Un análisis de clase sobre las movilizaciones agrarias
DIARIO OCTUBRE / marzo 23, 2024
1.
Hemos llegado hasta aquí de la mano de la UE y todas
sus políticas de división internacional del trabajo. Hay que entender la
Política Agraria Común (PAC), en el contexto del proceso de
desindustrialización y terciarización de la economía española.
Por ello, más
allá de las subvenciones que reparte la PAC y que, al menos en España, se
concentran en los grandes propietarios (Telefónica, El Pozo,…), su propósito
siempre ha sido orientar la producción agrícola y ganadera hacia un proceso de
creciente concentración y capitalización, arruinado a un alto porcentaje de
campesinos. Hacia un modelo productivo intensivo y de exportación que nada
tiene que ver con las necesidades alimentarias reales y las prácticas agrícolas
sostenibles propias de la cultura del campesinado.
Exigir la
salida de la UE es la única posición coherente con un planeamiento de sostenibilidad social, económica y
medioambiental de la agricultura.
2.
Es preciso denunciar los acuerdos preferentes
y los tratados de libre comercio de la UE que se han estado gestando
en la FAO y la OMC. Estos priorizan las exportaciones de capital europeo y
abren las puertas a las importaciones de productos primarios que, en muchos de
los casos, son cultivados por grandes empresas europeas en África o América
Latina. El caso de las hortalizas y los cítricos marroquís, producidos en
fincas propiedad de empresarios españoles, es paradigmático de lo que situamos
y muestra la hipocresía y el cinismo con el que actúan algunos de los actores del
sector primario.
3.
Considerar la agricultura, pesca y
ganadería como valores de cambio en manos privadas, es absolutamente
indefendible e insostenible. Son recursos limitados que hay que
cuidar y que no pueden ponerse al servicio del interés privado. Su desarrollo
debería orientarse de forma absolutamente prioritaria a la
SOBERANÍA ALIMENTARIA. La producción irracional de mercancías destinadas
casi en exclusiva a la exportación, sin más consideración que el beneficio
empresarial, y la extensión constante de regadíos que colapsan acuíferos y el
agotamiento de tierras fértiles son inaceptables. Los pequeños y medianos
agricultores que insisten en estos métodos, cavan su propia tumba.
4.
Poco se habla de las más de 1.250.000 personas
que forman el proletariado agrícola y que nada tienen que ganar con estas
movilizaciones. Sobreexplotados por una patronal que, con la excusa de la
baja rentabilidad, no respeta ni los mínimos marcados por las ya lesivas leyes
laborales, una parte importante padece el racismo y la indefensión que provoca
la Ley de Extranjería. Ningún trabajador/a es ilegal. No al prestamismo
laboral, no a las ETTs.
5. Una Ley de la Cadena Alimentaria que proteja al consumidor y al pequeño
productor es inviable en el capitalismo. Denunciamos la hipocresía de
las pretendidas medidas medioambientales que se sitúan desde la UE. Cada
día es más evidente que la defensa del medio ambiente, no puede desligarse del
modelo económico y social que lo destruye. Si no es rojo, no puede ser verde.
La única alternativa realmente social en este sentido, es defender un modelo
económico fundamentado en el interés general y en la planificación, en
definitiva, un modelo social y económico SOCIALISTA.
Comité
Ejecutivo del PCPE
FUENTE: unidadylucha.es
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