Lenin sobre los conceptos e ideas de Marx y Engels.
Engels: “La
necesidad sólo es ciega mientras no se la comprende. La libertad no es otra cosa
que el conocimiento de la necesidad”.[Anti-Dühring]
Si el
materialismo en general explica la conciencia por el ser, y no al contrario,
entonces, aplicado a la vida social de la humanidad, exige que la conciencia
social se explique por el ser social. Marx: “La tecnología nos descubre la
actitud del hombre ante la naturaleza, el proceso directo de producción de su
vida, y, por tanto, de las condiciones de su vida social y de las ideas y
representaciones espirituales que de ella se derivan”. [en t.I de El Capital]
En
“Contribución a la crítica de la economía política” dice Marx: “El conjunto de
estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la
base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la
que corresponden determinadas formas de conciencia social”.
Las capas
medias -el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesano, el
campesino- luchan todas contra la burguesía para salvar de la ruina su
existencia como tales capas medias. No son, pues, revolucionarias, sino
conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la
rueda de la historia. [Un ejemplo lo encontramos en la actitud de estas capas
en los años 20 y 30 del siglo pasado y no sólo en Italia y Alemania].
En una sociedad
determinada, toda la fuerza de trabajo, representada por la suma de valores de
todas las mercancías, constituye siempre la misma fuerza humana de trabajo.
Al alcanzar la
producción de mercancías un determinado grado de desarrollo, el dinero se
convierte en capital. El crecimiento del valor primitivo del dinero que se
lanza a la circulación es lo que Marx llama plusvalía. El poseedor de dinero
compra la fuerza de trabajo por su valor, determinado, como el de cualquier
otra mercancía, por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su
producción (es decir, por el coste del mantenimiento del obrero y su familia).
Una vez ha comprado la fuerza de trabajo, el poseedor del dinero tiene el
derecho de consumirla, es decir, de obligarla a trabajar todo el día,
supongamos durante doce horas. Pero el obrero crea en seis horas (tiempo de
trabajo “necesario”) un producto que basta para su mantenimiento; durante las seis
horas restantes (tiempo de trabajo “suplementario”) crea un “plusproducto” no
retribuido por el capitalista, que es la plusvalía.
Marx analiza
primero el origen de la plusvalía y luego pasa ya a su descomposición en
ganancia, interés y renta del suelo. La ganancia es la relación que guarda la
plusvalía con todo el capital invertido en una empresa.
En el campo
Marx desarrolla la teoría de la renta del suelo: Como la superficie del suelo
está limitada, ya que en los países capitalistas lo ocupan enteramente las
propiedades particulares, el coste de los productos de la tierra no lo
determinan los gastos de producción en los terrenos de media, sino en los de
calidad inferior; no lo determinan las condiciones medias en que el producto se
lleva al mercado, sino las condiciones peores. La diferencia existente entre
este precio y el precio de producción en terrenos mejores (o en condiciones
mejores) constituye la renta diferencial.
En todo país
capitalista la depauperación y la ruina de la población campesina es necesaria
para la formación del ejército de reserva del trabajo para el capital,
encontrándose constantemente una parte de esta población campesina en trance de
transformarse en población urbana asalariada (no agrícola). El obrero del campo
se ve reducido, por consiguiente, al salario mínimo teniendo siempre un pie en
el pantano del pauperismo. Marx ya apuntó en “El 18 de Brumario del emperador
Napoleón” que “la parcela del campesino sólo es ya el pretexto que permite al
capitalista sacar de la tierra ganancia, intereses y renta, dejando al
agricultor que se las arregle para sacar como pueda su salario” y en “Las
luchas de clases en Francia”: “Ordinariamente, el campesino cede incluso a la
sociedad capitalista, es decir, a la clase capitalista, una parte de su
salario, descendiendo ‘al nivel del colono irlandés, y todo bajo el aspecto de
propietario privado’”. Con el capitalismo la pequeña propiedad agraria, forma
normal de la pequeña producción, se va degradando, es destruida y desaparece,
con un inmenso derroche de energía humana. El empeoramiento progresivo de las
condiciones de producción y el encarecimiento de los medios de producción son
ley de la propiedad parcelaria.
Las naciones
son un producto inevitable y una forma inevitable de la época burguesa de desarrollo
de la sociedad, siendo la “acción común” de los obreros “una de las primeras
condiciones de su emancipación”. El Estado, fruto de los antagonismos de clase,
se convierte en un “Estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente
dominante, que, con ayuda de él, se convierte también en la clase políticamente
dominante, adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la
explotación de la clase oprimida.
Los hombres han
sido siempre en política cándidas víctimas del engaño de los demás y del engaño
propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas
las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales,
los intereses de una u otra clase.
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