Casi
14.000 millones de euros extras en seis meses: Sigue la desenfrenada escalada
militar del Consejo de Ministros
Por Grup
Antimilitarista Tortuga
KAOSENLARED
30 de junio de 2024 /
Mientras nos siguen
mintiendo acerca del papel de España en la OTAN.
Por Juan Carlos Rois –
Tortuga
Han trascurrido
aproximadamente seis meses del año y el Gobierno no ha perdido el tiempo en lo
que se refiere a disparar el gasto militar.
Durante este período, en 20
consejos de ministros más dos acuerdos se ha aprobado gasto militar, para este
y sucesivos años, por importe de al menos (porque hay acuerdos de los que no
han hecho transparente el gasto) 13.931,78 millones de euros.
Los acuerdos de gasto
alcanzan las categorías más inusitadas, como por ejemplo, para restauración y
cantina en operaciones de paz, o para pago de seguros de la guardia civil,
reparaciones de tejados, combustible, compra de aviones apagafuegos por el
ministerio de Transición Ecológica para la UME y hasta la privatización de un
hospital de la defensa, sin olvidarse de los tradicionales gastos de
suministros, reparaciones y reposición de material, adquisición de material,
programas de armas o alimentar la guerra en Ucrania.
Para alimentar nuestro
masoquismo, enlazamos aquí al cuadro completo de dicho gasto
autorizado.
La distribución del gasto indica a su vez la prioridad del sobregasto militar español: alimentar la guerra, comprar armas destinadas a su desplazamiento a cualquiera de los 18 lugares en los que España participa en guerras o colabora con ellas.
El gasto aprobado, como viene siendo habitual, implica distintas responsabilidades y ministerios. En nuestro caso, además del Ministerio de Defensa, que implica alrededor de cuatro de cada cinco euros comprometidos, encontramos la importante participación del Ministerio del Interior, que acapara 1.201,28 millones de euros extra, economías que aprueba con cargo a créditos y al fondo de contingencia casi 900 millones de euros, o del de transición ecológica, que se paga los aviones apagafuegos que utiliza la UME.
Contrasta esta cruda
realidad con el cúmulo de mentira y lavado de cara de lo militar que difunde la
propaganda oficial y con la implicación más que obscena del poder institucional
y no institucional en el rearme.
Vamos por una peligrosa
pendiente. Ya veremos qué opina el respetable cuando el grado de militarización
afecte a las comodidades de nuestra ensimismada sociedad o cuando ordenen la
restauración del servicio militar.
La buena lógica dice que es
preferible aplicarnos ahora a prevenir la guerra y a luchar por que no alcance
mayores dimensiones el abrazo militarista que nos preparan, pero no parece que
la agenda social de las distintas articulaciones que aún existen tengan ningún
interés fuera del de lamerse las heridas por sus constantes y cada vez más
sonoros fracasos electorales y argumentales.
Pasemos a otra cosa.
¿Gasta tan poco España en
militarismo como afirma el poder?
Llama la atención este
descomunal aumento del gasto militar, comprometiendo ejercicios futuros, cuando
desde la prensa oficial cacarean que España no cumple con los criterios de
gasto de la OTAN. Según los datos de la propia OTAN, España no cumple su
objetivo de participación en el gasto militar, pero sus datos son engañosos.
En primer lugar, porque se
utilizan criterios comparativos que no son homologables, pues mientras que el
presupuesto de otros países incluye partidas consideradas gasto militar por la
OTAN (por ejemplo, la guardia civil cuerpo paramilitar similar a los
carabineros italianos, o a la gendarmería francesa, o las clases pasivas
militares, los organismos autónomos, etcétera) la cifra consignada por España
no incluye este gasto «disfrazado» en otros ministerios y partidas ajenas al
Ministerio de Defensa.
Segundo, porque si
consideramos otras estimaciones más objetivas, España o bien se aproxima
bastante al 2% PIB en gasto militar, o, si tenemos en cuenta la que
realizamos desde este blog, lo supera de forma amplia.
Tercero, porque si acudimos
a cifras absolutas, no es comparable la cifra de gasto militar de países (por
mucho que superen el 2%) con gasto exiguo, que el gasto reconocido de países
como España.
A título de ejemplo, veamos por gasto militar como España, según el SIPRI, está en el puesto número 16 en gasto militar mundial.
Cuarto, porque si miramos el cuadro de poder militar por países, según la clasificación mundo elaborada por Global Firepower analizando 60 factores de las distintas fuerzas armadas, resulta que España tiene las fuerzas armadas número 20 del mundo, muy por encima de muchos países que teóricamente «cumplen» con las exigencias OTAN.
Por si falta algo, como
quinto argumento, miando a la mayoría de los países que en teoría agradan a la
OTAN, España cuenta con participaciones que no resisten comparación con otros
países de la alianza, como el número de contribuciones en operaciones en el
exterior (segundo contribuyente de la UE y tercero de la ONU) con un despliegue
actual de casi 6000 efectivos distribuidos en al menos 18 conflictos militares
y más de 100 desde el año 1989 hasta la fecha.
En sexto lugar, porque
además de este cúmulo de datos, España mantiene en su territorio dos bases
militares esenciales para el entramado de intereses de la OTAN y de EEUU (Rota
y Morón), más otra base en Torrejón al servicio de la OTAN, a la que debemos
unir la base de Bétera en Valencia y el campo de entrenamiento de Bardenas
Reales, en el que las fuerzas aéreas de los países de la OTAN entrenan gran
parte de sus misiones de injerencia militar en el exterior.
Tampoco se puede decir que
España no redoble su esfuerzo en alimentar las guerras de la OTAN. Así se puede
verificar, en el presente año, con el convenio celebrado con Ucrania para
aportar en los próximos años más de 6.100 millones (más de 1.200 en este año,
sin contar con lo ya aportado con anterioridad) para alimentar el fuego de la
guerra.
No parece, a mitad de año,
que el gobierno de coalición vaya a optar por la paz ni que tenga entre sus
intereses la desmilitarización social ni la defensa de la seguridad humana.
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