Los ecologistas de todo
el mundo tienen una enorme deuda de gratitud con el preso político Julian
Assange, fundador y editor de Wikileaks, y la mayoría de ellos no lo saben.
Los ecologistas tienen una enorme deuda con Julian
Assange
El Viejo Topo
agosto, 2023
Wikileaks no
sólo publicó grabaciones secretas relacionadas con la guerra y los crímenes
contra la humanidad, gracias a la heroica labor de Chelsea Manning, que
descargó miles de archivos militares secretos de Estados Unidos. Una serie de
cables publicados por Assange revelaron los intentos masivos del gobierno
estadounidense, en nombre de Monsanto, de coaccionar a los gobiernos para que
permitieran la propiedad de tierras a empresas extranjeras, y con ello la
agricultura genéticamente modificada en todo el mundo, y para aplastar la
oposición a los OMG, derribando las leyes existentes que prohíben la ingeniería
genética de la agricultura.
Los cables
revelaban que funcionarios estadounidenses ejercían presiones financieras,
diplomáticas y con frecuencia militares en favor de Monsanto y otras empresas
de biotecnología.
Estos cables
fueron seguidos por revelaciones de que los préstamos de Estados Unidos, el
Banco Mundial y el FMI «abrieron Ucrania a grandes incursiones corporativas»,
escribe Joyce Nelson en “The Ecologist” y también en “Counterpunch”.
«Las condiciones de los préstamos están obligando al país, profundamente
endeudado, a abrirse a los cultivos transgénicos y a levantar la prohibición de
que el sector privado posea tierras. Las empresas estadounidenses están
exultantes ante la ‘mina de oro’ que les espera»[1].
La información
revela estipulaciones en los términos de la financiación masiva de armas de
Estados Unidos a Ucrania que se remontan a más de una década.
Y el 28 de
abril de 2020, el presidente Volodymyr Zelensky firmó un proyecto de ley que
autoriza la venta de tierras agrícolas en Ucrania, levantando una moratoria que
había estado en vigor desde 2001. Este proyecto de ley forma parte de una serie
de reformas políticas a las que el FMI condicionó su paquete de préstamos de
8.000 millones de dólares[2].
Las
revelaciones de Wikileaks sobre la agricultura se convirtieron en la base para
comprender los mecanismos que utiliza el imperialismo. Estados Unidos ejerce su
fuerza sobre otros países para permitir que Monsanto et al. se hagan con
enormes extensiones de tierra en Ucrania, eludiendo la compra directa por parte
de empresas extranjeras. La propiedad extranjera de la tierra estaba prohibida
por ley en Ucrania, un hecho repentino en el que se han basado los llamados
«verificadores de hechos» de Internet para «desacreditar» las noticias sobre la
dispersión privatizada de la tierra agrícola en ese país. Pero los
«desacreditadores» ignoran los numerosos mecanismos utilizados por las empresas
extranjeras para hacerse con la propiedad y el control de la tierra y eludir la
ley. Así, encontramos inversiones corporativas estadounidenses masivas en
empresas ucranianas que controlan los tipos de semillas que se plantan y cómo
se cultivan.
En un cable de
2007 marcado como «confidencial», Craig Stapleton, entonces embajador de
Estados Unidos en Francia, aconsejaba a Estados Unidos que se preparara para
una guerra económica con los países que no estuvieran dispuestos a introducir
las semillas de maíz transgénico de Monsanto. Pidió represalias para «dejar
claro que el camino actual tiene costes reales para los intereses de la UE y
podría ayudar a fortalecer las voces europeas pro-biotecnología. De hecho, la
parte pro-biotecnología en Francia [nos ha] dicho que las represalias son la
única manera de empezar a darle la vuelta a este asunto en Francia»[3].
El equipo
diplomático estadounidense recomendó «calibrar una lista de objetivos de
represalias que cause cierto dolor en toda la UE, ya que se trata de una
responsabilidad colectiva, pero que también se centre en los peores culpables»[4].
En otro cable,
éste de Macao y Hong Kong, un director del Departamento de Agricultura de
Estados Unidos solicitaba 92.000 dólares de fondos públicos estadounidenses
para «kits de educación mediática» destinados a combatir la creciente
resistencia pública a los alimentos modificados genéticamente. Describe los
intentos de imponer el etiquetado obligatorio de los OMG como una «amenaza»
para los intereses de Estados Unidos, y pretende «dificultar mucho más que los
defensores del etiquetado obligatorio prevalezcan.»
Los cables
publicados por Wikileaks revelaron que funcionarios de la administración Obama,
en particular del el Departamento de Estado de Hillary Clinton, intervinieron a
petición de Monsanto «para socavar la legislación que podría restringir las
ventas de semillas modificadas genéticamente.» Bajo el mandato de Hillary
Clinton, el Departamento de Estado estaba tan decidido a promover los
transgénicos que Tom Philpott, escritor de “Mother Jones”, calificó a la
agencia que ella presidía como «el brazo de marketing global de facto de la
industria agrobiotecnológica, con figuras de tan alto rango como la ex
secretaria de Estado Hillary Clinton pronunciando discursos de la industria
como si fueran el evangelio»[5].
El “New York
Daily News” informó que los funcionarios del Departamento de Estado bajo
Hillary Clinton estaban utilizando activamente el dinero de los contribuyentes
para promover las controvertidas semillas transgénicas de Monsanto en todo el
mundo.
Funcionarios
estadounidenses recomendaron que se enviaran DVD pro-biotecnología y
bio-agricultura a todas las escuelas secundarias de Hong Kong.[6]
Los cables
revelan la planificación estratégica conjunta de Monsanto y el gobierno estadounidense.
Según una serie de ellos, Monsanto llegó a la conclusión de que el norte de
Tailandia sería un lugar ideal para cultivar maíz manipulado genéticamente para
su exportación a otros países, debido a los bajísimos costes de mano de obra e
infraestructuras de la zona.
En un cable
publicado por Wikileaks, se menciona a un país, Perú, como destinatario, y el
funcionario estadounidense sugiere que incluso con los gastos de transporte a
través de dos océanos incluidos, sería más rentable cultivar y enviar maíz
transgénico desde el norte de Tailandia que desde las vecinas Argentina o
Brasil, ya que los «esfuerzos diplomáticos» estadounidenses se utilizarían para
reducir el coste de producción en el norte de Tailandia. Estados Unidos
presionaría a Tailandia para que abandonara su oposición al cultivo de
transgénicos, y el país sería recompensado.
Los cables
ofrecen una visión fascinante (y aterradora) de los mecanismos del imperialismo
global y de la consolidación del control de la agricultura mundial a un nivel
muy localizado.
WikiLeaks
«adquirió» y publicó una base de datos con función de búsqueda y el texto
íntegro de la Asociación Transpacífica secreta de 2015, la Asociación
Transatlántica de Comercio e Inversión y el Acuerdo sobre el Comercio de
Servicios[7].
Al publicar el texto secreto del acuerdo, Assange puso al descubierto la
presión del gobierno estadounidense sobre otros países para que compraran y
plantaran las semillas transgénicas patentadas de Monsanto, que requerían la
compra concomitante de los pesticidas patentados de Monsanto, para que los
cultivos crecieran.
Los tratados
limitaban la capacidad de un país para impugnar legalmente la degradación del
medio ambiente en el comercio con otro, dejando muy claro que las cuestiones
medioambientales no podían abordarse con éxito de forma fragmentaria, sino que
debían considerarse como una guerra integrada de carácter político, tecnológico,
económico y científico. Para tener éxito, los movimientos se verían obligados
no sólo a examinar los peligros de cada pesticida del momento, sino los
mecanismos subyacentes por los que corporaciones como Monsanto, Bayer, Dow,
DuPont, Syngenta, Novartis, BASF y otros fabricantes de pesticidas y productos
farmacéuticos han llegado a determinar las políticas gubernamentales en
general, así como las de las agencias reguladoras mundiales, que a su vez les
permiten salirse con la suya ocultando la verdad sobre sus productos y
mintiendo descaradamente sobre su peligrosidad.
Aunque los
activistas socialistas y ecologistas siempre han denunciado la colaboración
entre el gobierno y la expansión corporativa, los detalles revelados por los
documentos publicados por WikiLeaks son poco menos que asombrosos. Revelan la
necesidad de que los movimientos ecologistas desarrollen estrategias mucho más
radicales para hacer frente a la inmensa destrucción del capitalismo en la
práctica, y no sólo en teoría ni de forma fragmentaria. Por esta contribución
en gran medida desconocida de Julian Assange, los activistas ecologistas, junto
con los radicales antibelicistas motivados por la publicación por parte de
Assange del ahora infame vídeo «Asesinato colateral» (obtenido de Chelsea
Manning), tienen con Assange una deuda de gratitud que nunca podrá ser
totalmente saldada.
Hoy, Julian
Assange está encerrado en una prisión británica y lucha por su vida. El
gobierno estadounidense pretende llevar a este ciudadano australiano a Estados
Unidos para someterlo a un juicio amañado y después encerrarlo para siempre, si
es que no lo asesinan por el camino, como habían comentado la CIA y el
Departamento de Estado estadounidense[8].
Los sacrificios que ha hecho Julian Assange son profundos, y su contribución a
los movimientos ecologistas y antibelicistas es enorme. Corresponde a todos
exigir el fin de su encarcelamiento y tormento por parte de los gobiernos
estadounidense y británico.
Y sin embargo,
a pesar de la exposición mundial a los peligros del glifosato y su designación
como «probable cancerígeno», sólo un puñado de gobiernos de todo el mundo se
han unido a los activistas ecologistas y profesionales de la salud para
prohibir el Roundup de Monsanto.
Tenemos que
subir el volumen:
Liberad YA a
Julian Assange.
Notas
[1] Joyce Nelson, «Monsanto and Ukraine», “Counterpunch”, 22 de agosto de
2014, y también, Joyce Nelson, «Ukraine opens up for Monsanto, land grabs and
GMOs», “The Ecologist”, 11 de septiembre de 2014.
[2] Oakland Institute, «Walking on the West Side: the World Bank and the
IMF in the Ukraine Conflict», 28 de julio de 2014; y también, Oakland
Institute, Ben Reicher y Frederic Mousseau, “Who Really Benefits from the
Creation of a Land Market in Ukraine?». 6 de agosto de 2021.
[3] https://wikileaks.org/plusd/
[4] Ibid.
[5] Tom Philpott, «Taxpayer Dollars Are Helping Monsanto Sell Seeds
Abroad», “Mother Jones”, 18 de mayo de 2013.
[6] Anita Katial, Directora Senior de Operaciones en Europa del Servicio
Exterior Agrícola (FAS) del USDA, es nombrada responsable del esfuerzo
propagandístico pro-biotecnología en nombre del gobierno de Estados
Unidos. https://wikileaks.org/plusd/
[7] https://wikileaks.org/tpp-
[8] Julian Borger, «Funcionarios de la CIA bajo Trump discutieron
asesinar a Julian Assange – informe: Mike Pompeo y funcionarios solicitaron
«opciones» para matar a Assange tras la publicación de WikiLeaks de
herramientas de hackeo de la CIA, según informe» “The Guardian”, 27 de
septiembre de 2021.
Artículo
seleccionado por Carlos Valmaseda para la “Miscelánea” de Salvador López Arnal.
Fuente: Counterpunch
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