Librepensadoras Andaluzas
«Una
Exposición»
kaosenlared
9 Ene, 2021
Si el Librepensamiento es un movimiento ideológico del periodo de finales del siglo XIX y principios del XX increíblemente desconocido, no digamos si nos tenemos que referir a las mujeres que abanderaron y militaron en dicho movimiento. Fueron verdaderas pioneras invisibles y figuras casi heroicas en un mundo tan masculinizado donde el papel de la mujer estaba ya predestinado desde el nacimiento: ocuparse del marido y de la prole, teniendo como único universo el hogar y la iglesia. ¿Mujeres que, a pesar de todo y por encima de todo, pensaban, escribían, se cuestionaban el rol que les habían asignado, estudiaban, se organizaban, y luchaban? Esas fueron las LIBREPENSADORAS, pioneras del feminismo y del sufragismo, y es de destacar que la mayoría de esas mujeres nacieron y se formaron en Andalucía, aunque la decadencia y el oscurantismo que sobrevino tras la crisis del 98, y que se hizo más patente en las pequeñas ciudades andaluzas, hizo que emigraran a las grandes urbes donde se respiraba más libertad en aquellos momentos: especialmente Barcelona y Valencia.
Esta exposición que ya ha visto la luz es una inmersión en este mundo
apasionante de las primeras mujeres que se rebelaron, que reivindicaron su
propio yo, que se hermanaron para ser más fuertes, y que lucharon por su
libertad y su derecho a la igualdad, viéndola como parte inseparable de la
lucha por una nueva Sociedad y una mejor Humanidad.
LIBREPENSAMIENTO
Nacido en Francia al calor de la Revolución Francesa (1789) y de los Enciclopedistas franceses Diderot y D’Alembert, el librepensamiento puede considerarse una corriente filosófica hija de la Ilustración y del Racionalismo. El filósofo Voltaire hizo, además, de este concepto uno de los ejes de su pensamiento y de su literatura [1].
En España aparecerá este movimiento tras la Revolución «Gloriosa» de septiembre
de 1868, momento a partir del cual se comenzará a hablar del librepensamiento
como uno de los derechos que la nueva Constitución debía garantizar, junto a
los de reunión y asociación [2]. Con esta acepción se mencionaba en la prensa
de estas décadas finales del siglo XIX, es decir, como sinónimo de libertad de
imprenta o libertad de expresión: libre pensamiento y prensa libre eran dos
objetivos primordiales que se querían conseguir.
En febrero de 1869 ya estaba recién constituida la Asociación Librepensadora de
Madrid y tenía su local provisional en el diario La Igualdad, animando desde aquí a los librepensadores «de
provincias» a interesarse por el proyecto. Además, en este año de 1869 se
publicaba en Gracia (Barcelona) la revista El Librepensador, y en Madrid apareció La Libertad de Pensamiento, órgano de la Gran Asociación Española de
Librepensadores [3].
El primer congreso o reunión internacional de librepensadores tuvo lugar el 8
de diciembre de 1869 en Nápoles, coincidiendo, y como contrapartida, con la
apertura del Concilio Ecuménico que el papa Pio IX convocó por vez primera en
la Ciudad del Vaticano (I Concilio Vaticano). Este Concilio, que condenaría el
Racionalismo, el Naturalismo y el Modernismo, se retrasó unas semanas por la
entrada de Garibaldi en Roma en el mes de septiembre. El propio general
Giuseppe Garibaldi envió una carta de adhesión y apoyo al Congreso
Librepensador. Hay constancia de su asistencia como delegado del republicano
federal catalán Suñer Capdevila, que había sido alcalde de Barcelona en enero
de 1869, y desde febrero del mismo año era diputado a Cortes por Girona.
Como consecuencia del llamamiento hecho a otras provincias y ciudades, en
Barcelona se formó la Asociación Librepensadora que ya anunciaba su fase de
constitución en enero de 1870. Poco después se hicieron famosos los actos que
realizaban los domingos por la mañana, en su salón de la céntrica calle de la
Canuda n.º 31, las «Dominicales» o sesiones matutinas libres y abiertas a la
ciudadanía, llamados «de controversia» o debate sobre los principios
librepensadores [4]. El 31 de diciembre de 1870 este grupo se consolidaba con
la publicación en Barcelona del diario semanal La Humanidad, órgano de la mencionada Asociación
Libre-pensadora de Barcelona. El lema del diario, que se mostraba en su
cabecera era «Ciencia-Moralidad-Justicia», resumiendo así su concepción del
librepensamiento.
El librepensamiento no es concepto único y homogéneo. Todo lo contrario. Desde
el principio se evidenciaron aristas o enfoques diferentes que tenían que ver
con la política, el ateísmo o el espiritismo. También influye que a él se hayan
acercado figuras de diferentes corrientes ideológicas, incluidas las
anarquistas o libertarias, en un «totum revolutum» que fue difícil de mantener
cohesionado.
A pesar de ello, en 1880 se fundó en Bruselas (Bélgica) la Federación
Internacional del Librepensamiento, ciudad donde estableció su sede el Consejo
General de la misma, organizando desde 1881 los primeros Congresos
internacionales en París, Londres, Ámsterdam y Amberes. El primer gran Congreso
que se propuso unificar criterios y actuaciones fue el celebrado en París del
15 al 22 de septiembre de 1889, en el que se llegó, después de grandes
discusiones, a una definición de consenso:
El librepensamiento es una coalición de elementos filosóficos racionalistas,
contrarios a las religiones positivas, enemigos del clericalismo, que afirman
el laicismo de la vida, como medio necesario, y el método de observación, como
procedimiento de estudio [5].
Estos serán, por tanto,
elementos destacados de la identidad librepensadora: el laicismo en la vida y
en la educación, en lucha constante contra el fanatismo religioso, es decir, el
anticlericalismo, y el racionalismo o la defensa de la ciencia y la verdad
científica.
LIBREPENSADORAS
El profesor Pedro Álvarez Lázaro nombra como representantes del librepensamiento femenino a Rosario de Acuña, Amalia Carvia, Belén Sárraga, Amalia Domingo Soler y Ángeles López de Ayala. Estas cinco mujeres son, desde luego, indiscutibles. Pero quizá haya que añadir algunas más si definimos primero el criterio de inclusión en nuestra lista de librepensadoras.
Llamaré «Librepensadoras», en primer lugar, a aquellas mujeres que escribieron
con cierta asiduidad en Las Dominicales del Libre Pensamiento, después de que Rosario de Acuña se adhiriera a la
revista en diciembre de 1884. Su carta de adhesión provocó un verdadero
«tsunami» que hizo que en las semanas siguientes cientos de mujeres escribieran
para adherirse al semanario librepensador y a su figura, y que algunas
comenzaran a escribir con cierta regularidad. La propia Rosario las llamó «las
mujeres de las Dominicales», como también hizo Amalia Carvia en 1901 al saludar
a la revista tras casi un año sin publicarse [6]. Por este motivo, y porque las
demás le cedieron también este lugar de honor, se considera a Rosario de Acuña
como la primera y más importante mujer de la «República de las
librepensadoras», término que con tanta fortuna acuñó la profesora María
Dolores Ramos [7].
Por esta primera condición, además de Rosario y de Amalia Carvia, la autora que
más escritos vio publicados en Las Dominicales después de ella, habría que incluir a Ángeles
López de Ayala, la cordobesa Dolores Navas, Amalia Domingo Soler, la valenciana
Luisa Cervera, Soledad Areales (Una Andaluza) o Sixta Carrasco Puente, maestra
laica y presidenta de la desconocida «Unión de Mujeres Españolas» (Madrid) en
1903.
En segundo lugar, deberían considerarse librepensadoras aquellas mujeres que
escribieron en La Conciencia Libre como redactoras en alguna de sus dos épocas
(1896-1905), y aquí estarían la propia directora Belén Sárraga, además de,
nuevamente, Ángeles López de Ayala, Soledad Areales y Amalia Carvia, a las que
añadiríamos María Trulls, Violeta (Consuelo Álvarez Pool), María Marín, Pilar
Cañamaque y la gibraltareña Eugenia N. Estopa [8].
En tercer lugar, y como sería lógico, son librepensadoras aquellas mujeres que
pertenecieron de forma activa y destacada a algún Círculo, Sociedad o Centro
Librepensador, o acudieron como delegadas a Congresos Internacionales
librepensadores. En este apartado otra vez estarían Amalia Domingo Soler,
Amalia Carvia, Ángeles López de Ayala, Belén Sárraga y más tardíamente María
Marín, añadiendo en este apartado, y por derecho propio, a Dolores Zea.
Para la inclusión en esta categoría no he tenido en cuenta a las mujeres que
ingresaron en la masonería, pertenecieron a un Centro espiritista o escribieron
en revistas señaladas sobre esta temática, que son decenas, aunque muchas de
las citadas anteriormente se afiliaron un tiempo a alguna logia masónica o se
acercaron a las ideas teósofas y espiritistas. Es más, algunas fueron unas
indiscutibles referentes en la masonería femenina.
Por último, aunque la inmensa mayoría de todas las librepensadoras mencionadas
fueron defensoras de los derechos de la mujer y pertenecen a las pioneras
feministas del estado español, tampoco será este el elemento definitorio para
incluirlas entre las librepensadoras, pues muchas de las mujeres que formaron
parte de las directivas de la Asociación General Femenina (Valencia) o la
Sociedad Progresiva Femenina (Barcelona), por poner ejemplos conocidos, nunca
destacaron en el campo del librepensamiento por causas diversas. Aunque los
orígenes del feminismo en el estado español, en cuanto mujeres organizadas y
autónomas, hay que buscarlos en el campo del republicanismo federal durante el
Sexenio Democrático y en el obrerismo anarquista de finales de siglo XIX,
destacando, por ejemplo, la Sociedad republicana federal «Mariana Pineda»
(Cádiz) presidida por Guillermina Rojas (1869) y la Sociedad Autónoma de
Trabajadoras (Barcelona) impulsada por Teresa Claramunt en marzo de 1891;
también es incuestionable que, a continuación, las librepensadoras como Amalia
Domingo Soler, Belén Sárraga y Ángeles López de Ayala, y algo después las
hermanas Carvia, continuaron y extendieron el ideal feminista y sufragista
hasta la llegada de la Segunda República.
Se puede concluir que es, más bien, una confluencia de varios de estos factores
lo que definiría el anguloso y poliédrico concepto de librepensadora, de tal
forma que casi todas las destacadas autoras que hasta ahora se han mencionado
fueron feministas, republicanas, maestras laicas, masonas o espiritistas en
algún momento de su vida.
***
La Exposición consta de 10 paneles instalados sobre roll-ups de tamaño estándar (85×205 cm.). El primer panel es una breve «Introducción» con conceptos genéricos sobre Librepensamiento y su contexto histórico, así como sobre el papel de las mujeres dentro de ese singular movimiento.
A continuación, cada panel se dedica a una mujer, comenzando por la madrileña
Rosario de Acuña, que es considerada la primera librepensadora y la que con su
Adhesión al semanario Las Dominicales del Librepensamiento en 1884, cuando ya era una conocida poetisa y
dramaturga, se erigió en el ejemplo a seguir para cientos de mujeres.
Las siguientes librepensadoras se van sucediendo por orden cronológico,
coincidiendo que la última y más joven de todas es Belén Sárraga, que no es
andaluza de nacimiento, pero que desarrolló una gran parte de su aclamada
militancia librepensadora y revolucionaria en Málaga y en otros muchos pueblos
de la provincia y de Andalucía en general. Como han aconsejado algunas
profesoras estudiosas de las historia de las mujeres, Sárraga tenía que estar
con las mujeres andaluzas con las que compartió tantas vivencias, páginas de
periódicos de La Conciencia Libre, sobre todo, y tribunas en pequeños pueblos de
Andalucía aclamados por el pueblo trabajador.
Los paneles centrales son un homenaje a las sevillanas Amalia Domingo Soler y
Ángeles López de Ayala, a la cordobesa Soledad Areales Romero (Una Andaluza),
la malagueña Dolores Zea Urbano, y las gaditanas Amalia Carvia Bernal, Ana
Carvia Bernal y María Marín Labrador.
En cada panel se ha insertado un código QR que redirige a un blog
(https://librepensadoras-andaluzas.blogspot.com/) donde se amplía la
información y se ofrece una bibliografía de utilidad para las personas
interesadas.
Los colectivos o entidades interesadas en la exposición pueden escribir a esta
dirección de correo electrónico para ponerse de acuerdo en fechas y condiciones
para que la puedan
disfrutar:
<librepensadoras.andaluzas@gmail.com>.
Créditos:
* Autor de la idea y de los textos: Manuel Almisas Albéndiz, que ha escrito una trilogía de librepensadoras publicadas por la editorial portuense «Suroeste»: «¡Paso a la mujer! Biografía de Amalia Carvia», «María Marín Labrador, librepensadora y primera periodista de Cádiz», y la más reciente «Dolores Zea y otras mujeres en los márgenes del librepensamiento».
* Autora de las imágenes de las librepensadoras: Elena Beuzón Neva, joven
portuense que estudia “Ilustración“ en Barcelona.
* Autor del diseño: «Boceto Serigrafía» (calle Dionisio Pérez, El Puerto).
NOTAS:
1.- Albert Palà Moncusí. El lliure pensament a
Catalunya(1868 -1923): cultures, identitats i militàncies anticlericals en
transformació. Tesis de la Universitat de Barcelona, 2015. Disponible
en:http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/69687/1/APM_TESI.pdf
2.- La Igualdad-Madrid,
22 de mayo de 1869.
3.- En Pedro F. Alvarez Lázaro
(Ed.). Librepensamiento y secularización en la Europa Contemporánea. UPCO,
Madrid, 1996.
4.- Crónica de
Cataluña, Junio de 1870.
5.- Las Dominicales
del Librepensamiento, 5 de octubre de 1889.
6.- «Salutación», en Las
Dominicales de 29 de marzo de 1901.
7.- M.ª Dolores Ramos. La
República de las librepensadoras (1890-1941). Laicismo, emancipismo y
anticlericalismo. Ayer 60/2005 (4): 45-74.
8.- Eugenia N. Estopa
Fernández (Gibraltar, 1859-Gibraltar, 1899) fue una conocida poetisa
espiritista y librepensadora, hija de padres andaluces afincados en la «Roca»,
que colaboró en su corta vida en La Luz del Porvenir (Barcelona)
y en la primera época de La Conciencia Libre (Barcelona-Valencia).
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