Circo, propaganda y fábula de “democracia” bajo la Dictadura del Capital: peregrinos fanáticos en el Capitolio
Por Cecilia Zamudio
Diario octubre / 08.01.2021
Acerca de la momentánea ocupación del Congreso
estadounidense por parte de las hordas fanáticas de la corriente trumpista, que
irrumpieron al Capitolio con sorprendente facilidad el 6 de enero 2021, cabe
decir que las fuerzas represivas no suelen dejar entrar ni un alfiler de
protesta al Congreso estadounidense. No han podido pasar el cordón policial las
protestas multitudinarias del “Las Vidas Negras Importan” contra los asesinatos
de población afrodescendiente perpetrados reiteradamente por las fuerzas
policiales estadounidenses y el racismo institucional, no han podido romper el
cordón policial las protestas contra las guerras imperialistas, las protestas
que cuestionen de alguna manera al sistema establecido; pero en cambio, con
sorprendente facilidad entraron las hordas fanáticas de la derecha más
alienada, que obviamente no tienen ninguna reivindicación de fondo,
estructural, contra el sistema imperante.
Los asaltantes tolerados en el Congreso, representan a
la población más enajenada por este sistema, su accionar en defensa de un
magnate capitalista frente a otra de las fichas del sistema, es planteado con
pasión puesto que realmente creen que apoyando a un magnate capitalista están
“luchando por la libertad” (obviamente su concepto de “libertad” es la estafa
impuesta por el mismo sistema). Por eso los dejaron entrar. Solamente tras
haberse desplegado un espectáculo de selfies e imágenes rocambolescas, las
fuerzas represivas entraron a desalojar a los “peregrinos”.
Entre los ocupantes del congreso, fanáticos
religiosos, nacionalistas, militantes del aberrante “supremacismo blanco” y
demás enajenaciones, destacó por su atuendo un sujeto con gorro de piel con
cuernos y el pecho descubierto, lleno de simbologías contradictorias, que
incluso se fotografió en la tribuna del Congreso y en intercambios verbales con
la inusualmente “amable” policía. En una entrevista de hace unos meses, el
sujeto, de nombre Jake Angeli, expresaba el pensamiento anticomunista y
saturado de confusión que el aparato de alienación del capitalismo ha logrado
implantar en no pocos individuos. Angeli expresaba que su objetivo es:
«recuperar nuestra nación de los comunistas y globalistas que han infiltrado
nuestro Gobierno desde los niveles más altos para destruirlo desde dentro y
crear un nuevo orden mundial»[1].
En el pensamiento confuso que los medios de alienación
de la burguesía han logrado imponer en mentes como la de Angeli, hay una
incoherencia destinada a impedir toda posibilidad de análisis y comprensión de
la realidad. La idea es sembrar la confusión para exaltar el fascismo funcional
a la burguesía, el fascismo que finge cuestionar la injusticia a la par que en
realidad la apuntala. Este confuso pensamiento fascistoïde no entiende que el actual
orden mundial es el capitalismo, que el capitalismo es transnacional y opera su
saqueo a nivel global, que cada día profundiza la explotación y el saqueo: que
no hay nada de “nuevo orden” en el incremento de la explotación sino que es la
evolución lógica del actual sistema, que el carácter “globalista” es
consustancial a la expansión capitalista y que el mismo magnate Trump perpetra
el saqueo capitalista a nivel local y global así se gargarice con el discurso
“proteccionista” para engañar a sus hordas; que el comunismo al que tanto odio
le profesan no tiene nada que ver precisamente con el capitalismo. Los sujetos
alienados hasta ese punto no entienden que lo que los oprime no va a cambiar
por un “mesías” ni por un magnate capitalista, al contrario. Hay que cuestionar
este sistema de raíz para lograr cambios en pro de la emancipación humana y de
la naturaleza, no defender al fascismo sistémico.
La ignorancia es el caldo de cultivo para el fascismo;
la ignorancia es propiciada por el capitalismo, un sistema de profunda
injusticia social en el que la clase dominante mantiene su hegemonía mediante
la alienación y la violencia represiva; el fascismo es la herramienta de choque
de la burguesía para perpetuar al capitalismo. Así la burguesía se asegura,
mediante la alienación, que sean incluso los oprimidos que defiendan
fervientemente a sus opresores.
Después de todo el circo, el Congreso hizo efectiva la
presidencia de Biden, otra ficha del capitalismo. No cabe engañarnos, por lo
repugnante que es Trump, sobre el carácter igualmente imperialista y depredador
de la nueva presidencia de Estados Unidos.
Todo este circo le sirve a los medios estadounidenses
e internacionales para impulsar su propaganda destinada a hacer creer en la
supuesta “alternancia democrática” que no es tal en el capitalismo, pues
siempre gobiernan los mismos poderes económicos, independientemente del nombre
del presidente de turno. Pero verterán ríos de tinta y saturarán emisiones con
el tema de la supuesta “democracia en peligro y recuperada”, de manera a
apuntalar los mecanismos más que desprestigiados de un sistema putrefacto.
Apuntalar la falacia de la existencia de una supuesta
“democracia” bajo el capitalismo es piedra angular del relato que perpetúa al
sistema, más aún tratándose de la potencia imperialista que más agresiones ha
desatado contra las libertades de los pueblos del mundo en el último siglo, que
más Golpes de Estado ha promovido contra gobiernos no totalmente arrodillados
al saqueo capitalista, que más planes de injerencia y de exterminio contra
movimientos revolucionarios ha implementado por todo el mundo.
El imperialismo estadounidense y europeo ha
planificado exterminios masivos, adiestrando incluso en técnicas de tortura y
guerra sucia a las herramientas represivas oficiales y paramilitares de
regímenes sanguinarios (como en Colombia, por citar un genocidio descomunal
contra la oposición al saqueo capitalista), ha desatado guerras imperialistas
con la carga más horrenda de bombardeos, mercenariato, imposición de regímenes que
le sean totalmente serviles al capitalismo transnacional (como lo hizo contra
Libia, Irak, etc.). El imperialismo ha fomentado fundamentalismo religioso para
combatir los procesos de emancipación de los pueblos (como lo hizo contra
Afganistán, creando los Talibanes que destruyeron la emancipación afgana y
hasta hoy reinan bajo los auspicios estadounidenses), ha fomentado
paramilitarismo, Maras y “caos controlado” con la intención de “matar desde el
huevo” toda posibilidad de organización política sólida con carácter de clase,
que cuestione el feroz saqueo capitalista. Ha bloqueado y saboteado a países
(como Cuba) en un constante intento de borrar de la faz de la tierra toda
tentativa de sistema socio-económico que no sea el capitalismo.
Estados Unidos y Europa en su profundo carácter
imperialista y antidemocrático, necesitan re-impulsar cada tanto la fábula de
la “democracia”, y más en momentos históricos de aceleración exponencial de la
acumulación capitalista y de agudización de los antagonismos de clase, cuando
la injusticia social aúlla ya su sufrimiento en las mismas metrópolis
capitalistas.
La pataleta de Trump, conocedor de primera mano de los
reales mecanismos del sistema, es tal vez parte de un macro teatro o tal vez es
la pataleta genuina de un megalómano; lo que sí está claro es cómo el aparato
mediático del sistema implementa sus circos.
La burguesía tiene montado y amarrado al milímetro al
juego electorero (sobretodo en países como Estados Unidos), para que la clase
trabajadora crea que “elige” algo, cuando en realidad es la burguesía la que
dicta en mayor medida a quien se “elige”, ya que sin sumas multimillonarias
nadie hace una campaña y precisamente la burguesía financia a sus candidatos
(en ocasiones a varios a la vez) que le devolverán la inversión con creces al
hacerse con los presupuestos del Estado. Los presupuestos públicos suelen ser
manejados para enriquecer a las mayores fortunas. Los gestores del Estado
Burgués inyectan sumas millonarias a la banca privada, a la gran empresa, al
complejo militar-industrial, a multinacionales colosales, dejando míseras
migajas para los presupuestos de sanidad, educación, pensiones, servicios
sociales, etc. Bajo la forma de “contratos”, “subsidios”(etc.) los Estados
Burgueses perpetran un constante trasvase del dinero público al capital
privado.
Nos venden la estafa mayúscula de que bajo el
capitalismo existe “democracia” (poder para el pueblo, etimológicamente) cuando
en realidad es la clase burguesa la que dicta qué se hace y cómo se hace. El
concepto de Dictadura del Capital es sin duda el más apegado a la realidad que
vivimos, entendiendo que los dictados de un puñado de capitalistas se imponen
sobre la inmensa mayoría de la población, a través de diferentes mecanismos.
La propiedad de los medios de producción asegura a sus
dueños el poder sobre la clase trabajadora, obligada a vender su fuerza de
trabajo para subsistir; la propiedad de los medios y de la industria cultural
le asegura a la clase dominante su hegemonía ideológica, imponiendo paradigmas
alienantes destinados a la banalización de la explotación y a la división de la
clase trabajadora (racismo, clasismo, machismo, xenofobia, individualismo y
sobreconsumismo son constantemente promovidos); el aparato de Estado, funcional
a la burguesía, asegura el mantenimiento del orden social injusto a la vez que
se viste con el engañoso atuendo de “democracia” y se perfuma con
“constituciones” cuyos derechos humanos básicos (como la vivienda, la salud
universal, la educación) son incumplidos reiteradamente mientras es
privilegiada la rapiña de una élite que arrasa con la sanidad, expulsa a
millones de familias de sus casas, intoxica la alimentación, privatiza la
educación, hace criminales malabarismos con las pensiones, etc. La represión,
la violencia y el exterminio se encargan de los que no sucumben a la alienación
y se oponen a un sistema de explotación y barbaries concatenadas.
Como clase trabajadora es importante que busquemos
discernir la paja del trigo, que comprendamos el funcionamiento estructural del
actual sistema que nos oprime, que no permitamos que la burguesía nos engañe
con el reiterado circo destinado a mantener nuestra visión en la superficie,
que elevemos los niveles de conciencia para poder nutrir la necesaria lucha por
abolir el capitalismo; porque abolir este sistema de clases que depreda a la
humanidad y al planeta es un imperativo vital.
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Blog de la autora:
www.cecilia-zamudio.blogspot.com
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