Por razones que atañen a
su familia la nueva responsable de la política exterior de la UE es
vengativamente anti-rusa, y por ella Europa debería entrar en guerra, incluida
la nuclear. Resulta sospechoso y muy preocupante que haya sido elegida para ese
cargo.
La irresponsable Kaja Kallas
El Viejo Topo
13 julio, 2024
Lo que piensa la nueva responsable de la política exterior de la UE sobre
el conflicto en Ucrania
La primera
ministra estonia, Kaja Kallas, recién nombrada jefa de la política exterior
de la UE en sustitución de Josep Borrell, en un discurso junto al presidente
saliente de la OTAN, Stoltenberg, se expresó de la siguiente manera sobre el
conflicto ruso-ucraniano:
«Debemos
definir la victoria como nuestro objetivo en la guerra, porque no se puede
ganar una guerra si la victoria no se define como su objetivo».
De lo que
deducimos, por si a alguien se le había escapado, que ya estamos en guerra con
Rusia, simplemente no lo declaramos.
La primera
ministra estonia, líder del Partido Reformista estonio (liberal), tampoco ha
ocultado nunca sus posiciones. Hace un par de meses se pronunció a favor del
desmembramiento de Rusia. Textualmente: «La derrota de Rusia no sería
algo grave. Entonces realmente podría producirse un cambio. Hay muchas
naciones que forman parte de Rusia. Si hubiera más estados pequeños, la
situación no sería tan grave. No es malo que una gran potencia se vuelva
mucho más pequeña.»
En otras
ocasiones, Kallas no perdió la oportunidad de demostrar la rusofobia más
visceral, expresada entre otras cosas en una verdadera campaña contra la
Iglesia ortodoxa rusa, cuyo patriarca Evgeny fue expulsado y cuyo destierro fue
solicitado acusado como perteneciente a una «organización terrorista».
(Cabe recordar
que en Estonia alrededor de una cuarta parte de la población habla ruso y, hoy
en día, se la percibe como ciudadanía de segunda clase).
También es
destacable la representatividad democrática de Kallas, que preside la
política exterior de la UE como primer ministro de un país con la población
de la región de Venecia (pero con un PIB un tercio inferior).
Se dirá lo que
se quiera, ¿pero al menos su pueblo la ama?
Quizás, pero
se diría que tímidamente, teniendo en cuenta que en una encuesta del pasado mes
de diciembre el 71% de los estonios pedía su dimisión.
En resumen, al
frente de la «diplomacia» europea, en una fase de potencial guerra nuclear con
Rusia, los dirigentes europeos han decidido colocar a una figura
sustancialmente desprovista de legitimidad democrática, manifiestamente
rusofóbica y que, como se ha dicho, no considera ningún plan B hacia Rusia:
sólo existe el plan A, derrotarla.
Ok, pero, por
favor, no digas que no te habían advertido.
Fuente: l’AntiDiplomatico
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