Primer gesto –aunque leve– de un
presidente europeo para desmarcarse de la corriente principal del pensamiento
único existente –o casi– en torno a la guerra de Ucrania. Macron, en efecto, lo
ha hecho. Ya veremos si es el inicio de un cambio de tendencia.
Bajo la lupa
El Viejo Topo
17 abril, 2023
En su retorno exitoso de China, el presidente francés,
Emmanuel Macron, comentó que “el gran riesgo que enfrenta Europa es ser
atrapada en crisis que no son nuestras, que le previenen construir su autonomía
estratégica”. El rebelde Macron, atribulado en el frente doméstico por su
polémica imposición de la ley de jubilaciones, sentencia que la “autonomía
estratégica” sería amenazada si Europa “en pleno pánico (sic) cree que somos
únicamente seguidores (¡megasic!) de EEUU”, por lo que “no es de nuestro
interés acelerar una crisis sobre Taiwán”.
Desde hace 20 años detecté el horizonte luminoso de la
“multipolaridad” y la “autonomía estratégica” de Francia, más que de Europa (http://bit.ly/3Usrb7o).
En caso del rechazo de la “autonomía estratégica” ,“Europa saldría de la
historia (http://bit.ly/3KShoVd)”.
La postura de Macron contrasta con la de la presidenta
de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien acompañó al presidente galo
a China y se empecinó en defender la política secesionista de Taiwán azuzada
por EU. El pugnaz senador republicano Marco Rubio inquirió si la postura de
Macron era de Francia o de toda Europa (https://bit.ly/404vE1g),
lo cual exhibe la fractura europea que de facto significa una enorme brecha en
la OTAN cuando 80 por ciento de la ciudad de Bakhmut (Ucrania) ha sido
capturada por Rusia. ¿Macron sacrifica a Taiwán en Pekín para rescatar algo de
Ucrania?
Llama la atención que Von der Leyen se inmiscuya
temerariamente en los asuntos de China cuando no ha sabido resolver el contencioso
ucranio en Europa. Pero todavía llamó más la atención que Macron, ex
funcionario de la banca Rothschild –cuando los contestatarios franceses
ocuparon las oficinas de Black Rock, que gana jugosos dividendos con las
pensiones galas– haya exhortado a que Europa reduzca su dependencia sobre la
“extraterritorialidad (sic) del dólar”. Desde la “autonomía estratégica” de
Francia y/o Europa hasta la “extraterritorialidad del dólar”, Macron retoma los
principios soberanistas del general Charles de Gaulle y recupera la legendaria
combatividad del guerrillero galo Vercingetorix frente a las huestes del cónsul
romano Julio César. Por cierto, Pierre, nieto de De Gaulle, comentó que “si
Rusia pierde en Ucrania, el mundo pierde (http://bit.ly/3zRf7mU)”.
Las reacciones de los multimedia de la anglósfera han
sido feroces. El consejo editorial del WSJ se lamenta de las supuestas “fallas
de Macron sobre Taiwán y Ucrania”: “debilita la disuasión contra la agresión
china y socava el apoyo de EU a Europa”. Lo peor, a su juicio: “Macron se
considera el De Gaulle del siglo XXI”, que incluye “distanciar a Europa de EEUU
(http://bit.ly/3MAdDVp)”.
The Guardian, muy cercano al globalista neoliberal George Soros, atiza el
fuego: “Macron enciende el enojo al decir que Europa no debe ser “vasallo” en
el conflicto de EEUU y China”. El rotativo británico afirma que “existe alarma
a los dos lados del Atlántico” conforme “el presidente francés advierte contra
ser atraído en cualquier conflicto en Taiwán (http://bit.ly/41lJeyA)”.
Para Scott Foster, del portal Asia Times, “Macron no
tiene ningún interés en desacoplarse de China” y “coloca los negocios antes que
la política” al haber asegurado “nuevos grandes arreglos para Airbus y otras
firmas nacionales (http://bit.ly/3GCC8xE)”.
¿No habrá sido más bien la inflación, la
desdolarización, la crisis energética, la grave crisis bancaria, el declive del
G7, la crisis migratoria y la ausencia de resultados militares en Ucrania lo
que ha “desacoplado” a Francia, y a otros países europeos más “independientes”,
de las fallidas políticas de Biden? Macron extrapoló en La Haya la “autonomía
estratégica” a la “soberanía económica” en tecnología y la defensa (http://bit.ly/41jk2Zl).
Como el rey Edipo, Macron llegó a una ineludible
bifurcación, donde decidirá su permanencia en el concierto universal de países
o su sojuzgamiento a la anglósfera globalista. Remember el “¡fuck Europe!” de
la jázara Victoria Nuland…
Fuente: La Jornada.
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