El asteroide que acabó con los dinosaurios era de tipo
carbonáceo y procedía de más allá de Júpiter
Tercerainformacion /
19.08.2024
Un equipo de investigadores ha analizado isótopos
de rutenio en muestras de hace 66 millones de años. Han encontrado que el
meteorito de Chicxulub procedería, con mucha probabilidad, de un asteroide de
tipo C que se formó en la parte exterior de nuestro sistema solar, descartando
además su origen como cometa.
Recreación artística del impacto de un gran asteroide en la Tierra, como
el de Chicxulub. / Mark Garlick
Hace 66 millones de años, en el límite entre las
eras Cretácica y Paleógena, un gran asteroide impactó en la actual península de
Yucatán (México), y provocó la extinción masiva de la vida en la Tierra,
acabando con el ‘reinado’ de los dinosaurios. El 60 % de las especies del
planeta, incluidos los dinosaurios no avianos, desaparecieron.
Hasta la fecha no se conocía bien la naturaleza de
este meteorito cuyo cráter se ha denominado Chicxulub en lengua maya. Ahora un
equipo de investigadores de distintas universidades, encabezado por Mario Fischer-Gödde (Universidad
de Colonia, Alemania), ha determinado el origen y la composición de este cuerpo
celeste rocoso, descubriendo que estaba hecho principalmente de carbono y que
su procedencia era de más allá de Júpiter.
De Chicxculub no se conservó nada, a excepción del
gigantesco cráter que dejó su impacto y que abarcaría originalmente unos 30 km de profundidad y 100 km de diámetro.
Actualmente, el cráter está en gran medida oculto bajo el Golfo de México,
enterrado bajo 600 metros de capas de sedimentos.
Para analizarlo Fischer-Gödde y sus colegas evaluaron
los isótopos de rutenio (Ru) en muestras tomadas del límite entre las eras
Crétacica y Paleógena (límite K-Pg). También analizaron muestras de antiguas
capas de esférulas cósmicas relacionadas con impactos de la era Arcaica (de
3.500 a 3.200 millones de años de antigüedad) y muestras de dos meteoritos
carbonosos.
Los elementos del grupo del platino (PGE) como el
iridio, rutenio, osmio, rodio y paladio, son metales raros en la Tierra pero
comunes en los meteoritos, lo que los convierte en un indicador importante de
eventos extraterrestres, como el impacto de un asteroide.
En el límite K-Pg, que marca la extinción masiva
que acabó con los dinosaurios,
se han hallado altos niveles de estos elementos en todo el mundo. Esto sugiere
que el impacto de un asteroide, como el que formó el cráter de Chicxulub,
dispersó estos elementos por el planeta.
Aunque se ha propuesto que la actividad volcánica,
como la de las Trampas de
Deccan, podría ser una fuente de PGE, las proporciones
específicas encontradas en el límite K-Pg coinciden más con las de un impacto
de asteroide que con el vulcanismo.
Los investigadores hallaron que las firmas
isotópicas de Ru en las muestras del límite K-Pg eran uniformes y coincidían
estrechamente con las de las condritas carbonáceas (CC), no con la de la Tierra
y otros tipos de meteoritos, sugiriendo que el impactador de Chicxulub procedía
con mucha probabilidad de un asteroide de tipo C que se formó en el sistema
solar exterior.
«Durante la última década, se ha hecho evidente que
los meteoritos presentan una dicotomía fundamental entre los grupos no
carbonáceos y carbonáceos, que muy probablemente representan material
procedente del sistema solar interior y exterior, respectivamente. Esto se basa
principalmente en la composición isotópica de los meteoritos y planetas
terrestres, de los que tenemos muestras», explica para SINC Steven Goderis, científico de
la Vrije Universiteit Brussel y coautor del estudio.
Se
descarta que fuera un cometa
«Basándonos en las proporciones de isótopos de rutenio,
podríamos deducir que Chicxulub tiene una herencia de CC y se habría formado
originalmente en el sistema solar exterior. Esto es distinto de cualquier otra
estructura de impacto que se haya creado en los últimos 500 millones de años
aproximadamente, cuyo origen estaría en el sistema solar interior», añade.
Los resultados del trabajo también ayudan a
descartar que un cometa fuera el responsable del impacto de Chicxulub. «La
composición del impactador proporciona pruebas convincentes de que Chicxulub fue, de hecho, un
asteroide no un cometa, ya que estos últimos están fuertemente asociados con un
tipo específico de condrita carbonosa, las condritas tipo Ivuna o tipo CI»,
señala el investigador.
Para el coautor del estudio, esto pone de
relevancia que «el impacto de Chicxulub que condujo a la mayor extinción masiva
reciente, la desaparición de los dinosaurios y el surgimiento de los mamíferos
fue probablemente algo extremadamente raro y único, y se podría decir que los
procesos subyacentes se pusieron en marcha no mucho después de la formación del
sistema solar».
Sin
perder de vista los cielos
Goderis reconoce que los impactos de asteroides kilométricos del
tamaño de Chicxulub que provocan extinciones masivas son muy poco frecuentes,
pero es consciente de que los asteroides pequeños y medianos «del orden de 100
metros son mucho más comunes en el sistema solar y pueden causar destrucción a
escala regional o nacional».
En su opinión, «esto subraya la importancia de las
misiones de defensa planetaria, como la misión espacial DART/HERA de la
NASA/ESA, en la que se evalúa la técnica de desviación de asteroides con
impactores cinéticos y se proporciona información científica crítica, para
aumentar nuestra comprensión de la geofísica de los asteroides y de los procesos
de impacto».
Fuente: SINC
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