Aún resta una semana de negociaciones climáticas
Mucho ruido y pocas nueces en
el final de la primera semana de la COP26
Pilar Assefh / Periodistas por el Planeta
Rebelion
08/11/2021
Fuentes: Ojo
al clima [Imagen: Miles de personas marcharon por las calles de Glasgow, en
Escocia, para abogar por mayor acción climática. En esta ciudad se está
desarrollando la COP26. (Créditos: 350.org)]
Jóvenes,
pueblos indígenas, sindicatos, organizaciones de la sociedad civil y más,
muchos más, están marchando este sábado por las calles de Glasgow, en Escocia,
al cierre de la primera semana de la Conferencia
de Naciones Unidas sobre cambio Climático o COP26.
“No es un
secreto que la COP26 es un fracaso. Debería ser obvio que no podemos
resolver la crisis con los mismos métodos que nos metieron en ella en primer
lugar”, dijo la activista juvenil Greta Thunberg ayer, luego de una marcha
organizada por Fridays For Future en esta ciudad. Frente a unas 25.000
personas, la joven activista acusó: “La COP se ha convertido en un evento de
relaciones públicas, en el que los líderes pronuncian discursos bonitos, y
anuncian compromisos y objetivos extravagantes, mientras que detrás de las
cortinas los gobiernos de los países del Norte Global siguen negándose a tomar
ninguna medida drástica sobre el clima”.
Sus palabras
resuenan en los pasillos de una COP que, efectivamente, esta semana fue
escenario de grandes anuncios y promesas por parte de los Jefes de Estado de
muchos países. Entre ellos, los Estados Unidos, India y el anfitrión, el Reino
Unido, y, del lado de América Latina están Argentina, Colombia y Costa Rica,
entre otros. La ausente presencia de los presidentes de China, Rusia y
Brasil, tres de los grandes contaminadores e impulsores de la crisis climática
a nivel global, no pasó desapercibida, al punto que el propio Joe
Biden, mandatario estadounidense, apuntó que fue “un gran error” de su parte no
ir.
Tal fue el nivel de anuncios que se presentaron en los primeros días de esta Cumbre del Clima, que, opinan algunos observadores, existe el riesgo de que se pierda de vista cuán efectiva o no está siendo esta reunión para resolver los temas que están en la agenda de los negociadores. En estas palabras lo expresó Mohamed Adow, director del think tank sobre energía y clima Power Shift Africa: “La COP26 corre el riesgo de ahogar a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en un bombardeo de anuncios. Estos pueden generar titulares, pero evaluar su verdadero valor es enormemente difícil, especialmente en la velocidad de una reunión de la COP. Son un caramelo para la vista, pero el subidón de azúcar que proporcionan son calorías vacías”.
Marcha por el
clima del 5 de noviembre del 2021 en el marco de la COP26.(Créditos: 350.org)
Lo que sí
Entre las promesas que
se hicieron en estos días, se destacan el Acuerdo sobre
los Bosques y el Uso de la Tierra que se propone frenar la
deforestación a nivel planetario para 2030; y el Compromiso
Mundial sobre el Metano, que busca reducir las emisiones globales de
este gas de efecto invernadero (el segundo
más preocupante después del dióxido de carbono) en al menos un
30% para 2030, versus 2020, lo que —calculan los científicos— podría eliminar
0,2°C de calentamiento para 2050.
Quizás aún más contundente, por las repercusiones económicas que plantea,
es el acuerdo
sellado por 190 países, regiones y organizaciones para eliminar
progresivamente la energía a carbón, no construir nuevas centrales eléctricas
alimentadas por este combustible fósil y cerrar las existentes. Importante
aquí: entre los firmantes se incluyen países con una significativa capacidad
energética a carbón, como Canadá, Chile, Alemania, Italia, España y Vietnam.
“Estos países
quieren eliminar el carbón. La lista también incluye a los financieros, lo que
subraya que el dinero inteligente está en la energía limpia, no en el carbón”,
afirma Dave Jones, Global Lead del think tank Ember. “Hasta ahora, la historia del
carbón desde París se ha centrado en cómo detener la construcción de nuevas
centrales eléctricas. Este anuncio mueve los postes de la ambición de ‘no al
carbón nuevo’ a ‘eliminar el carbón’ por completo.”
A ello se suma que, pocas horas después, más de 20 países —entre ellos, el Reino Unido, los Estados Unidos, Canadá e Italia— definieron frenar el financiamiento público internacional a los combustibles fósiles en 2022, para dar prioridad a las energías limpias. ¿El impacto de esta decisión? Dependiendo de la lista final de firmantes (se publicarán los próximos días), el desplazamiento directo de al menos US$18.000 millones al año de los fósiles a las renovables, algo que puede darle a las transiciones energéticas hacia economías descarbonizadas el impulso que necesita.
La ciudad de
Glasgow, en Escocia, se llenó de Pikakus que abogaban para que Japón le ponga
fin al financiamiento del carbón. (Créditos: 350.org)
Financiamiento: ¿el dinero está o no está?
Ahora bien,
resta ver cómo todos estos anuncios y promesas se traducirán en acciones. De
momento, no parecen estar ayudando a destrabar los puntos contenciosos de la
negociación que deberían definirse antes de que esta COP termine. Pasados los
discursos de los Jefes de Estado, comenzó el trabajo fino. Esto es, la tarea
técnica de ir limpiando los textos y buscando compromisos para avanzar con los
temas más complicados de la agenda.
Entre ellos se
incluye el financiamiento. En
2009, en la COP15 de Copenhague (Dinamarca), los países desarrollados se
comprometieron a aportar US$100.000
millones anuales entre 2020 y 2025 para ayudar a los países en
desarrollo y más vulnerables en sus estrategias de mitigación y adaptación al
cambio climático. En ese mismo marco, también acordaron trazar un plan para
elevar la vara a partir de
2025. Pero, el dinero no está. Se estima que se movilizaron
casi US$80.000
millones en 2019. Y los países desarrollados no están
pudiendo demostrar que honrarán el compromiso en 2021, ni cómo
lo cumplirán en los próximos años.
Poco es lo que
se avanzó sobre este tema en los primeros días de esta cumbre y los presidentes
se fueron sin haber hecho anuncios rimbombantes de cuánto aportarán al Fondo
Verde del Clima. Sigue sin haber un plan claro de cómo se honrará este
compromiso, que por muchos es visto como un prerrequisito
para el éxito de esta COP26 y algo crucial no sólo para
aumentar la ambición climática global, sino también para construir confianza
entre los países. Lo dijo Sonam
P Wangdi, presidente del grupo LCD (los países menos desarrollados), antes de
que empezara la COP: “En Glasgow, comenzaremos a negociar un nuevo objetivo
financiero colectivo, que debemos acordar antes de 2025. Pero, ¿cómo pueden
los países desarrollados fomentar nuestra confianza antes de estas
conversaciones cruciales cuando sus actuales promesas de financiación siguen
sin cumplirse? No habrá acuerdo en la COP26 sin un acuerdo financiero”.
“Los US$100.000 millones que se prometieron a los países en desarrollo para
apoyar la adaptación y la mitigación no se han proporcionado y aquí estamos, 12
años después, esperando que la financiación se materialice. Será necesario que
la Presidencia británica haga un gran esfuerzo si queremos salir de Glasgow con
algún acuerdo real, aparte de la serie de declaraciones que dan bombo y
platillo, pero que se quedan en nada”, señala Adow. Y agrega: “Tienen que dar
garantías a los países vulnerables de que la financiación va a llegar; aumentar
la parte de la financiación de la adaptación para dar apoyo a los países pobres
que sufren los impactos del cambio climático; y para esas cuestiones tan
olvidadas de Pérdidas y Daños tenemos que movilizar alguna financiación, seria
para poder dar apoyo a las comunidades”.
Artículo 6: ¿reglas claras o green washing?
Otro de los puntos difíciles de la agenda de esta COP26 es el Artículo 6,
el único del Acuerdo de París que queda por
reglamentar (ya son varias las cumbres que han ido y venido sin
poder dar punto final a esta discusión). Se trata de los mecanismos de
cooperación internacional, de mercado y no mercado, para que los
países puedan comercializar reducciones de emisiones de carbono y fortalecer
sus metas climáticas.
¿Por qué cuesta
tanto resolverlo? Desacuerdos sobre distintos temas
técnicos están en el camino, con posiciones que —parecen—
irreconciliables entre los países. Entre ellos, cómo evitar la doble
contabilidad de las emisiones (esto es, uno reduce sus emisiones, pero las
vende, entonces, ¿en qué inventario se incluye esa reducción?), si se
transferirán o no al nuevo esquema créditos previos que surgen del Protocolo de Kioto, y si
se debe asignar un porcentaje de los ingresos para financiar la adaptación a
las medidas climáticas.
Al cerrar la
COP25 (en Madrid, España, en diciembre de 2019), había tres textos de trabajo y
no mucha idea de cómo continuar. Las reuniones previas a esta COP26, no mostraron
muchos avances en la materia. En esta primera semana, sin
embargo, algo lentamente comenzó a gestarse y los tres textos se consolidaron
en uno. Todavía no está claro si se llegará al final de esta reunión con un
Artículo 6 consensuado, pero lo que sí que es mucho lo que está en
juego: la creación de un reglamento sólido es esencial, ya que sus normas
influirán en la gobernanza de
los mercados internacionales de carbono. Esto es, podría destrabar
financiamientos adicionales y reducir los
costos de bajar las emisiones.
En cambio, normas más débiles podrían darles buenas excusas a los países para no reducir sus emisiones. Algunos observadores incluso creen que esto podría socavar la solidaridad entre los países o peor aún, menoscabar el Acuerdo de París. Por este motivo, afirman desde el think tank londinense Chatham House, llegar a un mal acuerdo “podría ser peor que no llegar a ningún acuerdo”.
El recinto donde se realiza la COP26 cuenta con una sola entrada para 10.000 personas. Además, los asistentes deben pasar por controles de seguridad y sanitarios. La fila para entrar alcanza las dos horas. (Créditos: Pilar Assefh / PxP)
Lo que no
Más allá de los
anuncios y los progresos (o falta de…) en las negociaciones, lo que
está en boca de todos en los pasillos de esta COP —que había sido anunciada por
el Gobierno británico como “la más inclusiva de la historia”— son los problemas
para el acceso y la participación.
Para entrar al centro de convenciones deben hacerse colas (en las que la
distancia social escasea y el uso de tapabocas no es reforzado) de hasta dos
horas. Hay una única entrada y unas 10.000 personas deben
atravesarla cada día. Las cuentas no cierran. Sumado a ello, la
Presidencia de la COP26, ejercida por Reino Unido, limitó el número de
observadores (la sociedad civil) que puede estar presente en las salas de
negociación, un elemento fundacional de estas conversaciones y clave para
garantizar la transparencia de los procesos.
Esta fue la
razón por la que, el lunes pasado, la coalición de ONGs Climate Action Network
Internacional (CAN) le otorgó el tradicional premio “Fósil del
Día” a la Presidencia de esta COP y a la CMNUCC.
“El espíritu de
inclusión ha puesto de manifiesto lo que mejor saben hacer los británicos, el
arte de hacer cola, durante horas en algunos casos. Las personas que
han invertido tiempo y recursos para viajar a Glasgow han esperado
pacientemente sólo para descubrir que ‘no hay sitio en la posada’ para la
sociedad civil y se les ha dicho que ‘se unan a los eventos de forma online’,
para luego descubrir que estaban desconectados. Podríamos habernos quedado
en casa, aunque nos habríamos perdido el clima”, dijo la organización en
un comunicado.
“La sociedad civil debe ser tratada como un socio con igualdad de acceso:
todos tenemos el mismo objetivo de evitar el colapso climático. Tienes dos
semanas para dirigir un proceso de negociación exitoso y cultivar un entorno de
negociación productivo en un momento de importancia crítica. Están avisados:
¡estamos observando y no vamos a hacer cola!”.
Este artículo es parte de COMUNIDAD PLANETA, un proyecto periodístico
liderado por Periodistas por el Planeta (PxP) en América Latina, del que Ojo al
Clima forma parte. Licencia Creative Commons con mención del autor/es.
Fuente: https://ojoalclima.com/mucho-ruido-y-pocas-nueces-en-el-final-de-la-primera-semana-de-la-cop26/
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