¿Qué pasa en la
central de Zaporiyia?: 1.200 toneladas de combustible nuclear que tienen al
mundo en vilo
Publicado
el 11 de agosto de 2022 / Por
La
central nuclear de Zaporiyia tiene a la comunidad internacional en vilo.
Actualmente está ocupada por los rusos, pero recibe ataques de las tropas
ucranianas. Este viernes la planta recibió
varios ataques, de los que rusos y ucranianos se culpan mutuamente de
poner en riesgo la seguridad de las instalaciones. Desde el comienzo de la
guerra, preocupaba que las hostilidades causasen una accidente. El temor a una
nueva catástrofe nuclear en Ucrania ha vuelto tras los recientes ataques a la
zona.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski,
arremetió contra Rusia al insistir en que “los ocupantes crearon otra situación
extremadamente peligrosa para toda Europa”. El secretario general de la ONU,
Antonio Guterres, ha advertido que cualquier
ataque a una planta nuclear es “una misión suicida”. Entre las
acusaciones cruzadas desde ambos lados, los ucranianos denuncian un “chantaje”
ruso por comprometer la central, mientras que desde Rusia piden presionar a
Kiev para que detengan los ataques contra Zaporiyia.
La central nuclear más grande de su tipo en Europa
La central nuclear de Zaporiyia es la más
grande de su tipo en Europa. Está controlada
por Rusia desde los primeros días de la guerra en Ucrania, aunque sigue
controlada por técnicos ucranianos. El ministro de Defensa ruso, Serguéi
Shoigú, aseguró que funcionaba con normalidad el pasado 7 de junio.
La planta está dotada de seis reactores tipo
WWER-1000 y una potencia total de 6000 MW, lo que la convierte en la principal
proveedora de electricidad de Ucrania con una
generación de entre 40.000 y 42.000 millones de kWh de electricidad.
Representa una quinta parte de la producción anual del país y la mitad de toda
la producción entre las cuatro centrales nucleares ucranianas.
Actualmente, la planta contiene unas 1.200 toneladas de combustible
radiactivo, cuya manipulación podría ocasionar un desastre que afectaría a
los ucranianos y a la propia Rusia.
Para comprender las dimensiones de lo que
podría suponer un desastre nuclear de estas características, el jefe de la
Administración Militar Regional de Zaporiyia, Oleksandr Starukh, comparó la
central con una bomba: “Si ocurre un incidente nuclear, no solo el sur de
Ucrania, sino también Crimea (ocupada por los rusos) y Rusia se verán
afectados. Una bomba nuclear contiene
nueve kilogramos de uranio o plutonio, y nuestra planta tiene 1.200 toneladas.
La contaminación puede ser bastante alta, pero… es la ruleta rusa”, señaló
Starukh.
La instalación está situada en la zona
esteparia de Ucrania, a orillas del embalse de Kakhovka. Su construcción
comenzó en 1981 y se prolongó en varias etapas hasta 1995. En el año 2000 fue reconocida como una de las tres mejores del
mundo por cumplir plenamente con los requisitos del Organismo
Internacional para la Energía Atómica (OIEA). Fue también pionera en la
instalación en seco de combustible gastado in situ, además de contar con 80
contenedores (aunque podría albergar hasta 380) para almacenar los elementos
combustibles irradiados durante toda su vida útil.
Rusia mantiene informado al OIEA y refuerza su
defensa antiaérea sobre la central
Desde su ocupación de la zona, los rusos mantienen informados al OIEA sobre
la situación de la central. “Regularmente enviamos al OIEA información
actualizada in situ, que se ve reflejada en las circulares informativas del
Organismo, que desvelan de modo claro las acciones criminales de las Fuerzas
Armadas ucranianas, cuya comandancia perdió definitivamente la capacidad de
pensar racionalmente”, afirmaba la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso,
María Zajárova.
Las autoridades rusas que han sido impuestas
en la región de Zaporiyia aseguraron que reforzarán
la defensa antiaérea para evitar que la planta sea atacada. “Las
medidas de defensa antiaérea serán reforzadas”, declaraba el dirigente prorruso
de Zaporiyia, Yevgueni Balitski, en unas declaraciones a la televisión pública
rusa.
Balitski ha confirmado que la
planta funciona con “normalidad” tras ser reparadas las líneas
eléctricas y naves industriales dañadas el pasado 5 de agosto en un ataque que
los rusos atribuyeron a las fuerzas de Kiev.
El director general del OIEA, el argentino
Rafael Grossi, se mostró muy preocupado por el bombardeo del viernes en la
mayor planta atómica de Europa y alertó de que se
está “jugando con fuego” y existe el riesgo de un “desastre nuclear”.
“Estoy extremadamente preocupado por el
bombardeo de ayer en la planta de energía nuclear más grande de Europa, que
subraya el riesgo muy real de un desastre nuclear que podría
amenazar la salud pública y el medio ambiente en Ucrania y más allá“,
advertía Grossi.
Ucrania y Rusia se
acusan mutuamente de comprometer la central. Mientras que los rusos
atribuyen los daños en la planta a un ataque ucraniano, del otro lado
acusan a Rusia de atacar la planta nuclear y crear una situación
“extremadamente peligrosa para toda Europa”. Además, Kiev ha solicitado una misión internacional de expertos,
encabezada por la agencia nuclear de la ONU y antes de finales de agosto, para
que evalúen el estado de la planta.
Imagen: “nuclear plant” by Talking Hæk is licensed under CC BY-NC 2.0.
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