El 14 de agosto de 1956
moría en Berlín-Este el poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht. Antifascista,
comunista sin partido, su aguda crítica social estuvo siempre guiada por un
afán didáctico e innovador. Lo evocamos con uno de sus incisivos poemas.
La infanticida Marie Farrar
El Viejo Topo
14 agosto, 2023
1. Marie
Farrar, nacida en abril, menor, sin señas particulares, raquítica, huérfana, hasta
el presente no fichada, dice haber asesinado a un niño de la siguiente manera:
Que ya en el
segundo mes intentó en lo de una mujer que vivía en un sótano abortarlo con dos
inyecciones, que declara fueron dolorosas. Pero no quiso salir. Y a ustedes, les
ruego, se abstengan de juzgar Pues toda criatura necesita ayuda de todas las
demás.
2. A pesar de
ello dice haber pagado en el acto lo convenido y desde entonces haber usado
faja, también bebió kerosen con pimienta molida; pero que todo eso no hizo sino
provocarle diarrea. Que su cuerpo se hinchó a ojos vistas y que tuvo dolores
agudos, mientras lavaba los platos, muchas veces. Ella misma, dice, aún no
había dejado de crecer. Que le rezó a la virgen, con mucha esperanza. En cuanto
a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar, Pues toda criatura necesita ayuda
de todas las demás.
3. Al parecer,
las oraciones no dieron resultado. También, era mucho pedir. Cuando se puso más
gruesa le daban mareos durante la misa. Sentía el cuerpo húmedo de miedo,
cuando se arrodillaba al pie del altar. Sin embargo, mantuvo en secreto su
estado, hasta que finalmente la sorprendió el parto. Pudo ocultarlo todo,
seguramente porque nadie creía que ella tan sin gracia, hubiera caído en la
tentación. Y a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar. Pues toda criatura
necesita ayuda de todas las demás.
4. Que ese día,
según ella, muy de madrugada al lavar la escalera sintió que le clavaban uñas
en el vientre. El dolor la estremecía. Y, sin embargo, logró disimularlo. Todo
el día. Mientras cuelga la ropa la cabeza le estalla: de repente se da cuenta
que va a parir y siente un gran peso sobre el corazón. Solo muy tarde sube al
cuarto. Pero a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar. Pues toda criatura
necesita ayuda de todas las demás.
5. La llamaron
de nuevo cuando ya se había acostado, había nevado y tuvo que barrer. Así hasta
las once. Aquel fue un largo día. Solo entrada la noche pudo parir en paz. Y
dio a luz, así declara, a un niño varón, a un hijo que era igual a otros hijos,
pero ella no era igual que otras madres, eso quiero aclararlo sin ironía y sin
mayor motivo. En cuanto a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar. Pues toda
criatura necesita ayuda de todas las demás.
6. Dejémosla
que siga relatando lo que con ese hijo pasó (dijo que no pensaba guardarse una
palabra) para que todos lo sepan y se ubiquen. Dice que a poco de acostarse
sintió intenso malestar, sin saber qué podría ocurrir, pues estaba sola, y que
se forzó a no gritar. Y yo a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar. Pues
toda criatura necesita ayuda de todas las demás.
7. Con sus
últimas fuerzas, dice que luego, como su cuarto estaba helado, se arrastró
hasta el retrete y allí (no recuerda exactamente en qué momento), sin más
vueltas, parió hacia el amanecer. Dice que entonces se sintió muy confusa, y
luego, ya medio congelada, porque en el baño de servicio entra la nieve, apenas
tuvo fuerzas para alzar al niño. En cuanto a ustedes, les ruego, se abstengan
de juzgar. Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.
8. Luego, entre
el baño y la pieza –dice que hasta entonces no había pasado nada–, la criatura
comenzó a gritar, eso la alteró de tal manera, que la golpeó con ambos puños y
con fuerza, ciegamente, dice, hasta que se calló. Luego de ello se llevó el
cuerpito consigo a la cama por el resto de la noche y de mañana lo escondió en
el lavadero. Pero a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar. Pues toda
criatura necesita ayuda de todas las demás.
9. Marie
Farrar, nacida en abril, muerta en la prisión de Meissen, madre soltera,
sentenciada, quiere mostrarles los sufrimientos de todas las criaturas. Ustedes
que dan a luz en limpias camas de maternidad y llaman «benditos» a sus vientres
preñados quieran no condenar a los débiles perdidos, pues sus pecados fueron
duros y su dolor fue grande. Por eso, les ruego, se abstengan de juzgar. Pues
toda criatura necesita ayuda de todas las demás.
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