Espionaje, contraespionaje, contraguerrilla y manipulación social para
instaurar el Reino de Cristo en la Tierra
DIARIO OCTUBRE
/agosto 8, 2021
Copias de correos electrónicos contenidos en los más de 17.000 archivos de la organización fascista española Hazte Oír –revelados por WikiLeaks– dan cuenta del testimonio del filósofo y exyunquista López Luengos, en el que describe el método de espionaje-contraespionaje, ocultación y control de El Yunque. En España, la asociación secreta de origen mexicano basa su estructura orgánica en células independientes; sus miembros usan seudónimos y espían a sacerdotes, obispos y movimientos, a los cuales infiltran; usan los métodos del “choque de carneros”, el conflicto, la polarización, la “contraguerrilla” y las amenazas. Su objetivo: alcanzar el poder político para “instaurar el Reino de Cristo en la Tierra.
Los más de
17.000 archivos que WikiLeaks reveló de la fascista Hazte Oír contienen copias
de correos electrónicos relacionados con la asociación secreta de origen
mexicano El Yunque. Entre éstos destaca un correo escrito por el filósofo y
exyunquista Fernando López Luengos, dirigido, entre otros, al reaccionario
Ignacio Arsuaga, presidente de la organización española, donde da cuenta del
actuar de los yunquistas para alcanzar el poder político y con éste “instaurar
el Reino de Cristo en la tierra”.
En éste se
adjunta un archivo pdf con su testimonio, que posteriormente fue avalado por el
Ministerio Fiscal en el procedimiento ordinario 285/2012 interpuesto en el
Juzgado de Primera Instancia número 45 de Madrid, y por el cual se solicitaba a
la justicia española que Hazte Oír fuera disuelta porque formaba parte de El
Yunque. En éste, López Luengos describía el método de espionaje y
contraespionaje, ocultación y control que emplea El Yunque en España.
La asociación
secreta de origen mexicano, aseguraba el filósofo y exintegrante de la misma,
basa su estructura orgánica en células independientes similares a las de los
servicios de inteligencia convencionales: “cada célula desconoce la existencia
y composición de otras células. Sus miembros tienen prohibido saludarse en
público y actúan como si no se conociesen (salvo que hubiera entre ellos alguna
relación natural anterior). En sus reuniones deben guardar severas medidas de
seguridad: tienen que aparcar su vehículo a dos manzanas del lugar, sólo pueden
entrar en grupos de dos o tres personas, deben quitar las baterías a sus
[teléfonos] móviles, deben inspeccionar las ventanas del recinto y examinar
posibles cámaras ocultas, etcétera”.
Todos los
integrantes del Yunque actúan bajo seudónimos y, por juramento, están obligados
a guardar el más riguroso secreto sobre la organización, sobre sus estrategias
y sus miembros. “Para ello, desde sus inicios trabajan en pre-organizaciones
secretas –que no son propiamente El Yunque aunque están dirigidas por el
mismo–, son entrenados en técnicas de engaño utilizando mentiras planificadas y
sistemáticas, que incluyen la ocultación de toda información a los propios
padres, incluso en el caso de adolescentes menores de edad”.
El testimonio
del filósofo y exyunquista habla del uso sistemático de un “sistema de
inteligencia interior”, que opera a través de dos áreas establecidas a las que
El Yunque denomina secretarías de Información y de Higiene. Éstas se encargan
del control informativo, pues entre otras cosas bloquean cualquier información
no autorizada entre los miembros dependiendo de su rango (“los miembros
inferiores ignoran muchos datos esenciales y obedecen ciegamente”), además de
detectar a delatores. Los integrantes tienen prohibido investigar al Yunque y
deben conformarse con los datos que les sean revelados para desempeñar las
misiones que les encomiendan.
En forma
particular, la Secretaría de Higiene es la que establece las normas de
seguridad generales y ordena quién es el encargado de este tema en cada reunión
del grupo, así como de generar las instrucciones específicas que deben cumplir
los miembros.
Por su parte,
la Secretaría de Información opera en dos frentes: el externo y el interno. En
el primero se incluye la “recogida sistemática de información de gente ajena a
la organización. Para ello, desde los primeros años de pertenencia a la
organización se acostumbran a hacer semanalmente informes sobre cualquier
persona o entidad que pueda ser de algún modo útil a la organización. Estos
informes son recogidos y clasificados en un centro de control (Secretaría de
Información). […] Este sistema de espionaje, fiel a su criterio de
primordialidad sobre cualquier realidad familiar o social, ha incluido en
algunos casos [de menores de edad cooptados] la realización de informes sobre
los propios padres. E igualmente afecta a todo tipo de realidad eclesial:
sacerdotes, obispos o responsables de movimientos son espiados. Y sus
movimientos, cuando son de algún interés para la organización, son registrados
en informes que se envían puntualmente. En algunos casos se hace un seguimiento
exhaustivo”.
Aunado a ello,
miembros del grupo político Yunque se infiltran en órganos directivos de
asociaciones y organizaciones “que luchan por la vida, por la familia o por la
libertad de educación”, movimientos eclesiales, en distintos medios de
comunicación y en grupos políticos, y “lo han intentado en diversos movimientos
y en plataformas dirigidas por laicos cristianos, para desde ahí influir en la
sociedad”. A través del secretismo también se infiltran entre gente de la
Iglesia.
“Durante años,
los miembros del Yunque en España han trabajado utilizando la energía de la
gente que trabajaba con ellos sin que éstos supieran su pertenencia a la
organización ‘reservada’ e ignorando sus segundas intenciones”, señalaba el
exyunquista y reconocido ultraconservador.
Del testimonio
de López Luengos se desprende que en el ámbito interno también se dan labores
de espionaje y de contraespionaje, al usar a “miembros fieles que fingen
descontento para ganarse la confianza de los desencantados o de los posibles
desertores para neutralizar su influjo o sus planes. Es un delicado sistema de
espionaje y contraespionaje interior que afecta también a personas externas de
las que se sospecha pueden llevar a cabo acciones contra el secreto de la
organización”.
Respecto del
espionaje, apunta que “han engañado durante años a personas cuya confianza
conquistaron, para obtener información privilegiada para los fines de su
organización (para lograr el control y poder y para promocionar a la propia
organización)”.
El testimonio
de López Luengos, que se basa no sólo en su experiencia sino en las de otras 30
personas que fueron cooptadas por El Yunque o tuvieron relación con sus
miembros, apuntaba que cuando queda al descubierto un integrante o una
actividad de la organización, “utilizan también los medios de ‘contraguerrilla’
convencionales, que incluyen el descrédito del delator y también las amenazas”.
Agregaba que
“cuando algunas personas que les descubrieron han querido advertir a otros para
que no sufrieran la misma decepción y para evitar que fueran manipulados y
utilizados, los miembros del Yunque, lejos de aceptar este hecho, han actuado
enérgicamente para mantener el secreto quebrantando violentamente la caridad
cristiana: han difamado cruelmente a los que los descubrieron, han provocado a
veces por acción y otras veces por omisión, su linchamiento tratándoles de
enemigos del movimiento objetor o de la causa provida y difamándoles
públicamente e incluso en medios de comunicación. También han recurrido a
amenazas legales cuando han temido que alguien publicara sus acciones en
internet”.
En contextos
que consideran adversos o en los cuales puede quedar al descubierto su actuar,
los yunquistas y filo-yunques “habitualmente aplican como método el ‘choque de
carnero’, el conflicto y la polarización”. En estos escenarios, apuntaba que
los cristianos de diversos movimientos y realidades eclesiales “ingenuamente no
aciertan a creer que un cristiano comprometido sea capaz de utilizar la confianza
y amistad para espiar, infiltrarse e intentar dominar cualquier realidad social
y religiosa”.
Por todo ello,
el filósofo López Luengos consideraba que “el error –grave error– [de El
Yunque] radica en pretender hacer una lectura del Evangelio desde los
presupuestos de un grupo político que actúa en secreto buscando una eficacia
elevada por medio de sus estrategias de control de poder y de ocultación, hasta
el punto de adoptar de manera sistemática el método del tradicional servicio de
inteligencia tan determinante durante los años de la Guerra Fría”.
—https://contralinea.com.mx/el-yunque-sus-metodos-de-espionaje-contraespionaje-contraguerrilla-y-manipulacion-social/
VÍA:mpr21.info
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