La izquierda está abriendo una
nueva página
Por Maxim Goldarb
REBELION
30/03/2024
Fuentes: Rebelión
Traducido del inglés para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo
Hace diez años,
como resultado de un golpe de Estado, un régimen oligárquico derechista,
completamente subordinado al imperialismo estadounidense, se hizo con el poder
en Ucrania. Bajo el gobierno del presidente Zelensky, dicho régimen se ha
convertido en totalitario. La oposición ha sido aplastada, todos los partidos
de izquierda, incluyendo el nuestro, han sido prohibidos, hay miles de personas
encarceladas por sus creencias, y algunas han muerto por ellas. Amparados en la
guerra, el poder asumido por los oligarcas y sus representantes les ha permitido
intentar eliminar física y definitivamente su mayor temor: la victoria de las
fuerzas socialistas de izquierda que conllevaría la pérdida de su insaciable
poder y de la riqueza saqueada a Ucrania.
Es difícil de
creer, pero lo que está ocurriendo los últimos años en Ucrania es similar a lo
que pasaba en España durante el franquismo. Pero en este caso es peor, pues al
régimen totalitario dictatorial se ha unido el derrumbe de la economía, la
pobreza de la mayoría de la clase trabajadora y la guerra librada por las
autoridades en beneficio del imperialismo mundial.
Ahora la actual
Unión Europea neoliberal, subordinada a la élite financiera y política mundial,
también está avanzando a marchas forzadas hacia una gran guerra, que podría
convertirse en la Tercera Guerra Mundial.
Los gobiernos
capitalistas de todo el mundo y los europeos han aprendido cómo explotar
hábilmente los problemas y dificultades humanos surgidos por su culpa y la
culpa de sus amos, los oligarcas, culpar de los mismos a la izquierda y poner
al pueblo contra ella. Un ejemplo reciente es la ola de protestas de
agricultores, ganaderos, trabajadores y empleados en buena parte de los países
europeos, provocadas por un sistema tributario injusto, una asistencia social
miserable, robo de lo público, aumento de la retórica militar de las
autoridades y un incremento salvaje del gasto militar. Las autoridades de estos
países, que sintieron temor en un primer momento, han recurrido ahora a mentir
a sus ciudadanos, con la ayuda de unos medios de comunicación controlados,
echando la culpa de todo a la izquierda, la izquierda real. Recuerden que no
hace tanto tiempo se produjo el fascismo en Italia, Alemania, España…
Al mismo
tiempo, es obvio que el mundo está cansado del capitalismo salvaje e insaciable,
y las actuales protestas en Europa son la viva prueba de ello. La gente busca
otras variantes de la estructura estatal, esperando la llegada de políticos con
rostros y puntos de vista humanos, líderes y diputados que estén dispuestos y
sean capaces de cambiar fundamentalmente el mortalmente peligroso sistema de
gobierno, saqueo, acumulación y consumo desenfrenados impuesto a la comunidad
humana, un sistema en el que un pequeño puñado de personas controla miles de
millones, sus vidas y destinos; en el que mil familias han saqueado y disponen
de la riqueza del planeta, que pertenece por derecho a todos los pueblos de la
Tierra.
Poco antes de
la guerra, en solo unos meses las fuerzas de izquierda en Ucrania recibimos un
apoyo fantástico de la población: una media de 3000 a 5000 personas se
afiliaron al partido en los tres meses previos a la guerra. Recalquémoslo: en
solo tres meses, en ausencia de canales de televisión o periódicos propios, y a
pesar de la censura. Por lo tanto, no tengo ninguna duda sobre la obligada
victoria en el futuro de las ideas de izquierda en mi país, las ideas del sano
socialismo moderno.
Hoy en día el
movimiento de izquierdas moderno tiene dos tipos de competidores: por un lado
el más obvio, los partidos de derechas y sus patrocinadores oligarcas; por
otro, los partidos pseudoizquierdistas atrincherados en los parlamentos y
gobiernos nacionales y en el Parlamento Europeo, escondiéndose de la gente y
escondiéndose tras nombres y eslóganes socialistas, pero que hace tiempo que no
son de izquierdas.
Un buen ejemplo
es el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), su gobierno y su canciller. Es
obvio que hace tiempo que no tienen nada que ver con las ideas de la
socialdemocracia y el socialismo, se ponen abiertamente del lado de los
oligarcas y el capitalismo, protege sus intereses y arruinan a su propio país y
a su propio pueblo.
Para nosotros,
los izquierdistas ucranianos, la postura de los socialdemócratas alemanes y sus
gemelos de otros países europeos ante los acontecimientos en Ucrania es muy
reveladora. ¿Cómo pueden políticos que se consideran de izquierda defender la
continuación de la guerra y participar en una militarización de Europa y de
Ucrania sin precedentes en muchas décadas? ¿Cómo pueden políticos que se
consideran de izquierda apoyar el régimen nacionalista radical ucraniano que ha
ilegalizado a todos los partidos de izquierda, criminalizado el uso de la
bandera roja y el canto de la Internacional, que considera héroes y dedica
calles a colaboracionistas con los nazis como Stepan Bandera, Roman Shukhevych
y la” División Galicia” de las SS?
También es muy
indicativa la situación en EEUU, donde el partido de una agrupación
corporativa, el Republicano, llama izquierdistas, marxistas y casi comunistas
al Partido Demócrata de ese país, que representa los intereses de otra
agrupación oligárquica que compite con los republicanos. ¿Qué clase de
izquierdistas y marxistas son los globalistas e imperialistas estadounidenses
liderados por Biden? ¿Cuándo han defendido los intereses de los trabajadores y
otros asalariados en lugar de los de las corporaciones?
Obviamente, los
pseudoizquierdistas como [el canciller Olaf] Scholz y compañía son aún más
peligrosos para la izquierda real y auténtica que la derecha. Porque la
pseudoizquierda, utilizando nombres, colores y retórica socialistas
tradicionales, pero manteniendo políticas neoliberales y militaristas,
desacredita las ideas de izquierda a ojos de los trabajadores, animándoles a
pensar que izquierdistas y liberales no difieren unos de otros.
Pero es aún más
importante que la izquierda –la verdadera, no la nominal– se desvincule
claramente de la pseudoizquierda y ofrezca a los trabajadores una alternativa
real a las políticas actuales de los gobiernos de la Unión Europea. Y no solo
que muestre a la ciudadanía el peligro de una disminución del nivel de vida y
del aumento de los problemas sociales, sino también la dinámica que está en
marcha en preparación para una gran guerra.
La incipiente
campaña de elecciones al Parlamento Europeo ofrece una oportunidad real de
mostrar que la izquierda está abriendo una nueva página.
Maxim Goldarb es el presidente de la Unión de Fuerzas de
Izquierda-Por un Nuevo Socialismo de Ucrania.
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