CHINA. Otra versión de lo sucedido en Tiananmen el 4 de junio de 1989 que no difundirá falsimedia
Hablemos de la
«masacre» de Tiananmen, de 4-junio-1989, que NUNCA existió. Una de las mayores
mentiras de la propaganda asesina de Occidente. En la plaza de Tiananmen no
ocurrió absolutamente nada. Todo sucedió en los aledaños y las víctimas fueron
sobre todo militares.
El gobierno de
los EEUU participó activamente en la promoción de las protestas
«prodemocráticas» a través de una maquinaria de propaganda extensa, bien
financiada y coordinada internacionalmente, desde el momento en que comenzaron
las protestas a mediados de abril de 1989.
En las
protestas llamadas «prodemocráticas» de China, de 1989, el gobierno de EEUU
intentó crear un clima de guerra civil. La emisora de la CIA, La Voz de
América, aumentó sus emisiones en idioma chino a 11 horas/día hacia 2.000
antenas de China operadas por el Ejército Popular.
La protesta de
Tiannamen fue liderada por estudiantes privilegiados bien conectados con
universidades de élite de EEUU que reclamaban la instauración del capitalismo.
Aquí vemos al «periodista» norteamericano del TIME, David Holley, haciendo de
enlace con los manifestantes.
Chai Ling, la
principal líder de los estudiantes, dio una entrevista a Occidente en la
víspera del 4 de junio en la que reconoció que el objetivo era derrocar al
Partido Comunista de China y que solo sería posible si el gobierno atacaba
violentamente las manifestaciones.
¿Pero qué
sucedió realmente el 4 de junio de 1989 en Beijing? La histeria generada sobre
la «masacre» de la Plaza Tiananmen se basó en una narrativa ficticia sobre lo
que exactamente ocurrió cuando el gobierno chino finalmente decidió despejar la
plaza de manifestantes.
El Primer
Ministro chino, Li Peng, se había reunido directamente con los líderes de
protesta y la reunión se transmitió por televisión. Esto no calmó la situación,
sino que envalentonó a esos líderes que sabían que tenían el respaldo total de
los Estados Unidos.
Los líderes de
la protesta erigieron una enorme estatua que se parecía a la Estatua de la
Libertad de Nueva York, en el centro de la Plaza Tiananmen. Estaban señalando
que sus simpatías políticas estaban con el capitalismo y EEUU. Su objetivo era
derrocar al gobierno chino.
La mayoría de
los informes de una supuesta masacre fueron hechos por periodistas que se
estaban refugiados en el Hotel Beijing, a cierta distancia de la plaza. Graham
Earnshaw, corresponsal de Reuters, pasó la noche entera cerca de Tiananmen y
desmintió la supuesta masacre.
El relato de
Earnshaw fue corroborado por el taiwanés Hou Dejian que estuvo en huelga de
hambre en la Plaza en solidaridad con los estudiantes: «Estuve en la plaza
hasta las 6:30 de la mañana y yo no ví ni tanques pasando por encima de
estudiantes o que murieran 2000 personas».
Soldados
desarmados ingresaron en la Plaza Tiananmen el 2 de junio. Sus vehículos fueron
incendiados y ellos linchados con sus cadáveres colgados de los autobuses.
Otros soldados fueron incinerados en el interior de los vehículos y muchos
otros fueron golpeados por los violentos.
Jay Matthews,
corresponsal del Washington Post en Beijing, informó de lo ocurrido. El bulo de
la masacre comenzó, según Matthews, con un «documento» ampliamente difundido
donde un estudiante universitario describía «ametralladoras disparando a los
estudiantes en la plaza».
Matthews dijo
que «el New York Times dio a esta versión una enorme difusión el 12 de junio,
pero no se encontraron pruebas para verificar la existencia de ese testigo. El
informe era probablemente un trabajo de intoxicación de las agencias de
espionaje de EEUU y Reino Unido».
En 2004, en el
propio New York Times, el escritor de opinión David Brooks afirmó sin pruebas
que 3 mil estudiantes fueron masacrados en la plaza, mientras que el líder
estudiantil Wuer Kaixi afirmó haber visto a 200 estudiantes abatidos en la
Plaza, propagando con éxito este bulo.
Lo que sucedió
en China, el 4 de junio de 1989, no fue una masacre de estudiantes pacíficos,
sino una batalla entre soldados del EPL y destacamentos armados del llamado
movimiento prodemocrático, donde perdieron la vida alrededor de 300 personas
(la mayoría soldados del EPL)
Los gobiernos
de EEUU y Reino Unido esperaban que el gobierno chino fuese derrocado por las
fuerzas políticas prooccidentales, como estaba comenzando a ocurrir en ese año
de 1989 en la Europa socialista del Este. Pero no contaron con la firmeza del
puño de hierro de China.
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