Prosigue López Arnal su
rescate de textos de nuestro muy querido y recordado Paco. Este procede del
Archivo FFB (Univ. Pompeu Fabra) y es un esquema para una intervención en
Valladolid, 15/3/1985. Solo están desarrollados los cuatro primeros apartados.
Política cultural y nueva cultura
El Viejo Topo
10 mayo, 2024
1. Voy a
empezar con un par de precisiones que tal vez sean útiles por lo que oí aquí el
lunes pasado y por lo que me han contado y he leído sobre las jornadas de los
días siguientes:
La primera
precisión se refiere al uso del término “cultura”. Usaré el término en un
sentido amplio; en la acepción que se ha hecho habitual entre etnólogos y
antropólogos de lengua inglesa para quienes “cultura” es un conjunto de
comportamientos socialmente adquiridos y que se transmiten con igual carácter
por medio de símbolos; conjunto que incluye conocimiento, creencia, hábitos,
costumbres y valores vinculados a aquéllos.
Resalto lo de
la lengua inglesa, porque en esa acepción no se establece una contraposición
entre “cultura” y “civilización”, como ha sido habitual durante algún tiempo
entre los alemanes.
2. Esa
precisión no se debe a ningún interés especial por fastidiar a nadie: ni
tampoco debe oírse como una pedantería. Seguramente será inútil y nos la
podíamos ahorrar si no fuera porque he encontrado aquí -y fuera de aquí, en la
mayor parte de los medios de comunicación- una tendencia muy general a hablar
casi exclusivamente de la cultura “superior” cuando no de la cultura de los
letratenientes, de los radiotenientes y de los teletenientes[1].
Y esta última es sólo una parte de la “cultura” de la actividad cultural que
aquí puede interesarnos y, desde luego, la que menos me interesa a mí.
3. El uso
amplio, antropológico, del término “cultura” me lleva directamente a la segunda
precisión. Esta se refiere a la afirmación que hizo Subirós[2] el
primer día sobre la inexistencia de la cultura española y su
justificación en el hecho de que la expresión cultura española es
de origen militar porque tiene que ver con las fronteras militarmente
establecidas.
Comprendo las
razones por las cuales algunos intelectuales catalanes, vascos o gallegos se
sienten incómodos ante el término cultura española. Pues es cierto
que ha existido y existe una acepción militarista de ese concepto que hiere la
sensibilidad de muchos, entre los que me encuentro. Una acepción militarista
que tiene bastante que ver con una cierta vocación testicular recuperada
no hace mucho por las señoras del barrio de Salamanca, inmediatamente después
del golpe de Tejero, y desgraciadamente invocada también por el Sr.
Rodríguez de la Borbolla[3] en
ocasión del debate en el XXX Congreso del PSOE. Visto desde Cataluña, el “por
cojones” es parte de la cultura española.
4. Comparto
también el concepto más amplio de “culturas hispánicas” y la orientación
federalista[4] del
mismo. Pero en ese marco considero un disparate negar el pan y la sal a la
cultura española; y un dislate aún mayor identificar la cultura española con lo
militar o con lo testicular. Esa identificación, que conduce directamente a la
negación de la existencia de la cultura española, es una concesión de la
izquierda a nacionalismos tan criticables como el españolista. Y una injusticia
para con los castellanohablantes antifranquistas que se opusieron al
militarismo en las nacionalidades históricas con igual fuerza durante los años
malos. Dicho sea entre paréntesis, esa es la razón de que yo mismo, para poner
el ejemplo que tengo más cerca y que no compromete a otros, prefiere hoy vivir en
Valladolid[5] después
de haber vivido y trabajado en Barcelona durante veinte años. Digo esto sin
acritud ni melancolía. Solo como un ejemplo -insisto el que tengo más a mano-
de la esquizofrenia pacífica a la que está conduciendo barbaridades como la
negación de la existencia de una cultura española.
5.
Individualismo: el buey solo bien se lame + americanismo.
6. La cultura
científico-técnica y sus exageraciones.
La obnubilación
de la consciencia excedente y la manipulación del ocio.
Neo y post.
Repetición de
la aceptación acrítica de lo que hay y de la añoranza neorromántica.
7. La crisis de
la cultura burguesa:
El burgués
insatisfecho:
- Todo vale.
- El final de las ideologías en versión tecnopop.
8. La cultura
como espectáculo/ la cultura como educación.
9. Pero ¿hay
una nueva cultura?
- Lo que no es tradición es plagio[6].
- El sentido multinacional de lo neo.
- Nueva cultura como renovación de tradiciones.
En los márgenes
de la aceptación positivista de lo dado, de las compatibilidades con el
sistema, y en los márgenes de las añoranzas neorrománticas se esboza una
cultura relativamente nueva:
- Diálogo de tradiciones: revisión autocrítica de las mismas[7] y
alejamiento de sus formas institucionalizadas en poderes.
- Pensar globalmente, actuar localmente como principio.
- Cultivo de la sensibilidad-relaciones interpersonales.
- Respecto a la naturaleza-relación con la naturaleza.
- Valor de la paz, de la no-violencia, de la desobediencia civil[8],
de la resistencia no resignada.
- Donde está el mal puede estar también la salvación[9]:
crítica y uso de las tecnologías y de la ciencia contemporánea.
- Política alternativa, no alternativa política.
Notas de edición
[1] “Letrateniente”, palabra no incluida en el diccionario de la RAE, fue
término muy usado (y tal vez inventado) por Manuel Sacristán. Las restantes
palabras son aportaciones de FFB. En la misma línea de crítica del poder
intelectual.
[2] Probablemente Pep Subirós (1947-2016). Años después fueron compañeros
en la Facultad de Humanidades de la UPF.
[3] Nacido en 1947. En aquel entonces era presidente de la Junta de
Andalucía.
[4] Véase FFB, “Ideas para una cultura federalista”, El Viejo Topo, nº.
111, octubre de 1997, pp. 15-25.
[5] FFB era entonces profesor de Metodología en la Facultad de Económicas
de la Universidad de Valladolid.
[6] La frase completa: “Copiará fatalmente quien no sepa heredar.
Recuérdese que cuanto no es tradición es plagio”. La reflexión de D’Ors –“lo
que no es tradición es plagio”- figura en el friso de una de las paredes
laterales del Casón del Buen Retiro de Madrid. Manuel Sacristán usó esa
expresión en su conferencia de 1978: “El trabajo científico de Marx y su noción
de ciencia.”
[7] En ese punto insisía también la nota editorial (en cuya elaboración
participó FFB) del primer número de mientras tanto, revista de la
que el autor fue miembro fundador.
[8] Véase FFB, Desobediencia civil, Madrid: Ediciones
Bajo Cero, 2005 https://www.fuhem.es/media/cdv/file/biblioteca/Libros/desobediencia_F_F_BUEY.pdf.
[9] Referencia a F. Hölderlin, “Patmos”, Poesía completa, tomo
II, edición bilingüe. Madrid: Hiperión, 1979, pp. 140-141.
Wo abert Gefahr ist, wächst
Das Rettende auch
[De donde nace el peligro
nace la salvación también]
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