimada, porque vemos que toda la ofensiva fascista mediáticamente se
centra mucho, también con migrantes y en la ocupación. En un momento que no
hay, que la organización independiente de las instituciones está criminalizada
y no se concibe como algo necesario, es muy fácil que te desalojen. Por eso, te
digo que concebimos esto como un proceso que en la medida que avance podremos
conseguir sostener este tipo de espacios y dar mayor legitimidad s nivel de
operatividad y demás.
Palestina, ¿qué
pensáis sobre la situación que se vive allí?
Estamos viendo
un genocidio clarísimo por parte de un estado colonial como es el estado
sionista de Israel. Sería imposible sin el apoyo de occidente, Estados Unidos y
la OTAN, lo que está pasando en Oriente Medio.
Dentro de la
escalada bélica global y la tensión imperialista que se está acumulando, el
punto más dramático es lo que estamos viendo en Gaza, que es una especie de
fotografía de lo que puede ser el capitalismo, de toda la capacidad destructiva
que tiene contra la humanidad y con qué impunidad puede utilizarla algunos. Es
urgente contribuir a la movilización, como hemos venido haciendo desde que se
ha intensificado desde octubre de 2023. Presionar lo máximo posible para
desenmascarar al estado genocida de Israel y señalar a su cómplices
occidentales, que sería imposible ese genocidio sin el apoyo de occidente,
aunque haya críticas para guardar las apariencias y demás. En ese sentido,
siempre hemos sido muy tajantes en señalar la raíz del problema, que es la
existencia del Estado de Israel. No es un exceso de uno u otro gobernante, sino
que entendemos que el Estado de Israel es un estado colonial que tiene que
desaparecer si de verdad queremos poner una solución a la problemática que se
está viendo en Palestina y Oriente Medio.
Cómo va a ser
parte de la solución un estado que es capaz de hacer ese genocidio. Por lo
tanto, esto de los dos estados no tiene ni pies ni cabeza. Hay que reivindicar
la destrucción de Israel. Es necesario desestabilizar a los Estados de Occidente
para que se actúe desde el exterior.
No vale una
solidaridad abstracta respecto a los palestinos, sino que hay que poner en
marcha medidas concretas para frenar el envío de armas, ruptura de relaciones
diplomáticas y comerciales con el Estado sionista. Por desgracia hay banderas
de Palestina, bonitas palabras para el pueblo palestino, pero no hay ninguna
medida que pueda parar ese genocidio que lleva produciéndose desde hace
décadas, pero que ahora ya es visible, se está transmitiendo en directo y está perdiendo
hasta actualidad mediática. Es nuestro deber como militantes
revolucionarioshttps://insurgente.org/masiva-manifestacion-de-ehks-en-donostia-contra-la-otan-la-ue-y-por-la-abstencion/
mantener esa movilización en la agenda.
(Una entrevista
de Juanjo Basterra, JotabePRESS / Sare Antifaxista)
Fuente: insurgente.org
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