Un siglo y medio de los «Sucesos de Montilla»
-Portal de Andalucía. org
21 febrero, 2023
Juan Díaz del Moral en su obra Historia de las agitaciones campesinas
andaluzas recoge los “Sucesos de Montilla”.
Una ciudad de la Campiña cordobesa conocida por sus generosos vinos, dominada y
controlada por la oligarquía rica y monárquica de aquella época. Estos
terratenientes disponían de un grupo organizado de hombres, denominados “La
Partida de la Porra”, para el control de sus propios intereses. Esta banda se
dedicaba a impartir su “particular justicia” similar a una fuerza paramilitar.
Su peculiar castigo consistía en dar cuarenta garrotazos al que infringiese
alguna norma impuesta por las familias adineradas de la localidad. Llegaron al
extremo de apalear a un niño por llevar una carga de aceitunas sin la licencia
correspondiente, se ensañaron con él de tal manera que falleció a los pocos
días. Otro singular caso fue el de una mujer cuyos gritos desconsolados se
escucharon en la lejanía para impedir el apaleamiento. Llegarían a asaltar
continuamente el casino republicano, sacando a personas por la fuerza para
ajusticiarlos con el consentimiento de las autoridades locales.
Cuando abdicó Amadeo de Saboya el 11 de
febrero de 1873, proclamándose la Primera República, la noticia llegó a
Montilla al día siguiente causando un gran revuelo. Los republicanos intentaron
organizar una Junta Local para la administración del municipio, pero las masas
populares agredidas por la fuerza bruta de la “Partida de la Porra” no
aceptaron ningún tipo de autoridad, tomándose la justicia por su mano.
Publicaron un bando en el que se recogía que todas las armas de la ciudad se
depositasen en el Ayuntamiento, además de cercar las entradas y salidas del
pueblo. A las pocas horas hicieron un recorrido por las casas de los ricos y de
los representantes políticos, sustrayendo previamente petróleo de los comercios
con la intención de provocar incendios. Asaltaron la casa del alcalde y la del
Administrador del Impuesto de Consumos causando varios muertos durante el
tumulto, entre ellos el terrateniente más rico de la localidad, Francisco
Solano Rioboó, y prendieron fuego al Registro de la Propiedad. Todos estos sucesos
fueron narrados y presenciados por Rafael Requena Salas en su obra Diario de mi vida pública.
La guardia civil se acuartelaría al no
tener efectivos suficientes, y por temor a las represalias al no haber
intervenido contra los abusos de la “Partida de la Porra”. Esperarían al
ejército que llegase desde Córdoba para sofocar la rebelión. Tras aquellos
acontecimientos, fueron detenidos obreros y sindicalistas montillanos, lo que
provocó que algunas personas contactaran con la Primera Internacional para su
defensa, aunque según el transcurso de los hechos no da pie a pensar que
estuviesen organizados. El motín o sucesos de Montilla parece ser más causa de
la indignación del pueblo ante los abusos de poder que de un planteamiento
ideológico socialista, que reivindicase una serie de derechos. Posiblemente la
única excepción fuese la quema del Registro de la Propiedad como sucedió en el
pueblo sevillano del Arahal en 1857, acto simbólico que implicaba un borrón y
cuenta nueva para el reparto de la propiedad.
Algunos detenidos fueron a presidio
hasta la celebración del juicio, que tuvo lugar en 1888. Mientras buscaban
apoyo en la sección española de la Primera Internacional el partido republicano
se desentendió de ellos. Algunos acusados fueron proclamados inocentes por el
tribunal.
Estos sucesos demostraron el hartazgo
considerable que había padecido la población empobrecida, maltratada por el
poder de una oligarquía terrateniente que abusaba del pueblo humilde e
indefenso, considerándolo esclavo sin ningún tipo de derechos.
Estos tumultos tuvieron su reflejo en
otros pueblos de la Campiña cordobesa como Aguilar de la Frontera, donde
también hubo desórdenes y levantamientos durante esa semana de febrero de
1873. Un reguero de acontecimientos se sucedería por toda Andalucía dando
lugar a un proceso revolucionario que terminaría con la proclamación de los
Cantones Independientes meses más tarde.
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