La COESPE: el factor de orden del movimiento de pensionistas
EFE
Frente a viejas concepciones
que conducían a aceptar la política posible, la que cabía en los estrechos
márgenes de la política económica de los gobiernos, la COESPE ofreció desde su
creación otras perspectivas. Se ha constituido como un bloque sólido que en
total libertad e independencia ha fijado sus reivindicaciones, ha modulado su
funcionamiento, ha permitido desarrollar democráticamente el trabajo en común
de muchas y distintas sensibilidades.
Esto la convierte en referencia
para todo el movimiento obrero, con la convicción de que solo con la
movilización se puede detener la ofensiva del capital financiero para destruir
el sistema de reparto en que se fundamenta nuestra Seguridad Social. La
fortaleza de sus posiciones se asienta en el rechazo y oposición al Pacto de
Toledo, y solo superando ese obstáculo y la cortina de humo de sus
recomendaciones abiertas a los fondos privados de pensiones, logró elaborar
y desplegar su tabla de reivindicaciones y sus movilizaciones libres e
independientes frente a los gobiernos de cada momento.
Los pensionistas han conseguido
poner la defensa de las pensiones como uno de los elementos centrales de la
agenda de la política del país. Entre los elementos de cohesión que fortalecen
su movimiento podemos citar:
–
Frente a las posiciones partidistas conciliadoras, centra su lucha en las
movilizaciones sin aceptar seguidismos partidistas.
–
Frente a los intentos gubernamentales de emparentar la Seguridad Social con la
beneficencia, defendió y defiende el sistema de reparto como un
sistema de derechos de la clase obrera.
–
Frente a los tradicionales préstamos del Tesoro a la Seguridad Social, ,
levanta la exigencia de que el Estado debe hacer las aportaciones necesarias
para cubrir las pensiones ganadas con años de cotizaciones.
–
Frente a la práctica gubernamental de descargar las crisis con la reducción de
derechos y pérdidas de poder adquisitivo, lleva hasta el final su defensa del
mantenimiento del poder adquisitivo exigiendo la actualización de pensiones
según el IPC.
–
Frente al Pacto de Toledo creado a iniciativa del partido de Jordi Pujol
Convergencia i Unió, hoy PDeCAT, que busca las formas cambiar el sistema de
reparto, reduciéndolo para dejar espacio a la privatización mediante los fondos
privados de pensiones, la COESPE levanta su rechazo firme.
–
Frente a los intentos gubernamentales, en colaboración con el Gobierno Vasco,
de transferir competencias que rompen la igualdad de derechos del régimen de
reparto entre todos los trabajadores al margen de su lugar de residencia, la
COESPE levanta la defensa de la caja única.
–
Frente a los intentos de “economistas y profesores de reconocido prestigio” al
servicio de la banca, que para confundir identifican las cotizaciones con
impuestos, el movimiento de pensionistas defiende que las cotizaciones
sociales, son parte del salario, son un salario diferido. Esta es la base del
derecho a pensión de los trabajadores.
–
Frente a la pasividad de las confederaciones sindicales se levantó la COESPE.
Porque la creación de impuestos para financiar pensiones o
cambiar la naturaleza de algunas prestaciones como la viudedad supone supeditarse
a las pretensiones del capital financiero y la patronal de reducir el peso de
las cotizaciones sociales a su cargo.
–
Frente a los deseos de asociaciones partidarias del Pacto de Toledo de
adherirse a la COESPE, se negó a admitirlas en su seno por entender que
el Pacto de Toledo es contrario a los intereses de los pensionistas y la clase
obrera.
–
Frente a la pasividad ante las reformas de pensiones y la reforma laboral, la
COEPE en defensa de los intereses de todo a clase obrera exige su derogación.
Las recomendaciones del Pacto
de Toledo
Las 21 recomendaciones del
Pacto de Toledo que se quieren aprobar, salvo improbables sorpresas, son las de
las sesiones celebradas en la anterior legislatura. Son contrarias a las
reivindicaciones en muchos aspectos, entre ellos los siguientes:
El Presupuesto de la Seguridad
Social seguirá soportando el pago de gastos impropios que deben pagarse con el
Presupuesto del Estado. Se dice que eso solo sería hasta 2025, pero es difícil
de creer, pues desde los inicios del Pacto de Toledo en 1995, se repite
la cantinela de que el Ministerio de Hacienda debe asumir esos gastos. Y 25
años de incumplimiento son muchos años.
Esos “gastos impropios” crean
un falso déficit de la Seguridad Social, que se compensará con préstamos, en
vez de aportaciones, es decir, aumentando la falsa imagen de una Seguridad
Social en quiebra, a que nos tienen acostumbrados.
Tampoco aparece ninguna
indicación de que se vaya a anular la falsa deuda de la Seguridad Social con el
Tesoro, fruto de la manipulación de cuentas que reiteradamente se hace al
financiar con préstamos, en vez de aportaciones.
Se continuará escondiendo
parte de los déficits del Estado en el pasivo de las cuentas de la Seguridad
Social.
Entre las recomendaciones sigue
estando la ya tradicional de entregar edificios del patrimonio de la Seguridad
Social a las Comunidades Autónomas.
Se valora como adecuada la
utilización realizada del Fondo de Reserva .por los sucesivos gobiernos.
Se recomienda que haya una
dotación mínima al fondo de reserva del 7% del gasto anual de las pensiones
contributivas, pero se condiciona a cuando existan recursos disponibles para
ello.
Se apoya la progresiva
ampliación de 15 a 25 años del periodo computado para el cálculo de la
base reguladora, que culminará en 2022, y después se verá la posibilidad de que
alcance toda la vida laboral.
Sobre el incremento de la
pensión mínima, nada se dice sobre el IPREM congelado o sobre su subida
al SMI. Dicen cosas que ofenden: dicen que no se pueden subir mucho las
pensiones mínimas para no desincentivar la cotización, es decir, porque
entonces los trabajadores no querrían trabajar.
Se recomienda el impulso a de
los sistemas complementarios y vincularlos a la negociación colectiva,
financiándolos con aportaciones del trabajador y la empresa. Poniendo los
recursos en manos de las entidades financieras y, además con bonificaciones
fiscales. Quieren convertir a los sindicatos en vehículos de conexión con los
bancos.
Los saqueos de la Seguridad
Social y la campaña de la COESPE
Al analizar los elementos en
los que se basa la solidaridad intergeneracional del sistema de reparto, la
COESPE ha constatado que ha sido y seguirá siendo una práctica regular de los
gobiernos utilizar los excedentes de cotizaciones, no para constituir reservas,
sino simplemente para financiar gastos ajenos a las prestaciones propias del
sistema de reparto de nuestra Seguridad Social.
Como señalan estudios
sindicales, de las universidades e incluso en parte del Tribunal de Cuentas,
son recursos cuantiosos. Por eso, la COESPE ha dispuesto realizar una campaña
de recogida de firmas dirigidas a los diputados instándoles a decidir que se
realice una auditoría pública sobre la utilización de los excedentes de cotizaciones
para gastos impropios y sin constituir reservas, que en la situación actual
serían suficientes para compensar la insuficiencia de las cotizaciones causada
por las reformas laborales y hacer frente a la incorporación de nuevos
jubilados de la generación baby.boom.
Es la forma concreta de
deshacer toda la propaganda oficial y oficiosa de que no hay recursos para
mantener el sistema y la pretendida necesidad de recortes, de reformas
paramétricas y de abrir la Seguridad Social a los fondos privados de pensiones.
Es una forma concreta de demostrar la falsedad de los déficits y las deudas de
la Seguridad Social, se demostrará que son una construcción de los diferentes
gobiernos que saquean los recursos y cotizaciones del régimen de reparto de la
Seguridad Social.
Efectivamente, la COESPE como
movimiento libre e independiente por su defensa del sistema de reparto de
nuestra Seguridad Social, gobierne quien gobierne, se convierte en un factor de
orden frente al caos generado por el poder y los poderosos para
destruir los derechos sociales de la clase obrera.
(*) Juan Miguel Fernández es profesor honorario de la Universidad Complutense de Madrid y asesor técnico del Tribunal de Cuentas, jubilado.
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