Serie: 1944-2024, 80 años de intervenciones del Banco Mundial y del FMI,
¡basta ya!
¿Por qué un Plan Marshall?
Por Eric
Toussaint
Rebelion
08/02/2024
Fuentes: CADTM
En julio de 2024, el Banco Mundial y el FMI cumplirán 80 años. 80 años de
neocolonialismo financiero y de imposición de políticas de austeridad en nombre
del pago de la deuda. ¡80 años son suficientes! Las instituciones de Bretton
Woods deben ser abolidas y sustituidas por instituciones democráticas al
servicio de una bifurcación ecológica, feminista y antirracista. Para
conmemorar estos 80 años, volvemos a publicar todos los miércoles hasta julio
una serie de artículos que analizan en detalle la historia y los daños causados
por estas dos instituciones.
Los gobernantes de Estados Unidos aprenden de los errores cometidos en los
años 1920-1930
Finalizada la
primera guerra mundial, con el Tratado de Versalles, los vencedores impusieron
a Alemania el desembolso de unas sumas muy altas en concepto de reparaciones y
deudas de guerra. [1] Muy pronto Alemania se encontró en
dificultades para pagar y el descontento social fue en aumento. El crash de
Wall Street, que se produjo en 1929, desencadenó una crisis económica mundial.
Estados Unidos redujo drásticamente el flujo de capitales hacia el exterior.
Alemania cortó los desembolsos a Francia, Bélgica y el Reino Unido, países que
a su vez suspendieron el pago de su deuda a
Estados Unidos. El mundo más industrializado se sumió en la recesión y se
instaló la desocupación masiva. El comercio internacional se hundió.
Previendo el
desenlace de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades de Washington
decidieron adoptar una actitud diametralmente opuesta a la que mantuvieron
desde el fin de la primera guerra mundial hasta principios de los años 30.
Optaron por el
establecimiento de las instituciones de Bretton Woods y de las Naciones Unidas.
Es la parte institucional internacional.
Se trata ahora
de analizar qué es la política bilateral pregonada por las autoridades de
Washington.
Mejor que prestar dinero, donarlo
La preocupación
del Gobierno estadounidense al finalizar la Segunda Guerra Mundial era mantener
el pleno empleo alcanzado gracias al colosal esfuerzo de guerra. Así mismo
quería garantizar un superávit comercial en las relaciones de Estados Unidos
con el resto del mundo. [2] Pero los principales países
industrializados capaces de importar mercaderías de Estados Unidos estaban
literalmente sin un céntimo. Para que pudieran comprar productos
estadounidenses había que proporcionarles dólares en grandes cantidades.
Pero ¿en qué
forma? ¿Donaciones o préstamos?
En síntesis, el
razonamiento de los estadounidenses era el siguiente: si prestamos a los
europeos que son de nuestro bando el dinero que emplearán para comprarnos lo
que necesitan para reconstruir su economía, ¿con qué nos van a pagar? Los
dólares que les prestamos, ya no los tendrán, porque los habrán gastado en
comprarnos lo que necesitan. Por lo demás, no hay más que tres posibilidades.
Primera, nos pagan en especie. Segunda posibilidad, nos reembolsan en dólares.
Tercera posibilidad, les donamos el dinero hasta que salgan adelante.
Veamos la
primera posibilidad: si nos pagan en especie más que en dólares, sus productos
competirán con los nuestros en nuestro mercado interno, el pleno empleo se verá
amenazado en casa, los beneficios de nuestras empresas decaerán. No es una
buena solución.
Consideremos la
segunda: nos reembolsan en dólares. Los dólares que les habíamos prestado ya
los gastaron en la compra de nuestros productos. En consecuencia, para que
puedan reembolsarnos debemos prestarles por segunda vez la misma suma (que nos
deben), más los intereses. El riesgo de entrar en un círculo incontrolable de
endeudamiento (que bloquee o frene de nuevo la buena marcha de los negocios) se
combina con el riesgo evocado en la primera posibilidad. Si los europeos tratan
de no acumular deudas con nosotros, vendrán a vender en nuestro mercado sus
productos, compitiendo con nuestras empresas. Obtendrían así una parte de los
dólares necesarios para reembolsarnos. Pero esto no será suficiente para que se
desendeuden, y encima hará crecer el desempleo entre nosotros. [3]
Queda la
tercera posibilidad: mejor que prestar masivamente dinero a los europeos (por
medio del Banco Mundial o
por cualquier otra vía), conviene donarles los dólares necesarios para que
reconstruyan su economía en un período relativamente corto. Los europeos
utilizarán los dólares recibidos para comprarnos bienes y servicios. Esto
asegurará una salida para las exportaciones estadounidenses y, por
consiguiente, el pleno empleo. Una vez realizada la reconstrucción, los
europeos, no endeudados, estarán en condiciones de pagar la factura de lo que
nos compren.
Las autoridades
estadounidenses llegaron a la conclusión de que era mejor proceder mediante
donaciones y lanzaron el Plan Marshall.
El Plan Marshall [4]
Entre 1948 y
1951, Estados Unidos destinó mas de 13.000 millones de dólares de la época (de
los cuales, 11.000 millones en donaciones) a la reconstrucción de 17 países
europeos, a través de la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE,
hoy OCDE).
El monto total de la ayuda corresponde a unos 90.000 millones de dólares
actuales. Washington exigía a los Estados que aceptaran la ayuda varias
contrapartidas: de entrada, que los países europeos coordinaran los gastos de
reconstrucción en el seno de la OECE. De este modo, reforzando el bloque
opuesto al soviético, Estados Unidos contribuyó a la cooperación europea,
preludio de la construcción europea. Por otra parte, exigía que el dinero
prestado sirviera para comprar productos de la industria estadounidense.
Gastos generales del Plan Marshall
Asistencia económica desde el 3 de abril de 1948 hasta el 30 de junio de 1952
(en millones de dólares de la época)
País |
Total |
Donaciones |
Préstamos |
Total para todos los países |
$13 325,8 |
$ 11 820,7 |
$ 1 505,1 |
Austria |
677,8 |
677,8 |
|
Bélgica-Luxemburgo |
559,3 |
491,3 |
68,0 a |
Dinamarca |
273,0 |
239,7 |
33,3 |
Francia |
2713,6 |
2 488,0 |
225,6 |
Alemania (RFA) |
1390,6 |
1 173,7 |
216,9 |
Grecia |
706,7 |
706,7 |
|
Irlanda |
147,5 |
19,3 |
128,2 |
Islandia |
29,3 |
24,0 |
5,3 |
Italia (incluido Trieste) |
1 508,8 |
1 413,2 |
95,6 |
Países Bajos (Indonesia) b |
1 083,5 |
916,8 |
166,7 |
Noruega |
255,3 |
216,1 |
39,2 |
Portugal |
51,2 |
15,1 |
36,1 |
Suecia |
107,3 |
86,9 |
20,4 |
Turquía |
225,1 |
140,1 |
85,0 |
Reino Unido |
3 189,8 |
2 805 |
384,8 |
Regional c |
407,0 |
407,0 |
Notas:
a. El total del préstamo incluye 65 millones para Bélgica y 3
millones para Luxemburgo.
b. Ayuda del Plan Marshall a las Indias Neerlandesas (Indonesia)
extendida a los Países Bajos antes de la transferencia de soberanía, el 30 de
diciembre de 1949.
c. Incluye la contribución de Estados Unidos al fondo permanente
social europeo de sindicatos (EPU): 361,4 millones. Este maná financiero estaba
destinado principalmente a reforzar los sindicatos que actuaban en contra de la
influencia comunista.
Además de las
donaciones acordadas en el marco del Plan Marshall, hay que agregar la
anulación parcial, en 1946, de la deuda de Francia con Estados Unidos (2.000
millones de dólares condonados). Igualmente, Bélgica se benefició por parte de
Estados Unidos de una reducción de la deuda en compensación por el uranio
proporcionado para la fabricación de las primeras dos bombas atómicas, lanzadas
sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, que causaron el
holocausto nuclear. El uranio provenía de la mina de Shinkolobwé (cerca de
Likasi, ex Jadotville) situada en la provincia de Katanga, en el Congo Belga.
Primer acto, Bélgica se benefició de una anulación de la deuda gracias a su
colonia, cuyos recursos naturales explotaba. Segundo acto, unos quince años más
tarde, legó al Congo independiente las deudas que había contraído para explotar
sus recursos naturales y a su pueblo. (Ver “Préstamos odiosos a las metrópolis
coloniales…” in http://cadtm.org/En-un-clima-de-caza-de-brujas-el )
Conclusión
Al finalizar la
Segunda Guerra Mundial y hasta hoy, las grandes potencias siempre han rechazado
poner en marcha un plan Marshall para los países en desarrollo (exceptuando
Corea del Sur y Taiwan; véase más adelante). Los préstamos con intereses
constituyeron el instrumento fundamental de la supuesta financiación del
desarrollo del Tercer Mundo. Este rechazo a un Plan Marshall indica que los
acreedores no deseaban que estos países se desendeudaran. Los acreedores
consideran que lo que les interesa es mantenerlos en el endeudamiento
permanente, para obtener de este modo un beneficio máximo
bajo la forma del pago de la deuda, y para imponerles unas políticas acordes a
sus intereses de acreedores y asegurarse su lealtad en el seno de las
instituciones internacionales.
Lo que los
estadounidenses realizaron con los países más industrializados destruidos por
la guerra, mediante el Plan Marshall, fue concedido de manera excepcional a
Corea del Sur y a Taiwan, dos PED aliados de Estados Unidos que ocupaban un
lugar estratégico en la vecindad de la Unión Soviética y de China. Estados
Unidos otorgó en forma de donaciones unas sumas netamente superiores a los
préstamos concedidos por el Banco Mundial al resto de los PED. Es el caso, en
particular de Corea del Sur y de Taiwán, que desde los años 50 han recibido una
ayuda determinante, que es uno de los ingredientes de su éxito.
Para dar una
idea: entre 1954 y 1961, Corea del Sur recibió como donación de Estados Unidos
una suma superior a todos los préstamos juntos otorgados por el Banco Mundial a
los países independientes del Tercer Mundo (incluidos la India, Pakistán,
México, Brasil y Nigeria). Corea del Sur recibió como donaciones de Estados
Unidos más de 2.500 millones de dólares entre 1953 y 1961, mientras que los
préstamos del Banco al conjunto de los PED independientes durante el mismo período
sumaban 2.323 millones de dólares. Las donaciones a Taiwán se elevaron a cerca
de 800 millones de dólares en dicho período. [5] Debido a encontrarse en un lugar
estratégico frente a China y la URSS, la pequeña Corea del Sur, agrícola, con
una población de menos de 20 millones de habitantes, recibió los favores de
Estados Unidos. En el plano de las políticas económicas, el Banco Mundial y
Estados Unidos toleraron a Corea del Sur y a Taiwán lo que no le admitieron a
Brasil, o a México. Ese aspecto es el que desarrollé en el artículo sobre Corea
del Sur entre 1945 y los años 1990 (véase Éric Toussaint « Corea del Sur:
el milagro desenmascarado», publicado en marzo 2006, http://cadtm.org/Corea-del-Sur-el-milagro,1869).
Traducido por Griselda Pinero y Raúl Quiroz
Notas:
[1] John Maynard Keynes, contratado por
el Tesoro británico, participó activamente en las negociaciones del Tratado de
Versalles (1919) que concluyó la primera guerra mundial. Opuesto a la amplitud
de las reparaciones exigidas a Alemania, renunció a la delegación británica y
publicó a continuación Las consecuencias económicas de la paz (Crítica,
Barcelona, 2002)
[2] Y eso fue lo que pasó: la balanza
comercial de Estados Unidos, que era deficitaria, se mantuvo positiva hasta
1971. En otras palabras, Estados Unidos exportó más que lo que importaba.
[3] «La oposición a un reembolso en
forma de importaciones es una constante de este país, y el motivo es que éstas
entran en competencia con los productos nacionales y eso contribuye al
desempleo.» Randolph E. Paul, Taxation for Prosperity,
Bobbs-Merrill, Indianápolis, 1947, citado por Cheryl Payer, Lent and
Lost. Foreign Credit and Third World Development, Zed Books, Londres, 1991,
p. 20.
[4] Información y cuadro sacado de la
enciclopedia Wikipedia: http://fr.wikipedia.org/wiki/Plan_Marshall
[5] Cálculos del autor. Fuente: 1)
informes anuales del Banco 1954-1961; 2) US Overseas Loans and Grants (Greenbook) http://qesdb.cdie.org/gbk/index.html
Artículos
anteriores de la serie:
- Acerca de la fundación de las instituciones de
Bretton Woods
- En un clima de caza de brujas, el Banco Mundial
siempre está al servicio de los poderosos
- Conflictos entre la ONU y el dúo Banco
Mundial/FMI
- SUNFED versus Banco Mundial
- ¿Por qué un Plan Marshall?
Fuente: https://www.cadtm.org/Por-que-un-Plan-Marshall
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