El último informe de
empleo de la OCDE es una verdadera revelación sobre la crisis del coste de la
vida y sobre si han sido los aumentos de los salarios o los aumentos de las
ganancias los que más han contribuido al aumento de la inflación.
El coste de la vida y las ganancias
El Viejo Topo
23 agosto, 2023
En cuanto a los
salarios, según la OCDE los salarios reales han caído un promedio del 3,8 % en
el último año en la OCDE. «Los mercados de trabajo han subido los salarios
nominales, pero menos que la inflación, lo que ha llevado a una caída de los
salarios reales en casi todas las industrias y en los países de la OCDE».
Las caídas
varían considerablemente para cada país de la OCDE. Las mayores caídas han sido
en Escandinavia y Europa del Este, donde los precios de la energía aumentaron
más por la pérdida del petróleo y gas rusos, mientras que la caída en EEUU es
una de las más bajas, ya que los precios de la energía, aunque han subido, no
se han disparado tanto. Europa ha tenido que cambiar su aprovisionamiento de
energía rusa a través de gasoductos al mucho más caro gas natural líquido (GNL)
mediante transporte marítimo.
Parece que, en
el promedio (no ponderado) de toda la OCDE, las ganancias por unidad de
producción aumentaron alrededor del 22 % desde finales de 2019 hasta el primer
trimestre de 2023, mientras que los salarios por unidad de producción
aumentaron alrededor del 16 %. En algunos países, el papel de las ganancias en
el aumento de los precios fue mucho mayor en comparación con los salarios: en
Suecia, el 27% de las ganancias aumentan contra el 9% de los salarios, en
Alemania, el 24% contra el 10%; en Austria el 23% contra el 10%.
El mayor
aumento de las ganancias durante la espiral inflacionista fue en Hungría, con
más del 60 %, seguida por los estados de Europa del Este, con más del 30 %. Los
aumentos salariales y de beneficios por unidad de producción en los EEUU fueron
aproximadamente iguales, del 14 % cada uno. Solo Portugal vio una contribución
significativamente mayor de los salarios por unidad de producción (18 %) que de
las ganancias (9%).
La OCDE está de acuerdo conmigo y con muchos otros en que el aumento de la inflación se inició por el aumento de los precios de los productos básicos y la energía causado por los cortes en la cadena de suministros después del final de la pandemia y que se han agravado con la invasión rusa de Ucrania.
Como dice la
OCDE: «El aumento inicial de la inflación fue importado en gran medida en
muchos países de la OCDE e impulsado por los precios de los productos básicos y
la energía. Sin embargo, en el transcurso de 2022, la inflación amplió sus
causas, con costes más altos que se transfieren cada vez más a los precios de
los bienes y servicios nacionales».
No fue causada por aumentos salariales, que nunca pudieron
mantener el crecimiento de la espiral de la inflación. Una
vez más, según la OCDE: «La evidencia no ofrece indicios de señales de una
espiral de precios-salarios hasta ahora. El crecimiento nominal se ha
recuperado, pero no muestra señales claras de una aceleración significativa en
todos los países. La brecha con la inflación parece estar disminuyendo en los
últimos meses, principalmente debido a una lenta disminución de la inflación,
pero la erosión de los salarios reales aún no se ha detenido en la gran mayoría
de los países de la OCDE».
De hecho, los
aumentos de las ganancias fueron un factor mucho mayor de impulso del aumento
de la inflación. Las conclusiones del informe son claras: en primer lugar, los
salarios reales promedio (es decir, después de la inflación) han caído en todo
el mundo capitalista desarrollado en los últimos tres años; de hecho, la caída
más grande y más larga en al menos 50 años. Y en segundo lugar, el principal
contribuyente al aumento de los precios de los bienes y servicios durante este
período ha sido el aumento de los beneficios por unidad de producción, no de
los salarios, particularmente en la zona del euro. «En la zona del euro,
la contribución de los beneficios ha sido particularmente grande, lo que
representa la mayor parte del aumento de los precios nacionales en la segunda
mitad de 2022 y el primer trimestre de 2023». En cuanto a los EEUU, la
OCDE considera que: «con mercados laborales particularmente ajustados, los
salarios generalmente han contribuido a los aumentos de los precios internos
más que las ganancias en los últimos trimestres». Pero «la reciente
contribución de los márgenes de beneficio fue mucho mayor que en los años
anteriores a la crisis, pero ha disminuido en los trimestres más recientes».
Los datos de
Europa y Australia muestran que el sólido rendimiento de las ganancias en 2022
no se limitó al sector energético. En el año hasta el primer trimestre de 2023,
en Europa, las ganancias por unidad aumentaron más que los costes laborales por
unidad en la manufactura, la construcción y las finanzas, y crecieron al mismo
ritmo que el coste laboral por unidad en «alojamiento, alimentos y transporte».
Del mismo modo, las ganancias por unidad aumentaron más que los costes
laborales por unidad en varios sectores de Australia, incluyendo «alojamiento y
alimentos», manufactura, comercio y transporte.
Por lo tanto,
¿para reducir las tasas de inflación, las empresas deberían reducir los
aumentos de beneficios? Tal vez no, dice la OCDE porque «la rentabilidad
de las firmas puede quedar socavada a corto plazo por una caída en la demanda
debido al endurecimiento de la política monetaria y la erosión del poder
adquisitivo. En este contexto, es más probable que el aumento de los costes
laborales se traduzca en una reducción de la demanda de mano de obra y posibles
pérdidas de empleo. En general, si bien la evidencia sugiere que hay margen
para que los beneficios puedan absorber algunos ajustes en los salarios en
varios sectores y países, es probable que el margen de maniobra exacto varíe
según los sectores y el tipo de empresas».
En otras
palabras, tratar de reducir los aumentos de precios restringiendo los aumentos
de beneficios al tiempo que se permite que los aumentos salariales de los
trabajadores se pongan al día podría causar una crisis en la medida que los
empleadores reducen su fuerza de trabajo para detener el aumento de los costes
laborales. Eso significaría un aumento del desempleo. Porque eso es lo que
sucede en un sistema de producción impulsado por los beneficios.
Entonces, ¿cuál
es la respuesta para que haya crecimiento económico sin que la inflación se
acelere? La OCDE dice: «A largo plazo, las ganancias salariales reales
sostenidas solo se pueden garantizar a través de un crecimiento sostenido de la
productividad». Los países de la OCDE necesitan «aprovechar al máximo
las oportunidades que ofrecen los nuevos desarrollos tecnológicos, como la
Inteligencia Artificial». Hasta ahora, no hay señales de ello.
Publicado originalmente en el blog
de Michael Roberts. Traducción de G. Buster
en Sin Permiso.
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