Los nutrientes agrícolas
podrían ser la causa de la muerte del Mar Menor
17/09/2021
Rebelion | España
Fuentes: Nova Ciencia
[Imagen: Peces muertos en el Mar Menor. Foto: SOS Mar Menor]
La entrada de
nitrógeno y fósforo de la agricultura intensiva y otras actividades humanas en
el entorno de la albufera provocaron un afloramiento masivo de fitoplancton
iniciado en torno a la rambla del Albujón.
El informe del
Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) ‒organismo dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación‒, elaborado a solicitud del Ministerio para la
Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) a raíz del último episodio
de mortandad masiva de especies acuáticas en el Mar Menor, señala a la
incesante entrada de fertilizantes a la laguna procedentes de la agricultura
intensiva y otras actividades humanas en el entorno ribereño como causa
principal del mismo.
El estudio, que
actualiza el exhaustivo informe previo realizado por el IEO en julio de 2020,
corrobora el papel determinante del aporte de nutrientes y materia orgánica
como motor de eutrofización de la albufera. El exceso de fitoplancton
ocasionado por esta dinámica ha limitado la entrada de luz y afectado tanto a
la fotosíntesis como a la disponibilidad de oxígeno disuelto hasta niveles
próximos a la hipoxia.
Los autores
señalan que el evento extremo de este verano -uno más desde la ‘sopa verde’ de
2016- muestra que el ecosistema lagunar ha perdido su capacidad de
autorregulación. No obstante, ven factible su recuperación siempre que se ataje
el problema de los vertidos y se preserven características esenciales como la
salinidad, que se vería afectada por la apertura de golas o canales de
comunicación con el Mediterráneo.
Eutrofización del agua del Mar Menor
El informe ‘Nuevo evento de
mortalidad masiva de organismos marinos en el Mar Menor: contexto y factores’ lo
firman seis autores del IEO y se basa en los datos obtenidos en el programa de
monitorización de la laguna que mantiene el instituto y en resultados de
diversos proyectos de investigación. El análisis aporta evidencias de que este
evento de mortalidad está ligado estrechamente con el proceso de eutrofización
responsable de la degradación de la laguna salada.
La proliferación de fitoplancton registrada en la albufera tuvo lugar a principios del verano en las inmediaciones de la rambla del Albujón -señala el estudio-, importante punto de entrada de aguas altamente contaminadas por fertilizantes y otros compuestos. El bloom -afloramiento- continuó creciendo durante los meses de julio y agosto, y se extendió por la zona centro y sur de la laguna, donde la renovación del agua es menor, provocando turbidez extrema y reducción severa de la luz disponible para la fotosíntesis “hasta niveles totalmente críticos para la supervivencia de la vegetación del fondo”. Si la situación persiste, advierten los científicos, la vegetación bentónica podría morir y agravar la crisis ambiental. Ponen como ejemplo la zona sur de la laguna, donde la pradera de alga Caulerpa prolifera ha desaparecido casi por completo por falta de luz.
Algas en el Mar Menor. Foto: SOS Mar Menor.
Pérdida de oxígeno el agua del Mar Menor
Del mismo modo,
el exceso de fitoplancton ha introducido en el sistema grandes cantidades de
materia orgánica cuya descomposición explica la merma de oxígeno disuelto en el
agua a lo largo del mes de agosto hasta niveles próximos a la hipoxia. Los
valores alcanzados, aunque no tan bajos como en el episodio de anoxia de 2019,
son inferiores a los registrados históricamente en el Mar Menor y a lo
considerado estresante o incluso letal para muchas especies marinas.
Aunque las
observaciones efectuadas a principios de septiembre sugieren una mejora en la
oxigenación de la laguna, puede tratarse de algo transitorio debido al cambio
de régimen local de vientos, señalan los autores. La saturación de materia
orgánica y la turbidez persisten, incluso extendidas a la zona norte, por lo
que el riesgo de nuevos cuadros de hipoxia y anoxia subsiste también.
Entre sus
conclusiones, el estudio del IEO no ha encontrado evidencia alguna de que la
temperatura estival haya sido el factor desencadenante de este nuevo episodio
de mortalidad de organismos marinos. De hecho, en lo que va de 2021 la
temperatura de la albufera ha sido inferior a la media de años anteriores.
Anular vertidos en origen
El informe
recuerda el profundo deterioro que ha experimentado el ecosistema del Mar Menor
a partir de 2016, y las graves presiones ambientales que sufre, derivadas no
solo de los vertidos de la agricultura intensiva en el área del Campo de
Cartagena, sino también de la llegada de contaminantes químicos-mineros, de
obras y desarrollos urbanísticos en esta zona del litoral murciano.
No obstante,
los investigadores consideran que la recuperación, aunque compleja, sería
factible si se cortara la entrada de nutrientes a la laguna a través de
vertidos, como se ha comprobado en otros ecosistemas costeros sometidos a
agresiones similares en diferentes partes del mundo.
Igualmente,
consideran crucial no seguir alterando las condiciones ambientales clave que
determinan la resiliencia del ecosistema lagunar y sus propiedades
ecosistémicas básicas, como la salinidad, de la que depende en gran medida su
funcionamiento biológico y la singularidad de su biodiversidad.
En este
sentido, recuerdan que la salinidad media de la laguna va en aumento desde el
verano de 2020 y, de seguir así, podría recuperar sus valores normales en
verano de 2022. Siempre -señalan los investigadores del IEO- que no sucedan
lluvias torrenciales u otros fenómenos climatológicos extremos, ni
intervenciones humanas como “apertura de canales de comunicación con el
Mediterráneo o golas”.
Los últimos
sucesos ocurridos en el Mar Menor y la confusión sobre sus causas reflejan
también las deficiencias de los actuales sistemas de monitorización de la
laguna. Éstos deben ser mejorados y actualizados para detectar este tipo de
eventos y su origen de forma inequívoca, fiable y transparente, concluyen.
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